Partida Rol por web

Elena habia permanecido en silencio, mudo testigo de la escena, pero al ver que Juanjo y Ana parecian desistir no pudo callarse mas.

- Pero... si se va con la bombona.... ¿como saldremos de aqui los demas?

David tuvo una corazonada, una revelación que no podía ser comprobada por el momento y que, cuando lo hiciera ya sería demasiado tarde.

Callárselo sería, a efectos prácticos, asesinar a Benjamín, pero decirlo le colocaría en una mala posición respecto al resto de sus compañeros.

¿Sería capaz de elegir entre la vida de Benjamin y la suya propia? No tenía ninguna base empírica sobre la que apoyarse si hacía la afirmación que le rondaba la cabeza. ¿Sería capaz de arriesgarse hasta ese punto?

¿Había cambiado David lo mas mínimo desde aquello?

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-¿Nombre?

David ignoró la pregunta. No estaba de humor, y menos para seguir el juego a aquella policía esmirriada.

-¿Nombre?-Volvió a preguntar, con un tono rudo en la voz que denotaba impaciencia. Se estaba cansando, y David también.

-Mire, señor Tomas. Ni yo ni usted tenemos todo el día, así que le rogaría que colaborase conmigo o tendré que tomar medidas mas directas.

David miró a la mujer de arriba a abajo. El pecho turgente era la única cualidad a destacar en ella, puesto que tanto su belleza como su humor dejaban mucho que desear.

-Mira, monada-Comenzó David con desdén, y el hombre dudó de que alguna otra vez en su vida se hubiera esforzado tanto en hablar con normalidad-No te voy a decir una palabra si no está mi abogado delante, así que deja de insistir y de molestar. Ni a ti ni a mi nos gusta esto.

Ella le miró ceñuda. Iba a replicar algo cuando un hombre trajeado entró por la puerta. Era el abogado de David. Por fin.

-¡Enrique!-Dijo éste, y al levantarse para abrazarle se tambaleó ligeramente, viéndose obligado a apoyarse en la mesa de interrogatorios-Ya pensé que no venías.

-Has tenido suerte, no suelo levantarme a atender casos a estas horas de la noche. ¿O debería decir de la madrugada?

La mujer les interrumpió con un sonoro carraspeo.

-Dejen la cháchara para mas tarde. Tenemos mucho trabajo y no me gustaría que durara mucho tiempo.

Enrique asintió y se sentó junto a David, quien observaba de arriba a abajo nuevamente a la mujer con una mirada despectiva. ¿Como podía tratarle así?

-Cuando quieran

***

-No se como te has librado de ésta-Dijo Enrique mientras se enjugaba el sudor de la frente-Has tenido mucha suerte.

-¿Acaso dudabas de mi inocencia?-David se mostró ofendido, aunque rápidamente gesticuló una sonrisa de oreja a oreja-Ya te dije que yo no era capaz de hacer algo así.

Enrique puso los ojos en blanco e intercambió una mirada cómplice con Antonio. Mirada que David o bien no percibió o decidió pasar por alto.

-Ya nos veremos, muchacho-Se despidió David de enrique mientras se montaba en su coche y subía la ventanilla. Ahora ni él ni nadie podía verle-Ya nos veremos-Repitió en voz baja mientras sonreía con júbilo, de una manera casi macabra.

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Claro que había cambiado, no había pasado demasiado tiempo, pero sí el suficiente como para reconocer sus pecados. Estaba allí encerado, en una trampa mortal y no sin razón, pero David debía mostrarse fuerte. Por él y por todos a los que había hecho sufrir.

-Puede que el asesino sea yo, es cierto, pero también puede que no lo sea. Ninguno de nosotros en éste momento tiene mas poder para convencer a los demás que nuestra propia palabra.

Sin embargo, y sinceramente me da igual que me creas o no-Mintió David-lo que intento es que no se produzcan mas muertes. ¿Acaso no te has planteado  la posibilidad de que en esa bombona no haya oxígeno? ¿No se te ha ocurrido que pueda ser veneno?

Ya estaba dicho, y con ello David se había expuesto mucho mas de lo que habría querido. Si Benjamín optaba por seguir sin escucharles y sus sospechas eran ciertas, moriría, y todo el grupo se lanzaría a su cuello como hienas hambrientas. Pero si no hubiese dicho nada y Benjamín hubiese muerto...no podía cargar con ese peso.

No podía cargar con otra muerte.

Veía atónito como se iba calentando el ambiente y como poco a poco se iban acusando unos a otros.

- ¡Ejem!-tosí con la mano cerrada delante de mi boca para aclarar mi garganta- creo que no podemos obligar a nadie que se quede con nosotros sino quiere. Se habló en su momento de que sería lo más seguro pero el señor Benjamin quiere continuar sólo. Es su elección y es respetable. Entonces dejemosle, pero , nosotros también queremos irnos.- miro a Benjamin- Compartamos de alguna manera esa bombona. Todos estamos nerviosos, unos ambrientos, otros cansados pero todos coincidimos en lo mismo queremos salir de este barco ilesos. Si usted quiere irse por su lado, bien hágalo, pero no nos puteé

"hacía mucho que no decía tacos, ese hombre me estaba sacando de mis casillas"

 ni nos obligue a arrancarle esa bombona por la fuerza porque ante la supervivencia somos más en número. Quiere ir sólo ¡hagalo!- dije mascullando e intentando no sacar las cosas mas de quicio d elo oque estaban aunque era muy dificil no hacerlo.

Benjamin esta acojonad, se cree lo que dice david, o piensa que es una treta para que deje la bombona? Si la bombona esta envenenada porque la quieren los demas? 50%

Benjamin miro a Antonio y a David alternativamente, y cada vez que paseaba su mirada de uno a otro miraba a la bombona, como comprobando sus opciones. ¿Acaso es posible que la bombona este envenenada? ¿o se trata de alguna treta de David?

- A LA MIERDA

Dice mientras deja caer la bombona. Luego se enfrenta a Juanjo, y con una mezcla de rabia e impotencia le increpa.

- Dejame pasar.

Juanjo observa la escena en silencio, tranquilo, y preparado para actuar, pero cuando Benjamin deja la bombona le coje por sorpresa. Entre Benjamin y las escaleras, Juanjo valora sus opciones. Un destornillador contra un cuchillo. Eso no le preocupa, no cree que Benjamin tenga ni una oportunidad. ¿Dejarle pasar o no?

Juanjo vuelve levemente la cabeza hacia Antonio sin dejar de vigilar a su oponente. Esperando alguna indicacion.

Antonio gira la cabeza hacía Juanjo y percibe sus intenciones rápidamente. La tensión sse respira en el aire.

Quizá una lección no le vendría mal pero mejor dejarle ir. Seguramente volverá y sólo se tratará de una rabieta cómo si de un niño se tratase. Con lo que hace un gesto con la cabeza a Juanjo para que le deje marchar.

David miró a Benjamín preguntándose si aquello había sido una victoria a medias. Por un lado, había conseguido que soltase la botella, pero por otro seguía empeñado en alejarse del grupo.

Eso, en cierto modo, suponía una ventaja para ellos. Si nadie se separaba y Benjamín aparecía muerto, quería decir que el asesino no era ninguno de ellos. Si por el contrario alguien desaparecía y mataba al hombre, ya tendrían al culpable.

El homicida no sería tan estúpido, por supuesto, pero era algo a lo que podían agarrarse.

Por otro lado estaba el asunto de la botella. David no descartaba que estuviera llena de veneno. De hecho no descartaba mas trampas por el estilo, pero tarde o temprano deberían usarla. ¿Quien sería capaz de jugar con su propia vida?

Debía haber alguna alternativa...

-Creo que deberíamos volver a centrarnos en las notas-Dijo David ignorando a Benjamín. No quería que nadie mas sufriera daños, pero allí todos eran adultos, y él estaba demasiado cansado como para hacer de niñera. Si Benjamín decidía irse sería bajo su entera responsabilidad.

Juanjo se guarda el destornillador de nuevo en el bolsillo, y se gira hacia los presentes. Pasea su mirada uno por uno hasta que la detiene en David.

- Vale genio, ¿y ahora que?

David cerró los ojos un segundo. El hombre se permitió el lujo de imaginarse lejos de allí, tumbado en la cama de una tranquila casa rural, con la agenda vacía de tareas y la promesa de un nuevo día esperándole en algún rincón de su cuarto.

Luego, los volvió a abrir, sólo para encontrarse en la misma situación desesperada y carente de recursos. Notaba a su estómago rugir exigiendo comida, y la sed también comenzaba a ser un problema.

Una persona podía sobrevivir un par de semanas como mucho sin comer, pero sin bebida perdería sales minerales paulatinamente y se debilitaría cada vez mas hasta quedar consumido y a merced de su asesino.

La abstinencia no era una opción.

-Bien. Creo que lo primero que deberíamos hacer sería comer algo. Después propongo examinar las pistas que tan amablemente nos ha dejado el asesino-Dijo David con ironía-creo que en ellas está la clave para salir sanos y salvos de aquí.

-En la cocina había algunas latas de conservas, ¿Verdad? Creo que eso es lo mas seguro que podemos llevarnos a la boca. También deberíamos beber algo. La hidratación es importante.

David miró al resto del grupo, esperando sus respuestas.

-Totalmente de acuerdo contigo, David. No es bueno que estemos sin comer y sin hidratarnos, menos con el tiempo que hace.

Me quedé mirando al resto, sin saber muy bien qué decir; todavía estaba examinando las pruebas para saber quién demonios era el asesino, o si estaba entre nosotros. En el registro no habíamos encontrado nada, pero... ¿qué se podía hacer? Era imposible llegar nadando, el oxígeno podía estar envenenado y cuando alguno fuera a tirarse al mar se quedaría en el sitio... No había soluciones, no al menos de momento.

-Las pistas esas tienen que decirnos algo más.

Por fin la tensión había pasado y todo parecía volvía a la normalidad dentro de la serie de crímenes que estabamos presenciando.

Al oir la palabra comida no pude evitar el recordar lo bien que me habían sentado los sandwiches y que niguno había probado más que yo.

- Sinceramente estoy mas que harto de comer- digo mientras me acaricio mi barriga- ninguno quiso de esos deliciosos sandwiches que comí. Pero entiendo perfectamente que quieran comer algo y beber. Luego podemos seguir intentado investigar y buscar alguna pista más.

Alguien.... deberia probar el primero. dijo dubitativa No puede estar todo envenenado, o el mismo asesino acabaria muriendo victima de su propia maniobra ¿no?

David valoró la idea de Elena. Era cierto que si el asesino era uno de ellos no podía envenenar la comida sin envenenarse él mismo también, pero para él no sería difícil conseguir un antídoto y curarse a tiempo. Eso, suponiendo que quisiera curarse.

Nada les aseguraba que aquello no fuera una trampa mortal para todos.

Una vez David leyó en algún sitio que la persona mas peligrosa del mundo es aquella que no tiene nada que perder, quizás era eso lo que estuviera pasando allí. Quizás el asesino estaba relacionado de alguna manera con todos ellos y, al no quedarle nada por lo que vivir había dedicado las últimas horas de su vida a la venganza.

Un deje de remordimiento inundó al hombre, pero rápidamente fue sustituido por la sempiterna necesidad de supervivencia que todas las personas con un mínimo de humanidad tenían.

¿La tendría también el asesino?

-Yo mismo los probaré. Es eso o morir de hambre.

David comenzó a andar en dirección a la cocina.

Miré a David su reacción llendo hacía la cocina. Le puse una mano en el hombro.

- Amigo, tenga cuidado. Cuando probé los sandwiches, del primero comí un pequeño bocado. Sería bueno probar las latas con mucha mesura. No me fio de nada.  ¿Hay algún antidoto señorita Elena? Lo digo por si hubiera algún contratiempo.-estas últimas palabras salieron de mis labios de forma que se notaba que andaba preocupado por si pasara algo.

David sonrió a Antonio. Aquel gesto le había enternecido, aunque jamas lo admitiría.

-Yo tampoco me fío , pero no podemos aguantar demasiado tiempo sin comer y necesitamos tener la mente despejada para poder salir de aquí. En cualquier caso, primero comeremos la comida enlatada, que tiene menos posibilidades de estar envenenada. Después...bueno, después ya veremos cómo seguir adelante.

Elena miro a uno y a otro con una mezcla de miedo y preocupacion.

- No hay antidotos genericos, es decir, si no se sabe que tipo de veneno es no hay mucho que yo pueda hacer, y para saberlo, necesitaria sintomas. El problema de los sintomas es que pueden ser confusos, o llegar demasiado tarde, y como no puedo analizar la comida sin un laboratorio...

Sabia que basicamente les estaba diciendo que el que se envenenase moriria, pero nunca se le habia dado demasiado bien la delicadeza.