Partida Rol por web

-Un momento.- Alger se dirigió al mostrador también y sacó el cargador de repuesto que le dieron y se lo mostró.- Oye, ¿significa algo esta tira blanca?

-Sí. Usamos distintas tiras de colores para diferenciar los tipos de munición. En este caso, la blanca significa que es munición estándar- volvió a responder.

-¿Y qué otros tipos de munición hay?

-Lo siento, esa información tampoco puedo revelarla.-Alger volvió con el grupo, pero a diferencia de Pedro, él regresó con cara de enfado.

-Su puta madre con tanto secretismo... Ni que esto fuera la CIA...

Me encojo de hombros resignado ante las respuestas que reciben mis compañeros. – Estoy de acuerdo con Pedro vamos hacía la entrada como nos ha ordenado y si allí no recibimos nuevas instrucciones nos ponemos en contacto con él para recibir nuevas ordenes.

Mientras contestan los demas me preparo para cambiar el selector del M-16 a disparo bala a bala.

El grupo, siguiendo las ordenes, tras un largo recorrido llegaron a la puerta principal siguiendo el mapa. Al llegar allí otros 3 guardias armados parecían estar de guardia frente a una gran compuerta metálica. Mientras dos de ellos parecían estar inmóviles junto a la puerta, el tercero estaba frente a ellos gritándoles.

-Ni se os ocurra moveros de ahí. Sea quien sea no dejéis salir a nadie. Si es necesario disparad a matar.- Fue entonces cuando os escuchó llegar y se dio la vuelta. Su ropa era ligeramente distinta a la que llevabais los demás.- Oh. ¿Vosotros sois los nuevos? El capitán Brown me ha informado de que veníais hacia aquí. Tomad posiciones allí y allí.- El hombre señalo a diferentes sitios con cobertura.- Vosotros seréis el apoyo en caso de que las cosas se pongan mal.

El grupo estaba a punto de seguir las ordenes cuando unos golpes se comenzaron a escuchar por la puerta por la que acababan de entrar. Una voz de un hombre desesperado se escuchaba al otro lado.

-¡Abrid, abrid! ¡Oh, por dios! ¡Dejádme entrar! ¡Está cerca!

Los golpes cada vez era con mayor fuerza. Los otros guardias se pusieron en alerta y el que parecía el jefe aparto de un manotazo a Pedro y se dirigió hacia la puerta. Se puso al lado y sacó la pistola antes de pasar la pda por el lector. La puerta se abrió de par en par y por ella apareció un hombre vestido con una bata de laboratorio lleno de sangre, atemorizado y gritando.

-¡Gracias, gracias! ¡Dios, matádlo! ¡Disparadle!

Los presentes se habían quedado quietos sin saber como reaccionar por un instante. Pero fue lo suficiente para ver un hacha de incendios pasar por la puerta y atravesar la cabeza del guardia jefe. El cuerpo se quedó quieto, sin vida, todavía de pie. Luego una mano agarró por el otro lado el marco de la puerta y con un paso una figura se mostró en la sala. Por la vestimenta parecía otro guardia, pero al igual que el científico, estaba lleno de sangre. Pero la más extraño era su cara, tapada con una extraña máscara agrietada, blanca como la nieve. Una vez dentro de la sala, la puerta se cerró de nuevo. El hombre se giró hacia su víctima y le puso un pie en el estómago. Estiró del hacha y la desincrustó de su cabeza. El cuerpo cayó al suelo con un estruendo. Y finalmente, el extraño hombre, giró su cara para mirar al resto de personas en la habitación y para elegir a su próxima víctima.

No hay realmente mucho tiempo que perder y es evidente que es él o nosotros. – Disparar. – Grito.

Mientras le disparo maldiciéndome por haber puesto el selector en tiro a tiro y lo coloco en ráfaga corta para dispararle de nuevo si me da tiempo.

«Joder, joder, joder!!! Qué coño ha pasado, esto no es un puto simulacro, aquí está pasando algo muy grave».

Veo como mis compañeros abren fuego contra el asesino que porta el hacha, me pongo el M16 al hombro, apunto y disparo…

Todos los guardias de la habitación, sin dudarlo un instante, abrieron fuego. Al impactar los primeros tiros el aquel hombre extraño, pareció que no le importaba. El hombre seguía avanzando poco a poco. Sin embargo, tras bastantes disparos, sus piernas le fallaron y se desplomó en el suelo, soltando el hacha. Tras cesar los disparos, todo el mundo se quedó en alerta y se formó en la habitación un siniestro silencio. En el suelo, debajo del cuerpo abatido, comenzó a formarse un charco de sangre. Parecía que estaba muerto. ¿Quién sería ese tío? ¿Por qué acababa de atacar al otro guardia?

-¿E...está muerto?- El científico temblaba de miedo en una esquina, detrás de los guardias.- ¿El loco está muerto?- Levantó la mirada y vio el cuerpo. Después se levantó y se dirigió hacia la puerta blindada de salida.- Dios, tenemos que salir de aquí. ¡Vamos a morir todos!- El hombre sacó su propia pda y la pasó por el lector de la entrada, el cual se iluminó en rojo e hizo un sonido de error.- ¡¿Qué?! ¡No,no, no! ¿Cómo que la puerta no se abre hasta que la brecha sea contenida?- El científico volvió a pasar el lector una y otra vez consiguiendo el mismo resultado.

Completamente sorprendido por todo y mas aun por lo que esta diciendo ahora el científico me pongo a mirar el caído buscando algún impacto en su cabeza.

¿No sera un zombi de esos de las películas?

Por si acaso vuelvo a seleccionar tiro a tiro y le disparo una bala al cráneo. – Vuelva a probar por si el problema era que todavía respiraba.

Anonadado por lo que acaba de hacer Taguchi (disparar a quemarropa a un “cadáver” en la cabeza), JJ se acerca al científico, lo coge por la pechera y le pregunta:

- A ver, ya nos puedes estar contando que sabes de todo esto!!! Qué coño está pasando aquí???!!! – sin contemplaciones, levanta al científico hasta que los ojos de este quedan a la altura de los del gigante negro.

El hombre se levantó del suelo como si fuera una pluma con la fuerza de JJ. El hombre parecía solo poder balbucear del miedo que tenía.

-N...n..no lo se. Yo solo trabajo en las pdas. ¡Lo único que se es que ese tipo apareció de la nada, matando a todos mis compañeros, y pude escapar a tiempo!- Al hombre comenzaron a caerle lágrimas por las mejillas. 

Alger se acercó a JJ y al científico.

-¿De verdad crees que nos tragamos eso? Si ya hemos abatido a ese tio, ¿por qué sigues queriendo salir de aquí?

El científico giró su cabeza hacia Alger, que parecía estar amenazándolo con la mirada. El científico comenzó a temblar de miedo y en cualquier momento se podría jurar que se iba a mear encima. Pero en ese momento un sonido que procedía de la puerta se escuchó y la puerta se abrió.

El capitán Brown apareció en la sala, sujetándose el costado, que parecía estar sangrando, con cortes en la cara y los brazos, y la ropa desgarrada. Por un instante se detuvo para observar el panorama de la sala y vio el cuerpo del tipo de la máscara. Después comenzó a dar pasos hacia los presentes.

-¡Que a nadie se le ocurra tocar ese cuerpo!- El capitán con cada paso que daba se notaba como iba cojeando.- La situación es más caótica de lo que pensaba. Voy a necesitar toda la ayuda posible.- El capitán se acercó a JJ.- Suelta a ese hombre. Ya os explicaré todo yo.- Tras eso se puso frente a todos y comenzó a explicar.- En realidad no se todos los detalles, aunque al menos se algo más que vosotros. Al parecer, en esta instalación hay lo que se podría definir como... sujetos extraños. Personas o... cosas que parecen ser especiales. Sinceramente, ni yo mismo se a que se refieren con eso. No tengo ni idea de quienes son, ni que aspecto tienen. Lo único que se es que los científicos que se encargaban de ellos si lo saben.- El capitán miró al científico.-¡Este no! Este se encargaba de preparar las pdas. No tiene acceso ni al nivel 1. -El capitán comenzó a quejarse de la herida que tenía en el costado.- Pues resulta que una de esas cosas se ha cargado a unos cuantos compañeros y me ha herido. Y hasta que no vuelvan a estar todos en su celda de contención, la puerta de seguridad no se abrirá. Si alguien trata de forzarla, las defensas lo volarán en pedazos.

Tras esas últimas palabras, todos se quedaron en silencio. Los guardias de la puerta y el científico comenzaron a ponerse blancos por la noticia. Si no podían contener a todos los que se habían escapado, jamás podrían salir de allí.

Casi le disparo a nuestro capitán pero en el último instante no aprieto el gatillo al reconocerlo y vuelvo a poner el seguro.

Escucho atentamente sus ordenes y no acabo de entenderlas. Debemos devolverlos a su celda de contención, evidentemente no sus cadáveres, pero sin tocarlos. Un fusil de asalto y un cuchillo no parecen ser el equipo adecuado. Si son como este no razonaran rindiéndose al verse encañonados.

– Señor, si son como este necesitaremos equipamiento completo de antidisturbios para reducirlos con ese equipo. Con los fusiles la única opción sera esta. – Acabo señalando los cadáveres del suelo.

Después de devolver al suelo al científico, JJ se acerca al capitán, observa como el hombre se sujeta el costado:

- Necesitamos  material médico para atender al capitán, alguien sabe donde lo podemos encontrar?! – Pregunta JJ lanzando una mirada inquisitiva a los guardias de la puerta.

 - Venga capitán, no se fuerce hasta que examinemos esa herida. Dígame, debemos entender por sus palabras que debemos volver a meter en sus celdas a esos “sujetos extraños”? Nosotros? – después de decir esto lanzo una mirada cómplice a Taguchi.

-¿Matarlos?- dijo el capitán mientras giraba su cabeza hacia Taguchi.- Si fuera tan fácil... ¿Por qué crees que acabé así? Tratamos de abatir a una de esas cosas y las balas rebotaban en su piel, como si fuera de metal.- El capitán de nuevo se comenzó a quejar de su herida.- Te agradezco que te preocupes, pero no podemos perder tiempo. Vamos a formar dos grupos. Uno se encargará de ir a la armería para tratar de conseguir algo que de verdad funcione. El otro me acompañará a la enfermería para tratarme esta herida.- Después señaló a los dos guardias de la entrada.- Vosotros dos me acompañaréis, tú, el cerebrito, y tú, Pedro. Creo recordar que en tu ficha ponía que sabías algo de primeros auxilios, ¿verdad?

-¿Qué? ¿Cómo que acompañaros? Yo no pienso volver allí. Ni hablar.- El científico comenzó a retroceder poco a poco, de nuevo hacia la puerta principal para tratar de nuevo a abrirla. En el momento en el que iba a pasar de nuevo la pda por el lector, el capitán le volvió a responder.

-Si quieres quedarte aquí sin ninguna protección, adelante.- El capitán hizo un gesto al resto y comenzó a caminar hacia la puerta para salir de la habitación. El científico se detuvo por un instante, en el que se planteó lo que acababa de decir.

-D...de acuerdo. Os acompaño.

Alger se acercó al grupo con el que le había tocado y comenzó a compartir sus opiniones sin que el resto les escuchase.

-¿De verdad creéis que el viejo nos cuenta todo lo que sabe? Si parece ser alguien tan importante es imposible que no sepa lo que hay encerrado en esta instalación. Y además, ¿qué estas armas no sirven? ¿Qué las balas rebotan? ¡Y una mierda! Antes hemos reventado a ese tipo.

Bueno me he quedado con los otros desechados por el capitán, Alger, Elissa y JJ.

La pregunta de Alger me rompe la línea de mis propias dudas. – No lo se. Se me ocurren dos posibles respuestas. Nos ha contratado él capitán de palabra pero eso lo tendra que validar quién realmente tenga esas atribuciones y el nos dice lo mínimo. O a él simplemente le comunican que le envían alguien a una celda y después una orden de traslado. Sin saber exactamente ni quienes son ni el motivo de que estén aquí.

Negando con la cabeza. – Realmente se lo mismo que vosotros pero, – señalando de nuevo los cadáveres, – si tenemos la opción de conseguir armamento mas pesado hagamoslo. Con estos fusiles ha tenido tiempo de acabar con uno de nosotros y si en lugar de lanzarla la hubiera blandido alguno de nosotros cuatro también podría estar muerto.

Señalando hacía la armería. – ¿Vamos?