Partida Rol por web

Vértigo. Seguramente esa palabra describiría bastante bien la cascada de emociones que había sentido aquellos minutos imborrables junto a Julia. Su hermosura, su calidez, lo bien que me hacía sentir... parecía imposible que no me hubiera dado cuenta hasta ese momento. Pero casi mejor así. De haberlo sabido antes, antes de cortar con Susana, me habría sentido culpable y habría sido aún más duro. Pero no ha sido así, ha sucedido al revés. Sonreí.

Comencé a ir, poco a poco, hasta la orilla. No hubiera podido borrar mi sonrisa de la cara aunque lo hubiese querido. Era hora de recuperar las ropas. Aunque, cuando llegué a la orilla, me sonrojé y me detuve antes de sacar la cintura del agua. Si sacaba algo más el cuerpo, la excitación que me había producido el contacto con Julia y sus besos, sería evidente. Tampoco quería que Julia pensase que era un salido o algo así. Un pensamiento quizá un tanto inmaduro pero, es lo que me asaltaba en aquel momento. Pensé que sería mejor esperar. Miré a Julia saliendo del agua y la luz brillando en su piel húmeda. Eso no ayudaba.

- Abrumador... - Atiné a murmurar. - Quizá, pero me alegro que haya sucedido. No sabes cómo. 

Inspiré hondo.

Todo sucede demasiado rápido y no puedo hacer nada para evitar que Susana reciba el arañazo del felino. Tras los improperios de la primera y la posición del segundo opto por atajar la situación y dejar que el gato siga pululando por el bosque.

Será mejor que dejemos a nuestro nuevo amigo disfrutar de la intimidad del bosque y volvamos a la casa para curarte esa herida -propongo mientras me saco un pañuelo del bolsillo y, tras abrirlo, se lo coloco a Susana en la herida -no hará mucho pero así al menos no tendrás la herida descubierta.

-¡Vaya, menudo genio!- Digo tras observar el rápido zarpazo que nuestro amigo felino le suelta a la rubia. Observo como Ric se adelanta para hacer un primer apaño y cubrirle el arañazo.

-Ric tiene razón, ahora si que deberíamos volver a la casa con los demás, y buscar allí un botiquín para curar bien esa herida.- Me dirijo directamente a Susana para preguntarle- ¿Todo bien, te duele mucho?

Después de este encontronazo con el gato, mis ganas de volver a la casa y reunirme con Pablo y Julia aumentan. Además, la tarde sigue avanzando y pronto empezaremos a perder luz progresivamente. Aun así, intento mantenerme tranquilo, tampoco es que estemos en problemas ni nada por el estilo.

Salí del agua, llevando mi cabello a un lado de los hombros para retirar el exceso de agua, las ropas húmedas se ajustaba a mi piel y en mis pechos la temperatura del agua dejaba su marca, cogí la cámara para fotografiar a Pablo aun en el agua, un par de fotos y capte su mirada, era diferente y me encantaba, se senté sobre una roca a esperar que el sol me secara un poco.

Pablo no salia del agua y le mire con curiosidad, no alcanzaba a imaginar el real motivo, pero disfrutaba de su sonrisa.

-Te estas perdiendo las caricias del sol, anda ven, tengo un puesto a mi lado solo para ti-

Pese a todo, comprendía que no debía sentir culpa de nada, obviamente Susana montaría en cólera, pero si realmente era mi amiga comprendería, tampoco es que fuera a ir corriendo a contarle, debía de buscar el momento adecuado, Richard y Mario no deberían poner problema, ademas si vamos a estudiar ingeniería juntos, tendríamos mas libertad.

-Sabes, me agrada mucho mas la idea de optar por Ingeniería-

Pensativa un momento me quede, silenciosa dando vueltas a una duda y esperando a que Pablo me acompañara sobre la roca...

-...disculpa, pero ¿por que terminaste con Susana? ¿que paso entre ustedes?-

Aun no había tenido tiempo de hablar con ella y por teléfono no me contó nada, antes de hacerme mas ilusiones debía tener claro si existe la posibilidad de que ellos se reconcilien, de ser así, esta posición no seria muy cómoda y terminaría por alejarme de ambos.

De buena gana se hubiera echo Susana un abrigo... bueno una bufanda, con la piel de aquel gato. ¿Cómo se había aterbido aquel felino a mancillar su lustrosa piel? en esas estaba cuando Ric le cubrió la herida con un pañuelo y le sugirió volver a la cabaña.

- Gracias Ric...- le sonrió agradecida por el detalle- No, no duele Mario, no te preocupes...- mentira le dolía a morir, aquel escozor era muy desagradable ¿ Y si se le infectaba? a saber lo que las uñas de ese gato había arañado previamente, la germenes y bichos que podía haberle transmitido... ¿y si le pegaba el Tetano? TENÍA QUE DESINFECTARSE LA HERIDA- pero sí, creo que es mejor que volvamos, la parte positiva de esto ha sido que hemos podido constatar que no hay asesinos en serie... bueno gatos asesinos si...- bromeó disimulando perfectamente su dolor, era demasiado digna para ehcarse a llorar o acordarse de los ancestros del gato.

Tras el incidente con el gato decidisteis volver a la casa con intención de darle carpetazo a una situación que había sucedido de manera repentina y que por lo menos a Susana le había agitado un poco el carácter.

No tuvisteis más que regresar sobre vuestros propios pasos en mitad de un clima que era realmente agradable.

Dentro de poco comenzaría a atardecer para dar lugar a la noche, de modo que el momento de regresar era el óptimo.

Para vuestra sorpresa, justo cuando estabais pasando por el lago que visteis camino atrás comprobasteis dos figuras que os resultaban familiares... ¡eran Pablo y Julia!

Por el aspecto de ambos parecía que habían decidido darse un chapuzón en el lago puesto que sus ropas se mostraban algo húmedas. Ambos estaban hablando relajadamente a la orilla del agua, parecía incluso que Julia sujetaba una cámara de fotos.

Tras inspirar hondo un par de veces, dejé mi mirada vagando por el paisaje, perdiéndome intencionadamente el espectáculo de la camiseta húmeda y los pezones inhiestos. Gracias a ello, junto a la frescura del agua, logré contener la excitación y, finalmente, emergí completamente, llamado a su lado como por encantamiento.

- ¡Allá que voy! - Dije con una sonrisa pícara.

Me tendí sobre la roca, boca abajo y apoyado sobre mis codos. Observando el rostro de Julia.

Asentí a su observación por la elección de la carrera. - Ya lo creo. De repente siento una intensa motivación por Ingeniería. - Estar juntos, apartados de todos, podría ser maravilloso. En ese momento no deseaba otra cosa.

Enarqué una ceja cuando Julia me preguntó por la ruptura. - Pues, verás... ya hace tiempo que me sentía agobiado por Susi. - Comencé a explicar. - Eso fue lo que hizo darme cuenta que algo no funcionaba. Cuando amas a una persona, no deberías sentir una sensación de fastidio o de obligación el estar con ella. Me di cuenta que lo que sentía por Susana había cambiado. - Miré al suelo, como escarbando en mis pensamientos. - Creo que es normal. Yo he cambiado bastante en estos años, ella también y ya no somos los mismos críos que éramos cuando comenzamos a salir. Supongo que hemos evolucionado en direcciones opuestas y, llegado el momento, creí que más valía afrontar la realidad, por dura que fuera, y cortar con una relación que no produciría más que frustraciones a la larga. Aprecio mucho a Susi, pero estoy más cómodo viéndola como una amiga y nada más.

En vuestra llegada podéis escuchar la voz de Pablo con claridad, quien le está diciendo a Julia

(...)Aprecio mucho a Susi, pero estoy más cómodo viéndola como una amiga y nada más.

Escuchaba atenta las explicación de Pablo y recordaba algunas veces cuando Susana estaba triste por alguna discusión y era cierto, ellos no estaban bien hace tiempo.

A mi me extraña que Susi no me haya contado nada, antes siempre lo hacia, la aconsejaba y a los días la veía feliz nuevamente, igual es repentino todo y quizás no hayamos tenido tiempo, lo que no esperaba era su reacción en el carro, pero también me pongo en su lugar, ella te ama, lo se y debe estar mal, solo se hace la fuerte.

Doy un suspiro enorme...disculpa que te diga todo esto, pero es complicado ahora, intentare estar para ambos, espero que lo entiendas.

Me centre en mirar el cielo, el rumbo que había tomado el viaje era de lo mas extraño e inesperado, pero lo agradecía; me giro para mirar a Pablo y apoyando el codo en la roca y mi cabeza en la palma de la mano.

Lo importante ahora es que compartamos todos y disfrutemos del viaje, nos separaremos y quizás ya no podamos volver a reunirnos, tomemos este viaje como el cierre de un ciclo y el inicio de otro, que sin duda sera mejor, sonreí en plenitud.

Acaricie su cabello revolviendolo... eres un buen chico y estoy segura que ambos quieren lo mejor para cada uno.

Susana llevaba un mano cubierta con un pañuelo y cierta expresión de vinagre. Algo había ocurrido que no le había gustado, sin embargo trataba de disimularlo hablando de temas tribunales con Ric y Mario. En cuanto que Julia y Pablo se pusieron en su campo de visión se le elevó una ceja más de la cuenta, para a los pocos segundos y después de haber escuchado las últimas palabras de Pablo se le el vara la otra ceja. Ahora dirá que me quiere como una hermana, pensó irritada. Ese tipo de cosas eran las que decían los tíos cuando no querían saber nada de una chica, estaba segura que se le había tenido que cruzar alguien por medio... ¿Julia? No, no puede ser ella... ella no le haría una cosa así... ¿verdad? ¿VERDAD?

-Hola chicos... ¿Qué tal el baño?-comento de buen talante guardándose sus nefastos pensamientos para ella sola.

Me sobresalté un poco. En la conversación con Julia me había dejado llevar por mis pensamientos y todo estaba tan tranquilo que no me esperaba escuchar a nadie. Me erguí a medias como acto reflejo. Cuando vi que eran Susi, Ric y Mario, me relajé. - ¡Ah, hola! - Les saludé con una sonrisa. La cara avinagrada de Susana me hizo recordar el momento de tensión en la cabaña y pensé que aún no había mudado el talante respecto a mí.

El sol había pegado un buen rato sobre mi espalda y no me había puesto protector, así que comencé a notar que la sensación de calor sobre la piel había comenzado a dejar de ser placentera para comenzar a volverse algo dolorosa.

Me puse de pié y busque la sombra al tiempo que salí al encuentro de mis amigos.

- ¿Habéis visto esto? - Señalé el cuadro que teníamos delante, las aguas mansas, el verdor, el agradable sonido de la naturaleza. - El agua está más bien fría, pero con este calor se agradece, y mucho. ¿Os animáis?

Hablaba intencionadamente a los tres a la vez.

También me puse de pie con lentitud, llevaba rato estirada tomando el sol que ya me daba pereza moverme...!Frío!, pero refrescante, deberían probar el agua, aunque no sugiero nada de piqueros, el shock térmico es horrible.

Mario el lugar es hermoso y podemos realizar varias actividades, Pablo no pudo aguantar las ganas y se lanzo al agua, según él, estaba buenísima, pero me lance desde esa roca y pppffff...HELADA!!!...pero después de un rato te acostumbras...comentaba con el mismo animo que tenia cuando coordinamos el viaje.

¿Y ustedes que tal, que encontraron?... entonces noto la mano de Susi...¿te paso algo?...me acerco y tome su mano...¿estas bien?...mire a Richard con enfado...espero que no haya sido tu culpa hermanito... después volví a mirar a Susana preocupada.

Observo la escena con cierta sorpresa ante la ligereza de mi hermana y de Pablo por bañarse en esas aguas sin avisar al resto. ¿Y si volvemos por otro camino y no los encontramos?

Sin embargo no puedo más que encogerme de hombros, se supone que yo soy el menos responsable de todos, como deja claro mi hermanita al acusarme de la herida de Susana.

Ha sido un gato salvaje hermanita, yo solo soy tan fiero en la cama y no suelo dejar que terceros me vean en acción -le respondo guiñándole un ojo, incapaz de enfadarme con Julia -nosotros no tenemos bañadores y volvemos a casa ya par curarle la herida a Susana ¿quién tiene las llaves?

Tras emprender el camino de regreso, nos encontramos con Julia y Pablo a la altura del lago que vimos antes. Parecen estar pasándoselo en grande. Ambos nos preguntan por nuestro paseo y nos invitan a probar el agua.

-Hola chicos! Pues sí, pasamos hace un rato por aquí y nos dieron ganas de darnos un chapuzón, pero como ha dicho Ric, al no tener los bañadores a mano decidimos dejarlo para otro día. Hemos estado dando una vuelta, y la verdad que los alrededores de la casa son estupendos. Aunque también nos hemos encontrado con un gato que no es que nos haya dado una calurosa bienvenida, precisamente.

Al ver allí tan tranquilos a Julia y Pablo, se me antoja cambiar de compañía por un rato.

-Ric, si puedes hacerte cargo de la herida de Susana por tu cuenta, creo que me voy a quedar un poco con los chicos aquí en el lago. De todas formas pronto empezará a oscurecer, así que tampoco creo que tardemos mucho más en regresar. Espero que no os importe-. Usé el plural en la última frase porque esperaba, al menos, que la rubia también opinara al respecto.

Ric no había estado especialmente picajoso conmigo durante el paseo, incluso diría que le había prestado más atención a Susana que a mí. Por eso, pensé que el tipo duro apreciaría mi cambio de idea, que le daba la oportunidad de quedarse a solas con Susana un rato, tener la oportunidad de hacerse el héroe y jugar un poco a los médicos...

Reparé entonces en el pañuelo que tapaba la herida de Susana. - Sí. Es importante desinfectar esas cosas. - Dije sin darle más importancia de la que realmente tenía, que no era mucha, a mi parecer. Un arañazo de un gato sólo era una molestia. Cuando Pablo dije de quedarse, le miré, sonreí y asentí. Me pareció buena idea, así podríamos regresar a nuestro ritmo y ellos podían ir tirando ya para la casa.

- Aprovecharemos un rato más por aquí. - Dije despreocupadamente. - ¿Qué te parece Julia?