¿Qué pasa, crees que se va a liar alguna?- Tami ya estaba abriendo su hamburguesa y meneando un bote de kétchup para rellenarla bien.-¿Conoces a alguna de las dos o algo así?
Aquello era bastante más raro de lo que esperaba. En cuanto se puso a recitar esos versos extraños y la gente comenzó a sacar los móviles me coloqué tratando de dar la espalda a todos los que pudiera. Si me levantaba y salía corriendo, llamaría aún más la atención.
Su siguiente respuesta logró de nuevo dejarme algo descolocada. Su integridad mental no parecía estar intacta y, aún así, parecía saber exáctamente lo que decía. Suspiré profundamente e hice como si no pasara nada. Ahora que se comportaba como una persona medio normal, esperaba que la atención que había atraído se fuera diluyendo.
- ¿Quieres decir que estuviste allí pero en otra forma? ¿Que no eras realmente tú quien estaba? - pregunté intentando descifrar aquellas palabras crípticas. Sorprendentemente, aquello no era algo sin sentido para mí.
Miré un par de veces de reojo para ver si el ánimo del local se templaba.
Ryan se mantuvo atento a lo que pasaba entre Faith y la desconocida mientras preparaba su hamburguesa, con un gesto que no dejaba dudas de su preocupación. Ante la pregunta de Tami, hizo un gesto con la mano que parecía indicar que a medias.
-La pelirroja estuvo allí, fue en patines. La otra... No lo sé, pero no estoy dispuesto a afirmar que no estuviera-respondió acompañando el gesto. Y aquello era cierto, ¿cómo podía estar seguro de que no hubiera estado en la mina? Podría haber sido parte del personal o de las personas que querían un trabajo. Perfectamente podría ser una de las Eriksson de incógnito. Incluso, quien sabe, alguna de las cosas que se pelearon allí dentro.
Con la mano en el colgante, miraba ya no solo a Faith si no a los presentes, dándose cuenta de que había captado mucha atención, y con la diestra descansando sobre el plato de la taza de chocolate ligeramente temblando se puso a responder:
-No, no, estaba allí, pero luego…tuve que irme. No pude decidir si tenía que irme o no…simplemente…me fui. Y para volver tuve que darle mis ropas a alguien y…Bueno, el caso es que he vuelto aquí.- Dijo mientras la mano descendía del colgante a sus pantalones sucios y raídos.
-Hay…fuerzas.-Dijo con un halo mixtico, uno que daba a entender que quizá tenía algo más que decir, pero no delante de tanta gente. Luego, dio otro sorbo a su chocolate, palmeando el asiento a su lado para indicar a Faith que podía sentarse en este.
Las noticias ya dejaron de emitir sobre los asuntos de la mina y Stacy’s volvia a su cauce normal, con las atareadas empleadas sirviendo aquí y allí y la gente a su rollo, familias, grupos de amigos y demás guardaron sus móviles y ante lo que parecía una escena un poco extraña, pero que no les iba a reportar mas followers, se olvidaron del tema. Bendita sociedad del siglo 21.
Tirada oculta
Motivo: reacciones (1 la gente sigue mirando, 2 hostilidad, 3 lo ignoran, 4 movidote chugo)
Tirada: 1d4
Resultado: 3
El teléfono de Tami sonó en aquel momento, con una melodía sacada de Tom & Jerry, y la mujer se levantó como un resorte.
-Ahora vengo…-Le dio un bocado a la hamburguesa y descolgó el teléfono.
-¿Fí?, un mofento.-Dijo mientras se dirigía a la salida a toda prisa, mascando el trozo de comida.
Ryan asintió a Tami cuando se levantó, aunque sin perder de vista la escena con las dos mujeres. Tras dar buen uso al bote de ketchup, dio un mordisco a la hamburguesa sin quitarles la vista de encima. Puede que estuviera empezando a parecer un loco, de hecho, con esa mirada fija... Pero él sabía que no estaba loco. O, al menos, estaba bastante seguro. Pongamos al 90%. Tras aquel primer bocado masticó lentamente, pensando qué vendría a continuación.
¿Quizás estaba siendo demasiado paranoico? Bueno, quizás sí. Pero después del susto de la mina, no quería verse otras tantas semanas en cama. Además parecía que mañana se las iba a tener que ver con los jefes, así que debía llegar vivo y entero al menos hasta la noche del día siguiente.
“Darle su ropa a otra persona...” Después de lo que me ocurrió a mí, aquello tenía bastante sentido. Tal vez, no hubiera sido la única que había demostrado una forma distinta aquel día. También existía la posibilidad de que mi estuviera montando una película y sólo estuviera hablando con una loca y estaba escuchando lo que yo quería.
No tenía demasiado que perder.
Me senté en la silla que me indicaba y me acerqué un poco para hablar con ella en un tono más bajo. La gente apenas ya nos prestaba atención y tenía que saber si aquella mujer sabía algo de verdad.
- Te creo. Lo vi. - dije en apenas un susurro cerca de ella. Tenía la imagen aún grabada en la mente. - Los vi luchando en el cielo, cuando salieron de la mina. Escucharé lo que tengas que decir.
Incluso habiendo dejado de ser el centro de toda atención, esa joven aun temblaba como si la vida le fuera en ello, otro sorbo sirvió para templar sus ánimos, pero había nerviosismo en su mirada.
-Bueno, lo vi casi todo, las dos figuras que volaban, y de repente vi como el mundo se detenía y se volvía blanco… ¿No lo viste tú así?...No soy la única. Luego todo empezó a ir de nuevo tan rápido como iban todas las cosas, pero nadie se ha dado cuenta de quién era la mujer de la lanza porque ya nadie presta atención a los dioses antiguos.- Se llevó el chocolate a los labios bebiendo lentamente, mirando las reacciones de Faith con atención. Su mirada decía que quería contar más, pero sus gestos, y su forma reservada decían que quizá no debía contar más hasta que no valorase sus reacciones. Un suave movimiento de sus ojos hizo saber a Ryan que sabía perfectamente que él aún estaba mirando y escuchando la conversación.
Ryan seguía observando a aquella extraña mientras comía. De hecho, no pareció avergonzarse cuando la mujer le miró, si no que le sostuvo la mirada, en una especie de desafío, mientras masticaba lentamente. Sí, no estaba siendo muy sutil. Pero tampoco necesitaba serlo. Ya había sido sutil en la mina, y todo lo que había sacado de aquello era un coma de días, y una factura de hospital muy cara, que por suerte no pagaría él.
Así que si ahora tenía que ser invasivo a costa de estar atento ante lo que le olía terriblemente mal, lo haría. Y al final, parecía estar sacando algunos datos, aunque sonaban a desvaríos. Eso de dioses antiguos, en especial tras esa pausa que dice que ocurrió... Seguramente estaba loca.
Y si no lo estaba, la alternativa era mucho peor. Movidas chungas.
Aquello comenzaba a rozar el límite de lo que mi mente racional podía tolerar. En mi interior, mi mitad humana pugnaba por mantenerme atada a lo que podía ver y tocar. Por hacerme ver que la base de todo era la ciencia y la realidad de cada día.
Sin embargo, ahora, mi mitad lupina me gritaba que aquello era lo que tanto tiempo había estado intentando no ver. La magia y el misticismo llamando a mi puerta de mano de una indigente sucia que parecía estar loca.
No tenía muy claro qué debía hacer.
- Yo lo vi... diferente. - intenté no decir demasiado pero sabía que si ella acababa diciendo algo sobre mí, poca gente la creería. - En ese momento, no me sentía del todo humana. - dije en apenas un susurro.
-Oh Adonaï, Ieve, Tsebaoth; oh Padre Supremo-La voz de la joven volvió a repetir ese tipo de cantico mientras tocaba su amuleto.-Todo lo que piensas, todo lo que crees que es cierto…puede que lo sea. Algo nos ha cambiado a algunos en ese sitio...Pero hay agentes buscando a los que hemos cambiado.-La joven sacó una moneda de un bolsillo y la deslizo por la mesa delante de Faith.-Lánzala, haz algo imposible, intenta encestarla en la taza de quien esta cinco mesas más allá, o en el bolsillo de la chaqueta de él.-Dijo convencida, haciendo un gesto a la taza y a Ryan por turnos.
Aquello parecía aún más raro que todo lo anterior y eso era decir mucho. Sin embargo, hacía tiempo que simplemente me dejaba llevar en aquella inusual charla. Si quería sacar algo en claro de aquella mujer, tendría que seguirle el rollo un rato más.
Sin poder evitar que el escepticismo se reflejara en mi expresión, cogí la moneda de la mesa y me giré de forma que pudiera ver al hombre de la mina. Nos miraba intensamente sin tratar de disimilar un ápice. Coloqué la moneda sobre la uña de mi pulgar como si fuera a tirar la moneda a cara o cruz.
Respiré profundamente. Principalmente para darle algo de teatro al asunto, no creía ni de lejos que pudiera acertar desde esta distancia pero aún así visualicé la moneda entrando en el bolsillo trasero de su pantalón. Desde luego, aquello sí que sería imposible.
Cerré los ojos y la lancé. Lo peor que podía pasar era que tuviera que pedir perdón a alguien.
La moneda voló por los aires dando vueltas sobre sí misma, en un arco limpio hasta “el tipo de la mina”. El resultado estaba claro, caería delante de él, como mucho en la chaqueta o en el regazo de este, pero si entrar en ningún bolsillo porque parecía algo imposible desde ese Angulo, pero en vez de aterrizar sobre él, pegó contra el pequeño reposabrazos/abrazacaderas del taburete vintage, saltó sobre la mesa, pegó contra un servilletero, rodó por la barra y fue a parar hasta la caja registradora donde justo una de las empleadas abría esta. La fuerza mandó la moneda a golpear contra una de las columnas encastradas en la propia barra del establecimiento y de nuevo rebotó por la barra y fue a parar detrás de Ryan, colándose limpiamente el bolsillo de detrás de su pantalón.
La joven dijo algo con una sonrisa de oreja a oreja:- Me llamo Amuleto.
Tirada oculta
Motivo: Suerte de Faith (+60 por amuleto)
Tirada: 1d100
Dificultad: 110-
Resultado: 21 (Exito)
No le gustó nada cuando las dos mujeres le miraron. No alcanzó a escuchar lo que la rarita le sugirió a la patinadora de la mina, pero de algún modo parecía claro que tenía que ver con él. Y eso no contribuyó precisamente a calmar a Ryan. Acababa de salir del hospital, se supone que iba a relajarse en ese lugar, y estaba a punto de verse envuelto en algo raro. Y entonces lo vio. La pelirroja iba a lanzar una moneda. Bueno, eso no podía ser tan raro, ¿no?
Eso fue, claro, hasta que vio la trayectoria y sintió como se colaba en su bolsillo trasero. No se lo podía creer. Con lentitud, buscó aquella moneda y efectivamente, allí estaba. La sacó de su bolsillo, mirándola, para después dejarla sobre la mesa mientras devolvía la mirada a la pareja de muchachas. Una de sus cejas se iba alzando, mientras parecía que la piel se le había vuelto de un color más pálido.
"No lo flipes. No lo flipes. No lo flipes..." se repitió mentalmente una y otra vez. Necesitaba tranquilizarse. Era un tiro imposible, pero había sido casualidad. Una puta casualidad. No le estaban siguiendo las movidas raras. ¡No, no y no! Tenía que quitarse eso de la cabeza. ¿Y dónde demonios estaba Tami?
Después de aquello, la joven dio más motivos a los que estaban pendientes de ella para flipar.
Repitió las palabras de Adonaï, Ieve, Tsebaoth; oh Padre Supremo y tomándose del amuleto que colgaba de su cuello, y balanceándose ligeramente en su asiento cerró los ojos. Hubo un sonido apagado, como cuando se desenchufa algo que consume mucha electricidad y de repente solo queda la estática de esta antes de irse del todo; la figura de la mujer se perdió en un…abrir y cerrar de ojos. Era extraño describirlo, pero ya no estaba ahí, tras de si solo dejo la taza temblorosa sobre el plato, con el chocolate a medio tomar y el sonido del traqueteo de la mesa, vaso y plato.
No estaba. Era evidente, era algo que había dejado aún más estupefactos a Faith, Ryan e incluso Leslie, que había levantado la vista de su móvil y estaba enfocando con la cámara de este a la situación con los ojos abiertos de par en par.
En aquel momento Tami entro llevándose el teléfono móvil al bolsillo y acercándose a Ryan, alargando la mano para dar un sorbo a la cocacola con vainilla.
-¿Ha pasado algo?-Preguntó al ver el silencio que se había hecho en el lugar.
La situación era extraña, los clientes seguían a su bola, mientras que tan solo una camarera que servía una de las mesas de al lado se quedó estupefacta mirando…Como si fuera una broma de cámara oculta empezó a girarse aquí y allí, derramando una de las bebidas sobre la bandeja que portaba. Leslie se puso en pie como un resorte y se acercó a Faith para tomarla de la mano.
-Vámonos de aquí ya.
Tirada oculta
Motivo: 1-No se dan cuenta. 2-Algunos se dan cuenta. 3-Empleados se dan cuenta 4-Todos se dan cuenta
Tirada: 1d4
Resultado: 3
Todo aquello me estaba sobrepasando.
- No... no... no... - iba susurrando a medida que la moneda rebotaba de un lado a otro en circunstancias cada vez más improbables. Cuando entró en el bolsillo del pantalón tal y como había imaginado, concluí que posiblemente me estaba volviendo loca.
Ni siquiera le había dicho lo que pretendía cuando lancé la moneda y, aún así, había ocurrido delante de mis ojos.
Me giré para decirle algo pero no conseguí articular ni una palabra. Simplemente, estaba flipando demasiado para decir nada que tuviera un mínimo de coherencia. Asentí ante su presentación sin intención de responder y la seguí mirando con los ojos como platos.
Fue entonces cuando desapareció.
“¡¡¡Ha desaparecido en mi maldita cara!!! En mitad del local con un montón de gente mirando.”
En ese momento me hubiera ido a un hospital para que me examinaran si no hubiera sido por Leslie. Como siempre, tenía que ser ella la que me ayudara a poner los pies en la tierra.
- Sí, vámonos de aquí. - la agarré de la mano y la acompañé fuera con la cabeza baja y sin levantar la vista.
-¡Pero me cago en la put...!-empezó a decir Ryan tras quedarse con la boca abierta y los ojos como platos, antes de ser consciente de donde estaba y de que no debía montar una escena. Por su bien, sobre todo. Acababa de salir del hospital y no tenía ninguna gana de volver a él. Sin embargo, sí rebuscó frenéticamente en su bolsillo hasta dar con la moneda, con el objetivo de alejarla de si mismo lo más que pudiera, aunque tuviera que tirarla al otro lado del restaurante.
Mientras buscaba fue consciente de la presencia de Tami, que había vuelto y había preguntado algo.
-¿Eh? ¿Qué? ¿No has visto a esa... Tía?-preguntó. No, claro que no la había visto. Nadie había visto a la jodida mendiga mágica hacer sus putos trucos de tiro y escapismo. Bueno, parecía que las dos pelirrojas sí, y una camarera, pero eso de poco le valía para no quedar como un loco. En serio, ¿por qué la habían tomado con él? Era un tío normal, que amaba a su país y no se metía con nadie. O, al menos, con nadie que no lo mereciera. ¿Por qué le perseguían las cosas raras?
La gente alrededor se preguntaba que pasaba. Y no era para menos, por suerte la atención se la llevo la camarera, porque cuando pasaron Leslie y Faith por su lado, esta dejo caer la bandeja a un lado y se apartó, asustada, dando largas zancadas para refugiarse detrás de la barra como si hubiera visto un fantasma. A lo cual, sus compañeras reaccionaron preguntándola que pasaba y esta empezó a balbucear algo incoherente entre lágrimas.
Mientras consolaban a la aprensiva camarera, Tami, que no había estado en el frente de batalla pero había sido entrenada asumió esa actitud de controlar las cosas y agarro a Ryan de la chaqueta y tiró de él para salir detrás de las dos pelirrojas, guardándose el móvil en el bolsillo del pantalón. La puerta del local se abrió y cerró dos veces y aunque cuellos girados y miradas curiosas aún les seguían fuera del local, pareció que tras el cristal del establecimiento todo iba normal.
-¿Qué coño está pasando?-Tami intercambiaba miradas con Ryan, al cual le había soltado de la pechera hace un escaso segundo, y con las pelirrojas que había ahora fuera del establecimiento.
A Leslie, que había tomado antes la iniciativa de coger a Faith ahora le sudaba la mano copiosamente y le temblaban las rodillas, se inclinó para murmurarle algo a Faith al oído, y eso mosqueo más a Tami.
-Creo que lleva un revolver, ella.-Fue lo que murmuró.
Tirada oculta
Motivo: persepsion ryan
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 91 (Fracaso)