Con Sigma no doy una...
Motivo: Percepción+Alerta
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 5(+9)=14 (Fracaso) [5]
Motivo: Percepción
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 17(+10)=27 (Exito) [17]
Motivo: Tirada percepción
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 9(+11)=20 (Exito) [9]
Motivo: Tirada percepción
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 2(+8)=10 (Fracaso) [2]
PNJtizado
Motivo: Tirada percepción
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 20(+8)=28 (Exito) [20]
PNJtizado
La mayoría de vuestros compañeros no se dan cuenta. Con tanto rumor y tanta historia centrada en el asiático desaparecido y el extraño comportamiento de ciertas personas, nadie parece darse cuenta de otra gran ausencia: Reed. No ha aparecido en clase de Pociones y ha llegado tarde a clase de Transformaciones. Pero claro, como va y viene, ningún compañero de clase lo ha podido clasificar como “desaparecido”. Aunque claro, lo mismo se puede decir de Levi, que aparece, de repente, tarde a segunda hora lectiva, Transformaciones, acompañado de Dariel.
Reed llama vuestra atención más de lo habitual. Notais tensión en su cuello, miradas indirectas y se mueve con sigilo. Intenta pasar desapercibido o lo máximo que puede. No habla con nadie y le habéis pillado lanzando un par de miraditas hacia April Glackstone.
-Ei chaval. Menuda siesta de mantita y orinal te has pegado, ¿no?- dice el unicornio morado, que ha salido de la nada.
-Tú durmiendo y aquí pasando cosas, COSAS TIO. MUY GRANDES. A tu alrededor y tú roncando a pata suelta. ¡¡A dónde vamos a ir a parar, dioses!!
Levi se levanta de la cama, bastante sobresaltado, y se viste a toda prisa. Slughorn no era de los que perdonaba que alguien faltase a una de sus clases, por lo que tendría que pensarse en alguna excusa si no quería que su tardanza afectase sus notas. - ¿Y qué me dices de Adivinación? - pregunta el rubio para picarlo. No es que a Levi le molestase que el otro estuviera interesado o no en dicha materia, pero le divertía la reacción de Dariel. - Ya, Transformaciones es una materia que también me agrada. - admite, ya que tenía su parte racional dentro de la magia y eso era algo que a él le gustaba: que las cosas encajasen como se suponía que debían hacerlo. - Tendría que buscar una forma de poder despertarme por las mañanas. - se queja, saliendo más o menos arreglado detrás de Dariel hacia el aula de Transformaciones.
En eso, se le aparece Metho, aparentemente con noticias importantes. - Buenos días a ti también.1- responde Levi con sorna. - ¿De qué hablas exactamente? 1- pregunta, entre dientes.
1: en voz baja
Camino rápido hacia clase porque suficiente tiempo hemos perdido. Y, aun así, llegaremos tarde.
-¿Qué le pasa a Adivinación?- pregunto, haciéndome el loco al respecto. Aunque soy consciente de la cagada de anoche con Trelawney, no voy a dar mi brazo a torcer y haré ver que no pasó.
-¿Has probado con un despiertador de esos que usan los muggles? Parece que a ellos les funciona, seguro que a ti también. ¿O prefieres que te despierte yo todas las mañanas del mismo modo?- sonrío torcidamente. Por fin llegamos a clase. Menos mal. Para una que me gusta y se me da bien…
Me giro hacia Levi que murmura algo ininteligible.
-¿Qué? Si no hablas más alto no te entiendo, canadiense. ¿Te encuentras bien?- le miro con cara de preocupación por si está loco o algo así. Me adentro en el aula y me siento al fondo, "discretamente", ante la mirada huraña de la profesora Iacomb.
-BUUUUENOS DÍAS. Mucho mejor que el otro, desde luego- sonríe con ese hocico suyo de caballo.
-¿Cómo estás? Yo bien, gracias ¿y tú? Pues bien, considerando lo poco que me dejan dormir últimamente en esta escuela…- se pregunta y responde a sí mismo.
-Pueeees… han pasado cosas. Cosas. Muy. Interesantes.
Motivo: Percepción+Alerta
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 2(+7)=9 (Fracaso) [2]
- ¿Despertador? - pregunta Levi confundido. Si bien conocía algunos inventos muggles, como el teléfono, ese se le escapaba completamente. - Podrías haberme despertado de alguna otra manera... menos agresiva. - le reprocha el canadiense. Luego, se hace el tonto. - Es solo un ejercicio de automotivación. Ya sabes: me digo cosas a mí mismo en voz baja para cambiar hábitos o darme ánimos. No le des mayor importancia. - asegura con tranquilidad.
¿Así que Metho también dormía? Bueno, esa era una sorpresa. Que él supiera, los fantasmas no necesitaban dormir... aunque tampoco era posible que los fantasmas fueran vistos solo por una persona. - ¿De qué otro hablas? Anda, cuéntame que ha pasado. 1- le pide Levi, mirándole mientras andaba.
1: En voz baja
Siempre tiene que corregirme, maldito canadiense.
-Se oían tus ronquidos a dos millas, era el método más rápido. Bueno, y el más divertido- me encojo de hombros, con indiferencia. Me lo quedo mirando escépticamente ante su explicación de porqué está hablando solo. ¿Realmente piensa que me voy a creer eso?
Suspiro exasperado. Él sabrá. Me recuerda un poco a Ian en sus buenos tiempos, pero no me imagino a Levi fumando porros como si no hubiera un mañana, la verdad.
-Como tú digas… Pero, seguro que no te metes nada, ¿no?
Como veo que siga a la suya, me dedico a hacer caso a la profe Iacomb. No es Minerva, lo sabemos, pero también es... interesante, a su modo.
-¡¡Más bien qué no ha pasado!! ¡Se han llevado al de los ojillos achinados! ¿Lo sabías? ¿Lo sabías?- salta, mega-emocionado e hiperactivo el pequeño unicornio.
A Daniel siempre le han acusado de demasiado confiado e inocente, y en muchas ocasiones es con motivo. Esta es una de ellas. Aprovechó que no cursaba Pociones para ver si encontraba a Lance, y al final pensó que si no aparecía en Transformaciones daría la voz de alarma. Le ha dado el comienzo de clase de gracia, y ya han aparecido todos menos su compañero de equipo.
De repente se levanta de su asiento y se acerca a la profesora Iacomb, interrumpiendo su lección. Lo hace con carita de "disculpe, disculpe", pero con decisión: ¡es serio! Pero tampoco quiere alzar alarmas innecesarias, tal como están de calentitas las bocas hoy.
— Profesora Iacomb, hay un alumno desaparecido desde... prácticamente primera hora de la mañana. No estaba en su cama cuando nos levantamos, y eso no sería en sí raro, pero Okazaki no faltaría a dos clases seguidas sin un buen motivo —le dice en voz baja. — Ya le estuve buscando a primera hora, pero...
Iacomb recoge sus apuntes y libros que ha usado en la clase de Transformaciones de 7º, cuando se acerca Daniel comentando lo del alumno desaparecido.
-¿Y qué propone hacer? ¿Partidas de caza?- le dice en tono cínico, sonriendo con esos dientes tan oscurecidos. Cuando ve la cara de preocupación real de Daniel, afloja.
-Entiendo su preocupación- cambia su semblante a uno más serio -Pero ya le están buscando. El m… el profesor Lefay dio la voz de alarma y lo está buscando junto con el profesor Flitwick y el nuevo profesor. Así que tranquilo. No tardarán en localizarle. Seguro que no será nada…- extrañamente, acaba no siendo rancia con él, como con otros alumnos. Le pone una mano en el hombro al chico.
-En serio, seguro que será alguna broma cruel de algún compañero tuyo idiota. Seguro que estará bien. Será mejor que vaya a clase, si “averiguas” algo…- se encamina hacia la puerta –Coméntaselo a la directora, ella está en contacto con el equipo de búsqueda.
Le lanza una mirada de pena por él, debe ser el único que se ha preocupado por el chico. Es muy triste.
La tercera clase, Astronomía va a empezar en diez minutos… y sigue habiendo un desaparecido.
[Azkaban, 6 de noviembre de 2000]
Stevie por fin respiraba aire fresco. No es que en las celdas no hiciera frío, lo hacía, pero el componente añadido de “libertad” era un plus. Stevie había pasado no sabía cuantos días en aquel pútrido sitio. No había mejorado nada desde que los Dementores “desaparecieron” y fueron sustituidos por magos de carne y hueso. Seguía siendo el mismo culo del infierno.
-Recuerda. Todo tiene un precio- te dijo la voz de tu “salvador”, Mr. Rbbit.
-Informarás a esta persona. Será tu contacto conmigo y todo pasará por él. Te indicará qué debes hacer y si algo va mal, le reportarás directamente y sin dilación. Tu libertad depende de ello. Y no lo olvides: Es tu segunda y última oportunidad de vivir una vida normal. Poca gente tiene esa posibilidad. No la desperdicies- el hombre del sombrero de copa miró su reloj de bolsillo con atención.
-Ah. Justo a tiempo- sonrió misteriosamente. Guardó el reloj en el bolsillo de su armilla, dejando la cadenita colgando grácilmente contra la tela de terciopelo negro.
Un coche de caballos apareció en el cielo y aterrizó con suavidad en la costa picuda donde yacía la infame prisión.
-Sube. Te llevará a tu Destino. Y recuerda: nada de hacer estupideces. Te estaré vigilando- volvió a sonreír enigmáticamente. Se ajustó la chaqueta, satisfecho con el trabajo realizado.
-Nos vemos muy pronto- se despidió, nada más entrar tú en el vehículo.