Partida Rol por web

Tras contar 4 puertas a la derecha y 2 a la izquierda en la pared frente a ti. Siguiendo por el pasillo, vuelves a ver la antorcha de antes y más puertas idénticas.

Avanzando más allá de la primera antorcha das con unas escaleras que ascienden a la oscuridad. Con las sandalias calzadas, el frio del piso no te afecta pero si el aire helado que corre. Con tan solo la antorcha como fuente de calor el frio es algo que no te ha gustado ni vivo ni muerto.

Robert sigue caminando y subiendo por la escalera, talvez esperando encontrar algo o alguien que le ayudase a averiguar donde estaba y no toparse con alguien indeseable si es que había alguien.

Al terminar la pequeña escalera ves otra aparecida del lado contrario de la habitación, algunas bancas y en lo que supones una capilla. Unas grandes puertas dobles se alzan imponentes frente al crucifijo de la pequeña capilla.

Iluminadas solo pro tu antorcha logras ver una aparte de lo que supones ventanas, al verlas mas de cerca a la luz de la antorcha el techo es mas alto de lo que percibiste, y las ventanas son de estilo Gótico. Tras esto la nieve se acumula dándote la idea del frio.

Aún tiritando Robert se encuentra en la capilla extraña sin mas salidas que la escalera y las puertas

A donde e llegado a terminar.
Robert empieza a mirar la capilla mientras camina y se soba tratando de mantener el calor, Por que no tendre un abrigo que caliente mas..., busca algo que tenga algún sentido mientras se dirige a las puertas para una vez hay abrirlas.
 

Dos hileras de 4 bancas flanquean el camino central hecho de la misma piedra que las paredes. Al fondo un Jesús crucificado mira al suelo, tallado en madera la pieza es de buena calidad. Sin nada que parezca un altar la capilla esta vacía. Las dimensiones del cuarto son amenas unos 6 x 6 metros los bancos caben apretados. El techo calculas que se encuentra a 4 metros de altura, cosa extraña para las dimensiones interiores.

Las grandes puertas deben medir por lo menos 3 metros de altura y 2 de ancho, estas mas acostumbrado a verlas en fotografías que en vivo. Al calarlas ves como no tienen cerrojo pero cuesta abrirlas. Al abrir las puertas la oscuridad te da la bienvenida. Más allá de la estela de tu antorcha la oscuridad engulle todo.

Robert vuelve a cerrar la puerta, pues la oscuridad desconocida puede hacer de una excursión una perdición y llevarte a la muerte, ahora robert dirige su mirada a las escaleras y después de unos segundos camina hacia ellas para subir y descubrir que le espera arriba.

Al acercarte, escuchas una puerta abrir y cerrarse y una voz a lo lejos.

- ¡Vuelve aquí, estarás segura de la batalla!

Una niña pequeña aparece en las escaleras bajándolas casi a saltos, con la velocidad del ultimo impulso choca contra ti sin mirarte y te hace perder el equilibrio.

Cayendo cuan largo eres en el suelo por el empujón, ves junto a ti una niña de aproximadamente nueve  años, que te mira con una mueca de miedo y sorpresa. Levantándose rápidamente, el vestido marrón que lleva ondea tras ella mientras se esconde tras una banca mirándote.

Robert se levanta ante el golpe de la niña, se quita el polve de la ropa y dirige su mirada a la niña.
con mirada curiosa mira su vestuario y como es, mientras se acerca a ella de apoco y asta una distancia prudente, no quería asustarla mas de lo que estaba. Algo no estaba bien y la aparición de esta, tornaba la situación algo desconcertante.
Hola pequeña, Robert se sienta a unas bancas de ella, Disculpa estoy perdido, ¿me puedes decir donde estamos? Robert mira con una sonrisa amigable a la pequeña y después se le queda mirando.

Mirándote con hondos ojos azules la niña se mueve otra vez alejándose. Con la rapidez del giro la capa azul que trae en hombro ondea y el cabello negro se mantiene en su sitio por un broche que tiene en la cabeza.

Sin decirte nada se aleja al fondeo de la capilla y escuchas ruidos escalera arriba.

- ¡Por favor señorita!, regrese. Tenemos que salir con su madre.

Robert ve la niña alejarse tras un llamado, Robert no podía dejar pasar la oportunidad, pues no conocía a donde estaba ni a donde podía llegar, pero en ese momento era la única opción que tenia, detrás de la niña y con cuidado la sigue detrás.

Dando la vuelta e nuevo te mira mientras te le acercas, con una expresión de miedo y extrañeza, sientes que puedes perderte en esos azules como un lago helado.

Sin dar mucho tiempo par que te sigas acercando, escuchas la misma voz de las escaleras tras de ti.

- Eh tú, ¿quein eres?

Robert da la media vuelta para ver quien le habla mientras piensa para si mismo que no sea ningún tipo raro y contesta.
¿Disculpe llegue hace poco estoy algo confundido?

Un hombre con una toga blanca y sandalias de cuero te mira con antorcha en mano. Con una cara regordeta y una papada que no deja ver su cuello, te mira con dos grandes y negros ojos.

- ¡Por dios santísimo!

Sin dar tiempo a decir alguna otra palabra el hombre grita.

- ¡¡Espía¡¡, ¡tenemos un espía¡ ¡Soldados vengan¡

Robert ve a aquel personaje gritar tal tontera, un escalofrió instantáneo se viene en Robert pues el encuentro con el extraño puede convertirse en un gran problema, rápidamente robert corre donde esta y le planta un fuerte golpe en la cabeza con la antorcha procurando tener cuidado y solo golpearle con el palo y no la llama, mas que nada quiere aturdirle un poco y hacer que deje de gritar.

El hombre voltea en el momento en que te acercas y esquiva el ataque. Sin hacer otra cosa retrocede mirándote y agitando su antorcha en forma defensiva.

- Soldados, un espía enemigo, rápido a por acá.

El hombre se aleja y abre las puertas para correr por ahí mientras sigue gritando. Como una luciérnaga el hombre con la antorcha corre hacia la oscuridad dejándote ver gradnes pilares a su paso.

Las puertas se cierren con un fuerte sonido, dejando la pequeña capilla en silencio, solo con la antorcha en tus manos.

Rayos, Robert maldice y ve como el hombre se aleja, Demonios dudo que se demoren demasiado en volver con los guardias, sin mas redundar en el asunto Robert recuerda a la niña que estaba escondida y vuelve el cuerpo para ver si la niña sigue donde estaba o la puede ver.

Mientras volteas en busca de la niña tu mirada se posa en su anterior posición, pero no hay nada. Solo la esquina de la pared de piedra y la oscuridad.

Logras verla del otro lado de la estancia, mirándote asustada contra la pared izquierda. Con la capa tapando todo su cuerpecito exceptuando la cabeza, te habla con la inocencia en la voz.

- Tu… estas ¿contra mi padre no es cierto? ¿Porque? ¿Porque nos atacan?

Sin poder distinguir si lo dice en tono amenazador o en modo de suplica, la postura de ella no revela nada. Simplemente se intenta alejar lo más posible de ti.