Partida Rol por web

Tras contestar con un gruñido alegra cada pregunta el gangrel sigue caminando. Ante la última pregunta, hace alto total por un segundo. La pregunta calo hondo en el vástago y lo has notado.

Sin mirarte sigue caminando unos metros, tras unos segundos de caminata atreve a decir.

- Fuiste valiente…..

Sin decir mas sigue el camino caminando con tranquilidad.

Note esa respuesta diferente en Horace...

Preferí mantenerme en silencio hasta ahora... Si bien no contestó algo, noté que era un tipo que no le agradaban mucho las preguntas obvias, así que decidí callar mi afán de periodismo para seguirlo sin chistar...

A un ritmo más lento, me distraía en el camino vieno algo mas allá de la espalda del gangrel...

Extrañaba París de día, aunque la mejor parte nace cuando el Sol se pone... Pero en estas condiciones, no es algo que se podía disfrutar como quisiera... con mi familia...

Me abstraigo un segundo de esos pensamientos y sigo silencioso a mi mentor vampiro...

Sin más palabras notas la pose del gangrel mas relajada después de llegar a un vecindario desconocido para ti.

Con grafitis de colores pastel y fuertes en una especie de sincronía puedes ver lugares y escenas del áfrica. Mirando mas atentamente puedes ver que las pocas callejuelas están llenas de casa con diferente estilo. Has llegado al barrio africano de París.

Las miradas de los hombres de piel oscura en los porches de las modestas casas les miran de una manera que da a entender que no son bienvenidos.

Sin prestar atención al entorno Horace sigue impasible su camino mirando de cuando encuando si le sigues, y sonriendo de nuevo al verte tras él.

Las miradas y el completo desconocimento de esa zona en la ciudad me ponían nervioso a medida que Horace se internaba en ella, tranquilamente.

Si bien se suponía que los vampiros no podían morir, en ese momento aquella ventaja no se me pasó por la cabeza... Además, si se trataba de lupinos u otras especies monstruosas, bien podrían acabar con ese hilo de inmortalidad aparente...

-¿Por aquí, Ho...- me atrevo a cortar el silencio con un susurro, aunque el gangrel parece responder mirando varias veces hacia donde me encuentro...

-No nos separemos, al menos...- le agrego...

Sin decir palabra Horace sigue en su camino. Sorteando algunas calles y caminando rápidamente sin prestar atención a las miradas, notas como algunos de ellos reconoces al gangrel.

Siguiendo un callejón entre dos edificios grandes, Horace se adentra en territorio desconocido para ti. Deteniéndose para examinar algo en la pared del callejón.

- Aquí esta, vamos, no te retrases quiero que conozcas a alguien.

Con tono alegra Horace empuja parte de la pared dejando ver un pasadizo en esta. Sin decir mas se adentra en el.

El camno de Horace llevaba mucho más allá de lo que pudiese haber imaginado. El territorio era amplio y oscuro, y la gente se asomaba para vernos cruzar.

Cuando se detiene, y examina la pared, lo miro con el ojo sano, extrañado :

-¿Pero que...?-

Mis dudas fueron respondidas cuando me invita a pasar a un pasadizo oculto en la pared. Obviamente, la idea de ir recorriendo la ciudad, buscando gente a quien conocer que jamás aparecia tampoco me agradaba mucho mas...

Pero sin embargo, lo sigo adentro del lugar...

Siguiendo a través de un pasadizo angosto, solo logras ver la espalda de Horace mientras avanzas a trompicones por entre ladrillos Con las paredes roídas de alguna manera, llegan a un solar.

Unos metros mas delante un edificio sin muchos cuidados se alza, con la pintura de las paredes  descascarándose, es una malgama de color azul cielo y blanco. Tras una malla de acero un negro enorme espera sentado en una mecedora leyendo el diario.

- Vamos, casi llegamos, iremos a ver a una compañera Kinyony. Una antigua médium.

Con un movimiento de su cabeza te indica que le sigas.

-Tú y tus conocidos, Horace, me harán perder la cordura... definitivamente...- suelto.

Lo sigo lo bastante cerca para no perderlo, ni aunque quisiera hacerlo.

Noto la casa que emerge de la oscuridad a la que me acostumbraba, y veo una figura negra muy cerca de allí... supuse que no sería hostil, pero aún así, continúo con mi trabajo de reportero...

-¿Es esa?-

- Cordura es lo ultimo que quedara, pero no te preocupes te acostumbraras, ahora sígueme de cerca y procura no mirar mucho tiempo un punto en especifico, entramos en territorio de ilusionistas.

Riendo por lo bajo, el gangrel te mira directamente con una ligera sonrisa. Avanzando de nuevo pasan a un lado del hombre de negro quien solo les dedica una mirada despreocupada. Pasando por un remedo de puerta hecho con cuentas atravesadas por listones de colores, dan al living de la casona.

Con poco mas que atrevimiento Horace camina con total confianza hacia una puerta de madera, al abrirla les recibe un tufo a hierbas y ceniza que llena la habitación.

Haciendo caso a su consejo, me acerco mucho mas a él, siguiendo su paso...

Miro de reojo como el personaje que lee el diario apenas nos presta atención...

Apartando las "cortinas" de cuentas, trato de mirar un poco el lugar, antes de que Horace abra la puerta e ingrese a una sala con unn olor muy particular.

Me freno un poco, y tardo en seguir al gangrel...

Qué va... Si me ha metido en problemas, que me agarren con él al lado...

Reflexionado esto, yo también ingreso a la sala de los inciensos...

Ignorando lo mejor que puede el penetrante olor Horace pasa a una estancia poco iluminada. Sentada sobre el suelo ante una pequeña mesa de acero, una mujer negra les observa. Acompañada de otras dos mujeres más jóvenes, una a cada lado, ojea un libro.

- Horace, ¿Qué te trae a mi lugar querido?

Mirándote directamente, sonríe y muestra una tira de dientes afilados, como si todas sus piezas dentales fueran colmillos, lo mas pareció a la boca de un tiburón.

- Pasen los dos, siéntense por favor.

Con su sonrisa les invita a sentarse ante la mesa  y sus acompañantes no les dirigen la mirada mientras mascullan lo que supones que es una oración.

Horace hace una pequeña reverencia y se sienta en el lugar indicado.

- Gracias, Wethu, este es mi chiquillo, Albert. No esta muy acostumbrado a nosotros, te pido que le comprendas.

Sin mirarte, el gangrel comienza con los saludos usando una voz amistosa. La tal Wethu hace un asentimiento cerrando los ojos y deja de ojear el gran libro, cerrandolo en el acto.

Siguiendo a Horace, yo también hago una reverencia y me siento cerca de vampiro...

La mujer de color me intimidaba solo con su presencia, entre la oscuridad y los humos, sin contar con la amalgama de dientes afilados que exhibía al sonreír...

Preferí seguir atentamente la charla, y, aunque costara, cerrar mi pico una vez, al menos, antes de que fuese demasiado tarde volverse en mis propias palabras...

Todavía no sabía como podían reaccionar otros vampiros a mis preguntan y comentarios que me ligaban a la humanidad...

Ocultando su sonrisa al escuchar las palabras de Horace, la Kynyoni te lanza una intensa mirada, evaluando tus rasgos.  Las chicas que flanquean a la mujer paran violentamente su tarea para reanudarla inmediatamente después de mirarse por un segundo.

- Muy bien Horace, ¿tienes noticias?, o todavía es un misterio. – sonriendo cálidamente hacia el gangrel, la mujer habla lentamente como si le costara porununciar cada palabra.

- Si Whetu, no es mucho, pero se que Aniketos esta en la ciudad, y con él el crouxius. – hablnado seriamente sindespegar los ojos de su anfitriona Horace deja pasar 2 segundo para ver la reacción de ella – El problema es que no se exactamente en donde, espero poder hablar con Ulrich, ahora le buscamos, el le conoce y media ciudad le busca.

El rostro de Whetu se ilumina al escuchar las palabras del gangrel, sin decir palabra hace un movimiento extraño con la mano sobre su cabeza y como esperando una orden las otras dos mujeres se levantan como autómatas y salen de la estancia.

- Y acudes a mi para saber como mantener el tesoro bajo control, ¿verdad? – hablando mas ávidamente deja entrever sus dientes a cada palabra – Bien, te puedo decir que no le escuches, su poder destruye tu voluntad para hacerla suya.

No puedo contener que mi entrecejo se frunza ante los comentarios de la mujer... Trato de disimularlo como puedo, mirando hacia mis rodillas, pero atento a la conversación. La mirada de esta mujer parecía atravesar mis ojos, mi cerebro, mi cuerpo, todo...

Al parecer, entre estos seres marginales guardaban alguna especie de tesoro, o mejor dicho, algo mucho mas importante, ya que comprometía a varios cuyos nombres no conocía...

al parecer, Horace quería contactar con el sheriff nosferatu para advertirle o buscar respuestas acerca de este ser que desconocía, aunque Whetu, que supopnía que era el nombre de la mujer, le aconsejaba no seguir lo que éste dijiese, ya que lo perjudicaría...

La cabeza comienza a trabajar tratando de entender lo que está pasando allí, mientras sigo atando cabos entre la conversación que mantienen las dos "personas" que comparten la mesa, ahora que las doncellas se han retirado...

- Bien, pero no era la razón por la que he venido. Sino por la figura oscura, me parece que después de todo Albert fue atacado por sus hombres.

Esperando para ver la reacción de sus palabras Horace te demuestra una gran sonrisa.

- Como sea, necesito consejo para poder seguir.

Mirándote directamente, no tienes idea de que habla el gangrel, leyendo tu pensamiento continua.

- Veras Albert, esta noche espero que formes parte de nuestra sociedad formalmente, aquí Wethu es la primera compañera que acepto tu incorporación.

Haciendo una mueca divertida para el mismo, Horace vuelve a poner un tono serio.

- Pero para tener seguro esto necesitamos resolver un problema primero.

-Mu... Muchas Gracias - digo con un hilo de voz...

El haber estado tanto tiempo sin hablar y en constante tensión, me había secado un poco la garganta...

Atento a las palabras del vampiro, le pregunto:

-¿Que clase de... err... problema estamos hablando, Horace?-

Supuse que sería algo que tendría que ver con mi encuentro con el sheriff, pero nunca se está seguro hasta que esos propósitos son revelados...

Volviendo su mirada al vacio de la habitación, el gangrel espera unos segundos aclarando su mente, mientras Wethu guarda silencio ansiosa por seguir escuchando.

- El problema es complicado, pero se puede resumir en  un tipo. Alguien, de quien presumo que es vampiro , se ha estado dedicando a causar problemas en casi todos los estratos de la ciudad, y se ha estado evitando que se den a conocer, pero estas ultimas noches cada vez están mas cerca de los vástagos.

Suspirando ante sus propias palabras es difícil saber si suspira recordando los problemas o si  es porque medita sus propias palabras.

- Este pandillero tiene la suerte de lograr escapar sin dejar huella mas que el problema. He estado investigando un poco y he dado con él, al parecer tiene esa extraordinaria suerte por una reliquia que se creía perdida.

Me quedo en silencio, esperando por si el vampiro gangrel tenía algo más que aclarar, y al ver que me permitía interrumpir, accedo con su permiso a decir:

-Si no me equivoco al retomar lo último... Hablas que este bandido lleva un objeto... ?- trago saliva, y con una ceja levantada y puramente interrogativa, sigo con lo que quería preguntar -...Un Objeto mágico? Robada de alguna ruina, dices?-

Las palabras de Horace me dejaron intrigado... Lo sobrenatural llegaba a ámbitos en la realidad mucho más allá que los que mi imaginación, siendo humano, alcanzaron...

Pero antes de sacar conclusiones, espero a que alguno de los dos presentes hable...

- Robar no es una palabra exacta, al igual que ladrón. La reliquia le pertenece por legado y por antigüedad.

Hablando con voz ceremoniosa “Wethu” se dirige a nadie en especial, moviéndose lentamente para colocar sus manos en la mesa, parece como si avanzara en cámara lenta.

- No sabemos quien es, pero el croxius solo sirve para quien se lo ha ganado. Puede ser que nuestro problema use a su verdadero dueño, pero sea lo que sea este “pandillero”  no importa. Lo que en realidad interesa es destruir esta reliquia diabólica.

Parecía que ese vampiro poseia el objeto por el mismo destino... Seguramente se tratase de un vastago de gran poder, aunque como no lo plantearon de esta manera, supongo que estan uniendo fuerzas para contraatacarlo si descubren quién es...

Si es algo que me caracteriza, la busqueda de información siempre ha sido un lejano fuerte que finalmente me dejó en la condición en la que estoy ahora...

Pro eso, vuelvo a interrumpir, esperando que la pregunta inspire a los dos que se encontraban allí...

-¿Existe algún registro de los Vampiros de la Camarilla? Si conocen a quien perteneció con anterioridad, tal vez sepan quién está detrás de todo esto...-