Partida Rol por web

Tome la mano de mi hermana y la apoye sobre mi pecho, ella noto como el corazon se me habia acelerado, deje caer mi cabeza sobre ella.

-Me pongo estupidamente nerviosa, casi puedo hablarle....si me vi tentada a besarlo pero no sabia si estaba en lo correcto, y de momento sentia miedo de lo que sentia , de lo que siento...no se bien que hacer-parecia una niña atemorisada entre los brazos de Constance.

-¿Como sabre si le agrado o no?-pregunte a mi hermana buscando algo de consuelo, era notable mi temor, mis nervios , todo este mundo nuevo que descubria.

Constan e se quedó pensativa durante un instante.

-Pues exactamente no sé cómo lo sabremos pero lo haremos. Tú dejamelo a mí... Por lo pronto has de ir a todos lados conmigo y él no se me va a separar por nada del mundo.

Estaba convencida de que ningún hombre era muy difícil, excepto el estúpido de Ragnar.

-Vas a volverlo loco pero debes dejar dudar, porque tú eres hermosa y él podrá ver eso si no es imbécil. Vamos a verlo?

Escuche a Constance con mucha atencion la sola idea de salir con Daeron, pese a que mi hermana nos acompañe me ponia muy nerviosa, pero sabia que ella estaria alli para ayudarme despues de todo.

-Esta bien, pero creo que me ire a mi habitacion y luego los encuentro-me puse de pie frente a ella para darle un profundo abrazo-Gracias, dime donde los encuentro -pregunte con cierto nerviosismo en mi voz.

Constance estaba con vencida de que Daeron podía ser un buen partido para Mérida, aun cuando fuese un idiota siguiéndola.

-Daré un paseo por los alrededores esta tarde, aparece ahí.

Se levantó, dio un abrazo y beso a su hermana y la despidió cariñosamente.

Me despedi de Constance y me fui a asear rapidamente para poder encontrarme con mi hermana y Daeron, mientras lo hacia la mera idea me ponia nerviosa, pero confiaba en ella sabia que estaria bien si estaba con ella.

Constance se encontraba por los alrededores, no habia mucho verde que encontrar por el inmenso castillo de Harrenhal , pero sin duda alguna la peliroja encontro algun que otro sitio agradable para pasear mientras esperaba por su hermana, logicamente en compañia de su Guardian Daeron.

La joven estaba acostumbrada a los ropajes de entrenamientos de su hermana y era asi como la esperaba , pero para sorpresa de ella no fue asi esta ves. Merida llego y se acerco a su hermana, menuda era la sorpresa, su hermanita mejor vestia con un vestido muy bella de color verde, con detalles en dorado que sin duda alguna resaltaban sus ojos claro y su cabello color fuego, quien no supiera de la condicion de bastarda de la joven , se la hubiera confundido con una noble hija de algun importante Lord. Sin duda alguna a sorpresa fue mucha ya que con los años que Merida vivio con Constance jamas la vio en estas condiciones.

La joven se acerco con un caminar bastante femenino-Buenas tardes Hermana-miro a Daeron-Buenas tardes Ser Daeron-dijo timidamente bajando un poco la mirada , para luego ponerse al lado de su hermana , esperando que esta la guiara.

Constance se quedò realmente confundida, los hombres podìan cambiar a las mujeres y viceversa pero aquello no se lo esperò jamàs. Casi que sintiò ganas de pegarle a su hermanita la 'mejor' pero sonriò, al fin de cuentas lo que querìa es que ella fuese feliz, si ella no podìa serlo, Mèrida lo serìa. Aunque fuese con el tonto de Daeron.

-Te ves preciosa, no es asì, ser Daeron?

La gemela mirò a su guardiàn y no habìa una sonrisa en ella. Su hermana aùn no sabìa lo que habìa acontecido con ellos y era mejor asì. A veces Constance tenìa ganas de escapar.

-Iremos a cabalgar, Merida. Ser, haced que ensillen los caballos.

Bueno, era momento de buscar acciòn.

Ser Daeron vestía unos pantalones de Cuero negro, unas botas del mismo material junto con una cota de anillas. En su cinto colgaba una espada y en la parte trasera un puñal
-Ciertamente mi Señora, se encuentra muy bonita hoy.- Dijo Ser Daeron a Merida.

Con Lady Constance No había tenido muy buena relación desde el altercado con el Fossoway pero siempre trataba con respecto a la hija de su señor.

-Pediere al mozo de cuadra que les ensille 2 caballos.- Dijo con cortesía, Hizo un gesto con una mano para llamar a jovencito que jugaba con unas piedras.
-Niño necesito que me busques al mozo de cuadra, estas damas desean dar un paseo.-  Le dijo y le deposito una moneda de cobre en la mano.-
 El hombre comenzó a caminar hacia las caballerizas teniendo siempre en vista a Constance su protegida. -Una vez lleguemos a los establos ya deberían de estar ensillados los caballos.- Comento mientras caminaba junto a las jovencitas.

Mi rostro se habia vuelto a sonroja por completo tras la palabras de Ser Daeron, este seria muy estupido si no se diera cuenta de eso, pero en este momento debia mantener la calma.

-A..aaa..agra..agradezco sus palabras Ser-dije a duras penas, el no perdia de vista a Constance y yo no lo perdia de vista a el, aunque este sentimiento en parte me estaba asustando y sentia la imperiosa necesidad de salir corriendo en cualquier momento.Sujete la mano de mi hermana unos segundo, y ell pudo notar que me temblaba.

Constance observó a Daeron de pies a cabeza, era un hombre interesante, quizás si no hubieran empezado con el pie izquierdo, ella hasta lo miraría de otra manera pero en cierto modo, Daeron era su carcelero y no era alguien que le agrada ni siquiera para su hermana pero su hermana era Mérida y ella amaba a Mérida profundamente así que no iba a lastimarla hablando mal del hombre que amaba o que decía amar. Con los reveses quehabía tenido, no estaba muy convencida de que el amor fuese algo que existiera.

-Al menos puedo decir que ser Daeron tiene buen gusto.

Dijo con ironía, le gustaba provocarlo pero no tanto como para sacarlo de sus casillas. Comenzó a caminar rumbo a las caballerizas del brazo de su hermana, le parecía que iba algo nerviosa, así que se detuvo.

-Daeron?...-lo miró con una sonrisa.-No hará falta un tercer caballo para vos, puedes venir con mi hermana que con el arco es muy buena pero con los caballos un desastre.

Ella sabía que eso era mentira pero esperaba que Mérida no fuese a abrir la bocota.

-Juro por Los Siete que no escaparé es más, podéis atar mi caballo al vuestro como lo habéis hecho la otra noche.

¿no se cabalgar?.....¿la otra noche? ¿que rayos habia pasado entre estos dos? ¿que me habia perdido? ...no pude evitar apretar un poco la mano de mi hermana , pero al darme cuenta simplemente la solte tratando de desbiar la mirada hacia otro lado, cuando de repente recorde algo...El establo...Angus! , por los siete , si Daeron intentaba tomarlo de seguro el se molestaria mucho, no dejaba que nadie mas lo tocara, solo yo y en muy pocas ocaciones mi Padre, pero para el resto siempre fue muy salvaje un caballo muy dificil de tratar.

Ser Daeron Dio un suspiro, Constance era una joven muy complicada. En su vida habia tenido muchos trabajos y siempre se habia destacado por cumplirlos. Ya sea enfrentadose a una agrupacion de bandidos de las arenas o enfrentandose en un conflicto entre casas. Daeron siempre cumplia y nunca chistaba, pero esta niña lo hacia poner de malas, tomo aire y pidio a la anciana sabiduria para cumplir con su labor, antes de ensta tarea habia estado 6 dias sin comer.

-Yo ayudare a Lady Merida con su caballo y confio en que no saldra al galope con su corcel asi que no hara falta atar las riendas.- Dijo con mucho respeto mientras esperaba que Lady Constance subiera a su caballo.

-Mi Señora si le parece bien yo montare adelante y tomare las riendas del animal.- Dijo mirando a la joven muchacha. -En el transcurso puedo enseñarle a montar.

La pelirroja mirò a Daeron, le sonriò con cierta malicia que aunque èl no la conociera demasiado, no le serìa difìcil percibir. Luego la muy maldita le guiñò un ojo.

-Para què voy a escapar si no es con Fossoway? ¡Vamos, Mèrida, que no tenemos todo el dìa!

Constance sonriò de nuevo y comenzò a galopar, libre, al viento. Esos momentos eran los ùnicos en los que no se sentìa miserable por haber hecho lo que habìa hecho; ya se lo perdonarìa ella con el tiempo, si es que tenìa tiempo. El cabello se le soltò y no mirò atràs a ver si venìan detràs de ella, simplemente avanzaba y sentìa el viento en la cara. Deseaba volver a casa, volver a ser una niña y sabìa sin embargo, que luego de aquel viaje, no serìa nunca la misma.

No tuve ningun problema en "aprender a montar" , pero me sentia muy incomoda en un caballo extraño, estaba muy unida a Angus y se podia notar cierta extrañes en mi rostro. Asenti con la cabeza a Constance , senti el terrible impulso de hacer galopar a este caballo prestado, pero no podia debia seguir finjiendo.

-¿Porque lo pusieron a cuidar a mi Hermana?- pregunte directamente a Daeron, no sentia nervios, me estaba desquisiando el tema del caballo ajeno, asi que no podia fijarme mucho en el.Observaba a mi hermana disfrutar y en cierta forma me molestaba no poder hacer lo mismo....¿cuanto tiempo mas podria seguir finjiendo? estaba segura que Angus podia escucharme y venir a mi encuentro....maldicion!

Ser Daeron hizo de cuenta que no había oído lo que Constance había dicho, monto junto a Merida pero hizo que la colorada fuera adelante así no la perdía de vista.

-Lady Constance nunca había salido del castillo antes, o por lo menos no tan lejos y Lord Owen decidió que seria prudente tener un guardián uno nunca sabe que peligros hay en estos lugares y si me preguntan a mi Lord Owen tomo una correcta decisión al hacerlo.- Esta vez su mirada se clavo en Constance haciendo así alusión a lo sucedido con el joven Fossoway

Escuche atento a Daeron, pero no podia evitar sentirme incomoda en este caballo, pero trataba de centrar mi atencion en el.

-Pues, no lo se, no creo que sea tan complicada, es algo caprichosa, pero que niña de Papi no lo es -dije con una sonrisa bromista en mi rostro-Pero cuanto mas intente llevarle la contra es peor, es como discutir con la pared - y no exageraba , pero aun asi amaba a mi hermana mas que a nada.

Me sentia algo tentada a decirle a Daeron lo que sentia por el , pero creo que era muy pronto y no sabia si el estaba solo .Estaba algo confundia y sin notarlo deje las cuerdas del caballo.

Constance iba y venia con su yegua haciendo cabriolas alrededor de la montura de Daeron. Sonreía y avanzaba de nuevo.

-Tengo una duda, ser...

Se acercó lo suficiente a ellos.

-En realidad dos. Sois casado? Tenéis a alguien? Porque si no, entiendo porque no me permitís estar a solas con ser Fossoway...

La pelirroja sonrió pero no se adelantó, se quedó allí mirándolo y esperando por respuestas.

-No, no tenéis a nadie... Os podría dar un consejo y a cambio os contare un secreto... Pensadlo.

Avanzó un poco a galope corto pero luego volvió rodeando a la pareja.

Apenas oi esas palabras de mi hermana senti como mi pecho se hundia de nervios, ¡¡¡¡ que rayos le pasa!!!??? no sera capaz de hacer algo asi???? , le cerraria la boca de un flechazo si fuera necesario, solo....no te atrevas...mire unos segundos atras no estabamos tan lejos ....asi que si chiflo el va a oirme, al menos me seguraria mi huida....desgraciada...no lo hagas

 Ser Daeron escucho lo que constance tenia para decirle y no le respondio, un caballero errante no podia darse el lujo de tener una familia, el no tenia hogar y no podia cargar con una esposa o con hijos, la colorada estaba en lo cierto pero no lo admitiria frente a ella.

-Mi señora Constance no estoy interesado en recibir esos consejos que usted me ofrece aun asi le agradezco su oferta.- Dijo siempre cortez.

Constance lo mirò con cierto odio, empezaba a sentir mucho desasosiego con ese hombre.

-No importa que no lo deseèis, hay muchas cosas en la vida que no deseamos y muchas otras que nos las imponen como a mì vuestra presencia como si yo fuese la muchacha màs alocada del mundo.

La joven rodeaba a los dos con su caballo de manera que ambas monturas avanzaban poco.

-Es increìble que tengàis a una mujer hermosa a vuestro lado y no os deis cuenta de nada. Una vergûenza y una vida muy aburrida. Asì que mi consejo es: no dejèis ir lo que tenèis tan cerca o podrìais terminar arrepentido.

La joven pelirroja sonriò y se alejò con rapidez, ya habìa dicho lo que tenìa para decir.

Estaba atenta a lo que mi hermana queria o tenia intenciones de decir, pero confia en que no le diga.....tarde se lo dijo aunque no tan directamente. Automaticamente detuve mi caballo bajando un poco la mirada, sentia como mi rostro me ardia por completo, no comprendia si era enojo por el brote de sinceridad de mi hermana o simplemente pena...no verguenza porque era lo que sentia y no veia que estuviera mal, pero...me sentia muy muy apenada, pero no dije anda, nisiquiera me atrevi a levante la vista en busca de esos ojos celeste que Daeron tenia...no podia hacerlo en este momento, y trataba de contener las ganas de salir calopando de alli lo mas rapido que pudiera.