Partida Rol por web

Le miro parpadeando, nunca pensé que fuera a ser una buena influencia para nadie, pero lo cierto es que tampoco había sido para tanto, solo había conseguido que se detuviera conmigo y con mi familia, no con los demás.

Pero bueno, dejo que me bese y disfruto tanto o mas que él de ese momento.

Y ya sabía lo que era cuando me enamore de él, no busco que cambie solo que se encuentre. Pero lo mismo ambas cosas van unidas.

Cojo la toalla envolviendome el cuerpo entero, como cuando era mas niña, ahora ni siquiera conservo la niñez de ayer. Y le observo a su pregunta.

-¿ Cuando decidiste que aparte de matar podías volver a amar, a amarme a mi?-

Contesto con otra pregunta porque ¿Que quiero en realidad? Sonrio mientras me acerco a él y abriendo la toalla le abrazo con ella

-Quiero muchas cosas, conseguir muchas metas- Bajo la mirada un instante- Quizas aun...conseguir el sello de la serpiente. Pero soy feliz contigo, en cierta manera me das todo lo que quiero.Puede que podamos trabajar por ese futuro juntos..-

Esta vez le sonrio un poco olvidando de donde venimos hoy, de las cosas que he visto, de las que he perdonado ,en las que he cedido y las que dejado atrás.

-Abandona lo del principe azul, al menos en cuanto puedas, a las demás les parece muy atractivo pero a mi nunca me ha gustado -

Tiro de su mano para que salgamos fuera del baño

-Vayamos a la cama, cuando nos levantemos tendremos que hablar sobre todo lo que vamos a hacer a partir de ahora-

Me encojo de hombros y dejo abierta la toalla con toda la provocación. Y eso que estoy destrozada.

- Si hubiese podido escoger... Amarte no es algo que yo halla elegido; pero si preguntas cuando me dí cuenta, fue la vez que me crucé con tu hermano. Iba a matarlo, y me detuve pensando en las consecuencias; me importaba demasiado que te alejases de mi, y entonces supe que significabas algo, aunque tardé un poco más en asimilarlo.

Al abrazarle con la toalla, su reacción no tarda en ser evidente, empieza a estar más excitado por el contacto de vuestros cuerpos, y lejos de ocultarse o avergonzarse, acaricia tus caderas y lo disfruta, arrimando su reciente erección a tu piel todo cuanto puede.

- Estoy de acuerdo, aún hay más que debo contarte, pero puede esperar a mañana.

Te sigue tomado de la mano, dejando caer su toalla, pendiente de tus provocaciones y respondiendo a estas con una sonrisa algo tibia, en parte de deseo. Al llegar al dormitorio permanece a tu lado, su mano libre desciende con la yema de sus dedos hasta llegar a tus labios, para acariciarlos, y usando el anular y corazón, comienza a explorar tu cavidad.

Ver que consigo excitarle de esa manera es algo que en cierta manera me enorgullece pero sobre todo me incita mas a mi.

Sus manos en mis caderas son un estimulo y cuando llegamos al cuarto y directamente baja su mano dejando que sus dedos se muevan con libertad ,hace que mi aliento se agite y cierre los ojos.

La verdad es que podría decir que con él no me importa someterme, pero no sería del todo cierto.

Me pego un poquito mas a su piel para besar su cuello y bajando tambien mi mano agarro la suya para moverla al ritmo que tantas veces he llevado las últimas semanas en mi habitación.

Busco sus labios, olvidando todo el cansancio y frustación y abro su boca con deseo para atrapar su lengua entre la mia.

Cuando me separo, saco mi mano de la suya y la uso para girarle poniendola en su hombro. Le empujo a tumbarse en su bonita cama para subirme encima arrastrando mi lengua desde su ombligo hasta su barbilla.

-¿Que otras cosas mas me tienes que decir?-

Pregunto mientras dejo su ereción entre mis piernas y esta vez muerdo yo su lobulo de la oreja derecha.

Ahora ya no tengo las manos atadas.

Había sido un despertar agitado, una bella joven a mi lado, completamente desnuda, me besa sin dudarlo y deja su cuerpo descubierto sin problemas. Al verla allí sentada con el torso desnudo, por unos segundos quedo sorprendido no puedo creer esto pensaba aún absorto en aquel beso, su voz y el sonido de su estomago me hacen volver en mi, me sonrojo al entender lo que estaba pasando, rápidamente desvío mi mirada Ahora preparo el desayuno es lo único que atino a decir solo, ponte algo de ropa y me dirijo directamente a la cocina a preparar el desayuno, e intentar calmarme y procesar todo esto

Asiente con una sonrisa y te deja ir a la cocina. Empiezas a preparar el desayuno, y ella no tarda en llegar también; prácticamente aún desnuda, solo lleva puesta la camisa de tu uniforme escolar, y desabrochada. Se te acerca por la espalda y te rodea por el cuello con los brazos, asomandose por encima de tu hombro para ver que estás preparando.

- Haniji Hiroto...

Te estrecha más fuerte con su abrazo, arrimando su cuerpo al tuyo y mirandote con ilusión. Despues se separa un par de pasos y se lleva las manos a la cintura.

- Soy una kitsune, me ha enviado mi señor, Haniji Kenso, para que sea tuya a partir de ahora. Me ha levantado mi castigo por mis travesuras, y ahora vuelvo a tener un amo al que servir; a ti. Eres mi invocador, y posees mi sello.

Se sienta sobre el borde de la mesa y se tumba de lado sobre ella, apoyandose en uno de sus codos.

El abrazo de aquella joven era cálido y suave como su voz, puedo sentir en sus palabras la misma ilusión que en sus ojos, ademas del fuerte abrazo. Cuando me suelta y comienzo a hablar Me volteo un momento, apartando las cosas del fuego, para escucharla pero el atuendo no deja lugar a la imaginación y no puedo evitar sonrojarme nuevamente y volver mi mirada hacia la comida.

¿Kitsune? había leído sobre ellos durante sus estudios con su abuelo, pero no recuerda haberlos visto antes, es mas, creía que eran un mito, me doy vuelta sorprendido, y no puedo evitar sonrojarme, pero esto era mas importante Entonces, mi padre te envió para servirme me detengo un segundo no me gusta esa palabra, para que estés a mi lado, y aquello que me diste anoche es tu sello ¿verdad? recapitulando. Ahora las cosas comenzaban a tener un poco mas de sentido podrías haberme avisado padre. piensa, mientras comienza a oler que algo se quema, era el desayuno, vuelvo la mirada hacia la cocina e intento recomponerlo una bella chica, mi padre me envía una bella chica y ni un llamado para avisar. Aunque ella parece feliz de estar aquí. De acuerdo me volteo hacia ella sonriendo acepto tus servicios y puedes quedarte aquí sin perder mi característica sonrisa pero debemos conseguirte algo de ropa volviéndose a sonrojar y servir el desayuno ¿Cual es tu nombre?  pregunto dejando ambos platos en la mesa.

- Yo soy... una kitsune...

Ladea la cabeza con cierta extrañeza, pero asiente y vuelve a sonreir.

- Si, era mi sello; si lo rompes desapareceré, y volveré a aparecer si lo inscribes de nuevo; pero me gusta tu mundo, por favor, no lo rompas, amo ¿Porqué no te gusta la palabra? Soy tu servidora, y tú mi amo; es lo que hacen los espíritus por sus invocadores... ¿No? ¿Es que preferirías a otro espíritu?

Te mira intentando dar lástima, crees que adrede, pero entonces abre bastante los ojos.

- ¡Ah, lo olvidé! La razón por la que Haniji Kenso me envió, fue para avisarte, atacaron vuestra aldea, quemaron el templo y murió uno de los samurai del clan, pero él está bien. Así que no quiere que vayas a tu escuela hasta que él venga a visitarte mañana. Eso es lo que me dijo y todo lo que se.

Se baja del borde de la mesa y se sienta a tu lado, tomando el desayuno con ilusión.

- ¡Oh! Está mejor que lo de anoche...

Devora el desayuno sin usar ningún cubierto, y acaba con los deditos y la boca ensuciados.

No es eso, no te preocupes, no lo romperé responde sonriente ante la expresión de lastima de kitsune, antes de contarme sobre el ataque.

¿atacaron la aldea? exaltado repito sus palabras, pero el resto de lo que me dice me calma un poco demonios, siguen atacando las aldeas y yo aquí sin poder hacer nada se podía ver la angustia en mi rostro aunque intentase disimularlo con una sonrisa al verla disfrutar del desayuno.

Ya terminando entonces, tenemos el día libre, si quieres quedarte aquí, debemos conseguirte algo de ropa dice llevando los platos al lavado ¿ quieres que salgamos a pasear ? creo que me vendría bien un pequeño descanso

- ¡Si!

Exclama entusiasmada, levantandose de la mesa con los brazos abiertos y una amistosa sonrisa.

- ¿Iremos juntos a pasear, a buscar más ropa?

Sigue practicamente desnuda, y sin ningún tipo de pudor; pero no puede salir así a la calle, necesita ponerse algo más encima, salvo que querais ir llamando la atención.

Dejandose llevar, va disfrutando de tus atenciones mientras le lames, te subes encima y muerdes. Lleva sus brazos entorno a tu espalda para mantener tu cuerpo y tu rostro cerca del suyo, en contacto.

- Aquella noche, cuando invocamos a tu Oni, salí de madrugada para colarme en el apartamento de Saito-san; se me habían adelantado, pero le reconocí por el acento, Axel Marshall, el gaijin de tu aula, y estuvimos hablando; "Por amor olvidarías la venganza" me dijo; la otra sospecho que debía ser Sho Miyabi, siempre están juntos; ninguno de los dos me identificó, salieron huyendo aterrados en cuanto les deje marchar. Me hice con toda la información que recopiló Saito-san, te la mostraré mañana.

Aferra con más fuerza tu cuerpo, unos instantes, mientras te besa; despues afloja para dejarte libre y sus manos se mueven hacia tu nalga y cintura, respectivamente.

Sonríe ante la reacción de kitsune bien, pero así vestida no puedes salir comenta mientras lava los trastos. Una vez terminado, va a su armario buscando alguna ropa que pueda quedarle a ella.

¿pruébate esto esto? dice alcanzándole unos pantalones y una remera creo que te servirá, hasta que compremos algo nuevo.

¿A donde iremos? no conozco bien la ciudad. Podria preguntarle a Toyoda-san, seguro el conoce algun lugar. Pienso mientras se prueba la ropa, tomo el movil y llamo a Toyoda-san. 

A pesar de que te sientas en su mesa, el ya estaba de pié.

- Podrías ser más discreta...

Masculla el delegado apartando la mirada. Te mira despues con gesto algo más serio y calmado.

- Voy a almorzar; vienes con nosotros, ¿No?

Salís del aula los dos juntos y vais hasta las pistas de atletismo, para poder hablar en privado. A lo lejos, los alumnos se dirigen a la cafetería o se tumban en la hierba para almorzar. Echando un vistazo a vuestro alrededor, no veis a nadie ni nada extraño.

Con la respiracion agitada y dejando que me pegue a él escucho lo que hizo el dia que invocamos al oni.

Agito la cabeza

-Marshall, siempre tan intenso-

Para todo, para la amistad, para lo que sentía por Miyabi, para aconsejar a los demas...

Clavo mi mirada en la suya y me estiro a lo largo de su cuerpo

-¿Sabes que adivino lo de las sombras del maestro? Bueno, no es que fuera muy discreto pero..Me sorprendió así como sus tratos con el ejercito y su idea de hacer un pacto...- Clavo los codos a los lados de su cuello-Lo mismo lo sabes, pero estabamos llegando a una especie de pacto entre nosotros, que evidentemente despueé de esta noche se habrá ido al infierno...-

Dejo que me bese y de la pasión inicial con la que habíamos entrado en el cuarto damos paso a una calma intima igual de gustosa

-¿Me pregunto que pensarán cuando se enteren? Si alguno se sentirá triste por mi muerte...-

Aparto la mirada un instante para volver a enfrentarla incorporandome ligeramente

-Hay una cosa que no creo que deba esperar a mañana. El maestro sospecha demasiado de ti y no creo que deba quedarme aqui.Al estar a mi lado te has señalado demasiado y si me encuentra, todo sera igual, me matará, te matará y lo hará con Irisa-

Acaricio su pelo

-Tengo que encontrar otro sitio-

Lo demás podía esperar pero esto no lo creía.

- Si no nos es de utilidad, que el gaijin no se interponga; y olvidate de ir a ningún lado, no voy a dejarte a solas, me preocuparía aún más. Te quedas a vivir conmigo, hasta que el "Maestro" ya no sea un inconveniente.

Son sus palabras al respecto, y nada más.

- A mi habrá quien también me de por muerto, desde que desapareciste y no contestabas a mis llamadas, yo también he dejado de ir a mi trabajo, todo por buscarte, y van ya dos días; e igual con mi onee-chan.

Sus manos en tu espalda, a la altura de los hombros, van haciendo presión en pequeños circulos mientras descienden, desde la nuca hasta la zona lumbar.

- Me he ocupado de mi onee-chan, así que no te preocupes por ella, ya te dije que necesitaba unos días, pero que acabaría encontrandole otro lugar para este fin de semana. La dejaré donde está más tiempo de lo previsto, no hay inconveniente.

Se queda mirandote a los ojos, y sonríe, recordando algo.

- Aún no te dije como dí contigo, ¿No? Me ayudó tu compañera, Mino Ririko; es más inteligente de lo que pensé. Por lo visto investigó las muertes de hace cinco años, las de tu clan, y descubrío que la primera de ella estaba relacionada conmigo, el asesinato de mis padres. Ató cabos, y llegó a deducir que yo era Bloody Rain. Ni se lo confirme, ni lo negué. Le dije que si se le ocurría ir diciendo eso de mi, a quien sea, la mataría; pero no tengo realmente forma de controlarla, ni saber que dice o a quien. Solo logré convencerla para que localizara tu telefono movil, así llegué hasta la aldea.

Al cuarto tono de llamada Toyoda-san contesta, le explicas que necesitas ir a comprar ropa para una amiga, y él te recomienda algunas calles de la zona centro, donde podrás encontrar algo; te dice además que no podrá ayudarte en persona, está trabajando, y en sus ratos libres el clan Haniji lo tiene haciendo recados para ellos; por lo visto están muy agitados estos días, y desconoce los motivos.

- ¡Terminé!

Te dice la kitsune, una vez se ha puesto el pantalón y la remera. Te das cuenta que sigue descalza, así que le prestas también unas deportivas.

Salís de casa tras tomar algo de tu mensualidad y os dirigís a la parada de autobus. Ella va agarrada a tu brazo, ilusionada, observando a toda la gente con atención, y no perdiendo detalle de las cosas. A pesar de sus orejas y cola de zorro, nadie parece extrañarse, todos piensan que es alguna clase de disfraz.

Cuando al fin llegais al centro, andais un poco más; siempre estabas en clase a estas horas, y es la primera vez que recorres el centro por la mañana. El ambiente es bullicioso, pero no agobiante.

- ¡Aquí hay muchos más humanos que en la aldea y los bosques! ¿Que ropa iremos a comprar primero?

Le miro a los ojos mientras asevera que me quedaré a su lado y punto, y si, me halaga pero no lo veo tan buena idea. Se que la casa esta protegida y que al menos durante un tiempo aquí no me encontraran pero el " maestro" no se rendirá tan fácilmente con él.

Y luego esta la idea de que Irisa tenga que estar tanto tiempo separada y alterando también su rutina. Pero de eso no tengo enteramente la culpa yo.

- ¿ Entonces dejarás el trabajo para ocultarte también conmigo?- Le miro ciertamente preocupada - A quien Marshall tiene detrás es al ejército americano , seguramente Sho Yudai tenga razón y tengan interés particular en esto... No de deberíamos perderle de vista , al igual que a la mosquito muerta de Ootanashi. Dijeron que no tenía malas intenciones pero esta metida en esto y no sabemos porque...-

No estoy muy contenta de que me halla dado tanta importancia como para desaparecer así del instituto, pero con la que esta cayendo , bien podían haberle secuestrado a él también.

De Mino- san lo tenía que haber averiguado sin problemas, de hecho, si hubiera tenido algo más de tiempo ella estaba en mi lista . Pero bueno, se que lo contará y que por ello él no podrá volver a estar tranquilo. Si tenía la oportunidad también iría a por ella.

Dejo escapar el aire destensando mi espalda al contacto de sus caricias y muevo el cuello recordando un par de cosas de esta noche.

- No tuve en ningún momento conocimiento de que en esa aldea estuviese Saito- sensei y el maestro me dijo que sólo quedaba esa aldea en pie y que allí estaría... y después la pregunta que más interesante me parece de todas

- Izanagi ¿ Sabes quienes son los shunten?-

Bajo mi mano dejándola descansar sobre su pecho acariciandolo pensativa con mis uñas.

-Perdona, pero yo siempre he hablado asi, no es tan raro...(su ofrecimiento me parecio algo como disculpas, y no dude en aceptar)...claro, ire a comer contigo y con las chicas, oye...te noto algo extraño y alterado, ¿te ocurre algo?...¿tan mal esta lo que he dicho?, te prometo que modero mi forma de hablar contigo, pero me da a mi que seria peor, porque notaran que te trato diferente.

Yûdai suspiró y le tendió la mano . 

Al menos veo honestidad en tus palabras ; conmigo podrás comenzar cuantas veces quieras , pero mi tío es un asunto a parte , y sus palabras están por encima de las de mi padre así que te recomiendo calma y pies de plomo , como decís los extranjeros . 

Luego , ambos se dirigieron a un lugar alejado de la pista de atletismo y ahí Yûdai se cruzó de brazos y le prestó atención al americano . 

" Tendré que pasarme despues para visitar al doctor y saber de mi hermana ; nunca pensé que tendría que hacer cosas de manera oficial solo para ver a mi nee chan " . 

Soy todo oídos . 

Es verdad responde sonriendo, era la primera vez que andaba por la ciudad tan temprano, podemos ir por allí, y vamos viendo, busquemos algo que te guste señalando los lugares que Toyoda-san me comentó, recorremos las calles buscando una casa de ropa femenina