Partida Rol por web

Concentradas como están, ambas serpientes ignoran los cautelosos pasos que Zarpa de Sombra da en su dirección en busca de un resquicio por el que entrar a la cueva. Lamentablemte, y aún sin prestarle atención, es prácticamente imposible entrar. La boca es lo suficientemente grande como para permitir el paso de un gato adulto, pero los dos reptiles la bloquean con sus cuerpos.

Nos obstante, ahora Zarpa de Sombra está prácticamente al lado de las serpientes y ninguna se ha dado cuenta de su proximidad.

  -Habra que organizarnos entonces- dice Zarpaparda con mucha seguridad. -Intentemos tener el terreno a nuestro favor, sino sera muy complicado- hace una pausa corta.

  -¿Quienes son los más ágiles?- pregunta a todos.

-¿Y cómo demonios vamos a saber lo ágiles o no que somos en comparación con los demás si no nos conocemos? Piensa lo que dices o no digas nada, cría.

Así no hacemos nada...pero al menos no han visto a Zarpa de sombra. Eso es bueno.

-Apoyadme, voy a atacar.

Sin más, me acerco. Pero no de frente, sino por el lado contrario a Zarpa de Sombra, moviendome hacia el lateral para que no puedan atacarme las dos víboras. Al menos no con comodidad.

O eso espero...Si consigo esquivar el ataque y atraparle la boca conta el suelo...

  -Es facil, alguno que reaccione así o que diga que es agil es porque lo es- dice sin emitir una pisca de resentimiento por el felino al haberlo tratado de esa manera, por lo menos no por ahora.

  Se fija en Zarpablanca y se señala los ojos, haciendole un gesto de que este atenta con los alrededores y le cubre la espaldas a Zarparoja.

Turnos de ataque.

Zarparoja

Zarpaparda

Serpiente 1

Zarpablanca

Zarpa de Sombra

Serpiente 2

Al ver a Zarparoja en el otro extremo, campo de unas lo que busca hacer...llamar la atención de una y encargarse de esta mientras yo pueda encargarme de la otra, asiento levemente con mi cabeza -"Debo aprovechar al máximo que no se han percatado de mi proximidad...de lo contrario, todos estaremos en peligro mortal"- pensaba en mi mente mientras con lentitud y cuidado tomaba una posición de ataque  cerca de la serpiente que estaba a mi alcance.

-"Tengo que evitar a toda costa sus colmillos...es ahora o nunca"- pensaba mientras alzaba lentamente una de sus patas para atacarle a la serpiente que estaba al lado izquierdo de ella en busca de alejarle de las crías.

Al ver que Zarparoja y Zarpa de sombra están en posición de ataque me acerco a la cueva sin que me vean las serpientes para ir a por los gatitos y sacarlos de ahí mientras luchan.

"Vamos compañeros, solo hay que aguantar un poco" - piensa Zarpablanca.

Zarparoja es el primero en actuar, claro en su mente que la protección de las crías es lo primero. Con una rapidez propia más de un gato del Clan del Viento que del Clan del Río, como un borrón de oscuridad insuflada de vida, el gato sisea al tiempo que yergue una de sus zarpas, garras extendidas, hacia la serpiente más cercana. Sin embargo, el reptil, atento a sus movimientos, apenas tarda un segundo en apartarse de su trayectoria y las garras rasgan nada más que aire puro, dejando tras de sí una estela de viento que poco daño puede causar a la serpiente.

Y, aprovechando el momento, confiando en sus habilidades y la distracción provocada por Zarparoja, Zarpaparda salta hacia adelante con las zarpas extendidas. Y, aún así, aún con el efecto sorpresa, el reptil elude su ataque inclinando su sinuoso cuerpo a una lado.

Con un brillo malicioso en sus ojos verdosos, la serpiente lanza deja salir su bífida lengua antes de moverse a una velocidad inesperada hacia el segundo gato, siseando furiosa. Instintivamente Zarpaparda intenta evadir sus afilado colmillos fintando tal y como hiciera el reptil ante su ataque, pero no es lo suficientemente rápido y las mandibulas se cierran en torno a su hombro dolorosamente, solo un instante antes de que la serpiente lo suelte.

Siseando a su vez, Zarpaparda se retira un par de pasos, sintiéndose repentínamente debilitado. No lo suficiente como para distraerle del combate pero si lo necesario como para que un oscuro pensamiento curce su mente ¿serán estas serpientes venenosas?

Mientras tanto, Zarpa de Sombra se ha encontrado cara a cara con la segunda serpiente quien, distraida por la pelea sucedida a su lado apenas tiene tiempo para reaccionar ante el poderoso golpe del gato. Las garras del miembro del Clan de la Sombra rasgan la piel escamosa del reptil, dejando ver no solo surcos allí donde han contactado sino también el placentero brillo de la sangre.

Furiosa, la serpiente se vuelve a su vez con la mandibulas abiertas en busca del pelaje de su víctima. Deja escapar un breve siseo de éxito cuando sus dientes encuentran donde agarrar. El gato se revuelve y logra escapar de su agarre, pero no antes de que esos colmillos huecos hayan hecho su efecto. Siente sus patas temblar un poco y las rocas a su alrededor inestabilizarse levemente.

Y, durante todo ese tiempo, esperando la oportunidad, Zarpablanca ha aguardado el momento ideal para escabullirse entre ambos reptiles y guiar a las crías atrapadas fuera de la cueva. La visión de sus compañeros combatiendo y las heridas causadas la hacen dudar el tiempo que dura el latido de un corazón antes de recordar su misión. Afortunadamente, la ocasión se presenta en el preciso momento en el que Zarpa de Sombra lanza su ataque y, rápida, salta por encima del cuerpo de la serpiente hacia el interior.

La cueva es mucho menos amplia de lo que esperabas, entre la entrada y la pared del fondo apenas hay espacio suficiente para dos gatos adultos. Ves, en ese extremo alejado, a las tres crías acurrucadas una al lado de otra, con el pelaje del lomo herizado y los labios extendidos hacia atrás mostrando los dientes.

Cuando te ven, las tres mueven sus tiesas colas espranzadas, aunque ninguna hace amago de dejar su puesto, lanzando miradas preocupadas hacia la batalla que está teniendo lugar afuera.

Maldita sea...estamos en problemas...no puedo fallar el segundo golpe. Han mordido a dos de mis compañeros ¿Serán venenosas? Si lo son y nos muerden a todos no podremos rescatar a las crías.

Trato de aprovechar que la serpiente a la que ataqué no me ha atacado a mi sino a Zarpaparda ¿Podrá esquivarme justo después de haber atacado ella? Lanzo mi zarpa con las garras extendidas. Pienso hacer todo el daño posible en el "cuello" de la bicha.

  Zarpaparda no dice nada, esta muy debil para acotar cualquier cosa. Su mirada se focalizó en Zarpablanca para ver como estaba el plan de recuperar a las crías, y sigue combatiendo.

- Vamos pequeños, tenemos que salir de aquí - dice Zarpablanca con ternura - Cuanto más tiempo tardemos peor será para mis compañeros, seguidme.

Les guío hacia la salida y en cuanto estén un poco separadas las serpientes salimos corriendo. Si alguno se queda rezagado o es más torpe o pequeño, se llevo.

Un golpe de suerte a cambio de una herida. Distraida por se éxito con el gato pardo, la serpiente no tiene tiempo de evadir el ataque que le vide por detrás. Zarparoja ve con satisfacción como sus garras levantan las escamas de la criatura, haciendo brotar la sangre. El reptil se vuelve con un furioso siseo hacia su atacante más que dispuesto a incar sus colmillos en el pelaje oscuro del guerrero.

Sin embargo, antes de que pueda efectuar su movimiento, Zarpaparda se lanza sobre su cuerpo sinuoso envolviéndolo con las garras y bufando. Ambos animales ruedan sobre la roca enzarzados en una maraña de escamas, zarpas y pelo. La serpiene enrosca sus anillos sobre el cuerpo del gato, intentando asfixiarlo y libarse de su agarre.

Pero la visión de un compañero en tal peligro hace dudar a Zarpa de Sombra que se mantiene inmovil, estupefato, sin saber si acudir a su auxilio o continuar su ataque a la segunda serpiente.

Mientras, aprovechando su distracción, esta se yergue en toda su estatura, lanzando a velocidad impresionante la cabeza ovalada sobre Zarpa de Sombra, quien maulla al sentir los dientes hundirse de nuevo en su carne.

Aún aterrorizadas, las tres crías dudan. El tono relajado de Zarpablanca las sosiega lo suficiente como para que Criadeambulante empiece a relajar el pelaje de su lomo, aunque no deja de mirar la entrada de la cueva con ojos abiertos por el horror.

¡Pero las serpientes están todavía ahí! ¿Y si nos atacan?

Los sonidos de los gatos peleando y los salvajes siseos de los reptiles resuenan ominosamente por las paredes de la cueva. Sin embargo, las otras dos crías intercambian miradas y saltan del borde donde se habían refugiado, trotando hacia la gata. Algo más temblorosa, Criadeambulante les sigue.

¡Sacanos de aquí! murmurá una de ellas.

Zarpablanca observa la entrada. El contorno de una de las serpientes se ve a medias. Hay hueco suficiente como para que ella, rápida, pueda salir, pero son tres los gatos que tienen que atraversar la abertura y el reptil parece estar demasiado cerca.

Es la oportunidad de acabar con esa serpiente. Su agilidad y atención estarán sin duda mermadas.

Vuelvo a atacar a la misma serpiente, a ver si se muere de una puñetera vez tratando de golpearla en el mismo lugar que antes, para que el daño sea mayor.

Al menos han rodado alejandose de la entrada, Zarpablanca podrá sacar a las crías.

-¡Ahora Zarpablanca, crías! ¡Aprovechad!

El veneno me tenía mal, muy mal...demasiado mal, tanto que me era imposible el poder moverme con la misma agilidad de una sombra -"Rayos, tengo que hacer algo antes de siquiera pensar desmayarme al frente de estas Zarpas"- pensaba en su mente para así sentir otra punzada de dolor en su cuello por una nueva mordida de la maldita criatura rastrera que parecía un maldito vampiro...solo que en vez de succionar sangre, expulsaba veneno de sus filosos y huecos colmillos.

Mire de soslayo con mis ojos cobrizos que tenía a mi total alcancé del hocico el cuerpo de la criatura de lengua biferina -"Vamos Zarpa de sombra...demuestra de lo que estas hecha"- pensando y sin dudar abrió sus maldíbulas dejando ver sus dientes filosos arremetiendo contra el cuerpo de la criatura rastrera.

¿Espíritu? Querrás decir inteligencia ¿no? Okis. Y me tienes que decir que dos comodines prefieres perder por el veneno de la serpiente. ;)

Es fuerza xD perdón, ayer debí de estar algo zombie para no fijarme bien jajajaa

Sobre los comodines Master, utilizare el comodín de espíritu a cambio del veneno de la serpiente, todo con tal de no dejar que mi gata se desmaye :P

Zarparoja no duda ni un instante en lanzarse sobre la serpiente que envuelve a su compañero. Distrida por su forcejeo es incapaz de ver el golpe que el gato del clan del Rio descarga sobre ella, justo en la base del cuelo, rasgando escapas, piel y músculo.

Inmediatamente la serpiente daja ir a Zarpaparda, convulsionándose sobre el suelo en anillos alocados, perdiendo sangre y, también, la vida. Poco a poco, con un último estertor, el animal queda inmovil, con las mandibulas abiertas en un siseo final y los ojos vacíos.

Zarpaparda logra incorporarse a duras penas, debilitado por el veneno y la contienda, pero con renuvado espíritu: ¡ahora solo queda un único rival.

Un rival del que ya Zarpa de Sombra se está encargando. A pesar de sufrir la misma debilidad que el gato del Clan del Viento, la gata se lanza con las mandibulas abiertas acertándo de lleno en la blanda carne inferior del reptil, que ya se preparaba para atacar. Cilmillos henden la carne y la serpiente se retira para colapsar al lado de su compañera.

A pesar de las dificultades, a pesar de la dura pelea y los infames rivales, los tres guerreros se encuntran heridos pero victoriosos frente a la cueva de la que, cautelasamente, comienzan a salir las crías junto con Zarpablanca.