Partida Rol por web

-Gracias, profesor-dijo con ligero sarcasmo-Y no se preocupe, ya vigilo yo a Smith-añadió guiñándole el ojo al chico mientras el profesor se alejaba.

La idea de comer le abrió el apetito, no hicieron falta ni 2 minutos para que el estómago empezase a rugirle. Con un trote ligero llegó a la diana y recogió sus flechas.

-¿Vamos a comer, Eneas? Yo ya tengo hambre.-dijo volviendo con los chicos.

-Sí, contra antes pase la comida mejor. A ver después lo que hago...- La verdad es que los paseos por el campamento eran difíciles, en el lago estaban las náyades, en el bosque las dríadas y siempre que veía alguna me ponía rojo.

Y en el campamento estaban mis hermanos -¿Sabéis de algo que podamos hacer esta tarde?- Pregunto suspirando. No iba a volver a preguntar a Johan sobre los monstruos, no quería que la próxima flecha acabara en mi nalga. Pero con la mente más fría había llegado a deducir que no podían volar, ya que había hablado de fosos... o eso o había de los dos tipos.

-Siempre podemos ir al lago a nadar o remar- Sonrio dandole un codazo amistoso a Eneas- No me digas que lo pasarías mal.

Rio y asiento a Jaqueline.

-Por algo eres el cerebro Jaqueline.

-¿Al lago?- Respondo rojo como siempre me pongo en estos casos -No, creo que será mejor evitar eso... eso y el río del bosque, y el bosque también y... bueno...- Miro a Jackie en busca de socorro para que diera una buena excusa para no ir al lago, me sentía muy incómodo cuando las náyades me miraban por debajo del agua.

Miró la cara de nerviosismo de Eneas y entendió lo que quería decir. El pobre tenía problemas de tímidez y más aún cuando de chicas se trataba.

-Mmm...Nah, el lago no, no me apetece.-dijo socorriendo a Eneas- Tal vez podríamos ir a practicar trampas para esta noche.

Acto seguido se acercó a Eneas, y le susurró disimuladamente:

-Me debes una. Es más, me debes un baño en el lago; me apetecía ir.

-Sí- Digo asintiendo enérgicamente -Apoyo eso, creo que así podremos apreciar tus trabajos- Termino dando un empujón al orgullo de Johan como herrero.

Suspiro cuando Jackie me susurra -Está bien... pero... ¿en bañador?- Susurro yo también volviéndome a poner rojo.

El chico se lo puso demasiado fácil y no pudo evitarlo.

-No, desnudos-dijo mirándole muy seriamente a los ojos.

Con los dedos recorrió el camino desde el brazo del chico hasta la oreja. Y una vez allí golpeó con la palma la nuca del chico.

-¡Pues claro que con bañador! ¿Qué esperabas?-dijo riéndose poniendo fin a la broma.

Desde luego, era demasiado fácil bromear con Eneas.

Estaba tenso cuando comenzó a recorrer mi brazo hasta que... -¡Au!- Protesto ente la colleja -Está bien en bañador...- Concedo, aunque no se me había ido el color de la cara, Jackie me tomaba el pelo muy facilmente, también es que yo era un poco lelo ante esas cosas y me lo dejaba tomar...

Despues de verlos cuchicheando sobre bañarse desnudos en el lago... y de mi escasa habilidad natatoria pense en como evadirme.

-Por que vais vosotros dos... solos... como amigos al lago, ¿y yo me iré a terminar un peto? no quiero meterme donde no me llaman.

Meto una mano en el bolsillo donde jugueteo un poco con la mina. 

Bufó y sonrió.

-Hijo de Afrodita tenías que ser...¡Te queda mucho para poder verme desnuda, pervertido!-bromeó.

Realmente, aunque el atractivo del chico era innegable, no se imaginaba en una situación así con él. Aunque más de una vez se lo había planteado, al fin y al cabo se conocían desde siempre y más de una vez había oído rumores en el campamento sobre una supuesta relación entre los dos que siempre la hacían reír. Pero siempre acababa poniéndo los pies en la tierra... No quería arriesgar su única amistad por un tema de hormonas.

El comentario de Johan le hizo bajar.

-¿Qué? ¿Nosotros?-sonrió-Tranquilo, no te metes en ningún sitio... ¿Verdad, Eneas?

Al escuchar eso me quedo pensativo antes de contestar, la verdad es que nunca me había planteado el hecho de que Jackie me pudiera gustar... por una parte era con quien más cómodo se sentía, por otra mi timidez me impedía plantearme algo así.

-No, claro que no Johan. No te preocupes por eso- Digo mientras desencuerdo el arco para meterlo en el carcaj.

-Sí...que tontería-añadió pensativa.

Su estómago volvió a rugir y le recordó que tenia cosas más importantes que hacer que preocuparse por esas cosas.

Piensa, Jackie, piensa...Los pies en la tierra siempre.

-Bueeeno...vamos a comer ya, que me muero de hambre. ¿Te paso a buscar a tu cabaña cuando termine, Eneas?

Paso el brazo por los hombros de Eneas y le aparto un poco.

-¿Seguro? Yo soy muy torpe para esto... -Miro para Jaqueline- pero me parece a mi que...

Me aparto de repente y rio.

-Nah no me hagas caso... Es salir de la fragua y empiezo a decir tonterias...

Salgo de mi ensimismamiento cuando escucho la voz de Jackie -No hace falta... te espero en mi mesa, si total da igual- Contesto, ya que las mesas estaban casi al lado igual que en las cabañas. Sabiendo que Jackie terminaría mucho más tarde ya que le encantaba comer, me pondría a jugar mientras mis hermanos me echaban la bronca.

Cuando Johan me aparta miro a Jackie un segundo sin saber muy bien qué pensar...

Céntrate Eneas...

Arqueó una ceja cuando Johan apartó a Eneas. A saber qué se traía...

-De acuerdo, cuando termine de comer me pasaré por tu mesa. Intentaré comer rápido, así no tienes que sufrir al ejército de maniquíes vivientes.-dijo refiriéndose al resto de hijos de Afrodita.

Mientras andaban llegaron a la armería, donde dejó el arco y el carcaj.

-Vale Jackie, no te preocupes- Añado algo cortado después de esa conversación. Dejo el arco con el carcaj en la armería como Jackie y me dirijo con ella y Johan al comedor, donde después de despedirme me siento en la mesa de Afrodita, saludando de manera seca a mis hermanos y sacando la consola portátil, regalo del mi padre para hacer ver que se acordaba de su hijo para ignorarlos como siempre.

-Hasta luego.-se despide.

Se dirige a su mesa, donde casi todo el mundo al verla llegar se desplaza hacia un lado, creando a su al rededor un círculo sin nadie más excepto ella.

Estaba acostumbrada, así que con un movimiento de cabeza saludó a sus compañeros y empezó a comer con ganas.

Me senté junto a mis hermanos y en lo que se tarda en tragarse un trozo de pizza ya estábamos hablando de los trucos para esta noche. Me moría de ganas de empezar. Engullí todo lo rápido que pude y marche a la fragua donde volví a encontrarme con mi némesis. El maldito peto.

-Ajá- Digo ante las broncas de mi hermana, la líder de cabaña mientras aporreaba los botones -Sí ¿qué dices de unos hurones?- Pregunto -¡Ah! macarrones- Sigo aporreando botones... -¿Tampoco? ¡Ah! Pantalones... no sé, creo que debajo de mi cama pero es mi habitación, o guarida como lo llamas...

Así sigo mientras espero a Jackie...

Jackie terminó de comer rápido y cogió una manzana de postre, que fue comiéndose hasta la mesa de Eneas. Miró a la jefa de la cabaña de Afrodita con frialdad, después la ignoró completamente.

-Hey, ya estoy-dijo dándole un mordisco a la manzana-¿Nos vamos?

Señaló la salida con la cabeza.