Partida Rol por web

Gozushi! - Opa hostil

El fin de una era (Escena final)

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31/12/2016, 00:18
Director

Poco tiempo y muchas cosas que hacer. ¿No le habían podido avisar antes los aliens? No obstante, el asunto tenía sentido. Hasta la muerte de Wu el futuro no había cambiado lo suficiente como para que se dieran las condiciones necesarias para que un apocalipsis de aquel calibre tocara a la puerta de su casa. Es decir, no es que no se fuera a producir, si no que seguramente lo habría hecho sin que ella fuera una pieza fundamental en aquel tablero, sin que tuviera la más mínima capacidad de decisión sobre el asunto. Sabía, por que lo había escuchado en aquellos programas conspiranoicos que el viejo truth hacía, que los aliens eran maestros en el borrado de la memoria. Así que si seguía al pie del cañón y recordaba todo lo que había pasado era por que ese futuro seguía sin cambiar. Ella era más necesaria que nunca.

Así que hizo de tripas corazón y comenzó a desarrollar una intensa agenda familiar y oficial. Había que preparar el terreno, por que ella siempre había pensado que "mujer prevenida vale por dos" y por que también sentía una especie de "horror de improvisación" cuando los más diversos asuntos escapaban a su control. Y los asuntos habían escapado mucho a su control últimamente...

Lo primero era lo primero. Habló con Golan y le puso al corriente de todos los pormenores, los auténticos pormenores, del asunto. Casi enseguida tuvo que ponerse con Tom y Amanda, a los que había que mantener al corriente más que a ningún otro de sus aliados. Luego pudo reconciliarse con los archivos del pen, que a diferencia de los del disco duro eran más personales... familiares. Una colección de diversos álbumes de fotos, e-mails, videos y recuerdos significativos de aquel futuro que ya no sería. Contenían, sin embargo, algunas de las claves acerca de cuales habían sido los "puntos de inflexión" en la historia y como poder evitarlos (o no). Obviamente, lloró como una magdalena y le costó abstraerse de todas aquellas pérdidas. Pero no había un minuto que perder.

Con aquella información en la mano pudo poner al corriente a Toreno sobre la conspiración que MJ-12 preparaba contra ellos... incluso contra su propia persona. Ahora tenían nombres, apellidos y fechas concretas, así que no costaría demasiado desarticular toda la intentona. Huelga decir que lo primero que hizo fue visitar al presidente y ponerse al corriente del asunto. Bueno, no de todo, pero de si de lo principal. En el mes y medio que siguió el periódico se llenó de escándalos hacia primeros espadas de la política y la economía nacional, todo bien orquestado para destruir sus carreras y, en algún caso, acabar con ellos en la cárcel o asesinados en lo que parecía "un ajuste de cuentas" o "terrorismo internacional". Otras figuras menos conocidas, pero con más poder, fueron más fáciles de quitar de en medio: accidentes de aviación, el típico despeñamiento por un barranco, robos a casas de alcurnia que terminaban en tiroteo e incluso el uso ocasional del preceptivo veneno (que enmascaraba una muerte por lo que parecía un fallo cardiaco al uso).

El asunto quitó de en medio algunos de los problemas más acuciantes, como era el del "asesinato" de Hwo, pero acrecentó otros. El número de "lobos solitarios" dispuestos ahora a asesinarles a la vieja usanza, por un puñado de dólares, aumentó con cada figura que iba cayendo. Eran, sin embargo, los últimos coletazos de una bestia herida, que se resistía a perder el poder. El MJ-12, un auténtico poder en la sombra con una agenda oculta pro-alien desde los años 60, era un organismo cada vez más deshecho. Toreno la mantenía informada, e incluso encontraron en unas redadas policiales unos búnkeres en las Rocosas, con unas naves futuristas con las que esos mamones pensaban escapar si venía el cochino mal capado. Aquella nueva tecnología iba a resultar muy útil en el conflicto que estaba por llegar.

A pesar de sus desvelos, la caída era inevitable. La cúpula militar no estaba preparada para aquel desafío, ni quería escuchar "bobadas" sobre invasiones alienígenas ahora que la tensión con Corea del Norte iba creciendo. Tenían en mente aquella guerra, para la que habían estado trabajando, y todo lo que no fuera aquel conflicto les daba más o menos igual. "Proyectos a futuro", decía algún general o "ya veremos cuando pase algo, si pasa". Se escudaban en que todo aquello era "información desactualizada" y que fruto de la desarticulación del MJ-12 los planes de la supuesta invasión podían cambiar.

Si el centro no respondía debía hacerlo la periferia. Campaña electoral, "Paleto, small town, big future" y ella como cabeza de cartel en la Patriotic Alliance, su partido, con Cletus como mano derecha y Jed como "concejal de seguridad, caza y pesca". Hubo que besar a incontables bebés y derramar pasta a manos llenas para "paliar los nocivos efectos del ataque mafioso al pueblo". Sus incondicionales la iban a votar, mientras que otros, entre ellos un pequeño grupo de familiares damnificados, lo harían a la oposición sin dudar. Trató de hablar con todos, especialmente con los que la odiaban. Aprovechó, además, para "hablar en serio" con Udai sobre el tema Amanda y sobre lo que estaba por venir. Él no la creyó en principio, pero la verdad era que si Queen Choi te decía algo peligroso y descabellado... posiblemente fuera real. Su respuesta fue firme "yo estoy aquí para defender a la gente de éste pueblo". Mientras, se reformó el parque donde cayó el helicóptero y se construyó la nueva comisaría, que dió trabajo en el pueblo mientras duró la obra. Además, ella tenía proyectada revitalizar la región llevándose poco a poco todas sus fábricas del extranjero a allí... mayormente por que muchos de esos sitios en el extranjero dejarían de existir.

Había que pensar en el futuro y hacer sabias inversiones. Gozushi cambió su cartera de acciones y ahora le dió a tope a los que iban a ser los fabricantes de material militar durante la guerra, que ya hacían negocio con el aumento del presupuesto de defensa de cara a la guerra contra Corea. El señor Meighan amenazó con dimitir por aquel "increíble giro belicista que pone en jaque nuestra postura tradicional y familiar", por que lo que ella consintió que parte de aquel dinero se invirtiera en líneas más tradicionales, pero no por ello con menos futuro: atención al refugiado mediante ONGs, agricultura ecológica y fomento de las renovables, cada vez con más demanda.

Estaba tirando la casa por la ventana, pero el oro de Wu iba a ser bien gastado en aquellos previos y decisivos momentos. Las obras en la casa se multiplicaron, tanto que fue necesario bajar a la ciudad durante unos días por que el ruido y el trajín se hizo insoportable. Además, los niños tenían los exámenes finales de sus cursos. Aprovechó entonces para hacer aquella cena/reunión con la familia al completo. La verdad es que se marcó un momento muy "Bilbo Bolsón" cuando anunció públicamente lo de la invasión alien. Hubo risas, pitorreos y demás. Luego encendió el cubo, succionó un coche de los que estaban reparando y lo cerró. Y ya se quedaron más suaves que un guante. Les mostró imágenes y demás archivos que venían en el pen. Cosas del futuro: aliens, su tecnología, como habían dejado las ciudades. Hubo muchas preguntas y algún que otro silencio, pero el mensaje fue captado. El primero en créerselo fue Zero, que había estado trabajando con aquel material que ella le había mandado. De hecho, dos meses después del apocalipsis sería el creador de una empresa que comercializaría e instalaría nuevos equipos de producción energética basada en los principios de la tecnología alien, y que iban a revolucionar el mundo y convertirle en el dueño de una de aquellas megacorporaciones distópicas propias del cyberpunk.

Pero no adelantemos acontecimientos... A todos les sugirió "adquirir propiedades rurales" e "ir moviendo sus cosas de la ciudad al campo". Si ésta línea temporal sería como la anterior, San Fierro sería duramente castigada en los primeros días de la invasión alien.

Los niños hicieron sus exámenes del instituto y aprobaron sus cursos, aunque las notas de Fai en matemáticas y de Laila en gimnasia no eran demasiado buenas. Jon había sacado casi todo sobresaliente, y se preparaba para ir a Oxford en unos meses. Su madre jugó el juego de hacerle creer que estaba muy triste por su separación (física) con Ximena durante tantos meses. Pero vinieron las primeras peleas de la pareja en éste sentido y ella sonreía para sus adentros: el camino hacia el futuro estaba siendo pavimentado.

Toreno insistió en que Faisal "no perdiera el tiempo con la High School" y lo dejara en sus manos. Escuelas y academias federales donde iban a convalidar sus estudios y donde iban a desarrollar todo su potencial a la voz de ya. En unos meses, y antes de cumplir los 16 años, tendría ya el carné de piloto y sabría conducir coches, motos y camiones. De ahí para adelante, es fácil imaginarse que iba a ser sumergido en programas de entrenamiento físico y mental dignos de los agentes 007. De hecho, haría unos meses de "intercambio" con el MI6 y el Mossad, por que "siempre hay que aprender de los mejores". Su madre, sin embargo, se mantuvo cerca de él durante aquellos primeros días, y utilizando la excusa de querer "aprender algo de parkour" pasar un poco más de tiempo con él.

Se reunió con todos, en órden diverso, antes de volver al pueblo: Viktor, Irina, Biggs, Hwo... Lo dejó todo atado lo mejor que pudo o supo. Incluso mandó que Zero construyera e instalara en su casa algunas de esas "defensas anti-ovni" basadas en microondas que su hijo del futuro le había facilitado. Todo ello sin romper "la estética" de la casa, pues las defensas eran siempre retráctiles o se escondían dentro de los muros, el suelo del jardín (algo al estilo línea maginot) y demás. Le costó un buen pico, y de hecho el oro del chino ya se le había terminado, teniendo que hacer uso de fondos de caja B de sus fondos de inversiones. Cuando terminaron, la casa estaba preparada para defenderse contra aviones, tanques e infantería de manera casi autónoma y siempre que su número no fuera abrumador. Como le dijo Irina: "la mejor defensa es tener un buen ejército". Entre los proyectos electorales estaba la creación de una milicia en Paleto al estilo de la Grapeseed, y ya había fondos reservados para equiparla convenientemente.

Antes de marcharse de San Fierro se reconcilió con sus mejores restaurantes, sus tiendas, sus mejores y más turísticas vistas... Y no pudo evitar que un sentimiento de tristeza la inundara, por que toda aquella belleza, la de la ciudad más bohemia de los Estados Unidos, estaba destinada a desaparecer. ¿Sería reconstruida algún día?

Los últimos días fueron los más aburridos. Trasladada por decreto a Washington D.C, conoció a algunos de los mandamases del gobierno, saludó otra vez al presidente y vió cara a cara a algunos de esos generales cuadriculados que no querían ni oír hablar del tema alien. Sin embargo, atrajo la atención de alguno de ellos, gente de las Fuerzas Aéreas, que eran más pragmáticos y que en ocasiones se habían topado con OVNIs. Quiso el destino que uno de aquellos generales fuera un piloto de caza en los 70, durante la gran oleada OVNI fruto de la guerra de Dulce, y tuvieron una conversación en privado en los pasillos del Anillo-E: la creía, y haría por donde de que sus advertencias no cayeran en saco roto.

Tres días antes de viajar, una cita ineludible: las elecciones de Paleto. Fue a votar a primera hora de la mañana, e insistió a Toreno en que su hijo estuviera allí aquel día. Comieron en familia, en uno de los restaurantes locales, y se dejaron ver. El pueblo era pequeño y el recuento era rápido, por que solo había dos colegios electorales y las urnas cerraron a las 8 de la tarde. A las 10 de la noche ya se había proclamado vencedora por un amplio márgen: 72% de los votos, frente a 25% del partido de la oposición y el restante divididos entre otras fuerzas. Estrechó muchas manos, le hicieron muchas fotos y se presentó en el balcón del ayuntamiento, con parte de su equipo de gobierno, para saludar y dar las gracias. En la plaza donde se habían pegado tantos tiros no hace muchos meses, ahora se repartían caramelos, globos y banderitas con el logo del partido y la enseña nacional.

Fue un buen día, y una buena oportunidad para despedirse de los niños. Con Golan se despidió aquella misma noche, y aunque él insistió en acompañarla hasta Washington ella le dijo que "era mejor que no pusiera a tiro de los que buscaban su destrucción". Tom, que no quiso ni oír hablar de quedarse en casa, la acompañaría. "Pero puedes morir", le dijo aquella misma noche, entre frustrada y cabreada. "Es para lo que me pagas", le contestó él, "no me puedo rajar ahora que me necesitas más que nunca". Amanda no quiso quedarse en la ciudad. "Mi tío escapó de Corea del Norte cuando yo era una niña. Estaba en un campo de concentración". Y no se habló más del tema.

Así que tomó el avión, con una representación de militares y diplomáticos norteamericanos en lo que era, en justicia, más una visita de estado que una comercial. Se trataba de "enfriar la tensión con Corea del Norte y caminar en la dirección de un tratado de paz que estabilizara finalmente a la Península". Algunos sabían a lo que iban, y otros no tenían ni la más remota idea. Pobres pringados... serían la carne de cañón, la masilla que haría de escudos humanos para sacarla de Pyongyang. Entre ellos, aunque no viajaría a Corea del Norte, estaba Toreno, que había dejado a su hijo en buenas manos, en Quantico.

Habían trazado un plan. Era rocambolesco, difícil y peligroso. Pero era un plan, al fin y al cabo. Ella llevaba el cubo, que estaba dentro de otro hecho de orfebre, con unas representaciones muy bonitas de la época de la dinastía Joseon, forrado con una breve capa de plomo interior, para que los escáneres no revelaran que escondía algo dentro. Sería "un regalo para el gran líder", el hombre que llevaba más de 20 años asentado en el trono de calaveras y sangre de Pyongyang. Esperaba dárselo en mano, y que cuando lo recibiera, se activara mediante un pulso que ella emitiría con su propio anillo, un invento rollo James Bond que requería estar muy pero que muy cerca del artefacto.

Esperaban que eso generara caos y confusión, y que el "querido líder" fuera el primero en cascarla. Luego habría que salir por patas mientras el vórtice comenzaba a succionarlo todo. Según Toreno, tenían "amigos", agentes dentro de Corea del Norte y cerca del Kim que les ayudarían a salir de allí hasta "punto de extracción". Era de preveer que todo saliera mal, así que había plan B e incluso C. Para entonces, esperaban, las bombas nucleares se estarían armando en sus silos y un par de submarinos nucleares americanos estacionados en Japón estarían preparados para lanzar las suyas y mandar "a la prehistoria" a aquella gente... aún más si cabe. Pero ella y Toreno sabían que aquellos planes había un hueco. Y es que aquel día iba a ser el día... el gran día de la llamarada solar, y los que iban a volver a la edad de piedra serían ellos... y en general todos los que no dispusieran de un aislamiento contra pulsos electromagnéticos, que eran el 99% de los mortales.

Llegaron a la primera parada del viaje. Seúl, la bella. Una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Una urbe brillante que bailaba al son del K-Pop y se enternecía con las historias de sus kdramas, mientras luchaba por convertirse en una de las principales potencias económicas del mundo.

No había tiempo para la familia, y sin embargo, debía verles una vez más. Ellos también merecían conocer la verdad, aunque se la tuviera que explicar en el piso de Hwan, tomando un café de cápsula y teniendo que mover muchos hilos para que Kwan pudiera salir del cuartel... ¡Estaba hecho un musculitos! El ejército le habia sentado bien, por que ahora era un hombre serio y atento, que no parecía dar muestras de ninguno de sus no tan lejanos pecados. La familia fue convencida para "tomarse unas vacaciones" y alejarse de lo que sería el epicentro de la guerra. Pero Kwan se negó. No quería pedir un permiso, y no quería "quedarse de brazos cruzados mientras sus compañeros iban a pelear". Aquel era el momento de redimir toda una vida de excesos, y ella sabía... tenía spoilers del futuro para saber que iba a sobrevivir a aquella prueba.

Hubo muchas fotos y actos protocolarios en Seul, donde era muy querida. Una figura mediática internacional y una de las surcoreanas más célebres de los últimos tiempos. Tuvo tiempo hasta para conceder una entrevista a un medio privado, que no debía publicarse hasta después de su regreso, en la que hacía algún "spoiler" y aprovechaba para hacer un "por si acaso" y mandar un mensaje a todos sus amigos, conocidos y familia. Se puso en paz con su dios visitando uno de los templos más emblemáticos, y se preparó mentalmente para todo lo que una persona no puede prepararse: el fin del mundo.

Se montó en el tren que iba a llevarla a Pyongyang, cuya línea férrea se había reestablecido para aquella visita, "como un símbolo de fraternidad y unión de los coreanos", había dicho "el gran líder". Era un tren viejo, como todo lo que venía del norte, más propio de otro tiempo, pero con un vagón lujoso para la primera clase, pues el comunismo del último Kim no estaba exento de una plutocracia que formaba parte de sus élites, de los incondicionales que mantenían al pueblo asfixiado con el peso de su bota.

Pasaron por la Zona Desmilitarizada, la herida abierta que separaba a ambos países, y al cruzar la frontera cumplieron con el protocolo. Unos "guías" norcoreanos, perros del régimen que iban a vigilar todos sus movimientos, les informaron de la estricta normativa para su acceso al país, mientras los guardias fronterizos revisaron sus pasaportes, indentidades y equipaje. Sus rostros eran serios, y ella los miraba con un ademán de curiosidad. Detrás de aquellas pétreas fachadas había mucho miedo, pero también celo revolucionario.

En cuanto cruzaron la frontera, el cambio fue evidente. De un sur industrializado a un norte empobrecido, donde la mayor parte del terreno era campo, tierras de labor y pueblos dispersos. Los más cercanos, y no le cabía duda de que eran "pueblos fantasma" eran construcciones nuevas destinadas a recompensar a los incondicionales, a dar al régimen un lavado de cara para convencer al mundo exterior de que allí se vivía también en el progreso. Le llamó la atención que habían apostado por las renovables, sin duda más baratas y con las que no tenían que depender del suministro de energía anterior.

Leía un libro sobre la Primera Guerra Mundial, convencida de que se encaminaban hacia algo muy parecido, mientras Tom se mantenía sentado al lado (asiento pasillo) y Amanda al frente, sin hacer caso de las gracietas o las impertinencias de sus guías, que habían insistido en requisar sus teléfonos móviles y dispositivos portátiles hasta la salida del país. Iba pensativa, sabedora de que en menos de un día todo iba a cambiar... para siempre. Le causaba tristeza, por que el mundo del que venía, el mundo que iba a tocar a su fin, tenía sus cosas malas, pero también muchas buenas. Habría pequeños placeres que perdería para siempre, y otros que se convertirían en raros y preciados como un huevo de Fabergé. Y sin embargo, muchas cosas iban a cambiar para bien. Brotes verdes que harían del mundo algo mejor. Antes, sin embargo, debía morir mucha gente... muchísima gente.

El monstruo de Pyongyang cubría ya el horizonte, con su fachada comunista de casas de cemento. Había visto algo similar, no hacía mucho, en Prypiat. Y sabía que dentro de poco, ambas ciudades compartían el hecho de ser una basura radiactiva y un mal recuerdo en la memoria de la humanidad. Era una lástima que tanta gente inocente debiera morir para que el mundo cambiara. Pero así eran las reglas del juego. Además, ellos habían tenido muchas décadas para alzarse, para tratar de derrocar de alguna forma aquella tiranía. Pero no habían podido, o no habían querido. O un poco de ambas.

El tren se detuvo. Fin del viaje. Como decía Winston Churchill, "este no es es el final, no es ni siquiera el principio del final. Puede ser, más bien, el final del principio". Solo esperaba que la charada fuera breve, por que tenía prisa para reconstruir el mundo de sus cenizas.

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31/12/2016, 02:43
Jung Pak

La guía se levantó cuando el tren se detuvo. Bajó, diligente, a hablar con los guardias a pie de estación. No habría nadie más en ella en aquel momento, a aquella hora. Siempre sería "para garantizar su seguridad", pero también por que no deseaban ningún imprevisto. No debían ver nada que el régimen no quisiera mostrar, e incluso un encuentro con un traseunte, alienado y muerto de miedo como estaban ante las posibles consecuencias, no era deseable sin la compañía de los guías, que ejercían de traductores pero también de perros guardianes.

La seguridad era especialmente sensible en aquel viaje por dos razones: norteamericanos estaban allí, y entre ellos personalidades de cierto nivel. También había personalidades y empresarios de Corea del Sur. Todos llevaban escolta, pero a esos escoltas les habían quitado las armas de fuego "por que ellos velarían por su seguridad". Sus dos escoltas no necesitaban armas para ser letales.

Regresó al interior del tren con una sonrisa amplia. Su inglés estaba cargado del áspero acento norcoreano, parecido al chino más septentrional.

-Bienvenidos a Pyongyang, capital de la gloriosa República Popular de Corea. Nos haremos cargo de su equipaje facturado, aunque les prometemos que no será revisado de nuevo, para transportarlo junto a ustedes hasta el maravilloso hotel Ryugyong, el más alto de Asia -eso era mentira- Donde serán hospedados y agasajados. Nuestro glorioso líder se reunirá con ustedes según lo programado. Antes de llegar, sin embargo, pararemos en la Gran Plaza de la Revolución Juche y cumpliremos con la tradición, que consiste en una entrega floral al monumento de los grandes líderes, el gran presidente eterno Kim il-Sung y el querido líder Kim Jong-Il, donde es preceptivo realizar una inclinación en señal de respeto.

Parpadeó, dejándoles espacio de camino a la puerta.

-Por aquí, por favor...

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31/12/2016, 02:54
Tom Ladlow

La miró durante gran parte del viaje, mientras leía. Cuando no lo hacía, miraba al desangelado paisaje y a sus guías y guardianes, que no le causaban la más mínima de las simpatías, a pesar de sus sonrisas y la estudiada deferencia de la que hacían gala. Estaba cansado de toda aquella charada. De hecho, le había estado dando vueltas a la cabeza. Si su destino era morir allí... era mejor que pusiera todas las cartas sobre la mesa.

Por eso, en Seúl, mientras ella dormía, él entró en la habitación de Amanda y ambos compartieron un momento de pasión, intenso y ésta vez si, correspondido. Él no era de los que querían sacrificarse y morir "a lo tonto", como muchos de aquellos peones con uniformes marrones y estrellas rojas. No. Él procuraría no morir, pero si había que hacerlo... se iría con mucho estilo. Por eso, entre otras cosas, llevaba encima unos cigarrillos hechos de C4, que podían dar muchísima guerra. Ni siquiera los norcoreanos se habían dado cuenta de que aquellos cigarrillos en un paquete cerrado de una marca surcoreana escondían una sorpresa digna de un huevo kinder.

Se levantó, profesional, y se abrochó la americana. Él siempre iba delante, procurando que no hubiera ningún peligro.

-Vamos, señora.

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31/12/2016, 03:01
Amanda Ryang

Parpadeó y la miró. La mujer del fin del mundo. Desde que la conocía, la había visto hacer auténticas heroicidades, pero también cosas que escaparían a la razón humana. Era un buen trabajo, después de todo. Ella amaba la acción, afrontar problemas y superarlos. Y estaba claro que ella le había dado aquella oportunidad.

-Seguro que la comida es sensacional -dijo con un tono tan mordaz que de haber sido otra persona seguro que la hubieran arrojado al gulag- Un kimchi picante como el de una suegra política.

Sonrió, restándole importancia al asunto, y se levantó.

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09/01/2017, 02:48
Queen Choi

Esa noche levantaron el campamento temprano. Reinó un gran silencio en casa.
En la cama, sentados como solían hacer siempre antes de dormir, le contó todo a Golan con pelos y señales y él le enseñó el mail. Lloraron, se abrazaron, hablaron e intentaron dormir. Queen se tomó una pastilla pero ni por esas, sabía que eso iba a pasar. Dejó una nota en la mesita de noche (para que Golan no se asustara pensando que había vuelto a desaparecer) y bajó a la cocina pensando si ver lo que había en el pen. Al mirar por la cristalera, bajando las escaleras, reconoció la silueta de Ladlow en la terraza de la piscina. La estaba esperando con una cerveza.
-¿Por qué?- le preguntó ¿Porqué Ladlow había decidido protegerla? ¿Qué veía en ella? Él, tan hermético, decía que era por dinero pero Queen creía que había algo más allá de la profesionalidad. Algo pasó en la morgue ¿Qué fue? Seguía sin entender porque ella debía vivir a costa de otros.
Le entraron ganas de abofetearlo a ver si así lograba que aflojara un poco el corset pero solo le miró compungida, su relación era así más de miradas que de palabras, un poco-mucho frustrante para ella cuantos más años pasaban –Algún día…-  dijo antes de volver entrar en casa. Le cabreaba ese muro infranqueable que Tom había construido a su alrededor. Se preguntó que pasaría si le despedía, una opción tentadora…
Pero esa noche sentía una tentación aún mayor, el pen… Cogió el portátil “seguro” y se encerró en la sala de meditación. Durante un buen rato caminó nerviosa de un lado a otro dudando de si verlo o no, quería pero sabía que dolería “Mierda de incertidumbre”, si no lo veía la curiosidad la mataría y si lo veía seguramente se ahogaría de pena. Al final le echó valor.
Esperaba que el pincho tuviera cuatro cosas, recuerdos de familia y tal, pero al abrirlo se desplegó un menú de carpetas lleno de una enorme cascada de subcarpetas y docs con instrucciones ¡Todo eso lo había hecho Fai!?? La sorprendió lo bien organizado que estaba. Por un lado los spoilers “históricos” (la maldita Wikipedia del futuro!!!)y por otro los archivos personales. Se había tomado el trabajo de salvar miles de recuerdos familiares.
Hubo dos carpetas dentro de esa sección que le llamaron la atención. Una llamada “Nari” y la otra “Pinky y Cerebro”. La primera estaba llena de… de devoción, fotos, videos, cosas que Fai había atesorado y la segunda era la transcripción de todas y cada una de las partidas de rol que habían jugado juntos. Lloró desconsoladamente, tanto que incluso se mareó. Empezaba a mostrar signos preocupantes de agotamiento. No quería volver a caer en el coma de cuando lo de Liberty City. Sin embargo no pudo resistirse a una ultima cosa, un video titulado “Mensaje de papá”. Golan… el Golan del futuro… sabía todo aquello??!! Entendió, lo del pen lo hicieron entre los dos.

-Hola cariño… que raro se me hace esto… ojalá pudiera verte. Te echo de menos… tus preciosos ojos, tu sonrisa, despertarme a tu lado, tenerte picoteando mientras cocino…- se detuvo. Queen se fijo en que seguía llevando la alianza –mira…- sacó una foto de la cartera –es la primera foto tuya que tuve ¿Te acuerdas? Siempre la llevo encima- la acarició y se quedó mirando a la cámara un rato -No se que decir…- sonrió nervioso –Te quiero… me has dado lo mejor de mi vida, unos hijos maravillosos, una familia y unos amigos increíbles… de no ser por ellos… sin ti la vida es…- hizo un gesto con la mano muy suyo –le falta sal- volvió a sonreir –Siempre te tenemos en el recuerdo, te necesitamos…- miró fijamente a la cámara –conociéndote como te conozco se que estarás escondida viendo esto. Te habrás escapado de la cama seguro y estarás mortificándote sintiéndote responsable por todo. Esa ha sido siempre una de tus virtudes pero también uno de tus defectos, te autoflagelas demasiado y no compartes ese peso con nadie. Cariño escúchame…. No quiero vivir en un mundo en el que tú no estás, ninguno en realidad aunque hayamos seguido adelante ¿Te ha hablado Faisal de nuestros nietos? Imagino que sí. Guapos ¿Verdad? Ya se que dirás que somos muy jóvenes para ser abuelos- se rió –pero te volverías loca de amor por ellos- negó con la cabeza –tal y como van las cosas…- se le ensombreció el gesto -les tocará vivir tiempos mucho más duros que a nosotros y ese no es el futuro que quiero para ellos, ni tú tampoco, lo se- respiró hondo y entrecruzó las manos pensando que decir, tensó los músculos de la mandíbula. Un gesto que ella conocía bien –Como también se de lo que eres capaz por nosotros- obviamente se refería a su muerte –Vive y danos una nueva vida, una vida mejor. Los nietos llegarán- asintió con la barbilla –Así que en lugar de seguir llorando frente a la pantalla vete a la cama y dame un buen meneo- con 70 años y aún se ponía un poco tonto al hablar de esas cosas –y no te preocupes porque me esté haciendo viejo (se que lo miraste en google) te informo que a día de hoy la cosa sigue viento en popa, lo que sin ti es un problema- intentaba mostrar buen ánimo aunque la mirada era tristona, se acercaba el final del mensaje y apartó la vista por un segundo pensando cómo seguir, suspiró y miró a cámara fijamente –Debo despedirme- parpadeó –Supe que eras especial desde el primer momento en que te vi- se le humedecieron los ojos –la mayor aventura de mi vida fue casarme contigo y volvería a hacerlo sin dudarlo. El mundo te necesita, no sufras por nosotros, dejaremos de sufrir y volveremos a estar juntos. Recuerda, juntos somos fuertes…Te amo chica de la pistola en el bolso- extendió la mano hacia el objetivo como si quisiera tocarla y se cortó.

Fue él… no era la primera vez que le oía decir algo así “No quiero vivir en un mundo donde tú no estás”… fue idea suya… había… sacrificado un mundo para volver con ella…
Cerró de un manotazo el portátil y corrió a la cama a abrazar a su marido. Hundió la cara en su espalda –Tienes las manos heladas…- balbució Golan adormilado frotandoselas para darle calor -¿Has dormido algo?- ella negó emitiendo un ruidito tristón y se apretó contra él. No fueron necesarias más palabras. Hicieron el amor rayando el alba y por fin pudo dormir de verdad. Golan se encargó de que nada la molestara.
Ahora que sabía exactamente lo que había pasado y lo que estaba por pasar podía ayudarla. Fue él quien, de hecho, organizó la reunión familiar de días después para ponerles al corriente.
El mensaje del Golan del futuro supuso un revulsivo determinante para afrontar las siguientes semanas. El trauma estaba ahí, pero durante el día había demasiado trabajo y era por las noches cuando éste afloraba para torturarla. Esperaba a que todos se acostaran para llorar y muchos días amanecía observando como sus hijos o su marido dormían.
A modo de terapia escribió de su puño y letra todo cuanto pasó desde que la abdujeron hasta que volvió a casa y, por si acaso, hizo copias que puso a buen recaudo. Empezaba a parecerse a Truth.

-Tenemos que hablar- escribió a Toreno –Aquí te espero- así que no le quedó otra que ir a casa de Queen, donde le esperaba comida casera (galletitas de canela incluidas), ambiente familiar y un dossier largo como la enciclopedia británica. Mientras tomaban el te, ellos dos solos, Queen enumeró sus condiciones, de las cuales el agente no se atrevió a discutir ni una coma. El aura de su anfitriona había cambiado de un modo que le era familiar y podría decirse que le dolió. El poder lo cambia todo, lo estropea todo. Más adelante tuvieron otra charla seria, esa vez sobre Faisal –Te confío a mi hijo- le dijo clavándole una de esas miradas que no se olvidan. Toreno sabía lo que se jugaba.

El mismo instinto maternal draconiano la llevó a atreverse a hablar con Udai. Intentó hacerle comprender que la vida era demasiado corta e imprevisible como para desperdiciar el amor, y que nada era más importante. Pero nada. Se llevó una gran decepción y se preguntó dónde encontraría el hijo de Sabad una esposa adecuada en el mundo que les esperaba. No le entraba en la cabeza que alguien sacrificara el amor por simples… costumbres. Meditó sobre aquello. La verdad es que la mente de Queen se sumía en profundas disquisiciones al más mínimo silencio, en cualquier parte, en cualquier momento.
Habló más tarde con Amanda sobre si había tenido suficiente venganza y que quería hacer con su vida, bajo la promesa de que hiciera lo que hiciera nunca le faltaría de nada. Le planteó las mismas cuestiones que a Udai, claro que después de darle vueltas tal vez… no fuera el sikh quien estaba destinado para ella. Tal vez el futuro aún les reservaba sorpresas agradables, estaba bien eso de no saberlo todo. Era lo que debía ser.

Mientras Toreno hacía la limpieza ella se concentró en su pueblo. La campaña electoral era lo que menos le apetecía, sonreir, parecer la de siempre, hacerse fotos… como lo odiaba! Pero a diferencia del trabajo de empresa veía resultados y se sentía arropada ¡Hasta agradecía la honestidad de sus opositores! era refrescante y la animaba a seguir esforzándose.

En medio de esa actividad frenética, las obras, las maniobras empresariales, las llamadas, las inauguraciones,la prioridad era la familia. Todos los días sin excepción tenía preferencia en la agenda. Golan y ella dedicaron largas horas trazando nuevos planes para la productora. Con Jon estudió a conciencia las ofertas universitarias (Mary le calentó la cabeza con el tema Ximena pero la supo capear). Con Laila tuvo que sentarse a hablar largo y tendido, parecía enfadada con el mundo, así que reservó un finde solo para ellas. Compras, tratamientos de belleza, comer cosas pijas, maratón de “Paradise Kiss”* (un K-drama sobre moda estilo Gossip Girl que lo petaba)… al final, mientras devoraban una tarrina de helado (cada una), logró que se sincerara. Resultó que estaba frustrada. En la guerra contra Wu Yong todos habían tenido su momento, habían hecho algo guay o importante, menos ella. Creía que no tenía ningún talento y que por eso carecía de objetivos. Sus hermanos se marchaban de casa mientras ella se quedaba allí convirtiéndose en una mujer florero. El enamoramiento de Ximena le había puesto un espejo ante los ojos y no le gustaba lo que veía. A la pobre se le saltaron las lágrimas, Queen apartó la tarrina y la tomó entre sus brazos.
-Oh mi pequeña… mi perla…- le enjugó las lágrimas –Mi tigretona*… ¿Por qué crees que te llamo así?- le peinó el pelo con los dedos –Los tigres son temperamentales y rebeldes, como tú,- sonrió tocándole la punta de la nariz –pero también representan el coraje, la fuerza del espíritu y la dignidad. Protegen con celo a sus seres queridos* además son muy intuitivos, conocen el mundo muy bien y acechan a los que hacen mal. Mi niña…- la estrujó un poquito –mírame anda… a esos enormes ojos tuyos no se les escapa nada ¿Te acuerdas de lo que me dijiste en Tel Aviv? Eres muy perspicaz y pragmática, Jon es un idealista y Fai un soñador, necesitan a alguien que mantenga sus pies en la tierra y creo firmemente que tú serás el pilar que sostendrá nuestra familia en el futuro. Me recuerdas a mi abuela, ella era el verdadero espíritu, la fuerza, que sacó adelante Gozushi y a los Choi- le acarició el óvalo de la cara, esas mejillas suaves y redondas aun con eco infantil –No tengas prisa, no te agobies… yo no supe que quería hasta los 29! Fíjate si tienes tiempo. De momento… que te parece si hacemos yoga?- logró hacerla sonreir. Si algo bueno podía extraerse de tanta adversidad es que había recuperado el amor de sus hijos.
Al día siguiente sacó el joyero de la abuela y se lo enseñó a Laila. Eran joyas modestas pero muchas eran antiguas, heredadas de generación en generación, tal era el caso de dos gruesos anillos de jade que perfectamente podían rondar los 200 años –La abuela me los dio el día que celebramos la boda y algún día yo te los daré a ti, pero hasta entonces…- le prendió al cuello un gogok* de piedra de luna.

Los días que pasaron en San Fierro a causa de las obras sirvieron para practicar con Faisal en un ambiente urbano real. Hasta ese momento todo había sido preparatorio. Era divertido pero muy agotador, desde luego el parkour era un deporte inventado por gente muy joven porque aunque estaba en forma… la edad se notaba. Ojalá hubiera aprendido antes, la ciudad se veía completamente distinta desde las azoteas. "Casualmente" más de una vez terminaban en casa de Hwo o cerca del polideportivo de Nari, o en el taller… así mataba dos pájaros de un tiro, hacía de celestina y visitaba a la familia. Disfrutó cada segundo con su hijo. No mostraba la más mínima preocupación por irse con Toreno (lo normal en los adolescentes, ignoran el peligro)todo lo contrario, pero sí notó un cambio en su actitud hacia ella. El último día que entrenaron Queen le tenía preparada una sorpresa, un secretillo entre ambos, su primer tatuaje. Cuando le preguntaron que quería hacerse (estaban de acuerdo en que debía ser discreto y en un lugar fácil de esconder) el chaval no lo dudó: la corona de su madre.
Queen se había enmendado prestándole a Fai la atención que merecía, haciendole sentir valorado, y este volvió a ser el niño cariñoso que siempre fue. Un macarra de corazón tierno como ella.

Zero y ella tuvieron una larga reunión, estaba atónito a causa del contenido del disco y el asombro no hizo sino aumentar con el relato de cómo llegó a sus manos. También le confesó quien fue la persona que la rescató tras la abducción y le confió un dossier con parte de las notas tomadas a partir del pen. Dejó en sus manos encarrilar a Nari ya que la veía más a menudo por su afición al rol. No dijo ni mu sobre el amor secreto de Fai.
Gracias a Dios tenía a Hwo para ayudarle a gestionar los “intereses” familiares, era tan bueno como ella con las finanzas y entre ambos pudieron explicar a sus hermanos lo que iba a suceder y lo que debían hacer. Las consecuencias de la tormenta solar y la invasión posterior harían caer el sistema económico de modo que debían mover su capital humano y monetario. Ante las crisis los Choi actuaban al unísono.
No fue tan fácil con Gozushi, Meighan lo puso difícil, pero al final mediante el subterfugio de “una filtración” e “información privilegiada” le hizo pasar por el aro. A disgusto evidentemente pero sirvió para recordarle que su obra social iba a ser más necesaria que nunca. La fundación dio un giro importante en ese sentido.

Una movida añadida a las obras fue el traslado del panteón familiar. Fue un follón de papeleo pero no estaba dispuesta a que los restos de sus familiares quedaran desatendidos o destrozados en medio del caos, así que dispuso un panteón nuevo en Harmony. El gesto tuvo una repercusión inesperada (cosa que no pretendía) la gente de Paleto lo entendió como una muestra bestial de afecto hacia ellos y convenció a bastantes indecisos electorales.
Fiel al dicho “no vendas la piel del oso antes de cazarlo” no dio por ganadas las elecciones hasta que se terminó el escrutinio de votos. “Queen Choi, de matona a alcaldesa y las que te rondaré morena…” No se lo creía ni ella. Era difícil disfrutar del éxito cuando esa era su última noche en casa. Al día siguiente partiría para Washington y de ahí a Corea y al fin del mundo. Se suponía que no moriría pero el miedo la tenía petrificada. A duras penas pegó ojo y lloró de puro pánico escondida en el dormitorio antes de coger las maletas para salir. La ansiedad y sus ataques era algo a lo que no estaba acostumbrada, creyó que podría parársele el corazón. El matrimonio había pasado la noche memorizándose el uno al otro y aun así no parecía suficiente, nunca lo sería, todo el tiempo del universo les parecía poco. Desayunaron tortitas. –Te prepararé algo delicioso cuando vuelvas… te estaremos esperando- se despidió Golan evitando por todos los medios pronunciar palabras que atrajeran el infortunio, se le había pegado esa superstición de tantos años viviendo con una asiática.

Los días en Washington transcurrieron tediosos como una tortura, se podría decir que tenía ganas de que se reseteara el planeta de una santa vez y empezar con la reconstrucción. Hacer algo nuevo y bueno, algo mejor… ese era su nuevo anhelo, tanta destrucción la tenía harta, “Ahora sí, me hago vieja” se decía. Se avecinaba una nueva era y ella pasaría a ser un vestigio del viejo mundo. Recordó sus correrías de juventud, la pasión, la rebeldía, la vida a toda velocidad, las juergas locas… uno de sus actos de despedida de San Fierro fue organizar una gran carrera (que sus buenos beneficios le reportó) con campeones históricos y actuales. Fue un evento por todo lo alto que requirió de la vista gorda de mucha gente. Los VIP (Hwo, Mary, Irina, Viktor y la propia Queen) desparramaron a lo grande como en los viejos tiempos a la salud del apocalipsis.
Pese a que intentó disuadir a Ladlow y Amanda de que la acompañaran a Corea no podía negar que su compañía la reconfortaba, además le costaba imaginar un viaje sin ellos. Para matar el tiempo y no pensar durante los trayectos de un sitio a otro jugó con Amanda al godori y al janggi* (Queen siempre los llevaba en sus dispositivos móviles para entretenerse entre viajes y reuniones).
La apretada agenda en Corea del sur era una valsa de aceite comparada con Washington. La sociedad era tan formal y respetuosa que podías relajarte, ningún paparazzi o periodista la iba a molestar fuera de lo pactado. Miel sobre hojuelas.
El encuentro con Kwan fue muy emotivo. No le salían las palabras, el cambio de su hermano era como la noche y el día “Más vale tarde que nunca” pensó, además los hombres maduran más tarde y… no había que olvidar que se llevaban la friolera de 20 años, ahora su hermanito tenía la misma edad que ella cuando volvió a San Fierro y se reformó. De dandy o de soldado brillaba con luz propia, es que era guapísimo, con razón lo petaba en los rankings de popularidad de “real men”. Paradójico, y una desgracia para las fans, que siendo más famoso que nunca rechazara las mieles que conllevaba –Papá y la abuela estarían muy orgullosos. Yo estoy muy orgullosa- aquellas palabras hicieron llorar al aguerrido militar como un niño.
Fue una reunión familiar larga y puede que una de las más serias que habían tenido (quitando los funerales claro). No iban de nuevas pero el grueso de la información prefirió dárselo en persona, nunca se sabe quién puede estar escuchando. Queen, en previsión, había ampliado el ala de invitados de la casa de Paleto (un palacio anexo practicamente)y hecho algunas pirulas fiscales para que el movimiento de capital fuera más fácil y discreto, de modo que la rama coreana de la familia no se quedara solo con lo puesto en caso de catástrofe.

Antes de cruzar el Rubicón visitó el “circle center” en Itaewon, su antiguo barrio. Ladlow ya conocía el lugar pero Amanda flipó completamente. Era un complejo patrocinado por su fundación, dentro del cual había un convento Won y otro franciscano, los cuales colaboraban administrando el centro de acogida e integración para refugiados norcoreanos (que era el principal propósito del centro) entre otros servicios como albergue, comedor social y una clínica de atención primaria.
De joven fue asidua al templo Jogyesa pero nunca le gustaron los tejemanejes de “la orden” lo que sumado a su infancia en los USA (un ambiente eminentemente cristiano) la hizo acercarse al won. Así pues acabó convirtiéndose en su promotora más famosa e internacional (a lo Richard Queer* con el budismo tibetano).
En el centro, tras la reunión con el comité administrativo (les esperaban días muy complicados) y el paseo/posado para los medios, rezó en privado. La cita con el destino era inminente.

Esa noche la última cena fue muy divertida. Solo ellos tres en la habitación del hotel con comida a domicilio. Serían los nervios pero se soltaron un poco, charlaron animadamente contando batallitas: Amanda era un filón con sus tiempos de camionera, Ladlow descubrió su vis cómica con el relato de algunas novatadas en sus tiempos de academia y Queen habló sobre como se forjó una reputación en el puesto fronterizo puteando guardias norcoreanos. Cayeron unas cuantas cervezas pero fueron prudentes y se recogieron pronto. Les dio las buenas noches a cada uno con un abrazo largo y un sentido -Gracias-, a veces menos es más. Por primera vez sentía que habían conectado.
Como venía siendo costumbre no se durmió hasta que habló con Golan por teléfono. Soñó con el pasado y le despertó el eco de la voz de Faisal.
Se vistió para matar (literalmente XD ), un conjunto elegante y práctico de seda negra con complementos de piel magenta. El “easter egg” era la chaqueta de corte capa reversible, forrada por dentro de piel de tigre blanco (sintético) y su corona en la espalda recamada de lentejuelas metálicas, en cuanto dijera de desabrocharlo y dar la vuelta a una de las solapas iba a ser la sensación. Le había tocado los ovarios que le exigieran sencillez como muestra de respeto a Kim “¿Respeto? ¿Sencillez? Y UNA MIERDA!”. Ese malnacido tenía que saber que le había llegado la hora de rendir cuentas*.
-Vamos allá… el mundo no va a salvarse solo- dijo al encontrarse con sus acompañantes tratando de subir el ánimo. Salvar el mundo… destruirlo… empezaba a ser difícil distinguir una cosa de otra.

Para un surcoreano, viajar al norte era como ir de visita a Mordor, un lugar cuasi mítico. Lo gracioso es que ella también portaba un anillo que acarrearía la destrucción de un villano ¿Sería el hotel Ryugyong su monte del destino? Hacía como que leía mientras le daba vueltas al bolo y miraba el sol por la ventanilla. Estaba en manos del universo, bueno… ¿No lo había estado siempre? Todos navegaban en el océano de la creación, prendidos en ella como las estrellas en el espacio, mecidos en el oleaje y las ondas del movimiento de los astros. Tal vez por eso se sentía tan bien en el agua, el sexo le pareciera una marea y aquel tren un rio camino de la desembocadura. Su última gran aventura…
Habían acordado actuar de forma impoluta hasta que llegara el momento. El exceso de educación era una bofetada infinitamente más ofensiva que una actitud beligerante, además ellos eran así de natural: la ostia de cool, y solo por estatura y figura ya dejaban en ridículo a cualquiera de ese freakshow llamado Corea del Norte. Queen podía escuchar las guitarras eléctricas tocando la banda sonora de su caminar ¿Inclinarse? Ya se vería…
Sonrió por el comentario jocoso de su secretaria. Reparó en la ironía de que su última comida (si la cascaba) fuera un desabrido brunch -No seas mala, me da hambre solo de pensarlo- de pensar en la birria que iba a ser por supuesto XD le hizo un guiño –Además solo puedo pensar en el líder…- hizo un gesto muy aegyo con manos y hombros, como una colegiala que habla del chico que le gusta "Descarada…"

Notas de juego

*Paradise Kiss
https://es.wikipedia.org/wiki/Paradise_Kiss

*Horangi- tigre en coreano. A todos los niños de la familia los ha apodado con el nombre de algún animal.

*referencia al carácter del signo zodiacal
http://www.ehowenespanol.com/creencias-coreanas-tigre-info_230723/

*Anillos de jade:

*gogok: amuleto tradicional coreano
https://en.wikipedia.org/wiki/Gogok

*godori y janggi*:
https://en.wikipedia.org/wiki/Go-Stop
https://es.wikipedia.org/wiki/Janggi

*Richard Gere

*En Corea se dice que los tigres blancos rondaban a los malos gobernantes para castigarlos
 

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09/01/2017, 22:02
Director

Pyongyang, la ciudad irreal. Había leído mucho sobre ella, pero estar allí era diferente... muy diferente. La gente se movía como robots, procurando incluso no mirarles. La línea que separaba a los adeptos del régimen de los "sospechosos" era tan fina que todo el mundo, incluso los poderosos, vivían con miedo a las posibles represalias de la policía política. En teoría, no existían ya los "campos de reeducación", pero posiblemente no hicieran falta. La amenaza de un fusilamiento rápido de ti y toda tu familia daba el mismo miedo que vivir en un campo de trabajo sometido a vejaciones y hambre.

Quizá ese había sido el gran triunfo del último dictador norcoreano: ampliar el concepto de prisión para que todo el país fuera una gran cárcel y no hicieran falta los "campos dentro de los campos". Condenar al ostracismo a una persona en aquel sistema que premiaba la obediencia ciega equivalía a matarlo de hambre, con una bala o condenarle a una vida miserable.

Sin embargo, sus guías se cuidaban mucho de que no vieran nada de eso. Después de todo, estaban en la mejor zona de la capital, allí donde vivían los fieles más fieles, aquellos cuya lealtad era prácticamente incuestionable. Esos eran los que podían conducir coches, comprar comida de verdad y gastar su dinero en productos de lujo importados del resto del mundo: estaban viendo la porción de realidad blanqueada que el régimen quería que viesen.

Ella iba preparada mentalmente para eso. Sabía que durante la primera fase debía sonreír, cumplir con el protocolo y no hacer preguntas comprometidas. ¿Para qué? El país, posiblemente, fuera destruido como resultado de lo que ella pensaba hacer. De hecho, toda aquella gente le daba lástima, pero también cierto asco. Lo había intentado muchas veces, por activa y por pasiva, pero el pueblo del norte era sumiso, o estaba demasiado atemorizado. Ella les haría un favor destruyendo la piedra angular del sistema.

El saludo a las estatuas de los líderes fue protocolario. Era curioso: habían estatuas y retratos del padre y el abuelo, pero no del nieto. Se las daba de "humilde", pero era cierto que en comparación a los dos primeros solía ser visto como un líder de segunda. Quizá por eso su megalomanía llegaba a extremos enfermizos. La sombra de su padre era demasiado larga. Depositaron las flores con la misma expresión de autómatas e hizo una pequeña reverencia. No era para los Kim, claro, si no para si misma, para pedir disculpas por la que iba a liar. Por todos los inocentes que iban a sufrir los daños colaterales.

Un pequeño tour preparatorio en el que ella desconectó el cerebro: el gran hospital, el parque de atracciones (eso le indignó) y el gran museo de regalos hechos a los líderes. Una jornada maratoniana que terminó en el gran hotel, donde habían dejado sus maletas (después de revisar su contenido, claro). La silueta gigantesca del hotel le resultaba patética, un quiero y no puedo para intentar figurar en el panorama internacional. ¿De que iban a disfrutar los visitantes, de ser escrupulosamente vigilados y que les enseñaran cuatro tonterías del país, siempre relacionadas con los líderes?

Aquello quería ser un escaparate del régimen, una gloria arquitectónica que hablara del poder eterno de aquella saga familiar. Querían vender un país desarrollado, pero todo apestaba a arcaico: los modales de los recepcionistas, la decoración, el programa de actos... Era como volver atrás en el tiempo, a los 70 o los 80. Le sorprendió que la habitación tuviera un plasma. Una marca china, pues se fijó bien. Sería una de esas famosas importaciones para los ricos.

No habían registrado el cubo, por que siempre lo había llevado con ella. Era el "gran regalo para el líder". Le pidieron revisarlo, y se lo devolvieron al cabo de unos minutos. Su tecnología no era lo suficientemente sofisticada para siquiera intuir que aquello tenía gato encerrado.

No se duchó, pero si usó el inodoro. "Ésto es lo único que vas a dejar en Corea del Norte" pensó, casi al borde de la risa. Miró la televisión y pidió algo al servicio de habitaciones, pues sabía que no iba a existir la "cena de gala" que estaba programada, y no quería que el apocalipsis la pillara con el estómago vacío. Un kimchi bastante decente, pero el bibimbap tenía poquísima carne.

Finalmente, la hora llegó. Se cambió de ropa, pues se suponía que iba a atender a la recepción "de gala" del gran líder, y Amanda cogió el cubo. Nada más grande que un pequeño bolso de estuche, que los guardias iban a revisar, se permitía llevar al evento. La paranoia de seguridad era grande, pues era la primera vez que una delegación de aquel tamaño, de Corea del Sur y Estados Unidos había ido al país. Era una ocasión histórica, y no querían ninguna sorpresa.

Una larga cola en la recepción. Todos esperaban saludar al "gran hombre" y echarse la foto de rigor. Hubo copa de espera, para mantenerles entretenidos. Ella aparentaba mucha serenidad, por que no podía dejar que los nervios arruinaran la situación. La comunicación con Washington o algún punto fuera del país mediante satélite comenzaba a ser complicada, debido a la creciente tormenta solar. Pero allí, en el sitio menos tecnológico de Asia, parecía que todo iba como la seda.

Tuvieron que esperar más de veinte minutos para poder saludar al "gran líder". Lo encontraron de pie, flanqueado por su esposa y con dos guardaespaldas detrás. Parecía complacido por todas aquellas visitas, risueño y jovial.

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09/01/2017, 22:43
Kim-Un

La intérprete/guía iba a traducir, pero él la detuvo con un gesto. Sabía que ella era coreana, así que le habló en su propio idioma. La mirada que ambos sostuvieron fue intensa, como si dos gigantes políticos se conocieran finalmente. Y así era, aunque Queen se negaba a verle como un igual.

-Señora Choi -le dió la mano, y sentía cálida y algo sudorosa- He oído hablar de usted mucho, durante todos éstos años. Para bien, aunque también para mal. Dicen que acoge a traidores que han huído de éste país... Pero no estamos aquí para hablar de eso. No... el pasado.

Sonrió. Los fotógrafos se estaban cebando con aquel encuentro histórico, y él procuró mantener una compostura franca y cercana, con muchas sonrisas, que siempre quedaban bien en las fotos.

-Estamos aquí para hablar de la paz entre Estados Unidos y sus aliados del sur, y nuestra república socialista. Una paz merecida, largamente acariciada. Y como parte de ese acercamiento, es mi deseo ofrecer a todos los que han abandonado el país de forma ilegal la amnistía plena, siempre y cuando estén dispuestos a regresar -ahora habló en inglés- Espero que ésta noche sea el comienzo de una paz duradera y el fin del bloqueo de los Estados Unidos sobre nuestro país.

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17/01/2017, 07:41
Queen Choi

-Bienvenidos a 1984…- musitó. Inevitable pensar en distopías, si se descubriera que a los norcoreanos los reprocesan como Soylent Green no la sorprendería, aunque con la poca chicha que tenían pegada al hueso… no habría mucho que sacar. La aguja del Ryuguong reflectaba el color del cielo y la luz de un modo casi irreal en medio del columbario de cemento que era Pyonyang. El aire, la tierra, todo emanaba una energía inquietante que despertaba todas las alarmas del cerebro. Miraras donde miraras parecía un escenario de pesadilla digno de un cuadro de Chirico (que a ella le daba un repeluzno de la leche) o de “La invasión de los ultracuerpos”. La violencia era increíble, visual, mental, sonora… ese silencio tenso mantenido te atravesaba los sesos. Si no estabas muerto por dentro lo natural era que Corea del Norte te diera ganas de hacer 3 cosas: Gritar, llorar o reaccionar con furia. Queen iba a tener el “privilegio” de poder dar rienda suelta a la tercera opción.
La ofrenda floral a los líderes le causó indiferencia, cuando se inclinó recitó mentalmente una de sus oraciones y su reverencia fue para su hijo desaparecido. Apretó el puño del brazo donde llevaba el comunicador de pulsera.
La galería de regalos le gustó, era una cámara de tesoros y se preguntó si tras desatar el caos podría hacerse con ellos (ya encontraría la manera), quería un botín. Era curioso pasearse por allí sabiéndose portadora del que sería el último obsequio, el definitivo. Seondeok Choi, la portadora de la muerte, la jeoseungsaja*, otro título para la saca.
Pensar en semejantes chorradas era su mecanismo de defensa contra los nervios.
El interior del hotel le causó escalofríos, un quiero y no puedo penoso y frío, echó de menos ya no su casa si no el desvencijado bungaló de sus primeros días con Golan. Golan… estuvo un buen rato con la mirada perdida en el firmamento pensando en él. Bueno esa no es la palabra correcta, a sus seres queridos no les dedicaba pensamientos, los sentía en su corazón. Creía que así conectaba espiritualmente con ellos.
Luego, tirada en la cama miró el cubo sobre la mesa. Era muy extraño lo fácil que olvidaba el hecho de que era un objeto extraterreste, que los extraterrestres existían y que estaban implicados en aquella misión a lo James Pond ¿Sería alguna especie de barrera de protección psicoloquefuera? Alguna clase de superpoder o tecnología para pasar desapercibidos? “Los putos Aliens… ay Jay como te echo de menos…” suspiró. Puso la tele porque hubiera un ruido de fondo. Tuvo la tentación de acercarse a las habitaciones de sus escoltas pero habían hecho voto de no hacer nada extraño, de no hablar. Joder, estaba cagada de miedo y no podía ni soltar una lagrimita en soledad por si había cámaras ocultas. Pidió comida, triste consuelo “Esta no puede ser tu última comida, anímate” se dijo para sí.
Ahhhh ¿Por qué no podía acabar ya? ¿Por qué pasaba el tiempo tan lento? El que espera desespera, desde luego… Queen llevaba fatal la incertidumbre, tener que esperar, cuanto más se aproximaba la hora más prisa tenía. Remoloneó un rato, hubiera sido un buen momento para un kiki, se lamentó y se propuso entretenerse preparándose. Hacer algunos ejercicios de yoga, estirar el traje, empezar a arreglarse… en la maleta llevaba muy poco, lo importante lo habían dejado con su hermano y se habían desplazado a Pyoyang con lo imprescindible (dado que eran cosas que iban a perder). Peinarse y maquillarse fue un ritual de guerra, solo faltaba flamenco sonando de fondo, al estilo de las pelis de Tarantino. Que mierda no tener allí su reproductor de música, zapeó, pero la oferta de canales era de pena. Lo único que encontró fue una de esas tías con cara de papa y voz de pito cantando al ritmo del acordeón. Tiró de memoria y se puso a canturrear.
Había elegido un precioso traje de chaqueta blanco con un top de gasa negro etéreo como el humo y lo conjuntó con pelo engominado y sus clásicos “smoky eyes”. Una parca con estilo. -Como en los viejos tiempos- por un segundo creyó ver a la chica de hace 20 años devolviéndole la mirada en el espejo -Estas impresionante nena…- rugió –cómetelos con patatas-. Llamaron a la puerta haciéndole dar un respingo, era Tom. Agarró su capa, el clutch y lanzó el cubo a Amanda. Intercambiaron una mirada cómplice –Hagamos que merezca la pena- Sonrieron. Esos tres irradiaban “coolidad”, no era para menos, el universo tocaba su canción.

El sentimiento de epicidad se vio interrumpido por la cola de espera, el último granito de odio que ese gordo cabrón aportaba al mundo. Hijo de puta como sonreía encantado de que todos le doraran la píldora ¡Cerdo! ¿Cuántas operaciones de estética llevaba encima? Se notaba un huevo, claro que la tele de allí decía que gozaba de eterna juventud y esas mierdas de superpoderes que le atribuyen al “amado” líder “¡Dios! le reventaba la boca a patadas”… Se miraron midiéndose de ese modo que solo saben hacer los orientales, dos titanes cara a cara, Gotzila y Gamera (la tortuga arrugada era él por supuesto). Lástima que la portada de los periódicos al día siguiente no fuera esa, pero entendía que un boquete de varios kilómetros era mucho más espectacular, lo compraría y lo enmarcaría igual.
“¿Señora Choi? ES FEHR-CHOI, FEHR-CHOI ¡ COÑO! No es tan difícil!!!... ¿Paz? Paz te voy a dar yo a ti, la paz eterna cabrón… anda que van a querer volver esos pobres a este agujero de mierda, cuando termine con vosotros no querrán venir por aquí ni las cucarachas”  Queen asentía con expresión atenta al discurso del dictador mientras en su cabeza se sucedía un estufido tras otro, por suerte entre los superpoderes del “gran líder” no estaba leer mentes. -Me halaga que me recuerde- sonrió coqueta llevándose una mano al pecho “A veces creo que eres mejor que yo actuando” decía Golan entre la broma y el resquemor –Y tiene toda la razón- pausa dramática para alimentar su ego -Hoy lo importante es el futuro. Es crucial para el mundo poner fin al desafortunado desencuentro entre nuestras naciones y no me cabe duda alguna de que esta noche, de su mano, se hará historia- “No lo sabes tú bien” Queen era única con los dobles sentidos, los incautos parecería una pelota –Por ello  he creído adecuado traer un presente- hizo una seña elegante a su secretaria de que se acercara –que sirva como recordatorio de tan gran acontecimiento- echó atrás una de las solapas de la capa dejando ver le dio el bolsito, tomó el cubo entre sus manos y lo ofreció al dictador haciendo una ligera inclinación –Por favor, acéptelo. Es una pieza única, muy apreciada. La escogí especialmente para usted- 

Notas de juego

*Jeoseungsaja: Psicopompo coreano, significa literalmente “heraldo del otro mundo”. Es un personaje mitológico que hace las veces de secretario del señor de la muerte: el rey Yonma. 

-El maquillaje para la recepción

-El modelito, el top/camisa sería negro y en lugar de sandalias llevaría botines

-Corte de la capa con vuelta de tigre

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17/01/2017, 19:23
Kim-Un

Hubo un momento de tensión. Una breve sonrisa, mirando el objeto, pero sin llegar a cogerlo. ¿Lo rechazaría? Quizá no era la hora acordada, según el protocolo, para dar regalos. O quizá es que él tenía acceso a cierto tipo de información. Información que algunos líderes mundiales conocen sobre aquel tipo de cosas que hasta hace poco ella creía que eran mera superchería. O más bien, en éste caso, que él fuera una persona desconfiada.

Pero los fotógrafos estaban allí, y la cobertura de joyería que habían fabricado sobre la caja enmascaraba su verdadera naturaleza. El diseño hacía referencia a la historia de Corea, al reinado de la dinastía Joseon, su filosofía, su religión... Era un bonito regalo simbólico de la unión de ambas coreas.

Debía sostenerlo, aunque solo fuera para la foto. Luego lo daría a uno de sus sicofantes, para que lo guardaran en el museo de los Kim. ¿Que daño podía hacer un cubo que ella había tocado con sus manos desnudas? Así que, sonriendo, lo cogió, examinándolo con curiosidad.

Aquella era la sentencia de muerte. Las cámaras retrataron el momento, incluida su sonrisa. Apretó el pulgar detrás del anillo, activando resorte. El pequeño, imperceptible pulso electromagnético lo activó. Tres pasos hacia atrás, muy rápidos, y los guardias se acercaron al líder, convergiendo sobre ellos desde todos los ángulos de la sala. Todavía no había pasado nada, pero su reacción indicaba peligro.

-Quietos, no pasa...

Entonces notó la vibración en las manos. El espacio-tiempo se rompía entre ellos, consumiendo la cobertura de metales preciosos. Soltó el cubo, al suelo, pero ya era demasiado tarde. La succión del vórtice había comenzado y las primeras víctimas fueron las luces: todas las bombillas explotaron casi al unísono.

- Tiradas (1)
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17/01/2017, 19:43
Tom Ladlow

Los guardias querían echarles el guante. Pero sabía que eso solo era el principio. Aquello iba a ser cuestión de segundos, decisivos segundos. Se había situado detrás de uno de ellos, el más cercano a la señora, y ahora le partió la pierna de una patada a la altura de la rodilla. Le arrebató su pistola y disparó contra el que había alzado el fusil instintivamente desde un ángulo de la sala, matándolo.

El vórtice ya era del tamaño de un balón de fútbol, y a pesar de que dos guardias tiraban del líder con todas sus fuerzas, él gritaba como un niño asustado mientras la fuerza del remolino les succionaba a los tres.

-¡Vámonos!

- Tiradas (2)
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17/01/2017, 19:50
Amanda Ryang

Tiró de la jefa hacia el pasillo, pero los disparos habían atraído a un grupo de guardias. El salón era un caos, ya que el vórtice había succionado al líder y comenzaba a tener el tamaño de un coche. Crecía rápidamente, y era muy destructivo. Cada vez era más difícil escapar a su influencia, y tenían serios problemas en ese momento: todo lo eléctrico dejaba de funcionar, así que el plan A, la huída por el ascensor, se hacía inviable. Tendrían que pasar al plan B, pero ello requería bajar tres tramos de escaleras y volver a su habitación. ¿Les daría tiempo?

La gente huía de la fiesta, y los guardias no sabían muy bien que demonios estaba pasando con las luces apagadas y los gritos. Su prioridad era poner a salvo al líder, pero no sabían donde estaba, lo llamaban a gritos y a través de la radio. Buscaban, además, a gente armada a la que disparar. Pero Tom no era tonto y en vista de que el vórtice ya estaba haciendo el trabajo, tiró la pistola al seguirlas, convirtiéndose en otro mero civil desarmado. Los últimos disparos en su dirección eran absorvidos por el vórtice, que ya tapaba la visión de los guardias al otro lado, aumentando su confusión.

-¡Por que me habré puesto zapatos! -gritó.

Los civiles huían hacia el ascensor y las escaleras. Así que solo había que seguir el movimiento de la marea, aunque superándola en velocidad.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de Coordinación + Atletismo. Dificultad 6+

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17/01/2017, 20:05
Queen Choi

“Cógelo”
“Vamos… cógelo”
“Cógelo, cógelo, cógeloooo”


Y lo cogió “¡Por fin!” sus siguientes movimientos fueron automáticos y evidentemente sospechosos. Parpadeó expectante ¿Tal vez el anillo tenía menor potencia y por eso tardaba? ¿O tardó lo de siempre pero ella estaba ansiosa? En cualquier caso cuando el mecanismo se activó sintió un hormigueo de excitación. La fría y antinatural sensación que causaba la apertura del vórtice inundó la sala y la brecha apareció ante sus ojos irresistible y fascinante cual canto de sirena. Apenas parpadeaba, no quería perderse ni un solo detalle de cuanto iba a pasar, la primera de ellas la cara del tirano petrificada por el miedo. Sí… la primera vez siempre da un miedo atroz, luego es… Queen inspiró hondo extasiada por el abismo. Asomó a su cara la más afilada de las sonrisas,  el dictador luchaba por agarrarse a algo pero la fuerza de succión era tal y tan cercana que sus huesos y su carne empezaron a desgarrarse como trapos viejos. Chillaba como un cerdo y Queen lo observaba presa de un trance de locura apenas sostenida por los brazos de Amanda –¡¡Mírame!!- le gritó a Kim en coreano –¡Soy Baek-Ho*, he bajado de las estrellas para llevarte al infierno!!!-. La secretaria tiró de ella alejándola del portal aunque se resistió hasta que hubo visto desaparecer el último pedazo de lo que una vez fue Kim-Un.
Apoyadas momentáneamente en una columna Queen echó la vista atrás admirando el caos. Un destello de lucidez cósmica atravesó su cerebro de parte a parte, lloraba a la vez que reía. El universo giraba literalmente entorno a ellos y lo había hecho ella, había nacido para hacerlo, nada era comparable a esa sensación.
Corrió a trompicones distraída por el vórtice, ignorando las potenciales amenazas que surgían, y conforme se alejaban y mezclaban con el gentío pareció librarse de su influjo. Tropezó con no sabía muy bien que, era lo suficientemente grande como para ser una persona, el caso es que el tapón del vacío en su cabeza terminó de diluirse y se dio cuenta de que o corría o ahí se terminaba la peli. Miró a Tom "Vamos Queen, corre con todas tus malditas fuerzas"

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Nombre de una criatura mitológica coreana encargada de proteger el punto cardinal del oeste. Es un tigre blanco al que corresponde la 3ª casa zodiacal del sistema  astrológico chino

https://en.wikipedia.org/wiki/White_Tiger_(China)

https://en.wikipedia.org/wiki/Four_Symbols_(China)

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21/01/2017, 00:14
Director

Correr escaleras abajo, casi a zapato quitado (en el caso de Amanda, así era) mientras detrás sonaban disparos y gritos. Los guardias del pasillo abatían a otros invitados, ya que había escuchado que el líder había muerto y ellos eran "los primeros sospechosos". La velocidad les salvó, pero no les salvaría a ellos, pues conforme bajaron dos plantas a la carrera (más que correr, saltaban de un descansillo a otro) se dejaron de escuchar gritos o tiros. Solo la succión del remolino y la estructura del hotel que chirriaba, cedía y amenazaba con un fallo catastrófico. Las últimas plantas se estaban consumiendo, y la velocidad con la que el vórtice crecía era exponencial.

La tormenta solar arreciaba, así que no podían confiar en nada electrónico lo suficientemente sofisticado para sacarles de allí, como una aeronave o similar. Además, el edificio tenía tantas plantas que tratar de bajarlas todas corriendo por las escaleras podía resultar suicida. Con aquel ritmo endiablado, el vórtice les alcanzaría antes de que llegaran a pie de calle. Era lo mismo que sucedió a muchas personas que quedaron atrapadas en las torres gemelas, hacía ya tres décadas.

Afortunadamente, había un plan B. Toreno había previsto que dos de sus espías, gente a la que se prometió se iba a sacar del país, dejaran en su habitación "unos paquetes" lo suficientemente pequeños y camuflados como para que pasaran desapercibidos como parte del equipaje que habían traído. No tenían ni idea de como habían metido aquello en el país, pero en aquel momento no les interesaba.

-¡No tenemos tiempo! -gritó Tom.

Sabían que había que pasar a ese plan de reserva. Llegar a la habitación, tres pisos más abajo, y usar los paquetes. Eran paracaídas de salto base (apertura rápida) del tamaño y aspecto exterior de un bolso o mochila normal. Había que llegar hasta allí, y llegar rápido. Luego, casi sin respirar, ponerse los paracaídas y saltar por la ventana más cercana. Algo más fácil de decir que de hacer en circunstancias como aquellas.

Notas de juego

Tres tiradas:

La misma de antes, ahora dificultad 7
Entereza + Sangre fría, dificultad 6
Reflejos + Paracaidismo dificultad 2

 

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21/01/2017, 01:10
Queen Choi

Haberse quedado alelada con el vórtice había sido su pecado, muy seguramente en el universo del futuro la había cascado por quedarse mirando o por su torpeza esquivando gente. Nunca infravalores una marabunta de gente histérica ¿Hay algo más peligroso y potencialemente destructivo? Se llevó codazos, pisotones, empujones, hasta le tiraron del pelo con tal fuerza que casi la tumban y por un segundo le faltó el aire cuando le golpearon en el costado (donde aún sentía molestias por el disparo durante la batalla de Paleto). Ese fue el momento, lo supo, el instante que cambiaba el futuro. Cuando se le doblaron las rodillas Tom la agarró con una fuerza extraordinaria del cuello de la chaqueta y la impulsó al frente impidiendo que cayera al suelo y la pisotearan. Sabedores de los problemas técnicos, a causa de la tormenta solar, no perdieron tiempo con los ascensores ni las puertas de emergencia (magnéticamente cerraras). La gente se agolpaba aporreando esas salidas, vieron incluso como lograban hacer palanca en un ascensor y caían al vacío. Ellos fueron directos a la habitación. Cada vez se cruzaban con menos gente pero ella siguió corriendo con cierta dificultad, el golpe había sido fuerte y temía que finalmente le hubieran causado una fisura. Llovía sobre mojado…
Abrieron de una patada (ya que iba por tarjeta y obviamente el cierre no funcionaba), se permitió un instante para recuperar el resuello y procedió a colocarse el paracaídas –¿Está bien?- le preguntó Amanda, Queen asintió poniendo su sonrisa socarrona –Si Cletus nos viera- bromeó refiriéndose a las pintas que llevaban. Hacía tiempo que no entrenaba el salto halo, su secretaria miró abajo con respeto –No pienses- la animó y Tom le recordó las instrucciones básicas mientras revisaba que se lo había puesto bien. Hubo un gesto que… despertó las sospechas de Queen ¿Ahí había tomate?
 

- Tiradas (5)

Notas de juego

MIERCOLA DE TIRADAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!!! :__(

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22/01/2017, 02:58
Director

Amanda rompió una ventana tirándole una silla. Un golpe de viento, el edificio seguía crujiendo. No había mucho tiempo para pensar, así que saltaron uno detrás del otro en rápida sucesión. Queen, que se quedó la última, abrió el paracaídas algo tarde, pero tenía sus razones... ¡El edificio estaba colapsando! En su lugar, el cono de succión se ampliaba, absorbiendolo todo, cada vez con mayor fuerza.

Abajo, la gente que estaba en las calles perdía la cabeza. ¿Que demonios era aquella mierda? A pesar de que la policía armada reclamaba calma, todo el que podía huía de la zona, a pie o en bicicleta, pues los coches habían dejado de funcionar. El panorama era dantesco.

Queen aterrizó sobre el capó de un coche, así que el aterrizaje no fue del todo suave. Más bien, fue lo contrario. CLONC, y cayó al suelo. Le dolían las rodillas, pero no había tiempo para pensar demasiado. El mundo se estaba yendo a tomar por culo y ellos debían salir de allí, llegar al punto de extracción lo más rápido posible. Ahora la gran pregunta era: ¿Cómo? Los americanos habían discutido muchas flipadas acerca de sacarla de allí con algún vehículo o similar, pero la tormenta solar había jodido cualquiera de esos planes. El A, el B, el C... Solo quedaba el D. Y el plan D involucraba un paseo hacia la costa para que les recogiera un submarino. El problema es que ellos mismos debían encontrar los medios para llegar hasta allí. En Corea del Norte, donde como parte del estado de guerra las carreteras estarían bajo control militar.

Algo sonó en su muñeca. El teléfono de su hijo, que los norcoreanos habían creído que era una simple pulsera (nadie tenía tecnología semejante en aquella época). Un mensaje de texto, con unas coordenadas, cerca de la ciudad. Lo firmaba aquel general de las fuerzas aéreas con el que había hablado. Sin duda, tendrían un plan E.

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22/01/2017, 03:09
Tom Ladlow

Como había roto el cristal del conductor de aquel coche, Tom comprobó rápidamente si su motor podía o no encenderse. Pero el sistema eléctrico era historia, y el arranque no podía forzarse siquiera por que muchos transistores estaban fritos.

-Mierda. Tenías razón, no funciona nada de nada. Hasta mi reloj se ha parado.

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22/01/2017, 03:12
Amanda Ryang

Amanda la había ayudado a levantarse y comprobó que estaba bien. Solo un poco de dolor articular y las rodillas enrojecidas. Pero podía caminar bien. Se deshicieron de los paracaídas y caminaron lejos de la escena del crimen, tratando de confundirse con las masas que huían del creciente vórtice.

La suerte quiso que al callejear por lugares menos transitados, en busca de un medio de transporte, se toparan con un taller donde se reparaban bicicletas. Los norcoreanos usaban muchísimas bicicletas, y de hecho era su medio de transporte más común. El dueño estaba asomado a la esquina de la calle, viendo el vórtice con una mezcla de sorpresa, incredulidad y espanto. Su tienda, unos veinte metros más allá, había quedado desatendida. Varias bicicletas que alquilaba estaban apiladas junto a la puerta. 

-Si la vida te da limones... -dijo ella, con una breve sonrisa.

Notas de juego

Coordinación + Alerta para bicicletear tratando de evitar los controles militares. Dificultad +3

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22/01/2017, 03:53
Queen Choi

Madre mía iba a salir de allí con más palos que un pulpo antes de cocer. La bajada en paracaídas de Queen fue cómica, menos mal que no iba a quedar constancia de nada y el tiempo lo pasaría por el filtro de la épica, o no… la destrucción de Pyonyang era de facto un genocidio… puede que la historia no la recordara con demasiada benevolencia dado el reguero de cadáveres a su paso…
Tom intentó inútilmente hacer funcionar un coche –No te molestes…- le dijo mientras se frotaba las rodillas y se quitaba el paracaídas mirando alrededor. Escenas de histeria, caos, incredulidad… el completo abanico de las reacciones humanas que les dejaba el camino abierto para hacer lo que quisieran, ya que la gente estaba demasiado ocupada entrando en pánico. El grito del edificio colapsando fue terrorífico, Queen sintió como si estuvieran atrapados en un nuevo Titanic –olvídate de la tecnología, todo tiene componentes eléctricos- les enseñó el mensaje con las coordenadas (se quedaron un poco pillados -incluida ella- ¿Cómo coño le llegaban mensajes?) –Esto está más cerca ¡Sigamos! Ya encontraremos algo- no podían entretenerse, corrían como si el diablo les mordiera el culo internándose en las calles más estrechas huyendo del cono de succión que eran las grandes avenidas.
¿Tenían policía montada en Corea del Norte? “Mi reino por un caballo”, pero no sabía montar, ninguno de ellos, además seguro que el bicho se asustaba  y al final iba a ser peor el remedio que la enfermedad ¿Mejor un carro? Muy lento… pensaba, miraba, corría, respirada agitada, el corazón le bombeaba a tope, todo a la vez, nunca se había sentido tan viva. Entonces Amanda vio la solución –Seis ojos ven más que dos- le respondió sonriendo. No montaba en bici desde que se sacó el carné de moto. Ni cortos ni perezosos fueron al puesto y agarraron un vehículo cada uno sin pudor ninguno. Total, aquella tienda iba a desaparecer en cuestión de minutos y probablemente su dueño también.

- Tiradas (1)
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22/01/2017, 22:11
Director

Tres extranjeros, uno de raza occidental, escapando con tres bicicletas por el centro de Pyongyang. La verdad es que el asunto resultaría sospechoso a cualquier guardia que se preciara. Sin embargo, muchos no se habían enterado de la muerte del líder. ¿Cómo, si no se había anunciado oficialmente? Todo había pasado muy deprisa, y él era un tipo que no se prodigaba demasiado. A pesar de que la prensa local le atribuía ubicuidad, nadie sabía realmente dónde estaba el líder o lo que era de él hasta que les informaban. Ahora mismo, lo único que la policía y el ejército podía ver es que la ciudad estaba siendo destruida por algún tipo de arma o catástrofe.

Seguramente echarían las culpas a los americanos, pero era todo bastante raro. ¿Un vórtice succionador que aullaba como un mar embravecido? Vale que los americanos tenían armas muy modernas, armas secretas. Pero nadie en su sano juicio, a pesar de largas décadas de adoctrinamiento comunista, era capaz de concebir que aquello fuera obra de los seres humanos.

Aprovecharon la ventaja para callejear, escapando de las grandes aglomeraciones y de los controles que trataban de impedir que la gente escapara. En teoría, los norcoreanos tenían que entrar en los búnkeres que el gobierno había construido para el caso de un ataque norteamericano, enormes instalaciones donde continuar la producción bélica. Ellos no querían meterse en ningún búnker, así que siguieron pedaleando, dirigiéndose siempre hacia el este, que era el punto donde hipotéticamente debían recogerles.

Pasaron por zonas de la ciudad no tan glamurosas ni diseñadas como un escaparate. Barrios obreros, más pobres, de grandes bloques de pisos. Mucha gente se asomaba a los balcones o salía a la calle a mirar, mientras los abuelos sintonizaban sus radios y algunos se planteaban muy seriamente escapar de la ciudad. El vórtice era ya de un tamaño gigantesco, ocupando casi un tercio de la ciudad. Su fuerza era enorme, y desgajaba edificios enteros hacia él, generando corrientes de aire contra las que era muy difícil luchar.

Sin embargo, un rugido fuerte sonó por toda la ciudad, acompañado de una vibración que reventó los cristales de todas las fachadas. El vórtice dejó de succionar, estabilizándose. Queen detuvo el pedaleo, allí en uno de los barrios de la periferia, sudada y algo cansada por el pedaleo. Ella no sabía nada de eso. Creía que el vórtice solo crecía y crecía, pero estaba equivocada. Los aliens le quitaron el cubo, y ahora vió que tenían buenas razones para ello.

De dentro del vórtice surgió lentamente el mastodonte de una gran nave, una nave nodriza, a la que acompañaron millares de naves pequeñas y fuerzas terrestres de invasión que se esparcieron por la ciudad matando y aniquilando con ayuda de rayos que provocaban explosiones, que desintegraban a la gente y a las cosas en haces de luz o las reducían a cenizas o líquidos incandescentes.

¿Que clase de información tenía H.G Wells? Quizá no estaba tan loco como parecía, ni fue un troll tan grande en su época. Por que del vórtice surgieron... ¡Trípodes! Queen sintió la necesidad de pasar por el baño cuando vió a las moles pasearse por la ciudad, destruyendo todo a su paso.

-Hay que seguir -dijo Tom.

Era verdad. Los norcoreanos intentaban defenderse de la invasión. Sus fuerzas armadas, aunque habían sido pilladas por sorpresa, lanzaban un ataque algo descoordinado por las calles. Algunos tanques aparecieron en las principales avenidas. Sus armas tenían poco efecto sobre el invasor, pero los aliens no eran inmunes a ellas. El problema es que ellos cada vez eran más, y las fuerzas humanas no causaban el suficiente número de bajas enemigas como para que aquello no fuera una masacre hacia el bando humano.

Bando humano... Era curioso como uno acepta esas cosas tan rápido. De los albores de una guerra nuclear pasaban, por momentos, a una invasión alien a escala planetaria. En otros puntos del globo, el ataque espacial que estaba previsto llegó por oleadas, y la lucha comenzaba a ser fiera. El mundo ardía y ellos estaban en el cráter del volcán. Según el "maps" del móvil de su muñeca, estaban todavía a 15 km del punto de extracción, un residencial de nueva construcción en las afueras de la ciudad. Tenían que darle duro al pedaleo, pues aquella orgía de destrucción rivalizaba en velocidad con el vórtice.

Afortunadamente, los controles de carretera ya no eran un problema. Los soldados norcoreanos habían recibido la orden, de uno de sus generales, para acudir a toda prisa a la capital y tratar de repeler a los invasores. Definitivamente, aquello no podía ser obra de los norteamericanos.

Notas de juego

Aguante + Atletismo, dificultad +4

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22/01/2017, 23:57
Queen Choi

¿Sabeis ese momento en la pelis, en que la cámara hace un juego de enfoque y a la vez que hace un primerísimo plano parece que el fondo se aleja? Sí, ese en que el actor se pone blanco de impresión. Pues así se quedó Queen cuando vio los trípodes, nunca sintió haberla cagado tanto.
La tierra vibraba a cada paso de esos bichos y el sonido que emitían ensordecía los miles de gritos de la población aterrorizada. “Mejor esto que pasar los días esperando a que vinieran” pensó “Aunque a Calamardo* no le va a hacer ni puta gracia”. Al instante su pensamiento voló hacia los suyos ¿Cómo estarían? Dios quisiera que bien…
Alzó la muñeca y grabó un video, puede que fuera el único documento que quedara de aquel momento. Ton la apremió a seguir pero ella quiso hacer una toma amplia que recorriera todo el horizonte de Pyonyang. Un video de un minuto aproximadamente. Lo mandó al remitente del mensaje con las nuevas coordenadas a modo de documento y de prueba de vida.
El tiempo estaba cambiando de repente, un frente de nubes se precipitaba sobre la ciudad con un intenso aparato eléctrico, el vórtice lo había atraído, y la temperatura descendía por momentos entre intensas corrientes de aire. Sí, pintaba como el apocalipsis.
-Sí, sí, sigamos…- respondió a Ladlow, les quedaba un buen repecho hasta llegar al punto de extracción. Joder, estaba vieja ya para esas pedaladas, pero si algo demostró el corredor de la primera Maratón es que la adrenalina era un combustible de la ostia, y ella estaba asustada a tal nivel que se hasta se le había ido un poco el punto. De modo que pedalearía hasta borrarle el dibujo a las ruedas si hacía falta. Tenía que volver a casa. Quizás esa fuera su última gran hazaña física pero no le esperaba precisamente el retiro, salvar y reconstruir el mundo no iba a ser tarea fácil.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

*Mote para M´Tzar