Partida Rol por web

Con el libro en una mano y el revólver en otra acompañé al Kapitän... pero antes le hice un gesto de advertencia con el dedo índice para que guardara silencio... - Herr - susurré - una criatura de pesadilla rompió el ventanal y pasó junto a mí. Creo que iba directa a por uno de nosotros... Afortunadamente a mí me ignoró, sino yo ya no estaría con usted en estos momentos... Dudo que podamos hacer algo con esto - dije señalando el revólver.

Dicha la advertencia le seguí con pasos rapidos hacia el orígen del ruido.

Tratais de seguir sigilosamente, desde una distancia prudencial a aquel extraño ser. Entre la oscuridad era difícil distinguirle, pero una forma alada y grande se movía ante vosotros con fuerte pasos retumbaban por toda la biblioteca. De repente oísteis correr al monstruo, y no tardasteis en notar un fuerte golpe. Desde la distancia a la que estabais os era difícil reconocer el ruido.

Miras a tu alrededor, la oscuridad te confunde y te cuesta un segundo orientarte, pero tu experiencia te lo hacen algo más fácil y acabas dándote cuenta de hacia donde se dirige la supuesta criatura. Hay varias secciones cercanas, pero te parece estar convencido de que aquel ser no se dirige hacia ninguna parte. En esa dirección, si sigue recto solo da a una enorme pared donde se cuelgan los cuadros y diplomas de los graduados en la universidad. ¿Cuál será su propósito?

-¡Va hasia una pared! -susurró el capitán al detective.

De forma segurante bastante insensata, decidió echar a correr con la intención de acorralar a la criatura.

- ¡¡Herr!! ¡Espere! ¡Vaya con cuidado! - exclamé. 

Había visto con mis propios ojos a esa criatura, y si el Kapitän la acorralaba era hombre muerto. 

- Ese ser no era de este mundo y me parece difícil que nuestras armas le hagan algo. - comenté mientras echaba a correr tras el Kapitän. 

Algo en el tono de Kellemport hizo a Konrad recapacitar y aflojar el paso para permitir que su compañero le diera alcance mientras escudriñaba la oscuridad ante él en busca de señales de movimiento.

Avanzasteis despacio encontrando cierto extraño polvo en el ambiente. Tratasteis de advertir algo, o descubrir de donde venía toda esa polvareda, hasta que sin daros cuenta llegasteis a la pared. En ella había un enorme boquete de tamaño colosal. El hueco de la pared parecía dar a una habitación pequeña sin salida, donde pudisteis vislumbrar al monstruo y oírle claramente.

Casi de inmediato comenzaron a sonar alarmas por todo el edificio.

Maldita sea... nos iban a pillar ahí. Bueno, o aquél ser de pesadilla acabaría con todo el que viniera incluidos nosotros.

Frené mi avance y le hice señas al Kapitan... En voz baja susurré:

- Busquemos a Sally y larguémonos de aquí. - procuré permanecer escondido tras algunos estantes... no quería que hubiera línea de visión directa entre aquél monstruo y nosotros.

El capitán se escondió detrás de otra librería.

-Me parrese que esa bestia no viene por nosotros, sino a buscar algo que hay ahí dentro -susurró a su compañero-. Encuentre a Sally y pónganse a salvo. Yo les seguiré luego, quierro ver si estoy en lo sierto.

Asentí y antes de marcharme susurré a Herr: - Tenga mucho cuidado y grite si necesita ayuda. Pondré a Sally a salvo y si usted no ha salido para entonces volveré a por usted. -

Dicho eso me alejé todo lo silenciosamente que pude en busca de Sally. Tenia que saca a la mujer de la zona de peligro cuanto antes...

Buscaste en todos los rincones de la biblioteca, tratando de no hacer ruido, pero no conseguías encontrar a aquella extraña mujer. Tras pasar por varias estanterías, finalmente... llegaste a encontrarla. Estaba en una estantería, abrazándose las rodillas, y en algo parecido a un estado de shock. Tan solo repetía unas palabras en susurros, constantemente:

- Ya viene.... Ya viene...

Tras unos segundos, mientras esperabas... viste salir a aquel ser tan extraño de aquella sala. Su sola visión te horrorizó, y tuviste que apartar la mirada un instante y contener el aliento. El miedo hizo presa de ti unos instantes. Pero luego recordaste que eras un capitán... Debías tener valor. Te esforzaste por mantener la compostura y trataste de observar a la criatura que parecía dirigirse hacia la misma ventana por la que entró.

Te dio la impresión de que aquel monstruo se estaba llevando algo consigo. Te esforzaste en mantener la mirada y entre los recovecos de aquel extraño cuerpo diste con una caja de madera.

El monstruo siguió dirigiéndose a grandes pasos hacia la ventana. Dispuesto a irse.

Me acerqué rapidamente y lo más en silencio que pude. Me agaché junto a ella y le puse una man en el hombro...

- Tranquila Sally, soy yo, Kellempot. - observé cómo la mujer parecía no tener el contol de sí misma. - ¿Se encuentra bien? Tenemos que salir de aquí. -

Con firmeza pero con suavidad, agarré a la mujer de los hombros y la obligué a acompañame en dirección a la salida.

Sally parecía no ofrecer resistencia a la fuerza de tus manos empujando sus hombros, pero no conseguía volver en sí misma. Balanceándose de un lado a otro con la mirada perdida.

Acompañé a Sally hasta casi la puerta de entrada de la biblioteca de la universidad... Busqué un despacho que no estuviera cerrado con llave y la dejé ahí: - Espéreme aquí Sally, voy a buscar a Herr y volveremos a por usted. Nos iremos los tres juntos. -

Di a la mujer un beso en la frente para intentar reconfortarla y salí disparado de vuelta en busca de Herr Käpitan... el hombre se enfrentaba a un horror desconocido y yo temía por su seguridad.

No había tiempo para pensar. En aquélla caja podría estar la clave para resolver el caso, y aunque no lo estuviera, seguro que la fuerza malvada que había enviado a aquella criatura infernal no tenía buenas intenciones. Había que detenerla. Temblando, el capitán se santiguó. Esperaba que el detective pudiera llegar en su ayuda antes de que fuera demasiado tarde. Salió de detrás de la estantería y disparó a la criatura, esperando que su fiel Luger no le fallara en esta ocasión.