Partida Rol por web

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡BASTA!!!!!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ESTO DEBE CAMBIAR Y YA!!!!!!!

Eran las únicas palabras que se te pasaban por la cabeza.Todo lo que había hecho en tu vida no había sido nada, sólo habías estado ocultándose en aquella putrida sociedad.Ya habías malgastado mucho tiempo trabajando para esos sucios políticos y jefes mafiosos, ya era hora de la venganza, era hora de hacer las cosas al estilo Lindsay, con muchas balas, sangre y dinero de por medio.Sabías como eras, que queras y lo que hacías.Sabías que tenías un alma de ua mujer guerrera, y por suerte sabías convivir con ellos y emplearlo para tu propio beneficio.A partir de ahora nadie se burlaría de ti, nadie te daría órdenes ni te molestaría.Por fin comenzaría la era Lindsay, pero por el momento habían muchas ratas que aniquilar y mucho dinero que robar para comenzar a labrarse un imperio, y el dinero era lo más importante en esta vida por mucho que unos gidan que no.El dinero lo consigue todo, y ese sería tu primer objetivo.

Te encuentras en la isla de portland, una de las más habitadas y transitadas de Couston City.Algunos la llamaban la isla de los Leone, pues practicamente todos sus negocios los controlaban ellos y también ejercían cierta presión a las bandas y mafias rivales.Aniquilar una mafia no iba a resultar fácil, poer resultaba ser como aniquilar un Dios en la época de la antigua grecia, cuando diversos heroes emprendían su busqueda para aniquilarlos.Se necesitaba algo más que fuerza, se necistaba la inteligencia, la astucia y perspicacia para apuntar donde más dolía hacerles perder el control de todo su imperio lenta y dolorosamente mientras tu te enriquecias y adquirías poder.Había llegado el momento de moverse.Te encontrabas frente al club de striptease, donde dormiste la última vez tras abandonar a tus últimos jefes.A cambio de un par de bailes te habían dejado un colchón caliente donde dormir.Ahora sólo estabas tu sóla contra el mundo, bueno mejor dicho tu y tus armas, pues por mucho que quisieran esconder los nervios la gente que las veía, era practicamente imposible pues su presencia era notoria además de ser conocidos por su potencia.Aquí empezaba tu nueva vida, tu decidirías como hacerlo, decidirías como cambiar el mundo y asemejarlo a tu gusto, ¡¡comienza tu nuevo futuro!

Estaba cansada de servir a un amo, pese a que desde que dejé Inglaterra con mi madre al dar muerte a mi padre, siempre había sido el perro de presa de algún jefe del hampa. Eso debía llegar a su fin, pensaba aprovechar los mismos elementos que me habían hecho famosa dentro del crimen organizado, pero esta vez para mi beneficio.

Se acabó el aparentar ser una mujer trofeo para que los enemigos de mis jefes se confiasen en mi presencia, se acabó permitir que se dirigiesen a mí de manera despectiva y sobretodo, se acabó que me tomasen por una camarera que está ahí para llevarles copas. Soy lo que soy y a partir de ahora todos comprenderían porque mis enemigos me temían... Un nuevo orden va a comenzar.

Llevo la chaqueta abrochada, para ocultar el chaleco de kevlar, hasta que no tenga un lugar seguro donde quedarme no tengo donde guardar mi equipo. Llevo oculta mi remington bajo el brazo, el cañón sobresale por debajo de la cazadora, aunque nadie parece prestarle mucha atención. Bienvenidos a Couston City, donde sus habitantes van a su bola, procurando sobrevivir otro día.

Camino por la calle de la isla de Portland, en busca de un nuevo comienzo, en busca del que sería mi primer atraco como "freelance". Iba a cargarme la maquina de ganar dinero de los Leone. Aquellos gilipollas misoginos que pretendían tenerme con a una de sus putas. A mi nadie me habla con desdén, a mi nadie me trata como a una mierda, por mucho dinero que me pague...

Tras medía hora de tranquilo paseo, encontré lo que buscaba, era perfecto. De hecho ya lo conocía de mi época con los Leone, solían pagar unos tres mil semanales. Era un pequeño garaje de venta y reparación de motos, con dos posibles salidas, la propia entrada y la puerta de servicio, de aspecto cutre, pero con una cámara de seguridad de las caras, lo que sugería que había un buen botín en el interior y lo mas importante, vehículos con los que poder huir. Y de dos ruedas, con los que poder entrar en lugares que un coche no podría.

Entré sin preocuparme mucho por la cámara, limitándome a mirar al suelo, impidiendo un posible reconocimiento facial posterior. Una vez estuve en el ángulo muerto, disparé con la remington al dispositivo de seguridad de manera certera, empujando la corredera atrás y adelante para que otro cartucho sustituyese al gastado, apunté al único hombre que había en el interior. Llevaba ya un rato en el exterior, esperando a que se fuese el ayudante, soy una hija de puta, pero no pretendo traumar a un crío de dieciséis años de por vida.

- Tienes dos opciones, viejo. - sentencio con media sonrisa en mis labios - O me das el dinero o te meto un calibre .12 en el estómago. - continuo con un gesto para que se mueva de detrás del mostrador - Vamos a tu despacho, que allí es donde tienes lo gordo; ¿verdad? - pregunto sin esperar respuesta - Si, ya sabes, lo de los Leone... - asiento al ver la cara del hombre, totalmente acojonado - Tranquilo, ellos no te harán nada por esto. - sonrío casi con amabilidad - Pero yo siii. - termino canturreando la afirmación con una mueca maníaca mientras caminamos hacia el despacho.

Entramos en el interior y espero a que el hombre abra la caja fuerte. - Mételo todo en esa mochila. - indico señalando una bandolera que tenía sobre el sofá - Y date prisita, que este trasto pesa. - inquiero haciendo un gesto con la cabeza hacia la escopeta.

Logras esquivar las cámaras con gracia y agilidad, evitando ser vista, tanto las exteriores como las interiores.Gracias a tus armas, logras anularlas, tanto las cámaras exteriores como las interiores.Ahora estabas frente a frente con el dependiente de la tienda,un joven poco mayor de 25 años, con barba de 3 días, gafas de sól, cabellos largos, una camiseta blanca de tirantes con varias manchas negras de grasa de motores, otras de aciete,etc..Tenía una llave inglesa en la mano y parecía estar arreglando un motor bajo el cpaó de un coche, cuando tu entras estorbando su tranquilidad.Este asoma la cabeza por arriba del capó observando la figura de una bella joven , armada y peligrosa.

Una vez te acercas más, se aparta del coche, permitiéndote ver su físico trabajado, una constitución fibrosa, bien definida, y sus vaqueros manchados y gastados al igual que sus botas militares, negras y un tanto gastadas por las zonas más usadas.

-¿Qué hay nena?- te dice dejando su cuerpo en contrapossto, observándote de arriba a abajo, haciendo caso omiso a tus palabras y amenazas a pesar de ver tu arma.

Disparo a pocos centímetros de él, dejando claro que no me voy a andar con chiquitas - Ya lo has oído. - ordeno señalando el despacho con un gesto de la cabeza - Quiero la pasta. Y la quiero ya.

-¿Qué pasta?, aquí no hay nada de pasta.Esto sólo es un taller y yo un mecánico, pero tia, si te digo la verdad estás buena, de veras.Te apetecería...., ya sabes, quedar para tomar unas cervezas- te dice pasando del tema que más te importaba.Asoma más su cuerpo pudiendo percibir que no era un delgaducho o un paria, sino que tenía su robustez y podría ser un enemigo dificíl de abatir.Era lo que tenía algunos trabajos, que ejercitaban el cuerpo.

Te das cuenta de que era un tipo atractivo y alomejor si te hubiera pillado en otro momento hubieras aceptado, total una vez era una vez, y nunca se encontraba a ese tipo de hombres en cualquier parte.Pero a pesar de ello, te mantuviste firme, pues el deseo del dinero y de destruir a las grandes familias era grande.Así pues disimulaste lo avergonzada que estabas metiéndote más en tu personalidad de tía dura y sin sentimientos, dejando a tu mente encargada de todo tipo de pensamientos lascivos hacia a este.

-Pasa, no te quedes ahí.Relájate y deja las armas- te dice bajando levemente sus gafas para verte mejor

- Sería preferible que sacases el dinero y te dejes de tonterías chico guapo... - sentencio apuntando hacia la entrepierna del hombre - Sé que los Leone te exigen un dinero a la semana... Y lo quiero. - suspiro un segundo - Ya, o no ligarás mucho más... - indico señalando levemente el paquete del joven.

-Bueno bueno, tranquilicémonos.Te vuelvo a decir que el dinero no está aquí, creo que esos tipos trajeados se lo han llevado ya, hoy creo que era el día de recogida...- te dice pensativo por si se equivocaba.

-Si tanto interés tienes en unos estúpidos papeles, te llevo hacia a ellos.Creo que sé cual es su ruta así que si les atrapas quizás tengas un botín más a parte del que había aquí- te termina por decir.Era algo extraño que alguien ayudara a otro en esos tiempos, y más sin pedir nada a cambio, pero como se solía decir, había de todo en este mundo.

Enarco una ceja con incredulidad - ¿Y porqué ibas a ayudarme a joder a los Leone? - pregunto con cierto recelo - ¿No te acojona que te ajusten las cuentas luego?

Charlie se encoje de hombros al escuchar tus preguntas.

-No tengo nada más que perder.Yo antes era feliz, un simple mecánico con un humilde sueldo y sin nada que perder.Pero aparecieron los Leonne y arruinaron mi vida.En palabras claras, sólo soy un esclavo que trabaja para ellos, por eso pienso que debo devolvérsela y ahora se me ha presentado la ocasión- te dice.Sus palabras parecían ser sinceras y si te mentía siempre tenías la oportunidad de matarle.

Niego con la cabeza con una mueca - Esta bien... - suspiro con un encogimiento de hombros - Llévame hasta esos cabronazos y te daré el 25% de lo que lleven encima. - señalo apartándome del mostrador y esperando que eche a andar a un vehículo.

-Bien, eso es lo que quería oir- precipitándose hasta un coche tapado con una sabana grande, de un blanco a pagado por el paso de los años y llena de polvo.La agarra y tira de esta con fuerza, para que de un tirón salga toda mostrando la belleza de ese coche.

-He estado trabajando a escondidas en esta belleza durante toda mi vida, y creo que ya es la hora de sacarla y que vea la luz- dice aún mientras la sabana terminaba de quitarse, msotrando lentamente la carrocería de esa bestia.Abre la puerta y se monta poniéndose cómodo.Deduces que parecía saber de coches manejando y manipulando todos los mandos de aquel pepino.

-¿Montas?- te pregunta para ver si estabas preparada.

Entro en el coche sin mostrar mucho asombro, como quien está acostumbrada a ver coches mejores - Veamos que tal te manejas con este trasto... - murmuro apuntando escopeta hacia el suelo.

El coche arranca a tal velocidad, que antes de ponerse en marcha, las ruedas traseras giran durante unos segundos dejando una marca en el suelo y algo de humo dentro del taller.El coche sale disparado y comienza una presunta persecución.Dentro del coche, había una pistola detrás del freno de mano, parecía que Charlie no era tonto y tenía su coche bien equipado para cualquier situación.El coche tenía un gps interior, el cual salía en forma de pantalla tactil, la cual manejaba Charlie.EN esta aparecía un punto rojo en movimiento.

-Ese punto rojo es el coche de los Leone.Te preguntarás que como puede ser, pues es sencillo.Todos los coches de los Leone han pasado por mis manitas, y todos llevan un chip indicador, por temas de seguridad, robos,blabla- te comenta mientras iba cogiendo más velocidad en las calles de Portland.En minutos lograis alcanzar al coche, el cual parecía dirigirse a la villa Leone, y estaba claro que si entraba allí estarías perdida.Por suerte, logra alcanzarlo y situarse a un coche por detrás de ese.Era ahora o nunca.El coche se mantenía estable por ahora y eso facilitaría a tu puntería.

- Acércate más, - señalé bajando la ventanilla del coche - desde aquí no pienso disparar con un calibre .12... - me excusé al ver las farolas pasar a tanta velocidad a mi derecha.