Partida Rol por web

Sir Héctor os reúne a todos finalmente a la mañana del tercer día. Os encontráis en las afueras de su mansión, de su fortaleza, pues vuestro número es demasiado grande para poder finalmente realizar el torneo dentro de sus terrenos. Es más, se han levantado tiendas y carpas para resguardar a algunos invitados dada la magnitud del evento.

Señores, ya os he agradecido durante días vuestra presencia aquí por lo que no voy a daros un extenso discurso para no repetirme. Os informaré simplemente del orden de los encuentros. El primer día realizaremos la justa, el combate cuerpo a cuerpo y las pruebas de puntería. En ese orden. El segundo día abordaremos los juegos de sitrang y, para acabar, realizaremos las cacerías. Tras ello se establecerá un baremo, una puntuación, en la que se escogerá al concilio que formará la nueva casa y de este saldrá el nuevo señor. ¡Que empiecen las justas! -clama el Sir haciendo que la multitud avance hacia la zona de justas y los participantes comiencen a tomar sus armas y armaduras.

Symon se encontraba en buen lugar para poder escuchar las palabra y espero hasta que este terminara para ir a buscar su armadura y lanzas para la justa.

Como no poseia escudero Konrad me ayudo el mismo en ponerme la armadura y se aseguro dos veces que cada parte estuviera bien sujetada. Yo solo procure quedame quite y luego subir al caballo para diriguirme al area de justas. Me tome un momento para inspeccionar a los futuros rivales en esta competencia. Estaba algo nervioso, aunque en mi cara aparecia una gran emocion para que empezar el evento.

A unos cuantos pasos de Sir Héctor escucho sus palabras dirigidas a la multitud que hoy se encuentra ante la fortaleza, aunque a diferencia de los demás días en los que vestía una túnica limpia pero ya muy usada hoy porto una armadura de láminas que aunque algo oxidada en algunas partes parece estar en perfecto estado, a mi lado derecho llevo enrollado un látigo de cuero repujado gastado por el uso. También resalta mi cuello ancho que habitualmente recubierto por la túnica y oculto tras una hilo de voz débil ni tan siquiera se suele reparar en algo tan insignificante. 

Tras Héctor enfundado en la armadura casi paso por otro más de sus guardias, ahora está por ver si realmente merezco portarla...

Las justas comenzaron y los testigos aclamaron a los participantes que se presentaron ante ellos.
Poco a poco Sir Héctor fue sacando los emparejamientos en una pequeña urna y un hombre, que hacía la función de pregón, comenzó a gritar los resultados.

Los favoritos de la multitud eran, sin duda alguna, Sir Matius Trant y el noble Jaron Armidal, aunque el número de participantes no era bajo para un torneo de esta índole, un total de 24 guerreros y caballeros se habían presentado a la justa.

Habia sido una lastima que no conociera el escudo de mi primer oponente, llevaba una armadura parecida a la mia pero con un color plateado que la diferenciaba a mi azul. Lo salude con el repeto que merecia, antes de bajar mi visor. La audiencia parecia ansiosa por el combate y aunque no fuéramos los que la audiencia esperaba, dariamos un buen espectáculo. 

Cuando se anuncio el comienzo, me concentre solo en el contrincante levantando mi lanza y apuntándola contra él. Basto con un solo golpe bien puesto en su cuerpo para derribarlo del caballo. La audiencia grito de emocion y festejaron como si habrian estado de mi lado desde el principio. Aunque mi vista fue directo a mi compañero al escuchar el grito de mi nombre, junto a los festejos.

El segundo oponente parecia mas imponente, ya sea con la armadura oscura y la cara que mostraba los años de veterania.

Cuando el anunciador llamo a que empezáramos, basto solo un pase para sentir la diferencia. El sujeto habia esquivado sin problema mi lanza y golpeado mi escudo con la suya, aunque no hizo mas daño que un rayon en el escudo. En el segundo pase fue donde se definió la justa, mi golpe dio en el centro de su escudo logrando que cayera de costado sobre la tierra. Dándome la victoria solo con un rasguño.

La audiencia otra vez festejo mi victoria, pero ahora habían mas gente que gritaban mi nombre.

Sir Symon ha llegado a los cuartos de final de esta prueba y se ha de enfrentar a Sir Gar, un hombre robusto, de estómago pronunciado y espesa barba negra como el carbón. Sus mejillas sonrojadas por el vino se alzan cuando sonríe a su competidor -Sir Symon, mucha suerte, te hará falta, yo cazaba jabalíes con a caballo cuando tu aún chupabas teta. La teta de tu madre me refiero. Imagino que ahora no lo sigues haciendo. Es broma hombre, veremos quien de los dos justa mejor -concluye con una larga carcajada.

Sonre ante la provocación del caballero y luego rei cuando me empezo a explicar. Entendi el chiste Sir, no soy tan joven para no ver a que te referis. Mucha Suerte Sir Gar trate de no caerse solo por la edad. Bromeo para luego hacer una reverencia y dirigirse a su esquina.

Tras el llamado a empezar. La adrenalina empezo a fluir y apunte como pude al caballero que coloco su escudo sin problema, aunque con ese esfuerzo no se concentro en su lanza que fue facil de esquivar.

Ambos combatientes se lanzan el uno contra el otro. El primer ataque de Sir Gar logra desequilibrar a Sir Symon pero este se recompone. El pesado caballero también pierde momentáneamente el equilibrio pero, tras tirar de las riendas de su corcel, logra resistir.

Los siguientes dos carreras acaban con un Sir Gar portando un escudo con numerosos desperfectos y sujetándose fuertemente a su caballo con las piernas y las riendas.

La justa no parecia terminar aun cuando ambos habíamos cruzado lanzas varias veces, ninguno de los dos nos rendíamos aunque mis golpes hicieron varios impactos en su escudo. La audiencia parecia atenta a la acción, callada y sin deseo de perderse nada. Se notaba que no habiamos llegado al cuarto de final solo con suerte.

Parecia que habian pasado horas justando, ambos estaban agotados y cualquiera podia verlo en los últimos golpes. Pero aunque el cuerpo me lo pedia me rehusaba por pura voluntad a rendirme.

Cuando me di vuelta para volver a embestir, pude notar a Ser Gar bajarse como podia del caballo rindiéndose, sin mucha elegancia cayo en sus rodillas cansado por tantos golpes y en seguida se libro de lo poco que quedaba de su escudo. Me acerque lentamente mientras me libraba del yelmo.

Fue una gran batalla la que me di Sir Gar. comente con la poca energia que me quedaba. Con un poco mas de calma, baje del caballo para ayudar a levantarlo. Que suerte que caíste... dijo sonriente.

La tribuna que habia quedado callada en toda la justa, empezo a gritar animos a ambos por la gran demostración de habilidad. Aunque al final de la contienda solo yo fui el ganador.

Ya sólo quedan cuatro combatientes y Sir Symon debe enfrentarse al favorito, Sir Matius Trant, un hombre que ha demostrado una gran habilidad montando y una temible letalidad con su lanza.

El caballero se acerca a Symon y le da la mano respetuosamente -Espero un gran combate Sir, no me guardéis rencor si os venzo -dice sin quitarse el casco ni un sólo instante lo que, unido a su armadura, le da un aspecto de leyenda.