Partida Rol por web

Guerra de sucesión en Poniente

6. La vida en las montañas

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28/02/2013, 11:10
Director

Notas de juego

Puedes ponerte a contar algo de como es tu vida en el campo, es decir, que te levantas una mañana, coges a tus ovejas, etc.

Por ahora contigo vamos a ir algo lentos :)

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28/02/2013, 14:19
Jano

Ni siquiera me hace falta escuchar el canto del gallo para levantarme; son ya muchos años abriendo el ojo antes de que despunte el alba. Como siempre me quedo unos instantes en el catre mirando el desvencijado techo de la cabaña que durante tantos años ha sido mi casa y que nunca me lo ha terminado de parecer. Sonrío. 

Te echa a andar la cabeza antes que los pies. 

Me levanto con un bostezo y me rasco la cabeza. Me acerco al hogar donde aún quedan algunos rescoldos del fuego de anoche; echo un poco de yesca y pequeño tronco. En cuanto el fuego comienza a tomar fuerza pongo un puchero con agua con unas judías y un poco de tocino. Me visto y me siento un momento en la banqueta con un viejo libro para terminar el capítulo que anoche se me quedó a medias. 

"Otros usos del Acónito" reza el epígrafe. Apuro la lectura hasta que esté listo el potaje y desayuno con avidez. Hay que tener la tripa llena antes de salir al campo.

Me hago con el manto, el cayado y lleno el morral con pan, queso, una bota de vino y el susodicho libro cuya comprensión tantas noches de vela me ha costado. En el exterior aún no es de día y el frío y la humedad de la noche se me pegan como un manto pesado. Me froto los brazos para entrar en calor y pego un silbido para que acudan los perros. Enseguida los tres sacamos a las ovejas del redil que está monte arriba y nos ponemos en marcha hacia faldas más altas, donde el pasto está más verde fresco.

Alcanzamos la era cuando el sol despunta por la mañana, y cuando el rebaño comienza a tranquilizarse por la marcha y rebusca en el suelo los brotes más tiernos, me doy un momento para echar un vistazo a los alrededores. Mis ojos se deleitan con las montañas, las lomas verdes, los bosques de pinos, encinas y robles; a un lado se divisa una fila de álamos siguiendo el curso del río, y en el cielo, lejos, se ven los buitres volando en círculos donde otros pastores han echado los restos y los animales muertos.

-Quiero que mis ojos vean alto como las montañas que arañan el cielo, que mi voz cante como el viento sobre los bosques, que mis pies sean rápidos como el agua que corre entre las piedras... -miro al perro con una sonrisa-. Ya no se me ocurre nada más; pero tampoco está mal para comenzar un poema, ¿no crees?

Cuando se acerca el mediodía me siento bajo un árbol arrebujado bajo el manto; en esas montañas el viento baja a menudo demasiado fresco y animado. Comparto el almuerzo con los perros y abro el libro. Alimento para el cuerpo; alimento para el espíritu. 

El resto de la tarde la paso hojeando las hojas de apretada caligrafía. Con los años los libros que me han ido llegando son cada vez más exigentes y de materias cada vez más variadas: gramática, lógica, literatura, medicina, astrología... Siempre dicen que después de comer ni un sólo papel escrito leer, pero mi mente no se ha domesticado jamás ni aún tras opíparas comidas.

Cuando se acerca la mitad de la tarde reunimos a las ovejas. Levanto la vista; el dichoso viento ha traído nubes algo pesadas y oscuras. Los pájaros revolotean nerviosos hacia los bosques y los árboles se menean inquietos bajo el viento.

-Esta noche tormenta -me digo comenzando a descender por la senda con el rebaño. Apresuro a voces y varazos la marcha de las ovejas para no retrasarnos demasiado. 

Cuando la tarde se va tornando anaranjada avisto el redil y la cabaña. Encierro a las ovejas y me acerco un momento al secadero, una oquedad en la pared de piedra de la montaña donde dejo los quesos a curar. Cojo un par y vuelvo corriendo a la cabaña cuando el viento azota los árboles de alrededor y las primeras gotas empiezan a caer. 

Algo llama mi atención por el rabillo del ojo. Echo un vistazo al camino a los pies del monte y que lleva a la aldea. Desde mi cabaña puedo ver a todo el que va y viene por el pequeño camino, y como a nadie le interesan los pastores nadie se fija en mí. 

"Parecer pequeño para ser grande". No sé dónde lo leí.

Vuelvo a la cabaña sin interés por los viajeros que recorren apresurados la senda. Sin duda les ha sorprendido la tormenta. Entro dentro, enciendo el fuego y pongo de nuevo el libro sobre la mesa.

Alimento para el cuerpo, alimento para el espíritu.

 

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28/02/2013, 14:38
Jano

Notas de juego

La he cagado con el anterior mensaje y lo he escrito como Grauhai. No me deja editarlo :P. 

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01/03/2013, 13:21
Director

Escuchas voces que provienen del camino, un gran número de ellas que resuenan aún siendo tapadas en parte por la tormenta que bendice los campos de alrededor de tu hogar.

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04/03/2013, 11:56
Jano

Frunzo el ceño extrañado y cogiendo un manto de lana vieja salgo al exterior para saciar mi curiosidad. ¿Quiénes van a viva voz recorriendo el camino por estos parajes dejados de la atención de todos?

Salgo corriendo bajo la lluvia y desde el prado miro ladera abajo para ver a los viajeros que llegan.

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04/03/2013, 12:02
Director

Ves a un gran grupo de hombres a caballo, casi medio centenar, que se dirige al pequeño pueblo que se asienta cerca de tu hogar.

Algunos de ellos, la gran mayoría, parecen guerreros, embutidos en armadura y con espadas en sus cinturones, cabalgando con seguridad y pericia.

Ninguno de ellos se detiene ante tu casa, van directos al pueblo, sin prestarte atención.

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04/03/2013, 20:56
Jano

Siento un latigazo de nerviosismo al llegar semejante comitiva al pueblo. Es sorprendente y preocupante; algo había escuchado de guerra, pero quizás soy demasiado ingenuo por pensar que nunca nos llegaría nada hasta aquí. 

Dudo unos instantes, pero tras mirar con aprensión mi cabaña, me cubro bajo mi manto y bajo por la ladera hacia el pueblo, no por donde van los caballeros, sino buscando una senda más adelantada que me permita llegar a la aldea de forma más directa y rápida.

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06/03/2013, 16:32
Director

Gracias a tu conocimiento de la zona consigues llegar al pequeño asentamiento antes que los hombres a caballo, cuya precaución parece hacerles cabalgar lentamente.

Cuando llegas ya muchos hombres del pueblo están esperando junto al camino, curiosos ante la llegada de tantos hombres y, por los rostros y ojos de algunos, asustados ante la presencia de hombres armados.

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07/03/2013, 19:45
Jano

Intento recuperar la compostura rápidamente tras la rápida carrera hasta la aldea y me calo la capucha del manto para intentar pasar algo desapercibido. Me fijo con mucho interés en los rostros de la multitud curiosa y en el aspecto de los caballeros que llegan. 

Me acerco a uno de los aldeanos, alguien conocido.

-¿Quiénes son? -le pregunto en un susurro sin perder de vista a los jinetes.

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08/03/2013, 18:49
Director

No tengo la menor idea, no llevan emblemas ni escudos de ningún tipo -te contesta el aldeano.

Justo tras sus palabras la comitiva se detiene. Cuentas con rapidez a los caballeros y guerreros allí reunidos, un total de treinta y ocho. En la parte delantera ves a tres caballeros que destacan sobre el resto. Uno de ellos porta una extraña capa roja, otro tiene un brazo y un hombro vendados, aunque parece que el sanador no debía ser muy experto, y el último es un hombre, un joven, con mal aspecto. Su rostro suda constantemente, además de estar pálido y puedes ver unas correas que lo sujetan a la montura.

El hombre herido se acerca a vosotros dirigiendo a su montura y, tras miraros a todos, os dice -No se quien puede ser el jefe del poblado pero necesitamos refugios, comida y, sobretodo, a un maestre o alguien que conozca las artes de la sanación.

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09/03/2013, 12:20
Jano

Miro con cierta aprensión a los caballeros y me vuelvo desde el refugio de mi capucha hacia los aldeanos; siento cierta preocupación porque una mala disposición de los caballeros pudiera repercutir negativamente en los campesinos. 

Me abro paso entre la multitud y me coloco frente a la comitiva de jinetes.

-Si venís con paz -le digo al que ha hablado retirándome la capucha-, con paz seréis recibidos. Esos hombres están malheridos; yo puedo ayudarles -observo señalando a los que peor aspecto presentan. El muchacho joven parece enfermo; no me extrañaría que sus heridas se hubieran infectado por una mala atención-. Desde luego creo poder hacerlo mejor que quien les atendió. A cambio no pido nada para mí, solo tranquilidad y sosiego para estas gentes que de buena gana os atenderán.

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10/03/2013, 20:46
Director

El hombre con las vendas se acerca a ti -Gracias por tu ofrecimiento ¿y tu eres? Mi compañero está enfermo, no sabemos exáctamente que tiene pues a él no lo han herido. ¿Tenéis un lugar que podamos usar de enfermería? Os pagaremos todos los gastos y la estancia.

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11/03/2013, 11:48
Jano


Asiento ante los requerimientos del caballero y de inmediato me giro hacia uno de los aldeanos para hablarle con toda discreción.

-Es necesario preparar algún lugar, sea la fonda o una casa, para atender a estos hombres; al margen de que ahorrará problemas al pueblo están bastante necesitados -vuelvo mi atención al caballero y me acerco a él-. Mi nombre es Jano, y aunque no puedo decir que sea un maestre, estas gentes os podrán decir que en más de una ocasión les he ayudado con heridas y enfermedades. Dejadme que eche un vistazo a vuestros males y veré en qué os puedo ayudar -echo un vistazo a la comitiva y mis ojos se clavan en el joven de aspecto enfermo-. ¿Qué os ha ocurrido y cómo habéis llegado hasta aquí? ¿Y a él? Para ayudarle debería saber si ha comido o bebido algo indebido.

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12/03/2013, 14:31
Director

Los aldeanos, tus vecinos, asienten a tus palabras y comienzan a organizarse, despejando el edificio de piedra más limpio y amplio del pueblo, la pequeña iglesia dedicada a los Siete.

El caballero vendado observa el lugar y asiente con satisfacción -En un buen lugar para tratar a los heridos, espero que puedas ayudarnos. Nuestra historia es larga más sólo has de saber que mi se...mi compañero, no ha comido o bebido nada indebido, los demás probamos la misma comida y estamos perfectamente. Enfermó hace ya tres días y cada vez está más débil pero sus síntomas son muy dispares.

Los hombres entran en el septo y colocan al hombre enfermo en un banco -Os pagaré lo que haga falta si lográis sanarlo.

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13/03/2013, 10:52
Jano

Acompaño a los caballeros hasta el lugar que los aldeanos han dispuesto, permitiendo que mis ojos vaguen entre ellos pese a la concentración y atención puesta sobre el señor, quizás el cabecilla de aquel grupo; quiero ver qué dicen sus rostros, sus ropas, sus manos encallecidas... 

Una vez estamos acomodados me acerco al caballero enfermo y de pie ante él, me quedo unos instantes quieto y en silencio con los ojos muy abiertos. Le miro con atención, intentando abstraerme de la ansiedad de los caballeros y la expectación de los aldeanos.

Es importante observar bien antes de tratar la enfermedad. La enfermedad habla al sanador a través de los ojos febriles, la piel pálida y las altas temperaturas... Esos son los síntomas y el sanador ha de leerlos.

Miro los ojos del enfermo para ver el tamaño de sus pupilas y el tono de blanco, paso un dedo por su frente para ver si está sudada, apoyo el dorso de la mano para ver su temperatura, le pongo los dedos en el cuello para ver el ritmo de sus latidos; cojo mi pequeño cuchillo y le hago un leve corte para ver cómo es la sangre, su color y su densidad, con que rapidez gotea...

Frunzo el ceño.

 

 

- Tiradas (4)

Motivo: percepción

Dificultad: 0

Tirada (3): 5, 3, 5

Guardados (3): 5, 5, 3

Total: 13, Éxito increible

Motivo: especialidad observación

Dificultad: 0

Tirada (3): 2, 2, 6

Guardados (3): 6, 2, 2

Total: 10, Éxito increible

Motivo: observación para sanar

Dificultad: 0

Tirada (6): 6, 3, 3, 5, 6, 2

Guardados (3): 6, 6, 5

Total: 17, Éxito asombroso

Motivo: sanar

Dificultad: 0

Tirada (3): 1, 3, 1

Guardados (3): 3, 1, 1

Total: 5, Éxito considerable

Notas de juego

Para calar al grupo de caballeros he tirado por un lado percepción y por otro observación porque no sabía si se aplicaría la especialidad. Sin especialidad sería 13; con especialidad sería 16.

He hecho una segunda tirada de percepción, esta vez con especialidad de observación, para diagnosticar la enfermedad.

Hago la tirada de sanar finalmente.

 

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13/03/2013, 14:38
Director

La mayor parte del grupo se queda fuera, estirando las piernas y cuidando de sus corceles.
Contigo entran el hombre de las vendas, el enfermo y el guerrero de la capa roja. Este último te estudia de arriba a abajo mientras preparas el lugar para tratar al enfermo pero no te dirige la palabra.

Antes de entrar te has percatado de algo muy extraño, algunos de los hombres tapan con sus abrigos y túnicas los emblemas de la Casa de la Luz mientras que otros pocos ocultan la insignia de la Casa Baratheon. Por estas heráldicas puedes llegar a la conclusión de que son un grupo importante, soldados o, incluso, caballeros de una de esta casas. O tal vez asesinos que se han quedado con sus ropas.

En cuanto al enfermo tiene un aspecto deplorable. No para de sudar, tiene los labios y la garganta completamente secos, su pulso es errático, está destemplando, con una alta fiebre y con temblores por todo el cuerpo. La cantidad de síntomas que presenta te impresiona durante un segundo pero continúas trabajando, en busca de un diagnóstico apropiado. Su sangre bulle con facilidad, saliendo de la herida con la fluidez adecuada y un color normal. Sin embargo cuando la tocas notas que está mas caliente de lo normal.

Tratas de curarlo usando algunas curas básicas pero no parecen tener efecto alguno. Y lo peor es que no sabes exáctamente que padece.

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14/03/2013, 10:03
Jano

¿Hombres de los Bartheon y de la Casa de la Luz juntos? ¿Por qué motivo? ¿Tienen algo en común? ¿Quizás tenga que ver la identidad del joven enfermo que reconoció el caballero como su señor? No se me ocurren muchos motivos, así que quizás sean bandidos que se han apropiado de las vestimentas de sus víctimas; eso me parece poco probable escuchando al caballero hablando de forma tan correcta.

-Traed agua y paños; y que alguien vaya a mi casa a buscar mi zurrón -miro inmediatamente al caballero para tranquilizarle-. Ahí guardo todos mis remedios.

Debo concentrarme en el joven señor. No tengo ni idea de qué le puede pasar, pero he de hacer algo antes de que empeore. Si no puedo curarle ahora he de evitar que empeore. Le miro a los ojos y reviso su aspecto.

-¿Podéis oírme? -le digo al joven señor-. ¿Habéis comido o bebido algo extraño?

Conforme le pregunto una idea acude a mi cabeza. Estos hombres parecen haber salido de alguna refriega. ¿Y si alguien le hubiera envenenado?

-¿Fue herido vuestro señor? -le pregunto directamente al caballero-. Necesito que me digáis todo lo que le haya pasado de camino a aquí para poder ayudarle... Comida, bebida, mujeres, armas... Cualquier cosa puede haberle inducido en este estado. Necesito saber para ayudarle -le razono con tranquilidad para que me cuente algo que me sirva para ayudarle.

- Tiradas (1)

Motivo: persuasión

Dificultad: 0

Modificador: +2

Tirada (5): 6, 2, 4, 1, 3

Guardados (4): 6, 4, 3, 2

Total: 15+2 =17, Éxito asombroso

Notas de juego

Tiro persuasión. Aplico el +1b de convencer (+2 al resultado final por carismático en convencer). Tiro todo porque no conozco bien cuándo aplicar las especializaciones y así decides tú. Consideremos que el dado de 1b es el último de todos, de tal forma que en caso de no aplicar la especialización quitamos ése.

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14/03/2013, 19:31
Director

El hombre enfermo asiente en primer lugar y luego niega con la cabeza. Su rostro está cada vez más pálido y la fiebre aumenta por segundos.

No comió nada que el resto no tomásemos, además de que algunos catamos antes la comida. Lo mismo ocurre con la bebida. No ha probado mujer ni ha sido herido. Lo único que pudo hacerle algo es el viaje en barco, aunque no es la primera vez que lo hace y no... -te responde el hombre hasta que su compañero, el guerrero de la capa roja, lo hace callar.

Darius, no lo conoces de nada, no cantes más de la cuenta- le ordena el guerrero mirándolo fíjamente.

Huss, le daré toda la información que pida si con eso lo salvamos -responde el hombre vendado.

Mientras tanto un soldado ha salido en busca de tus enseres.

Cargando editor
15/03/2013, 18:33
Jano

Huss y Darius, preocupados por su señor... Serán sus hombres de confianza.

Mientras hablan me acerco a algún aldeano y pido que preparen una cuba con agua bien fría. Espero que eso, de momento pueda mantener la fiebre a raya. Espero la llegada de mis libros y útiles haciendo que el enfermo esté algo más cómodo, y una vez llegan mis instrumentos comienzo a buscar en los libros sobre hierbas, setas, cualquier elemento que pueda provocar los síntomas que padece este hombre.

-Ha debido ser un camino duro y muy particular -digo de pasada mientras busco con atención sobre fiebres altas en mis libros; recuerdo cosas sueltas y necesito componer un diagnóstico-, no sólo os han herido sino que también habéis enfermado.

- Tiradas (1)

Motivo: sanar (por favor buena...)

Dificultad: 0

Tirada (4): 4, 1, 1, 6

Guardados (3): 6, 4, 1

Total: 11, Éxito increible

Notas de juego

Me voy inventando remedios caseros :P

Describo mis acciones para justificar una nueva tirada de sanar, porque yo ya no sé qué más hacer.

Gasto un punto de destino para darme un +1b en sanar.

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17/03/2013, 12:46
Director

Buscas en los libros algo que pueda vincularse a los síntomas que estás viendo. Sin embargo son demasiado amplios y, por lo que puedes ver, son cambiantes. Los sudores y los escalofríos han remitido pero ahora está presentando elevadas mucosidades nasales y en la garganta, además de rigidez en los pies. Su fiebre sigue ha aumentado un poco, es el único síntoma que continúa, al igual que la alta temperatura en sangre.

Tu paciente no parece responder ante tus palabras pero, al menos en principio, parece haberse estabilizado, no mejorado pero al menos no está empeorando.

¿Que le ocurre?- te pregunta el hombre vendado.