Partida Rol por web

El grupo de recien llegados se aproxima cuidadoso hacia el poblado armado.Sea lo que sea de lo que se defienden esas personas lo hacen bien.

Bajan del vehiculo a los recien llegados, cacheandolos buscando algun arma escondida o sistema de escucha. Ademas, revisa los brazos de los tres hombres con esmero.

¡Estan limpios! dice la joven pelirroja que los ha revisado. Bienvenidos.

Emma, una de las mujeres del grupo que parece llevar la voz cantante, habla desde su posicion de tiro. Su rostro preocupado denota ademas tristeza.

Sentimos haberos tratado asi... pero no sois el primer grupo de "supervivientes" que realmente no lo son y tratan de raptarnos... malditos canibales...

Wow, debió haber sido muy duro, pero de qué se han estado alimentando si no es mucho pedir? Y dónde están los baños? las zonas de descanso no es que estuviesen abiertas.

Lo hicieron con nosotros y lo vuelven a hacer con estos recién llegados. ¿Y si alguno ha sido mordido y aún no se ha transformado en esas... esas... bestias no muertas?

Tras las comprobaciones rutinarias  y confirmarse la ausencia del letal virus Emma sonrie satisfecha.

Estan por aqui... hoy comeran con nosotros pero deben partir antes de la tarde... estos señores dice señalando al grupo que prepara los bultos en los coches parten hacia las Montañas Rocosas tambien.

Podrian ir todos juntos, asi tendran mas posibilidades de supervivencia.

Y por Dios, si escuchan en la Radio algo de los Independientes Americanos no se detengan ante nada... son .... son lo peor que hay por aqui. No dudaran en darles caza...

Les daremos algo de provisiones y gasolina... solo les pedimos que entreguen esta Carta al gobierno o lo que sea que quede alli... es de suma importancia.

Cuente con ello

Elliott recibe la carta, va al baño y recibe la comida de buen gusto.

Tengo que dormir... luego me doy una ducha.

Claro que la llevaremos.

Me doy prisa en ir a los baños y lavarme un poco el pelo antes de la cena.

No me gusta eso de tener que partir con tanta prisa...

Tras el pequeño lavado vuelvo a buscar a la mujer de antes.

Perdone...¿ustedes no van a venir a las rocosas?¿Qué les impulsa a mantenerse aqui?

Nuestros anfitriones se han creado una especie de fortaleza, abastecida y con material quirúrgico. Desde aquí pueden defenderse perfectamente de los no-muertos.

Algunos de nosotros sí vamos a las Rocosas. El científico mira a su mujer: - Allí tenemos a alguien muy importante con el que encontrarnos.

Tanto mi mujer como yo nos dirigiremos hacia allí...

Ah! no sabe cuanto lo envidio, hombre. Mi esposa y mi hija están en las rocosas, por eso el afán de llegar allí. Acordarse de su esposa le trae sentimientos encontrados.

Creo que muchos estamos esperanzados de que nuestra familia este en las Rocosas, por eso la prisa por llegar.

Dice mientras mira en la dirección de la cordillera intentando imaginar que de verdad su familia fue evacuada.

Pues mi familia, si esos imbéciles de mis primos cuentan como familia, está en Irlanda, donde no pienso volver hasta que todo esto se solucione.

No me he presentado aún, me llamo Clive Owen, catedrático de Historia Moderna Europea por la Universidad de Allentown, soy el que les amenazaba por la ventana, imagino que ya saben el por qué.

Y si no lo sabene s su problema, que hay que ir aprendiendo como funciona el mundo ahora.

Como dice el señor Van de Kamp, nos dirigíamos a las Rocosas, y de camino nos hemos encontrado este pedacito de civilización.

Los modales del Historiador hacen reflexionar a Gunnar:

- Mi nombre es Gunnar. Soy médico. Y en las Rocosas tenemos también a familia.

El científico mira a su esposa, tan parlanchina siempre y tan callada ahora.

- Ella es Conilia. También médico. Es mi esposa.

La toma de la mano con cariño.

El mundo es un asco...

Vaya, parece que hay que presentarse...Les sonrío un poco nerviosamente y hablo:

Eh...hola, mi nombre es Lidia MacFall, soy cirujana, era vecina de Gunnar y Conilia cuando empezó todo. No voy a ir a las Rocosas, ciertamente ya no me queda familia que ir a buscar allí, pero sí acompañaré por un trecho a los Van de Kamp. Tengo que ir a un lugar a ver si mi novio aún está vivo, es nuestro sitio de encuentro.

Mencionar a mi familia hace que regrese el dolor de haberlos perdido, un dolor que en realidad nunca se había ido del todo. Tras hablar me voy a algún lugar más o menos apartado, saco de un bolsillo de la chaqueta la carta de mis padres y la releo para mis adentros por enésima vez, sin poder evitar que se me asomen las lágrimas.

Elliot Branch, contratista civil. Esos hijos de perra se encerraron en la isla lujosa a costillas nuestras.

El gesto de amargura en cu cara es evidente.

¿La isla lujosa?

Había oído algo relativo a ello...

¿Qué es eso, amigo Elliot? ¿Es un sitio seguro al que ir si las cosas se ponen feas? ¿Dónde está exactamente?

No escucharon que los ricachones se fueron a una isla cerca de Manhattan?  Los muy cínicos lo televisaron! Pero ni piensen en acercarse allá. Primero disparan y luego hacen preguntas, preguntas como "sabes donde dejé mi martini?"

Las mandíbulas del  hombre se cierran con rabia.

De todas formas esa isla ya no es segura, la muchedumbre la invadió por el miedo a los infectados.

Creo que deberiamos descansar para salir lo antes posible hacia las Rocosas, tienen algun tipo de aparato para contactar con seguridad nacional?

El dinero... presente hasta para segragar a los humanos cuando la especie puede estar al borde de la extinción.

El científico escucha lo que dicen los hombres. Lamentable.

Bien. Mejor así pues... A las Rocosas pues.

Pasais otro dia en aquel extraño lugar atemporal.

Pese a consumir mas alimento y agua al dia sabeis que las probabilidades de hacer frente a una contingencia seran mayores al contar con mas cabezas pensantes....

Llega el nuevo dia y todo el poblado os espera para despediros.

Espero que tengais suerte... entregad eso al mando de nuestra gente... ojala todo esto pase pronto.

Os montais en los vehiculos y os preparais para partir.

Emma, si algún día todo esto -digo abriendo los brazos y señalando todo lo que el ojo puede ver- se acaba, prometo acordarme de este pueblo de amazonas y agradecéroslo.

Aunque para eso habrá que sobrevivir, no me gusta abandonar este sitio, pero somos bocas adicionales que alimentar y no podemos abusar de su generosidad.

Traslado todas las cosas desde la habitación en la que he estado viviendo al maletero de mi BMW, ésta vez con más orden que aquella vez -ya no recuerdo cuándo- que cargué el coche en Allentown, a prisa y corriendo, y me dejé algunas cosas en casa. Ésta vez no, ésta vez todo irá ordenado y bien distribuido.

Con los bultos y demás casi he llenado el coche, pero aún me queda la plaza de copiloto y una detrás, aunque los pies tendrán que compartir el espacio con esas cajas de leche. Así pues, dos personas caben en mi coche.

En un futuro escribiré una novela sobre esto, claro que mucha gente lo hará, pero confío en que la mía tenga éxito, tendré que buscar un título con gancho...