Partida Rol por web

- ¿en este turno la velocidad es 6?

Es 7, la Velocidad estándar de la nave. Puedes mover un total de 3,5 (4) o 7, a elegir.

- ¿puedo girar en medio como el turno anterior?

Suponiendo que la velocidad fuera 7. La nave se puede girar al finalizar el movimiento (7), o a la mitad (4). Con el ajustar ángulo puedes girar hasta 3 UA antes de lo dicho.

- ¿puedo aumentar la velocidad?

Puedes aumentar la velocidad hasta 3 UA (grados de éxito), lo cual modifica todo lo que he dicho.

- ¿puedo girar más de 45º?

Sólo realizando la maniobra cambio de rumbo.

- ¡Ya habéis oído al capitán! replica a su vez a los oficiales del puente. Rodead esos restos y vayamos a por esos asquerosos malnacidos.

Nave enemiga en retirada, se aleja a gran velocidad y pronto estará fuera de alcance.

     Los repentinos cambios de rumbo y el hecho de que la Umbra Tigris se estuviese internando en el campo de deshechos a una velocidad tan elevada pusieron muy nervioso a Bastian. Tan nervioso que ocupó todo su tiempo, dando ordenes a algunos de los artilleros para que destruyeran los restos que se acercaran peligrosamente, distrayéndoles en el proceso de concentrar su atención en el corsario orko.

Sarvus, continúe con la maniobra, deles alcance - ordenó observando la consola de radar desde su trono de mando. La nave orka era veloz, posiblemente más veloz que la Umbra Tigris, pero no quería dejar de luchar ni dejarla escapar - Regulus, Yuien, por favor. sigan animando al espíritu maquina. Kungel, inspire a los hombres de la batería de babor... ¡Severus! Siga fijando el objetivo en la nave enemiga ¡Vamos! - cogió el comunicador y habló con todas las baterías y la lanza - ¡Os quiero a todos en vuestros puestos! ¡Quiero que cuando la nave enemiga este a alcance les abráis un buen agujero!

!Si señor! Vectores de alcance y ángulos de disparos fijados. Transmití sin levantar la vista de la consola mientras mis dedos enguantados tecleaban en los controles frenéticamente. En mi espalda notaba la sensación de la caza, aquellos escalofríos rápidos y leves que recorrían todo mi sistema nervioso produciendo aquellas sensaciones tan agradables. Vamos vamos... más potencia y serán nuestros... Malditos cabrones... !Vamos que ya son nuestros!. Objetivo fijado señor. Armas listas y activas. Listos para disparo en cuanto estemos en alcance de fuego señor. Mi mano derecha agarraba el joystick y mi dedo acariciaba el controlador de disparo.

Desde su posición en el puente de mando abrió el comunicador con las baterías de babor -Baterías de babor aquí el navegante Kungel estén preparados para el combate nos acercaremos al enemigo y necesitamos toda la potencia de fuego que tengamos, así que no demoren sus labores y muevan esos culos

Sin apartar la vista del libro que se haya en el altar ni hacer ningún gesto para romper mi concentración sigo recitando diferentes oraciones y plegarias hacia el espíritu máquina de la nave para que este nos vuelva a prestar su poder al máximo en estos momentos de tensión.

- Tenemos que rodear esos escombros; reducir el motor de estribor al ochenta por ciento, activar los impulsores de babor...quiero al incursor orko en la proa¡YA!

Atención, nave enemiga fuera del escáner. Estaba ahí hace un momento, Lord Capitán, la he perdido.

Todos miraron la holopantalla, que mostraba la última posición y rumbo conocida del incursor orko, que ahora no estaba, parecía haberse esfumado.

El oficial de auspex Severus, examinó los augurios del escáner buscando la nave enemiga. El rogue trader le vigilaba atentamente, por estar muy interesado en ese incursor orko y por la conocida afición de Severus al amasec. Nada raro en sus gestos parecía indicar que había estado bebiendo.

Le oyeron maldecir, una, dos, tres y hasta cuatro veces; todos sabían que la nave enemiga se les había escapado. Severus se giró hacia Karl von Schawrz y lo confirmo.

Nave enemiga fuera de auspex, Lord Capitán; se han escapado.

Aquellos estúpidos orkos habían logrado dañar a la Umbra Tigris y huir, ¡malditos fueran! Lo habían pagado caro, sí, pero ¿qué recompensa iban a obtener para paliar los daños sufridos?

Muy bien, mantengan la alerta. Sarvus, sacanos a zona segura por favor - dijo con el rostro severo, decepcionado por haber perdido a la nave atacante, quería venganza, y de momento no iba a ser posible - Señores, buen trabajo, pero todavía no hemos salido del atolladero, así que por favor, ayudad a Sarvus

El navegante calculo una ruta de salida de aquel lugar que propuso a Sarvus -Mi capitán la nave abandonada ¿iremos a comprobar si tiene algo?

Desde el altar en el que me encontraba rezando podía notar la intranquilidad del espíritu máquina. Había escuchado por radio que habíamos perdido de vista la nave enemiga, pero eso no era lo que mantenía inquieta la nave sino la zona de escombros en la que nos había metido el piloto. Así que en lugar de descansar seguí entonando diferentes letanías para mantener el espíritu máquina relajado y centrado en sacarnos de allí de una pieza.

El navegante intento ayudar con las maniobras de la nave, dando ordenes a diestro y siniestro calculando posibles rutas, mientras esperaba que el capitán dijera algo.

En cuanto el oficial anuncio que la nave enemiga había salido de nuestro alcance y había desaparecido, una rabia mal contenida me inundó. !Mierda! Exclamé lanzando el auricular sobre la mesa de control y dejando libre el espacio al levantarme del puesto. !Y encima estamos en medio de un campo de asteroides, genial! Murmuré mientras me ajustaba la goma de la coleta y me alisaba el pelo. Rapidamente volví a colocarme el casco y caminé hasta situarme al lado del Capitán de la nave. !Mucho cuidado con los movimientos! !Vigilar todos los sectores! !Vamos vamos! !Ya los hemos perdido, pero aun estamos en peligro! !Sacarnos ahora mismo de este estercolero de meteoritos! Enfaticé los comentarios apoyando las manos sobre el bolter que descansaba cruzado a la altura de mi estomago. Con un dedo le quité el seguro teatralmente.

La cosa no había salido del todo como Sarvus había pensado. La señorita Sokolov les había acertado de lleno y los orkos no se habían adentrado en el campo de asteroides. Luego, debido a las averías, habían eludido el combate y la Umbra Tigirs estaba metida en faena.

Tras la aseveración de Gaeta todas las miradas se centraron en el señor de vacío que las devolvió en silencio, alargando teatralmente la escena...confiado en las posibilidades de la nave y su tripulación.

- ¡De acuerdo! Es el momento de volver a lo que estábamos, una misión de rescate - toca algunas runas en la consola de un operador y aparece un mapa elaborado a partir de los sensores - Avance a media, quiero el rumbo más recto que mi espada u os la meteré por el culo.

La nave comenzó a moverse lentamente para separarse del asteroide que tenía a estribor pero la gravedad del mismo comenzó a tirar de ella: Avante toda, esa puta piedra no va a besar la nave. El crucero comenzó a acelerar y realizó un giro perfecto que le llevó fuera de peligro.

La nave respondió como todos desearon a la maniobra del Señor del Vacío, más sencillo que el mecanismo de un sonajero. LA Umbra Tigris viró dejando a los escombros a un lado y prosiguió segura su marcha. Los componentes del puente buscaron la nave enemiga, peor se había desvanecido, en la pantalla sólo quedaba el Viajero Penitente.

Lord Capitán, la tripulación se inquieta sobre lo que ha pasado.

     - ¿Que ha pasado preguntan? Pues que hemos ganado nuestra primera batalla en Koronus, eso es lo que ha pasado. Hay visto las garras del Tigre en acción y han huido llenos de temor. Una vez dijo las palabras no le sonaron un alegato demasiado bueno. Imaginó que ganar una batalla en la que has gastado munición y has perdido tripulantes, para luego no poder siquiera apoderarte del botín del enemigo no era un trato demasiado bueno y mas de uno se daría cuenta. Éstas cosas no son buenas para la moral.

     - Al menos ahora podremos contactar con ese carguero y ver si de allí podemos sacar algo para compensar pérdidas.