Partida Rol por web

     A Bastian le extrañó la actitud de Kungel. - Tu mismo dijiste que habías visto éste planeta en el mnemolito y el Camino a la Rectitud no está en la órbita o los augures de la Umbra Tigris ya lo habrían detectado. Una distorsión de 4 km de radio que bloquea los auspex e impide el vuelo de las naves se me antoja algo muy conveniente para esconder cosas... puede ser una coincidencia, pero creo que cuando menos deberíamos descartarla antes de seguir. Se encogió de hombros. - Si yo tuviese que esconder una nave tan grande en éste sistema no tendría muchas opciones. Seguramente lo haría en el campo de asteroides, entre los restos. Si orbitase alguno de los planetas la habríamos encontrado fácilmente y no ha sido así. Si no está ahí solo me queda pensar que pueda estar en la superficie de alguno de los tres planetas, estrellada o simplemente haya tomado tierra. Puede estar oculta en el único lugar del espacio donde podría camuflarse: entre los restos del campo de asteroides. O quizás simplemente... no está aquí... Asumir ésta tercera opción no sería plato de gusto para nadie después de lo que les había costado llegar hasta allí.

Cuidaré de la nave, señor.

El bueno de Gaeta había demostrado su capacidad para el mando, engrasaría la maquinaria que la Umbra Tigris era. Dray, Alexander, Gaeta, Anna, todos buenos oficiales. Habían demostrado su valor en las últimas actuaciones. Yuien, pese a ser leal, no había demostrado una excesiva competencia en su labor, al ignorar la cadena de mando, podía achacarse a su fallo de memoria, pero seguía siendo una infracción.

Otro de los oficiales del puente, Konrad, remitió al señor del vacío el informe del equipo preparado para desembarcar en Magoros Prime.

-Señor Bastian no mal interprete mis palabras, tan solo quiero reforzar el ansía de búsqueda de Viajero Penitente -sus palabras sobaban suaves y tranquilas -razón tiene en todas sus afirmaciones y tan solo la posibilidad de encontrar algún objeto extraño entre los edificios de esta contribución Xeno podría ser interesante, pero ahora venimos a lo que nos atañe, encontrar el gran tesoro -se apoyo en su bastón para segur hablando -si con el escaneo del planeta, no hemos encontrado una nave tan grande como el Viajero, lo mas posible es que este escondida en esa área, incluso la radiación podría provenir de la misma nave, si se estrello contra el planeta, por causa del algún problema en los motores esa radiación podría provenir de los motores -el navegante empezaba a divagar sobre las posibilidades por que el viajero penitente desapareció, era lo único que sabían que desapareció -señor Bastian usted sabrá cuantos trajes anti radiación tenemos en la nave -no era su labor que se preocupaba por sus seguridad y la de los hombres de la nave, tratar enfermedades derivadas de la radiación es complicado -si me permite una sugerencia mi capitán -volvió a realizar una reverencia, siempre sabia cual era su posición aunque fuera noble nunca perdía los buenas formas -habilitar un Halo Barge como hospital de campaña por si algún contratiempo nos asalta, la doctora Anna podría quedarse en la nave y encargarme en persona, del trabajo en campo -las habilidades medicas de Kungel eran bien conocidas incluso mejor medico que la misma oficial

Si, bueno... la prioridad esta bastante clara, pero yo al menos me niego a perder más tiempo sentado en el trono a un informe que no llega mientras tenemos un planeta que poder explorar... puede que la nave se estrellara, puede que Kings Bounty no sea ya nada sino un símbolo... no lo sabemos a ciencia cierta... - se cruzó de brazos - me temo que denegaré la petición Kungel, Anna debe quedarse aquí, no quiero que se exponga a nada, vamos con vehículos y naves veloces, en caso de evacuación será rápida y efectiva

-Mi señor no me exprese con claridad me refería a que Anna se quedase en el Umbra Tigris, y yo de medico de campo en tierra -sonrió ante la confusión del capitan

Botiquines siempre hay, montar un hospital de campaña lo dejaremos para cuando tengamos una guerra abierta y haya que desplegar a todo el ejercito que tenemos a bordo - le guiñó un ojo y se marcho a prepararse - pueden retirarse - dijo al salir zanjando toda discusión posible

     El capitán había hablado y no había tiempo que perder. La prioridad era reconocer esas ruinas y descartar la posibilidad de que lo que buscaban estuviese allí. Fuese o no fuese lo que buscaban lo que ocultaba ese campo electromagnético, las posibilidad de encontrar algo valioso eran altas. Su instinto se lo decía.

     Tras supervisar el equipo que se cargaba en las naves y hacer inventario para cerciorarse de que estaba todo, Bastian embarcó en uno de los guncutter donde esperaba el explorator junto a los soldados. - Esto va a ser interesante, ¿no crees, Regulus? Quien sabe que maravillas tecnológicas podría haber allí abajo y eso sin contar con lo que está provocando la interferencia. Esperaba sinceramente que aquella expedición fuese una aventura.

Kungel no dudo tampoco -Sarvus vayamos en uno de los halo -le indico con el bastón, símbolo de su posición y cargo, que pasara y le guiara, echo mano a la funda de la pistola para comprobar que estuviera ahí y seguido miro el numero de cargadores que tenia, mientras caminaba asintió con la cabeza indicando que tenia todo lo necesario

Sarvus dio las últimas instrucciones a los oficiales del puente para que los alertaran de cualquier anomalía y mantuvieran los augurios cada hora. Por otro lado recordó a Alexander que los prebostes estuvieran relajados pero preparados para una posible emergencia.

- Por supuesto, respondió al navegante.

Dentro del corazón del invierno
Un nido de problemas

Las tres naves abandonaron los hangares de la Umbra Tigris. Ahora repletos de naves tras las últimas adquisiciones de la Casa. Atravesaron el túnel de despegue que permitía conectar el interior de la nave con el vacío espacial. El planeta era una bola de polvo y ceniza gigante, color tristeza, carente de vida.

La reentrada en Magoros Prime fue como la de tantos otros planetas: brusca. Las capas de cerámica soportaron el calor generado por la fricción y mantuvieron a salvo a los exploradores. No era una experiencia agradable, pero después de todos aquellos años como comerciantes independientes habían realizado más reentradas de las que podían recordar. Las turbulencias dieron paso a la calma, y la calma, al polvo.

La Colmena Egariana abarcaba gran parte de la masa terrestre del norte del planeta. En el centro un gran espejo, rodeado de un laberinto artificial cuyas dimensiones quedaban ocultas por la nube de polvo. Sin embargo no era algo tan preocupante como parecía. Un simple vistazo indicaba que, aunque con un recorrido absolutamente indirecto, todos los caminos llevaban al espejo.

Las runas en el interior de la nave empezaron a perder intensidad y perdían estabilidad, como sacudidas esporádicamente por una fuerza invisible.

No puedo acercarme más. Los instrumentos fallan, sus espíritus máquinas son perturbados por esa nube. El Dios-Máquina odia los artefactos xenos. Al Emperador pongo por testigo de que eso no es normal.

¡Pues aterrice, diantres! - le espetó malhumorado al piloto y sus lloros - espíritus maquina... hasta los cojones de la jodida fe - pensó mientras se movía por el trasnporte agarrándose a todas las abrazaderas que veía en su trasiego - ¡Vamos! ¡Descienda de una vez! ¡Y avise a los otros transportes que se preparen para descender! - le ordenó mientras sellaba el casco del traje de vacío - a la mierda ya, el Dios Maquina solo le jode el polvo... que tontería...

Sí, mi señor.

El piloto equilibró la nave e inicio el aterrizaje, el otro guncuter y el halo le imitaron. Las naves se posaron con brusquedad en un radio de treinta metros. Junto a una de las entradas del laberinto. En cuanto abrieron las compuertas un fuerte viento y polvo entraron en las cabinas. Los soldados de Tanya se desplegaron rápidamente y trazaron un perímetro de seguridad. No había enemigos a la vista.

Aunque tampoco se veía mucho.

El navegante bajo de la nave algo nervios, no estaba acostumbrado a ser hombre de campo, normalmente veía las batallas desde una posición de seguridad. No es lo mismo escuchar silbar las balas que oír el estruendo de un cañón disparando, a uno estaba acostumbrado a otro no -Los niveles de radiación no parecen altos, pero este polvo vaya molestia -gafas de visión termina o algo asi seria apropiado para este lugar

     Ataviado con el traje de vacío, el senescal ofrecía una visión peculiar, muy alejada de lo que era costumbre en él. Equipado con el traje de vacío, el reciclador de aire y el visor fotosensible cubriendo su cara y una capa de camaleonina sobre los hombros hacían difícil saber si Bastian estaba debajo de todo aquel equipo. Tenía calor con todo aquello puesto, pero sino el polvo irritaría sus ojos y su garganta con rapidez, por no hablar de que la visibilidad era escasa sin el visor. A pesar de la incomodidad, estaba entusiasmado por la posibilidad de hacer algo que de verdad era su pasión. Explorar aquellas ruinas sería algo excitante. Casi sin darse cuenta estaba azuzando a los operarios para que preparasen el equipo y poder empezar cuanto antes. - Vaya, no pensaba que podríamos aterrizar tan cerca de las ruinas. Dijo por el comuninador mirando a la entrada al complejo. - Seguramente no necesitemos el land speeder después de todo.

Venga, en marcha - dijo al salir de la nave - Tanya, deja a veinte hombres con los transportes para protegerlos, el resto con nosotros ¿De acuerdo? - comentó al empezar a avanzar con la pistola de plasma en la mano derecha, no sabía a que se iban a enfrentar, y cualquier precaución era poca - Regulus, o el que tenga un auspex, que empiece a escanear por favor - Karl trató de otear el horizonte, pero con ese polvo tan intenso era imposible ver algo

Sí señor. Asentí rápidamente mientras introducía un cargador en la ranura del bolter y corría el cerrojo para subir un nuevo proyectil a la recamara. Con la mano enguantada señalé a los hombres que se quedaban y me aseguré de que cumplían con su misión. Sargento -dije al jefe de escuadra- proteja este punto con su puta vida. ¿Me ha entendido? Todos esperamos lo mejor de usted y los hombres. Le di una palmada en el hombro y me apresuré a seguir al Capitán. Con largas zancadas me puse a su lado y emprendimos la marcha.

El navegante y medico de la expedición tomo como suyo uno de los Medic-Kit. En su mano izquierda llevaba el bastón sobre el que se apoyaba en su mano derecha la pistola HellPistol, desenfundada en prevención de cualquier peligro del lugar -Ya estoy preparado mi señor

El señor del vacío se mantuvo atento durante el descenso, intentando adivinar el sentido del laberinto y la radiación. Al llegar a tierra tuvo la tentación de empezar a impartir órdenes pero esta vez no le tocaba a él, la señorita Sokolov debía encargarse. Echó un vistazo y se reunión con los demás.

- ¿Veis esos condenamos destellos en el centro del laberinto?, pregunta Sarvus poniéndose de puntillas como queriendo ver por encima de las paredes. Es como si alguien tuviera un foco que se enciende y se apaga.