Partida Rol por web

Vale vale, todo listo por aquí. Comenté desde nuestra parte del pasillo mientras expandía mi mente fuera de aquel molesto traje de vacío para ver si las demás formas de vida se movían o se quedaban donde estaban. Pese a que no sabía que eran aquellas cosas con solo detectarlas, podía ver algunas cosas como por ejemplo lo rápido que se movían o si se nos estaban acercando. Algo era algo al menos. Slavick... Por el Trono Dorado de Terra... Puentea esa puerta y empalma la energía. Creo que dependemos terriblemente de no estar aquí más de un segundo más del necesario compañero. Clavé una rodilla en tierra y apunté hacia el final del pasillo. Volteando un poco el HellGun pude ver que aun quedaban tres cuartos de su carga en la célula de energía. Eso es bueno... A ver si no hace falta disparar más. Los cadáveres de aquellas cosas seguían en donde habían muerto, llenas de agujeros y soltando un extraño pus de los agujeros de bala y laser.

- Celebro que hayáis acabado con esos xenos, ahora lo que necesito es que vengáis aquí a echarme un cable para encontrar la maldita electricidad-

les dijo el tecnosacerdote a sus compañeros. Al fin habían eliminado a los oscuros seres alienígenas, y sin sufrir bajas. No obstante, ahora tendrían que tener muy controlado al tarado de la pistola, con gente así nunca se sabía.

Nicodemus se da la vuelta mientras revisa los arañazos de su armadura: Esta vez hemos tenido suerte pero hemos estado a punto de morir, gracias Crairman...y a usted también por su puntería doctor. Distraído en sus cosas no prestó mucha atención a lo que fuera que buscaba Anton.

Linus comprobó la zona y revisó los cuerpos, cuando se incorporó se giró hacia vosotros y miró al loco. Abrió la escadandra de su traje y respiró.

Todo está bien -dijo mirando a su alrededor y olfateando el ambiente- si nuestro amigo puede respirar, nosotros también.

Cerró el suministro de oxígeno y recorrió todo el pasillo hasta llegar al loco.

¿Qué hay al otro lado de la puerta? ¿Por qué querías entrar? ¿Qué hay? ¡Contesta!

Comida -dijo el loco- Sí, buena comida y medicinas. Hay alguno de los pequeños pero si les gritas se van. Huele mal, pero hay comida. Mis amigos estaban ahí. Les dije que se fueran. Nadie me hace caso.

- Eso de que huele mal puede se lo que buscamos, dice a los demás. Deberíamos examinar el aire de la zona antes de quitarnos el casco ¿Hay aluna manera de examinar el aire del otro lado de la puerta sin entrar, doctor?

Bueno, la cosa está tranquila, no pasará nada porque aproveche para concentrarme... Pienso mientras cierro un segundo los ojos y me concentro para emplear la disformidad de manera más segura. Mi mano izquierda agarra desde fuera del traje el colgante de hueso espectral que tengo atado al cuello. Noto su fuerza y su poder, y como ayuda a canalizar la disformidad. Fluye a través de el... Bueno, Nicodemus. Espera un segundo, creo que puedo hacerte un apaño a esos cortes. Hago fluir la disformidad orientándola hacia el sentido reparador desde mi cuerpo al de Nicodemus, y el efecto es inmediato.

El Dr. Linus pensó en lo expuesto por Nicodemus. Si todo esto no estuviera destrozado se podría piratear un auspex interno para analizar la composición del aire de la sala, el adepto de Marte se podría encargar de ello.

Linus cerró su escafandra y reactivó el oxígeno.

Pero con estos desperfectos -dijo por el microcomunicador- será mejor comprobarlo en persona. Abramos esa puerta. Después de usted...

Nicodemus asegura la porra y la pistola en su cinto. Echa un vistazo en profundidad a la zona buscando y señala a Anton: Creo que ese panel es el de la energía ¿no? Sin esperar contestación se acerca a la puerta comprobando los cargadores del bolter: ¿Listos?

Venga pues, dadle caña yo vigilo este pasillo. Ya oiréis los gritos si me devoran vivo. Comento sin muchas ganas ante el tiempo que estaba llevando esta búsqueda de energía. Trono, que terminen pronto, y espero que haya sillas cómodas en el puente de mando, quiero dejar el culo tranquilo un rato. Tanto andar de un lado para otro haciendo el papel de cebo para xenos me empezaba a cansar un poco.

- Oh, gracias Nicodemus, se me había pasado por alto. Será por el combate, los xenos y los disparos...-

dijo Anton cuando el Arbite le indicó el panel de energía. El tecnosacerdote se acercó allí, desatornilló la tapa y comenzó a operar con cables y fusibles diversos. Luego se dirigió a la lámpara que había caído del techo y, con todas sus fuerzas, estiró del cable hasta sacar varios metros de la pared. Finalmente lo cortó y realizó un empalme con un conector del panel.

-Listos caballeros, llevemos el cable al vagón y allí trasladaré la energía para ponernos en marcha.-

El tecnosacerdote logró desviar la energía y se llevó un cable para conectarlo a la línea de monorrail. Al abrir la puerta de la estación pudieron notar como se vaciaba el aire de la sala. los que no llevaban el traje se lo cerraron. El loco estaba golpeando la puerta de la enfermería, diciendo algo. Pero no pudieron oirle, al muy estúpido casi se le olvidó respirar, sólo cuando notó la falta de aire se apretó su respirador a la cara, dejándose marcas en ella por la fuerza.

Fue dando saltitos tras el tecnosacerdote, ayudándole a llevar el cable. Conectarlo a la línea fue muy sencillo, poco a poco las luces se fueron encendiendo y el suelo empezó temblar, señal de la inminente llegada de un vagón.

-Esto ya está, compañeros.-

dijo el tecnosacerdote mientras conectaba la energía. Finalmente habían logrado derivar la electricidad al vagón y podrían salir de allí para cumplir su misión. Ahora quedaba decidir que harían con el tarado.

- Emmm... ¿Y qué pasa con éste?-

dijo mientras señalaba al perturbado con el rifle láser. Acto seguido escuchó como se acercaba un vagón. Habría que decidirlo rápido.

Mientras espera al lado de la puerta, Nicodemus observa que una trampilla de aire de la pared está suelta. Se acerca con cuidado e ilumina con la quimilámpara apuntando al agujero que esconde. Tras una profunda revisión levanta la trampilla y deja al descubierto lo que parece el equipo de unos arbites para controlar revueltas.

- Aquí dejaron algo que supongo no les sirvió contra los bichos.

Venga, todo a la transpaleta. Escudos, látigo, esclavo... !Oh si! Sobre todo el esclavo pirado este. Comento por el circuito cerrado de nuestros comunicadores. Me voy retirando andando despacio sin darme la vuelta, siempre cubriendo el pasillo con el rifle HellGun en mis manos hasta salir de aquel lugar. Parecía que Antón había hecho un buen trabajo con aquel aspecto tecnológico, como siempre solía lograr. Menudo adepto se ha perdido ese grupo de mamones que lo repudiaron... Pienso mientras espero al monorraíl.

El loco siguió obediente al grupo. Dando pasitos o saltos, moviéndose nervioso al mínimo ruido. Se aferraba la mascarilla con fuerza, tanta que estaba empezando a dejar marcas sobre sus mejillas. La gravedad cero le pilló desprevenido y voló hasta el techo de la línea de monorrail, se tomó su tiempo en descender al suelo, mientras el tecnosacerdote ultimaba los preparativos.

No me da buena espina este hombre -comentó Linus, hablaba por el comunicador, evitan que le oyera el aludido.

El aludido estaba en la vía del vagón, flotando de aquí allá, mientras el monorraíl comenzaba a aproximarse.

Nicodemus le hizo señas al loco para que bajara y luego habló por el comunicador: No sabemos que puede traer ese tren, prepararos para lo peor, y se cubrió contra lo que pudiera salir del monorraíl con su bolter preparado

- Esperemos que al menos sea humano.-

comentó el tecnosacerdote. Anton empuñó con fuerza el fusil y apuntó hacia el lugar por el que vendría el vagón. No lo cogerían por sorpresa.

En ese momento vio al tarado, en medio de los raíles.

- ¿Y ese tipo que hace?. Como no se aparte morirá irremisiblemente.-

dijo a sus compañeros.

Personalmente tampoco me importa mucho, es un peligro en potencia, sobre todo si se le va la cabeza. No obstante, quizá tenga información relevante.