Partida Rol por web

Al escuchar aquello mis ojos se abrieron de par en par sin dar crédito a lo que había llegado a mis oídos. Separándome de la puerta como si hubiera visto algo terrorífico, hice señas a mis compañeros para que saliéramos de allí cuanto antes:-

-¡¡¡ Chicos, vámonos ya....!!!-

No quise gritar para evitar que nos escucharan los del interior pero la situación no podía ser peor. Sin duda aqullas palabras eran terribles para nuestros planes y debíamos hacer algo antes de que la cosa fuera peor aun. Una vez a bastante distancia de la puerta, me giré a mis compañeros mientras caminaba hacia la sala de los menesteres según teníamos en el papel de la cita:

-Lo saben chicos....lo de la sala de los menesteres, lo de Slughorn....están al tanto de todos nuestros movimientos y tenemos que avisar a todos los Slytherins....por las barbas de Merlín....- ,mi voz era algo frenética pero sin duda la situación era terriblemente desalentadora, -Démonos prisa chicos, o lo descubriran todo....-

Rebecca se separó de la puerta también sobresaltada, no tanto por lo que había escuchado, sino por lo reacción de Ian y Sophia.

Era terrible, cómo sabían de sus movimientos? Y cuál era la finalidad de sus acciones? Aunque suponía algunas cosas, esperaba que lo que pensaba estuviera a leguas de la realidad. Esperaba que así fuera, por el bien de todos, sobre todo del niño...

Y con pasos apresurados siguió a sus amigos a la sala de menesteres...

Stu no había oído más que balbuceos pero Ian parecía haber escuchado algo que lo dejó aterrado. Escuchó sus palabras cargadas de tensión y a su mente acudió un mordaz y cómico comentario, sin embargo se había quedado sin público. Todos habían salido corriendo. Aceptando que no era el momento para bromas se apresuró a salir tras sus compañeros hacia la sala de los menesteres.

Todos corréis hacia la sala de los menesteres, estaba aún lejos pero conseguís llegar a la puerta antes que los aurores. Abrís la puerta y os encontráis a unos 50 jóvenes de diferentes casas (Excepto griffindor) practicando hechizos a diestro y siniestro. Alexia, la chica que parece dirigir el entrenamiento os ve entrar por la puerta y ve vuestro semblante... entonces ella también se alarma y corre hasta donde os encontráis. Algunos se dan cuenta y se giran para observaros mientras que otros siguen entrenando.

- ¡Bienvenidos! Esa cara me suena a problemas ¿Ha ocurrido algo?.- Digo con tono preocupado pero esforzándome por hacer una falsa sonrisa... no me pintaba nada bien la situación

-Problemas............¡muchos problemas!- exclamó Sophia entre eufórica y frustrada.No obstante, sus ojos se abrieron como platos al ver toda aquella gente en la sala, había más de lo que se esperaba y además de todas las casas.Era increible saber que todos estaban unidos para luchar contra una sola causa, la misma causa y sin duda acabarían con ella.

-Maravilloso........- balbuceó llevándose las manos a la cabeza estupefacta, sin duda tenían muchas posibilidades de ganar, eran un imperio de jóvenes magos entrenados en la magia, pero aún no sería suficiente para luchar contra los poderosos aurores, al menos necesitarían más entrenamiento.

-Los aurores nos lo están poniendo difícil- fruncía el ceño soportando el ligero dolor comparado con el grandísimo que hubiera sentido si esos aurores le hubieran hecho algo malo a Stuart.

Stu sintió que la sangre se le helaba y el estómago se le retorcía al entrar en la habitación. Le ocurría cada vez que se encontraba con Alexia, y aunque no le gustase reconocerlo, no podía evitar quedarse mirando hacia la muchacha y su maravillosa melena pelirroja.

- Vaya... pues... nos hemos encontrado a Snoopy -dijo señalando al muchacho -que creo que se quiere unir a nuestra causa.

Stu sonrió y deseó que otro de sus compañeros hablase y atrajese la atención de Alexia. Se empezaba a sentir estúpido manteniendo aquella sonrisa en su cara.

- Calla capuyo.- Dije en tono amenazante mientras lo intentaba empujar sin resultados.- O te atizaré con mi varita.- Y sacó la varita que se parecía a la del señor tenebroso.

- Pero qué...- Se me quedó la mirada fija en la varita del pequeñajo... ¡Era la del señor tenebroso! o una parecida.- ¿Qué quiere decir que esa varita haya aceptado a este chico?.- Tragué saliva.- ¿Ha vuelto?.- Dije con lágrimas en los ojos y anhelo.

Sophia asintió a las palabras de Alexia agarrando al joven Anthony ligeramente por los hombros, no pudiendo evitar que sus considerables y calenturientos pechos de adolescente descansaran sobre la cabeza del infante.

-Es la clave para la victoria, este pequeño.....reavivará nuestros sueños y esperanzas de conseguir lo perdido antaño, es una nueva oportunidad que se nos ha sido entregada.Lo entrenaremos en las artes más oscuras, y con su maravilloso talento en poco tiempo ¡podrá aplacar a esos desgraciados sangre sucia!- la mirada de Sophia se encendía por momentos sacando a la luz su oculta locura, acompañada de una sonrisa algo arrogante con aires de victoria.

Cuando llegamos al fin a la sala de los menesteres observé con cierto orgullo como la casa de Slytherin lideraba una causa más que justa en pos de acabar con una tiranía sin sentido por parte del legendario Potter. Mientras escuchaba a jóvenes brujos y brujas cantar salmos de hechizos a diestro y siniestro, Alexia llegó hasta nosotros para cerciorarse de qué había ocurrido, sin duda otra cosa no sería pero gozaba de una perspicacia bastante afilada.

Al ponerla Sophi sobre aviso de los aurores y de nuestra baza en forma de insoportable pequeño, me crucé de brazos esperando tras Sophi y exclamé mientras cerraba los ojos:

-Así es, sin duda el momento ha llegado de hacer algo, de ponernos en marcha y debemos actuar pues nadie lo hará por nosotros.-

Rebecca se había acercado a Alexia, mientras escuchaba las palabras de sus amigos. El lugar estaba repleto de jóvenes magos ansiosos por perfeccionar sus conjuros.

Chicos, Ian mismo escuchó que saben de nuestras reuniones... Tenemos que averiguar sus verdaderos objetivos...creo que hay algo que se nos está escapando de las manos, y va más allá de nuestras suposiciones la mirada de la pequeña se había tornado más taciturna que lo habitual.

Stu se limitó a asentir en silencio lanzando fugaces miradas hacia Alexia. Sus compañeros habían comentado todos los detalles importantes de modo que esperó a la respuesta de la muchacha aprovechando aquella excusa para mirarla directamente embriagándose con su belleza.

Escucháis un ruido atronador de pasos corriendo hacia vuestra habitación ¿Serían los aurores?

- ¿Qué es eso?.- Digo algo extrañada

Stuart se giró hacia el ruido de pasos y sacó su varita.

- Intentaré volverme invisible para comprobar de qué se trata ¡Caeca temporalis!

Motivado por la presencia de Alexia, Stu puso todo su empeño y concentración en realizar aquel hechizo haciendo que éste saliera a la perfección. Una vez invisible, corrió hacia la puerta y la entreabrió lo justo para echar una ojeada y salir al exterior.

Ves a cinco aurores corriendo a toda prisa a la habitación. Te quedan escasos segundos para avisar a la gente... corre!!

- ¡Aurores! -exclamé en un susurro hacia el interior de la sala -Intentaré entretenerlos -añadí.

Sin esperar más, salí corriendo procurando no hacer ruido hacia ellos y cuando estuve a unos metros me tumbé en el suelo con la clara intención de que tropezaran con mi cuerpo invisible. Sin duda me llevaría un par de golpes y pisotones, pero seguro que sus golpes contra el suelo serían peores.

La jugada salió perfecta. Stu se tumbó en el suelo ocupando todo el ancho del pasillo de forma que todos los aurores cayeron unos encima de toros al tropezar con él. Inmediatamente, el muchacho se levantó y se apartó una decena de metros ocultándose tras una columna hasta que recordó que era invisible. Divertido, observó a los aurores levantarse sin comprender qué había ocurrido. Esperaba que aquello sirviera a sus compañeros para poder escapar.