Partida Rol por web

Roislin bajó la mirada hacia sus uñas, evitando todas las que iban dirigidas a ella mientras respondía con aparente tranquilidad:

- ¿Pasar? No sé de qué me...

Robert:- ¡¿Qué va a pasar?! Simplemente que Roislin es una ligonceta y ha encontrado un partido en su je...

Roislin:- ¡¡Robert!!- saltó bastante alarmada y enfadada mientras Robert reía.

Robert:- ¿Qué? Ni que fuera un secreto.

Roislin:- ¡Precisamente eso es lo que era!

Morrigan:- Venga, chicos, chicos. Calmaos. Roislin, ¿qué es eso de que te estás viendo con el ministro? Es mayor y no es propio de ti hija...

Larry:- Más bien con quien se está viendo es con su hijo.- aclaró el auror.

Albert:- Vaya, la que parecía que no rompía un plato- Albert se añadió a las bromas y a hacer rabiar a su hermana.

Roislin:- ¡Larry! ¡Mamá! Diles que se callen...

Melissa:-¿Nadie más tiene calor? Ugh... tengo los pies algo hinchados... y qué hambre...

Morrigan:- Bueno, bueno, es hora de cenar así que todos directos a la cocina.

Darren:- Ay... unos que cortan... otros que se lían con el hijo del ministro... y uno que se casa...

Ante aquel indirecto anuncio, y justo cuando Winnie entraba por la puerta, todos los hermanos O'Hare se pararon y se giraron, congelados y en silencio. Intentando asimilar lo que Darren acababa de decir. ¿Quién reaccionaría primero?

Obediente como ningún otro felino podía ser, Bikkel se unió al paseo de la pareja hacia el Gran Comedor, mientras trataban importantes asuntos:

- La verdad es que, después de haber sido inservible cuando era necesario, me gustaría participar y ayudar a la orden. Tú misma has podido comprobar la diferencia entre cuando gobernaban los mortífagos y quien-tu-sabes y ahora. No sé... creo que si hay que luchar por un futuro mejor, lo haré. Imagínate que tenemos hijos algún día. No me perdonaría el hecho de no haber hecho nada por ellos y que tengan que vivir escondiéndose o faltos de libertad.

Duncan parecía muy seguro de sí mismo. Sin duda estaba decidido a aportar su granito de arena en la causa, aunque tuviera que esperar a que finalizase el año escolar.

Tras carantoñas varias entre Duncan e Eve, hablaron entre susurros incluso incomprensibles para Bikkel, hasta que se levantaron para ir a cenar y entonces, viéndose en la soledad de los pasillos, pasaron a hablar más alto mientras Bikkel, obediente a la orden de su dueña, les seguía:

Eve: - Con lo vacía que está la escuela no creo que a nadie le importe que Bikkel comparta mesa con nosotros. ¡Vamos peque! Ha sido más clara con la orden, y creo que en efecto buscan nuevos miembros. ¿Estás pensando en apuntarte?

Duncan:- - La verdad es que, después de haber sido inservible cuando era necesario, me gustaría participar y ayudar a la orden. Tú misma has podido comprobar la diferencia entre cuando gobernaban los mortífagos y quien-tu-sabes y ahora. No sé... creo que si hay que luchar por un futuro mejor, lo haré. Imagínate que tenemos hijos algún día. No me perdonaría el hecho de no haber hecho nada por ellos y que tengan que vivir escondiéndose o faltos de libertad.
 

Abri los ojos de par en par, en cuanto escuché a Rob hablar sobre Roislin- Espera... ¿Has dejado a Mat? - pregunté, incrédula. El escocés y mi hermana llevaban bastante tiempo y, hasta aquel momento, la verdad es que los habia visto bastante bien siempre. ¿En qué momento había sucedido todo aquello? Miré a Leo un instante, con aire descolocado, y acto seguido volví a centrarme en mi hermana- ¿Pero tú estas bien? ¿Te va bien con el hijo del ministro? ¿Y que pasa que aqui lo sabeis todos o que? - fruncí el ceño, mirando a mis hermanos con aire desaprobatorio, cuando vi que intentaban hacer rabia a Roislin- Dejadla tranquila, ¿eh? Que como empiece yo a sacaros trapos sucios... - advertí, poniendome de parte de la chica, con una sonrisilla en los labios, agarrando a Roislin por los hombros, con intencion de sacarla de alli en direccion a la mesa, dispuesta a salvarla de aquel vapuleo. -Anda vamos a comer.... que todavia se nos pone Melissa de parto. Mirad que calores le están dando... - sonrei, dando un par de pasos... hasta que escuché la ultima afirmacion de Darren.

-Espera, espera, espera... - dije, mirando a Winnie, que justo acababa de llegar, con los ojos como platos- ¡¿Que os casáis?! -exclamé, con una mueca de enorme sorpresa, mirando a Roislin, aun bajo la presa de mis manos- ¿Que se casan? - le pregunté a ella, para saber cuánto sabía de aquello.

Estaba alucinando. Total y absolutamente. Solo habian pasado tres meses y todo habia cambiado tanto que parecía mentira que hubiera podido suceder tanto en tan poco tiempo.

-¡Darren!- exclamé entonces, liberando momentáneamente a Roislin para tirarme a los brazos de mi hermano, abrazándolo, espontánea, pero no por ello menos emotiva. Claro que me hacía ilusion que se casara con Winnie. Me alegraba muchisimo saber que mi hermano era feliz y que pensaba dar aquel paso.

Inmediatamente me doy cuenta de que la chica de la coleta me ha entendido mal. No es que haya estado allí desde hace mucho tiempo si no que estuve en el internado hace mucho tiempo. Estoy a punto de corregirla pero no lo hago. ¿Qué hay de malo en que piensen que soy un veterano? Podría disfrutar de ese estatus durante un tiempo hasta que, inevitablemente, se dieran cuenta de  lo poco que sabía en realidad sobre el mundo adolescente muggle. Para mí las novatadas siempre habían implicado el uso de alguna poción o hechizo. 

- Supongo que sí.- respondo. 

Las siguientes palabras de la que ahí parecía ser la jefa, me hacen poner los ojos en blanco.- Esta chica terminará por sacarme los colores.- Pero al final, les dedico una sonrisa acompañada de una despedida. 

- Gracias chicas. Nos vemos en la cena.

Por fin solo, me aseguro de que no haya nadie más en la habitación antes de susurrar un Alohomora y conseguir que la cerradura de mi baúl se abra con suma facilidad. Rebusco en su interior, aunque en realidad no hay mucho entre lo que buscar (mi vestuario es bastante reducido pues nunca pido nada al viejo librero a no ser que sea absolutamente necesario. Todo lo que tengo, lo he adquirido con el pequeño sueldo que decide darme por ayudarle en la tienda en verano), y saco unos vaqueros, una camiseta a rayas de tonos marrones, una toalla y un bote de champú y gel. Miro este último con gesto desconfiado. A principio de curso había estada a punto de dejarme melena accidentalmente, pero gracias a Rita lo había evitado. Pero ahora no tenía a Rita. ¿Quién iba a ponerme poción crecepelo aquí? Y recién llegado... Junto todo en un barullo y lo llevo conmigo en busca del baño de chicos. Si mal no recuerdo, había uno en cada habitación, o al menos cerca de ellas. 

Harta de la situación de la cena, Carrie decidió, pues, largarse a dormir. David no la paró en ningún momento, Zac la observó marcharse a sabiendas de que no podría seguirla si quería mantener el tipo con el señor Lewis y Deirdre, que aunque deseaba poder seguir a Carrie y animarla sin importarle lo que los demás pensasen de ella, permaneció sentada con cara de preocupación. De sobra sabía que cuando su amiga se encontraba de aquel humor, lo único que conseguiría sería un desaire.

Así pues Carrie se puso más cómoda y se adentró en la comodidad de su cama, tapándose hasta el cuello y respirando la paz que hacía tiempo no sentía en aquella casa. El Leprechaun jugaba consigo mismo a "piedra, papel o tijera", la gran cantidad de muñecas extrañas que la chica coleccionaba la miraban y el viento hacía mover la persiana levemente. No obstante, nada de esto perturbó a Carrie hasta que terminó dormida.

¿Qué hora sería? Aún las calles estaban oscuras cuando la chica despertó levemente, sintiendo caricias en su cabeza. Unas caricias lentas, tiernas y relajantes al mismo tiempo que familiares. Alguien más estaba allí, en medio de la oscuridad de las tres de la mañana, exhibiendo su cariño hacia aquella ella.

Carrie se había ido molestando cada vez más mientras daba vueltas en la cama para dormir, pensando en lo distintas que eran las cosas en Hogwarts. Si estuviera en el colegio, su círculo de amigos se habría apresurado a seguirla, aunque sólo fuera para que ella los despidiera de malos modos. En cambio ahí, su padre era la persona importante y aunque de una forma totalmente errónea, todos habían terminado midiendo sus acciones por él.

Aunque le costó un rato la fría ira de Carrie terminó por apaciguarse y la comodidad de su cama la envolvió en un confortable calor que acabó por sumirla en un profundo sueño. Hasta que algo que no eran los rayos del sol la despertó. Alguien la acariciaba en la oscuridad de forma familiar, espantando los fantasmas de la noche con cada nueva caricia.

- ¿Qué hora es? - murmuró aún medio dormida, esperando a que la voz delatara a su acompañante.

Sí, lo había comprobado en mi primer año de escuela. Como todo era oscuro y peligroso cuándo yo venía con ilusión y cómo el ahora profesor Longbottom y el resto del "Ejército de Dumbledore" nos había protegido y finalmente evacuada cuándo las cosas se ponían peor. Habían destrozado mi primer año y aunque yo no era una persona rencorosa, nunca se lo perdonaría. 

Cuándo de repente Duncan habló del futuro y tener hijos me puse tensa. Sabía que era una forma de hablar, o algo así, pero que soltase eso tan de repente me pillaba con la guardia baja. No es que no pensase en un futuro junto a él, pero tenía 16 años y la perspectiva de hablar sobre hijos me asustaba. Tenía que conseguir muchísimas cosas antes de pararme a pensar en la posibilidad de ser madre. Aunque nuestros hijos serían los más guapos y listos, sin duda alguna.

- Y haces bien. Y es por ese espíritu tuyo que me fijé en ti por primera vez. - le confesé con una sonrisa - Y aunque me aterre la idea de que estés en algo tan peligroso, sé que eso es lo que debes hacer. Y yo también voy a colaborar en la causa tanto como pueda.  - dije con decisión.

Sí, me uniría a la orden en cuánto acabase la escuela. Una alumna de sexto no tenía el nivel adecuado por mucho que estuviese en lo más alto de la lista. 

- Y hablando de colaborar... Se me ha ocurrido que estos días, sin mucha gente, son perfectos para intentar investigar algo sobre...eso. 

Jackie continuó con las suaves y relajantes caricias en la cabeza de Carrie al tiempo que respondía en medio de un susurro tierno:

- Tan solo las tres y media de la mañana. Puedes seguir durmiendo, Carrie.

En efecto, Jackie, de alguna manera había aparecido allí a esas horas de la noche, siendo la única que se atrevía a adentrarse en la habitación de Carrie sin ningún tipo de miedo a ser rechazada o echada directamente. Se había sentado en la cama, casi echándose debido a que Carrie permanecía pegada a un lateral de la cama y llevaba bastante rato haciéndole caricias. Esas caricias que sabía que a Lewis le encantaban aunque nunca lo hubiera comunicado verbalmente.

Carrie adormilada era como la mayoría de la gente: inofensiva, suave e incluso algo atontada. O al menos lo era cuando la despertaban con consideración, como era el caso. Se apartó un poco para hacerle más sitio a su amiga mientras seguía recibiendo aquella dosis de cariño que hubiera preferido que proviniera de Zac.

- ¿Qué haces aquí? La fiesta es... - se calló un momento al reparar en que, de hecho, ya era mayor de edad, pero tras un momento de meditación decidió que tenía demasiado sueño como para celebrarlo -...bueno, dentro de muchas horas.

Jackie continuó mientras se colocaba mejor antes de contestar a la pregunta de la adormilada Carrie:

- En realidad llegué hace un par de horas. Quería darte una sorpresa por tu cumpleaños. Al encontrarme con el panorama en la cena pensé que había llegado en buen momento.

A pesar de que su tono continuaba siendo dulce y tierno, su expresión reflejaba preocupación en medio de la oscuridad. No obstante, nunca preguntaría a Carrie qué sucedía ni qué pasaba por su cabeza, a sabiendas de que si su amiga quería contárselo lo acabaría haciendo por sí misma. Lo único que tenía claro es que permanecería a su lado, como siempre había hecho y como siempre haría. Jackie no se consideraba como Deirdre. La relación que Carrie y Deirdre tenían era muy cercana pero tal cercanía llevaba a una ciega idolatría que Jackie no compartía. Quería muchísimo a Carrie, pero su amor por su amiga era más racional. No la seguía por necesidad a servir a alguien, la seguía porque ambas se daban algo que otros no les proporcionaban. Sinceridad y amistad. Jackie necesitaba la amistad de Carrie al igual que Carrie necesitaba a Jackie.

Duncan no parecía muy contento con la perspectiva de que Eve también se uniera a la orden, pero la comprendía de igual modo. Al menos a él le quedaba el margen de poder solucionar todo aquel caos antes de que Eve saliera del colegio y puderia unirse a la Orden del Fénix.

- Sí. Estaría bien investigar un poco. Después de los dos interrogatorios que hicimos, muchas cosas salieron a la luz pero resolvieron más bien poco. ¿Qué tienes pensado hacer? ¿Investigarás en libros o haremos algo más divertido y con más acción?

Que diga de hacer algo más divertido, que diga algo más divertido...

Entraron en el Gran Comedor, bastante más vacío que en los días normales. Se contaban en total cincuenta alumnos entre todas las casas y la única mesa que estaba al completo era la de los profesores, con la compañía de la instructora Granger.

Negué con la cabeza mientras me sentaba en un lugar apartado, para que nadie metiese las narices en nuestra conversación.

- No creo que los libros nos ayuden con esto. ¿Cómo vamos a encontrar al culpable en los libros? Cómo no esté escribiendo un diario que esconda en la biblioteca... - empecé a servirme algo de comida para aparentar normalidad ante cualquier mirada curiosa - No, tendremos que ser más activos. Como bien dices, sacamos cosas de los interrogatorios, cosas que no me esperaba. Cuándo el nombre de Oliver no dejaba de aparecer... No sé, me extraña mucho, ya sabes que es premio Anual pese a ser de sexto lo que le pone en una situación extraña para ser sospechoso... Pero también en una situación de poder. Siendo premio anual, igual que prefecto, nadie que no sea un profesor puede llamarle la atención esté dónde esté. Tiene permiso para patrullar y nadie se extrañaría si lo viese merodear. Sé que es descabellado, porque además estaba muy preocupado con el veneno... ¿Pero porqué iba a hacer lo que hizo a Hagrid? ¿O escondernos la verdad sobre Copérnico? Se supone que es un modelo a seguir y que debe ayudar cuándo hay problemas, no causarlos y mentir.

Cogí un poco de pollo y se lo puse a Bikkel en el banco a mi lado, para que cenase con nosotros. No cada día podía comer pollo recién horneado. Suspiré y miré a Duncan a los ojos.

- ¿Crees que estoy exagerando o tú también crees que el comportamiento de Oliver no es normal? Siempre ha sido centrado y serio... Un estirado también, pero no un gamberro. 

- ¿Lo viste? - viendo que aquello iba para largo y que empezaba a despertarse, Carrie se desperezó un poco y apoyó la cabeza sobre la palma de su mano, con el codo hundiéndose en la mullida superficie de la cama -. Bueno, si me pides mi opinión fue un espectáculo lamentable - comentó con aparente aburrimiento, sintiendo como si su voz, un susurro en la noche, se escuchara por toda la silenciosa mansión Lewis -. ¿Has venido con Jack?

- Llegué un poco más tarde. Zac y Deirdre cenaban con tu padre en el salón cuando Aguijón me presentó. Naturalmente rehusé cenar con ellos y subí a mi habitación antes de venir aquí.- Con la mano libre, la chica arropó mejor a Carrie de manera que no pudiera entrarle frío por la espalda.- No. He venido sola. - contestó con respecto a la pregunta de Jack.- Supongo que él estará con su familia disfrutando del silencio que les rodea siempre.- bromeó. Ciertamente recordaba las reuniones con la familia de Jack de lo más incómodas y aburridas. No es que ella fuera muy charlatana, pero no soportaba la rigidez y seriedad con que hacían todo.- Lo único que lamento es no haber podido traerte ningún regalo. La verdad es que no tuve tiempo.

Se sirvió y también sirvió a Eve mientras continuaban la conversación, escuchando a su novia y sus argumentos con suma seriedad, tal y como exigía el momento.

- La verdad es que hay cosas en Oliver Carrow que no termino de comprender. ¿Cómo puedes pasar de estar con Deirdre O'Hare a engañarla y besar a Katherine Lestrange? ¡Son como el día y la noche! Sin contar con lo que Sean nos contó sobre Liliana. Y lo cierto es que yo no le veo enamorado para nada de ninguna. Ciertamente me parece muy manipulador. Soporto más a Deirdre que a él, porque soy un chico y sé perfectamente cómo nos comportamos cuando, como mínimo, nos encaprichamos de una chica. Es... es demasiado estirado. Ni Carrie resulta tan ajena a los sentimientos como él. Y aunque lo pareciese, ella sí tiene sentimientos, eso puedo asegurártelo.

Hizo una pausa mientras bebía un poco de zumo:

- Si bien es cierto que quizás ha mentido para encubrir a Katherine con lo del camaleón. A lo mejor un poco de aprecio sí que le tiene. No sé... creo que no estás exagerando. Pero aún así, ¿qué podría llevar a alguien como él a hacer algo como un atentado en el colegio?

"Su apellido." - dijo mi mente sin dudar. Oliver era un Carrow y había dejado claro muchas veces su posición frente a los "sangre sucia". Lo extraño era que el envenenamiento había sido a todos, no solo a ese sector... Aunque podía ser por despistar.

- Tal vez tiene algo que ver con su familia... - Duncan recordaría incluso mejor que yo el "reinado" de los hermanos Carrow en Hogwarts.

Empecé a comer más por obligación que por ganas, esperando la reacción de Duncan.

- Por cierto, no nos queda veritaserum, pero tal vez para hablar con los elfos de las cocinas no es necesario. Y se me ocurre algo... entre poco ético y peligroso... para tal vez descubrir más cosas. - le confesé algo avergonzada por mi comportamiento. Pero si era por el bien mayor... Entonces no era algo malo. ¿No?

- Me debes un regalo doble para Navidad - le reprochó con calma. En realidad, simplemente se alegraba de tener a su amiga ahí, sobre todo porque no la había invitado a pasar las vacaciones con ellos por Jack -. Aunque por ahora me conformo con que me dejes dormir.

- ¿Has dejado a Mat? - La pregunta vino prácticamente al unísono con la de Kaitlin, con una expresión similar al de ella, y para más inri, junto a ella, en una escena un tanto cómica. Hasta donde Leo recordaba, Mathew y Roislin llevaban bastante tiempo juntos, y les iba muy bien. Miró a Kaitlin, encogiéndose de hombros sin saber nada sobre aquello, y con la misma impresión y desconcierto que tenía la pelirroja.

Sin saber que había pasado con Mat, o como le iba con el hijo del ministro, no sabía que opinar. Pero se alegraba de que, a fin de cuentas, ella estuviera bien y fuera feliz, y era al menos lo que parecía, no solo por sus comentarios, si no por cómo se comportaba, lo que arrancó una sonrisa a Leo. - Vaya con Rois... Que callado se lo tenía - Bromeó, junto los demás, dirigiéndose hacia la cocina cuando su suegra se lo indicó.

Y estaba a punto de decirle algo a Robert, alguna broma para añadir leña al fuego cuando Darren soltó la última de sus frases. Esta vez, los ojos de Leo se abrieron de par en par en una mueca de clara sorpresa. Tardó unos segundos en procesar la información y corroborar lo que acababa de oír. No comprendía como en tres meses habían pasado tantas cosas... y se habían esperado al primer día de vacaciones para soltarlas en una traca pre-cena. - ¿¿Cómo?? ¿Qué os casáis? - Preguntó a Darren, con esa mueca de sorpresa, y ante la llegada de Winnie, Leo se giró hacia la puerta. - ¿Qué os casáis? - Repitió la pregunta, esta vez para la mujer.

- Felicidades tío, es una gran noticia. - Le estrechó la mano con una amplia sonrisa - Y felicidades Winnie, me alegro muchísimo de la noticia. - A esta última le dio dos besos como saludo y como felicitación. Dudaba ya que a esas alturas pudieran sorprenderlo con algo nuevo.

Jackie rió divertida y terminó por echarse del todo, aún manteniendo la mano como apoyo en Carrie.

- Está bien. Ya pensaré dos regalos.- se acercó una última vez a la morena y le dio un beso en la sien.- Buenas noches, Carrie.

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El sonido de la puerta al cerrarse despertó nuevamente a Carrie aunque esta vez ya había amanecido y Jackie, aunque dormía a su lado, no le hacía caricias. Encima de la cómoda, cerca de la puerta, había un pequeño paquete, del tamaño de un puño cerrado, envuelto con papel plateado y dorado. Una tarjeta descansaba encima de él

Por su parte el Leprechaun dormitaba también, acurrucado como podía mientras los ojos de las más de cincuenta muñecas observaban el entorno sin pestañear.