Partida Rol por web

Tenía la mirada algo desenfocada cuando se levantó agarrándose a Jackie para no caerse de nuevo. Parpadeó varias veces en un intento de aclarar la vista tanto a causa de la sangre como por el mareo, aunque sin demasiado éxito en ninguno de los dos casos. De hecho, lo máximo que logró es que más sangre volviera a colarse en su retina y le obligara dejar el ojo cerrado mientras la misma seguía su camino hasta su barbilla.

- Te he dicho que no aún, Jackie - intentó imprimir un matiz de frialdad a su voz aunque su estado le restaba demasiada credibilidad mientras intentaba mantenerse ajena a toda la felicidad que la rodeaba y que indudablemente no iba con ella -. Te lo he dicho antes, tiene que ser ya - murmuró bajando la voz para que no las escucharan e intentando decir lo mínimo -. Vámonos.

Y sin esperar a que la chica volviera a llevarse la contraria se apoyó un poco en ella para mantenerse erguida y empezó a caminar con toda la intención de alejarse del lugar.

Jackie apretó la mandíbula. ¿Qué hacer? ¿Cómo podría llevarle la contraria nuevamente a Carrie? Era consciente de que a ella le solía hacer caso, pero en aquellos momentos en que era importantísimo acudir a cierto lugar sabía que Carrie no le permitiría negarle nuevamente.

No obstante, Lewis estaba demasiado débil y herida como para dar dos pasos más y uno de ellos fue en falso. Tropezó y cayó al suelo con estruendo, llamando la atención de todos los que las rodeaban.

- ¡Carrie!- se agachó ante ella, enfadada por la situación. En aquellos momentos debía escucharle. ¡Tenía que hacerle caso!- ¡Carrie! ¡Me da igual que quieras ir allí! ¡No puedes moverte y tú salud importa a más de los que piensas! ¡Déjalo en mis manos! ¡No seas estúpida!

- ¡Enorme Kyle! ¡Enorme! - Exclamó, acercándose hasta el pelirrojo y dándole un abrazo. Al principio. Leo pensó en darle un fuerte abrazo, uno de esos que te quitan el aire y hacer sonar todas y cada una de las vertebras de la espalda. Pero según se acercó a él y vio en el estado en el que estaba, pensó que con un abrazo suave sin apretarle demasiado, estaría bien.

- ¿Cómo estás? Tío... deberías pasarte por la enfermería a que mi cuñado te eche un vistazo, porque.... -  Lo miró de arriba a abajo. - ...lo necesitas. - Acabó por decirle, con una pequeña sonrisa. - Espera, que voy a felicitar a los demás. - se excusó, felicitando al resto del equipo de Ravenclaw entre risas, apretones de manos y abrazos a los que más confianza le tenía. Aun estaba felicitando al equipo de Ravenclaw cuando escuchó el golpe de Carrie contra el suelo. Se acercó a ella a toda prisa, agachándose. Joder, está hecha una mierda... Será mejor que la lleve a la enfermería. No entendía que lugar era aquel que Carrie quería ir, pero era evidente que no estaba para ir a otro lado que no fuera la enfermería.

- Déjame que te ayude, anda. Jackie tiene razón, ahora lo mejor será que vayamos a la enfermería. - Le ofreció la mano para ayudar a que se levantara, y después si quería, que se apoyara en su hombro para poder caminar con más facilidad de vuelta a la enfermería. La fiesta tendría que esperar.

Había intentado andar medio erguida medio cogida a Jackie para no aparentar la debilidad que sentía y sin embargo su cuerpo, decidido a pasarle factura de todas y cada una de las heridas que tenía, la hizo trastabillar y comerse el césped, provocándole una maldición que quedó ahogada por el mismo.

Escuchó la voz de Jackie haciendo de madre, como siempre, mientras ella intentaba obligar a su cuerpo a incorporarse con una mueca de dolor. Logró ponerse de rodillas y limpiarse nuevamente la sangre que le entraba en el ojo, embadurnándose la mitad derecha del rostro, que contrastaba vivamente con la palidez de su piel que se apreciaba en la otra mitad.

- Jackie... - empezó justo en el momento en el que hizo su aparición estelar Leonard, cómo no, metiéndose como siempre donde no le llamaban. Le dirigió una mirada ceñuda, aunque aceptó la mano puesto que no confiaba en sus fuerzas para levantarse y no estaba demasiado segura de que Jackie estuviera nuevamente dispuesta a ejercer de bastón -. Déjame en paz, Leonard, celebra la victoria con los demás, yo tengo asuntos que atender - respondió desdeñosa.

O lo intentó. En realidad estaba empezando a temblar de frío y cualquier intento de sonar desdeñosa era bastante patético pero lo último que necesitaba en aquel momento era que mami Jackie recibiera refuerzos y menos que esos refuerzos llevaran el nombre de Leonard.

Jackie sujetó mejor a Carrie, muy preocupada. Sabía que debía actuar de inmediato y que se debían llevar cuanto antes de allí a su mejor amiga. Era el momento de actuar y sin Carrie veía en Leonard un estorbo, para ella fue una especie de salvación

- Carrie, confía en mí. No te preocupes por nada. Yo iré y... y Leonard me acompañará. Debes confiar en mí, Carrie. Sabes que siempre hago las cosas de la manera más sensata y que soy de las pocas personas que nunca te han defraudado.- Miró a Carrie con aire suplicante.- Por favor, Carrie. No lleves tú sola esta carga... a todos nos incumbe...

Los últimos segundos del partido me habían puesto el estómago en la garganta. Había visto las bludgers acercarse peligrosamente y sabía que no iba a ser fácil librarme de ellas y mantener la Quaffle en mi poder. Sin embargo, tampoco podía pasarla ya que mi equipo estaba marcado. ¿Debía arriesgar una maniobra complicada y esquivar las balas pudiendo perder la bola, o debía aguantar la carga y mantenerme firme en marcar un nuevo punto?

Apreté la escoba con una mano y la Quaffle con la otra, preparandome para lo que venía, cuando escuché el pitido. Las bludgers detuvieron su trayectoria y cayeron inertes hacia el sueloen el último instante. La fracción de segundo que duró el silencio desde el pitido hasta las ovaciones fue extremadamente corto, pero en mi cabeza fue increíblemente largo. ¿Quién había cogido la snitch? ¿Quién había ganado?¿Seguían ambos buscadores en pie?

Los aullidos que nombraban tanto a Kyle como a mi casa, sumados a las palabras del comentarista me dieron respuesta a todo. ¡Habíamos ganado! ¡Kyle lo había conseguido!

Me tomé mi tiempo para bajar al campo. Ahora que el partido había terminado notaba como mi cuerpo estaba agotado y dolorido. La adrenalina se evaporaba y me dejaba con una mezcla de sensaciones: dolor y cansancio por un lado; felicidad, euforia y un sentimiento de realización personal por el otro. Abracé a cada miembro del equipo que se acercaba y justo cuándo iba a hacer lo mismo con Kyle, quien se acercaba, ambos nos quedamos pasmados con las palabras del comentarista. ¿Me acababan de nombrar mejor jugadora? Imposible, debía estar soñando.

Miré a Kyle con la boca abierta.

- Pues sí, al parecer... - me había pillado por sorpresa el anuncio, aunque más por sorpresa me pilló el estado de Kyle cuándo mi cerebro por fin procesó la información. Me llevé la mano libre a la boca, escondiendo un gemido de dolor. - Por las barbas de Merlín Kyle, parece que te haya atropellado el expreso de Hogwarts. ¿Estás seguro que estás bien? Se te está hinchando mucho la cara. - o a lo mejor llevaba todo el partido así, pero yo no lo había visto.

En ese momento Leo hizo acto de presencia y felicitó a Kyle, lógico, aunque no llegó a decirme nada a mí. Cuándo miré hacia dónde iba vi a Carrie desplomada en el suelo.

- O tal vez el expresso la ha atropellado a ella... - había visto de reojo su golpe en las gradas pero desde ahí arriba todo era distinto. Ahora estaba claramente destrozada y necesitaba urgentemente ir a la enfermería. Al ver que Jackie y Leo ya se encargaban de ello me mantuve en mi sitio. Estaba preocupada pero 3 son multitud. En lugar de ir hacia ella miré a mi alrededor y vi a Duncan entre el gentío. Él también esraba hecho polvo. Hice un gesto a Kyle de "ahora vuelvo" y me dirigí hacia el escocés, llamando su atención con un ligero toque en el brazo. 

- ¿Estás bien? - Sabía que la respuesta real era no, pero que me diría que sí. No solo por la euforia de la victoria, sino porque no querría preocuparme - Hemos ganado. - le dije con una sonrisa. 

En ese momento me percaté de la presencia de Kaitlin y mi sonrisa se iluminó aún más. Hacía años que no pisaba un campo, pero ahí estaba. Levanté la mano que no tenía sobre la costilla e intenté llamar la atención de mi amiga, quien seguramente nos buscaba entre el gentío.

Carrie miró a Jackie con una expresión de sorpresa que no pudo disimular, aunque nuevamente el abrir demasiado los ojos hizo que el derecho se le llenara de sangre y tuviera que cerrarlo, pensando en la maldita inconveniencia de tener una herida en la cabeza, con lo mucho que llegaban a sangrar, por no hablar del mareo que cada vez iba a más, síntomas que se esforzaba en segundo plano para hacer lo que ya desde antes del partido sabía que debía hacer.

- No le involucres - siseó entre dientes, como si Leonard no estuviera ahí aunque demasiado consciente, por desgracia, de su presencia, deseando que le hiciera caso de una maldita vez y se largara de aquella conversación privada que Jackie insistía en hacer pública.

Poco a poco fue alejándose del campo de Quidditch. Lo hacía espacio y en solitario, sin molestarse en mirar hacia atrás o a su alrededor. Era el primero en salir del lugar y no contaba con que nadie lo hiciese hasta pasado un buen rato. La gente era excesivamente visceral para este tipo de asuntos. Pero él no era así.

No tardó en llegar al puente. Con calma se dejó caer de espaldas sobre la varandilla, inclinando su cuerpo ligeramente hacia atrás. La brisa movía sus rizos con delicadeza. No acababa de tener claro si Leonard iba a aparecer. Aun así, no se movió. No iba a perder el tiempo. Tenía demasiado en qué pensar.

Baje al campo de Quidditch junto a Leo y, nada mas ver a Kyle , a Duncan y a Eve, me apresuré a ir hacia ellos, sonriente, abrazandolos  con una amplia sonrisa- ¡Chicos! ¡Habeis estado geniales! ¡Que partido, madre mia, que partido! ¡Me habeis puesto de los nervios! -dije, tan emocionada con la victoria que ni siquiera me percaté de sus heridas en un primer momento.

Sin embargo, no tarde demasiado en ver varias cosas: que Eve se agarraba el costado y que a Kyle se le estaba comenzando a hinchar la cara de una manera sospechosa. Y no solo eso: casi todo el mundo alli se habia percatado del cruce de palabras entre Carrie y Jackie; incluso Leo, que no dudo en ir a ayudarlas, caballeroso como siempre.

-Chicos, creo que no es la unica que necesita un medico... ¿Por que no vamos a ver a mi hermano? Estais todos para el arrastre... - les dije, mirándolos con aire solidario, con una mueca de dolor al pensar en el abrazo que acababa de darles- Y luego ya vamos a celebrarlo, ¿si?

- Me parece que ella directamente se ha lanzado a las vías.- respondo, cuando Eve menciona a Carrie, con una breve carcajada acompañada de una mueca al notar el pinchazo que me produce la sonrisa.

En ese momento, veo llegar a Leo y Kaitlin- ¿Qué hace Kaitlin aquí?, vuelvo a preguntarme- y recibo con gusto sus abrazos.

- Ni yo me lo creo, tío.- le digo a Leo, antes de que se aleje para ayudar a Carrie, que parece empeñada en ir a cualquier otro lado, excepto a la enfermería.- A mí también me ha ignorado, comento más para mí mismo como afirmando que no había nada que hacer, pues le había dejado caer, cuando seguíamos en las alturas, que a lo mejor deberíamos pasarnos por la enfermería, pero la chica había hecho oídos sordos.

A continuación me vuelvo hacia Katilin, le hago un pequeño gesto cariñoso en la mejilla y, obviando mencionar lo extraño que se hace verla pisando un campo de quidditch, le ofrezco una sonrisa a boca cerrada.

- Me alegro que hayas disfrutado. ¿Eso quiere decir que se repetirá?- digo, guiñándole un ojo.- Por cierto, ¿cuánto os hemos hecho ganar?- conociendo a Leo, seguro que había hecho alguna apuesta por nosotros. Por último, termino por ceder, aunque tampoco es que hasta el momento hubiera estado ofreciendo mucha resistencia. Ya había intentado en dos ocasiones, primero a Carrie y luego a Eve, proponer esa visita pero no había cuajado. Y eso, que a pesar de mi moflete hinchado, yo era claramente al que menos factura le había pasado el partido de los tres.

- Si, anda. Vamos. Antes de que se nos hernie Eve de tanto sujetarse el costado.- comento, exagerando un poco.  

Tras ayudar a levantar a Carrie, Leo esperaba una palabra de agradecimiento. Quizás un gesto que pudiera atribuirse al agradecimiento. Se habría conformado con un sonido o incluso un gruñido que hubiera sonado a agradecimiento. Pero no aquella perlita donde le pedía amablemente, que la dejara en paz.

Leo se quitó las gafas de sol para que pudiera ver su expresión facial. Alzó una ceja, sorprendido. ¿Cosas que hacer? Pero si no puedes tenerte en pie. - Carrie. - Insistió Leo. Se cruzó de brazos, mirándola de arriba a abajo, y cuando fue a añadir algo más, Jackie hizo mención de que él le acompañara a algún lado.

¿A dónde? Aquello había conseguido llamar toda su atención. Se había perdido enormemente, pues no sabía de que estaban hablando, y sentía la necesidad de saber de qué iba aquello. - Carrie, Jackie tiene razón, por favor. No estás en condiciones... ves a la enfermería, nosotros nos encargaremos. - Se cruzó de brazos, al ver que Carrie seguía en sus trece de largarlo de allí. Esta vez no sería tan fácil. La celebración debería esperar... no sabía a que acababa de apuntarse, pero después de todo quería descubrirlo.

El chico, aún sonriente, besó a Eve con intensidad, pletórico. Incluso la habría levantado por los aires de no ser porque sabía que la chica tenía alguna lesión en las costillas.

- Mejor que bien. Vamos, tienen que verte.

Albert y la señora Pomfrey ya habían llegado hasta ellos y se empezaron a encargar de llevar a los heridos a la enfermería. Carrie, muy débil, terminó por casi perder el conocimiento, por lo que cogieron una camilla y la elevaron ante la presencia de todos los demás.

Deirdre se levantó enseguida, pero Zac la paró.

Zac:- Yo iré con ella. Date una ducha y luego me haces el relevo, ¿de acuerdo?

Deirdre:- Está bien...

Jackie, aprovechando que Carrie ya no podía responder siquiera, sujetó a Leonard de la mano y tiró de él con fuerza mientras caminaba muy deprisa.

Jackie:- Lo siento, Carrie. Pero es lo mejor para todos. Él ya está involucrado. Como todos desde que nos intentaron asesinar.- y entonces se dirigió a Leonard.- Vamos. Por el camino te lo explicaré.

Ya en la enfermería, todos estaban tratando a los heridos. Eve, con dos costillas rotas, tenía que tomarse una poción asquerosa mientras la señora Pomfrey le curaba la lesión a toque doloroso de varita. Ella tendría que quedarse veinticuatro horas en la enfermería. Kyle se tuvo que enjuagar la boca con un líquido con sabor algo amargo y Albert le devolvió a su sitio las muelas. Por su parte podría marcharse cuando quisiera. Carrie era la peor parada. Demasiadas heridas, demasiados cortes. Cuando la chica recuperó el resto de consciencia estaba en una cama, vendada por varias partes del cuerpo y la cabeza. Zac estaba a su lado, pues la señora Pomfrey ordenó que solo podía quedarse una persona por enfermo, observando cómo Duncan colocaba bien los almohadones por detrás de Eve, que estaba en la cama de enfrente a la de Carrie. Kaitlin también estaba, junto a Kyle y nadie más.

Duncan:- Kaitlin, ¿quieres quedarte? ¿O me quedo yo?

Albert:- Recordad que los demás os tenéis que ir. ¿De acuerdo? Tenéis cinco minutos.

Se había forzado demasiado, llevando a su cuerpo a aguantar mucho más de lo que le hubiera exigido en la vida. Y por eso, en el momento en el que había querido insistir y erguirse para demostrar que no estaba tan mal la realidad le dio un duro golpe. Su vista se tornó negra y los músculos dejaron de responderle, haciéndola caer al suelo lentamente, mareada y con todos sus sentidos apagándose.

Su percepción de lo que la rodeaba se volvió tenue, sin lograr identificar del todo las voces de los que hablaban ni lograr que su mensaje, su simple "no", surgiera de sus labios con sonido alguno, aunque estos se movieron varias veces formulando el monosílabo sin voz. Ni siquiera se dio cuenta de que la subían a una camilla y de que la transportaban hasta la enfermería; su ser ya estaba lo suficiente movido en aquel momento como para diferenciar el vaivén exterior del mareo interior.

Empezó a volver en sí cuando le empezaron a aplicar los primeros mejunjes y a dar las primeras pociones, haciendo que el increíble dolor de cabeza que tenía pasara a ser una latente molestia, lo mismo que las demás heridas. Cuando su visión logró aclararse, sabiéndose ya en la enfermería a pesar de que aún se sentía bastante ida, reparó en la presencia de Zac a su lado.

Ni siquiera intentó incorporarse, sintiéndose demasiado débil como para que el cuerpo le respondiera incluso para algo tan simple. Cerró los ojos, cansada e intentando despejar su mente. Jackie no estaba y aún con lo aturrullada que se sentía era capaz de discernir el motivo de su ausencia. Lo apartó de su mente, dispuesta a discutirlo en un momento en el que no pareciera un gatito indefenso y, por supuesto, en el que la chica estuviera presente.

Pasaron varios minutos antes de que abriera los ojos y dirigiera la mirada hacia Zac, que permanecía con aquella actitud hermética que le impedía saber siquiera lo que pensaba.

- Lo siento - dijo tras un largo rato con voz ronca, marcando casi un hito en la historia al decir aquellas palabras. Claro que más que arrepentida se mostraba seria y exhausta pero era mucho más de lo que cualquier otro hubiera logrado.

Zac echaba poción desinfectante en un pañuelo de tela blanca, haciendo caso de los consejos que le habían dado tanto la señora Pomfrey como Albert cuando les comunicó que quería ayudar. Estaba serio, mirando hacia abajo, ignorando los movimientos ajenos a la cama de Carrie.

Cuando ésta le habló, permaneció unos segundos en silencio, terminando la tarea encomendada antes de coger bien el pañuelo y colocárselo de forma suave y con mucho cuidado a Carrie en la herida de la ceja que contaba con un par de puntos. Normalmente habría soltado alguna broma acerca de las palabras de la morena por lo insólito de ellas, pero aquel no era momento para bromas. La chica podía observar su cara seria y sus facciones cansadas. Aún tenía el pelo algo revuelto y ni siquiera se había cambiado de ropa tras el partido, lo que le podía indicar que no se había separado de ella. Cuando Zac Bolton habló lo hizo con seriedad, aunque no con excesiva dureza:

- ¿Qué sientes exactamente? ¿Sientes haberte esforzado tanto? ¿Sientes haber luchado hasta el final demostrando que eres una cabezota? ¿Sientes haberte ganado el respeto de todo el colegio con tu actuación? ¿O sientes que quizás me hayas podido defraudar?- sabía que se estaba aproximando a terreno peligroso. Aquella última cuestión en la que él indicaba claramente que Carrie realmente lamentaba haber cogido el puesto de capitana solo por el hecho de haberle defraudado a él, era probablemente un atrevimiento. Pero Carrie acababa de despertar y quizás,no, seguro estaba dolida no solo físicamente, sino psicológicamente. Zac pasó de mirar la herida que estaba cuidando con esmero a fijar la vista directamente en los ojos de Carrie. Y entonces, sin importarle que nadie pudiera verles, acarició con ternura la mejilla de la chica. ¿Estaba serio? Sí. Pero no era por lo que ella podría haberse pensado.- Estoy orgulloso de ti, Carrie.

Por mucho que me negase sabía que tenía que pasar por la enfermería. Una costilla rota podía rasgar un pulmón y eso sería muy problemático. Seguí de ese modo al resto grupo de malogrados jugadores hasta quedar bajo las órdenes de la señora Pomfrey. La poción que me me ofreció tenía un saber tan horripilante que a punto estuve de escupírsela en la cara. Sin embargo, a base de fuerza de voluntad y una educación férrea, tragué el mejunje hasta que el vaso estuvo vacío, aguantando un par de lagrimas que se peleaban por salir para protestar por haber bebido algo tan asqueroso, mientras notaba los movimientos de varita por parte de la enfermera.

- Gracias. - acerté a decir con voz ronca mientras devolvía el vaso que había contenido la poción. El olor tampoco era una maravilla y si lo mantenía cerca acabaría por presionar los botones justos que me harían vomitar.

No me contuve de protestar sobre las 24 horas que me iba a tocar quedarme ahí, pues ya me encontraba muchísimo mejor y tenía un montón de responsabilidades que cumplir. Sin embargo era una batalla perdida y no me quedó más remedio que dejarme cuidar. 

Sonreí a Duncan mientras me colocaba los almohadones en la espalda.

- No es necesario que te preocupes tanto, estoy bien, en serio. - evité mirar a Albert cuándo obligaba a mis amigos a elegir quién se quedaba. Ya podía dejarles quedarse un rato. Total, tampoco íbamos a molestar a nadie, sobretodo porque yo misma ponía un límite al ruido si estábamos en la enfermería.

Antes de que ninguno pudiese contestar a la pregunta de Duncan, Carrie recuperó la conciencia. Aparté la mirada para no inmiscuirme en lo que sin duda parecía el inicio de una conversación privada, aunque obviamente no podía apartar mis oídos del mismo modo. Me sentí un poco incómoda al escuchar la respuesta de Zac. Se notaba que había mucho sentimiento en sus palabras y que sólo eran para Carrie, así que el resto sobrábamos. Sobrábamos pero ahí estábamos, sin poder irnos, o al menos yo. 

- Tal vez deberíamos correr la cortina... - susurré a mis amigos. No daba intimidad real a la conversación, pero al menos sí la sensación.

Toda la actividad desarrollada en la enfermeria hizo que no me diera cuenta de que Carrie habia llegado hasta alli sin Leo y sin Jackie; es más, no me habia dado cuenta de que directamente ninguno de los dos habia llegado. Habia estado tan ocupada preocupandome por Eve y por Kyle que habia dado por supuesto que Leo estaria haciendo lo propio con Eve, algunas camillas más allá.

Tras intercambiar algunas palabras con mi hermano y asegurarme de que Eve y Kyle estaban bien y de que lo de Carrie tambien tenia remedio, Duncan se dirigio a mi, preguntandome quien de los dos se quedaba con Eve. Esbocé una pequeña sonrisa, negando a su primera pregunta- Quédate tú. Se que la cuidarás mejor. Si quieres, más tarde, te hago el relevo para que puedas descansar, ¿vale? - dije, sonriendo a Eve, inclinandome sobre ella para dejar un beso en su frente- Portate bien, ¿eh? Y no te preocupes, que no te libraras de mi tan facilmente... Dentro de un rato vuelto, ¿vale? - dije, asintiendo a su peticion, girandome entonces para correr la cortinilla que nos separaba de Carrie.

Y fue entonces, cuando mi mirada fue a buscar a Leo para decirle que si nos marchabamos de alli con Kyle, cuando me di cuenta de que Leo, sencillamente, no estaba alli. Ni Jackie tampoco. ¿Donde se habian metido? Habria jurado que habian dicho que acompañarian a Carrie a la enfermeria.

Frunci ligeramente el ceño, algo descolocada, y acabe por volverme hacia Kyle, agarrandolo del brazo- Vamonos anda. Antes de que Albert se ponga chinche... - dije, mirando a mi hermano por el rabillo del brazo, acabando por tirar de Kyle para dejar un beso en la mejilla de Albert- Gracias por todo. Avisame si me necesitan por aqui, ¿Vale? - me despedi de el y de Eve y Duncan, esperando que Kyle no opusiera resistencia al ir hacia la puerta.

Una vez fuera de la enfermeria, me volvi hacia el pelirrojo, soltandome, para mirarlo unos instantes, con semblante preocupado- ¿Como estás? - le pregunté, antes de nada, para asegurarme que aparte de lo de los dientes, estaba bien por el resto.

Entonces mire a mi alrededor, como buscando algo- Oye Kyle, ¿Tu has visto donde han ido Leo y Jackie? Pensaba que venian hacia aqui con Carrie... pero ahi solo estaba Bolton... - dije, extrañada.

-Habia pensado que podiamos ir los tres a celebrarlo a la salud de Eve y Duncan, pero no tengo ni idea de donde se ha metido...- sonrei ligeramente, encogiendome de hombros, sin tener muy claro dónde lo podriamos buscar.