Partida Rol por web

Al ver que Gary consigue placar al hombre y echarlo al suelo, ella corre también y se echa sobre el enemigo para intentar impedirle que se levante... aunque es el doble de grande que ellos así que es más bien posible que no tengan mucho margen de maniobra.

-Álex! vuelve al castillo con las varitas! allí no las conseguirán!

Espera que los demás chicos se unan a la inmovilización... seguro que todos a una consiguen retenerlo lo suficiente.

Confiando en que sus palabras, las de Moira, Gary y Mathilda bastaran para que el hombre pensara que había perdido la batalla, Alex se  sorprendió cuando el tipo intento quitarle las varitas abalanzándose sobre ella. Por suerte, sus amigos acudieron al rescate, y aunque algunos de sus hechizos no parecieron funcionar, lo habían intentado.

-¡No me cogeras!-grito echando a correr hasta detrás del muro junto a sus compañeros alejándose del hombre que parecía haberla tomado con ella por ser la de apariencia mas débil y poseer las varitas. Mientras corría escucho la orden de Moira y negó con la cabeza.

-La unión hace la fuerza, tenemos que mantenernos juntos si queremos ganar.-explico recordando un refrán muggle, y dirigió de nuevo su varita apuntando al hombre.

En menos de tres segundos, todo se convirtió en un caos. Mientras aquél hombre se lanzaba sobre Álex, esta retrocedió con rapidez mientras Gary trababa las rollizas piernas de su atacante y lo hacía caer al suelo. Los pocos alumnos que habían quedado por allí observando la escena, excepto Max, Mathilda, Moira, Álex y Gary, gritaron de terror y huyeron despavoridos.

- ¡Suéltame! -rugió el intruso, desesperado por alcanzar sus varitas. Sin embargo, Álex ya había puesto tierra de por medio.

Parecía que, después de todo, la magia no era el único medio que se podía utilizar para defenderse. No obstante, unos niños no serían rival durante mucho tiempo para un hombre adulto... el cual se volvió hacia Gary con intención de zafarse de su presa. Sin embargo, en ese momento, todos pudieron oír una exclamación a su izquierda, una voz joven pero segura que ya habían oído antes:

- ¡Desmaius!

Los cinco muchachos notaron cómo se les ponía el vello de punta por la potencia del hechizo que golpeó al hombre pelirrojo, que cayó inconsciente al suelo al instante. Miraron en la dirección de la que provenía la voz y pudieron ver a Tom Riddle, de pie sobre uno de los escombros del muro.

Sostenía en alto su varita con el brazo firmemente extendido, aunque estaba claro que la lucha había terminado. No cabía duda de que él había lanzado el hechizo, que había sido terriblemente efectivo. Esbozó una media sonrisa y bajó de la roca sobre la que estaba, guardando su varita con elegancia.

- ¿Estáis todos bien? -preguntó con una voz modulada y amable, aunque fría como un témpano de hielo.

Respira agitadamente. Suerte que tiene buena puntería porque si se le llega a desviar, están KO. Mira a Tom y asiente... al fin ya ha llegado a caballería y están los dos reducidos e inconscientes y sin varita al acecho.

-Suerte... suerte que has llegado.

No es que le inspire mucha confianza por lo que puede ver a través de sus ojos y su frialdad en la voz... además, es capaz de dominar a los malos de Slytherin aun siendo de 2º. Pero al menos los ha salvado... dos veces para ser más exactos.

Si, estamos bien gracias. Tienes idea de algo de lo que esta ocurriendo?.

Conoces a alguno de estos tipos?.

Gary no se fia nada de este tio, pero no le queda otro remedio que agradecerle lo que ha hecho. Aunque tal vez sea un compinche de ellos que no quiere que le delaten.

Y aparece el chico que antes nos habia estado molestando, no me fio de él pero viene en el momento justo para salvarnos de la serie de desafortunadas acciones que habiamos hecho hace unos instantes, y aun con el corazon a mil no se puede negar que tiene un poder enorme

No digo nada solo me pego a max y espero su respuesta a las preguntas de mis compañeros, pero yo tengo claro que para mi ese chico no es de fiar.

Tom hizo una pequeña reverencia ante el comentario de Moira... aunque daba la impresión de que más que reconocer su gratitud, lo hacía por mera diversión. Caminó un par de pasos hacia ellos, con toda la calma del mundo, y al llegar junto al intruso pelirrojo y corpulento, lo tocó con el pie.

- Dormirá un buen rato -comentó-. Ahora que ha pasado el peligro, os diré que no... no conozco a estos tipos. Pero tenía el presentimiento de que algo raro ocurría en cuanto vi esa niebla. Que por cierto, se está disipando...

Tom señaló la espesa nube negra y los alumnos se volvieron para mirarla. Era cierto, estaba perdiendo intensidad. Quizá que sus convocadores hubieran perdido el sentido tenía algo que ver con ello...

- Ahora deberíais volver a Hogwarts y dejar que yo vigile a estos simpáticos amigos -dijo, sacando una vez más la varita-. Enviadme un profesor en cuanto os lo crucéis.

Puso un pie sobre el intruso gordo, y se cruzó de brazos, con la varita en ristre. En esa posición, intimidaba un poco... pero aún así no había perdido su sonrisa.

-No necesitábamos tu ayuda.-murmuro Alex con frialdad, y es que era verdad: habían conseguido inmovilizar a los dos hombres, y aunque uno de ellos se había resistido un poco, la chica estaba segura de que pronto acabaria igual que su compañero.

-No te vas a quedar aquí solo con ellos.-replico Alex adelantándose a los demás, sospechando que las intenciones del chico podrían ser quedarse con su merito. Y no se lo iba a permitir.

-Y ya hemos mandado a otros niños a por los profesores, así que nos quedaremos todos contigo hasta que vuelvan. Por si acaso.-añadió cruzándose de brazos. No pensaba moverse de ahí.

Asiente a las palabras de Alex. Sabe que los otros chicos traerán a algún profesor pronto y lo sabe porque desde esa parte se puede acceder al castillo que no está tapado con la neblina negra que parece estar disipándose. Sólo ellos pueden explicar que ha pasado realmente y como ha pasado...

Si tienen que recibir bronca, la recibirán ellos y si tienen que recibir puntos, los recibirán ellos. Además, el es un alumno de segundo así que tampoco debería estar ahí y por supuesto, tampoco decirles lo que deben hacer ahora que la situación ya está bajo control.

-Estoy con Alex. Seguro que pronto vendrá algún profesor y somos los únicos que hemos estado desde el principio.

Ya lo ves, no te vas a quedar solo. Tienes compañia, asi no te aburriras.

Dice Gary tratando de no calentar la situacion.

Tom perdió por un instante la sonrisa ante la hostilidad de Álex, sorprendido por su reacción. Pero enseguida la recuperó y se encogió de hombros.

- Como queráis... -dijo sin más-. Pero no tenéis que preocuparos por vuestros puntos. Diré que fuisteis vosotros los que les tumbásteis, si así os sentís mejor. Aunque respecto a lo de que no necesitábais mi ayuda... lo siento, preciosa, pero no puedo por menos que disentir.

No se rió ni nada parecido, sólo siguió mirando a Álex con aquella sonrisa fría y un brillo rojo en los ojos.

- Por cierto... ¿no comentarían por casualidad qué es lo que estaban haciendo aquí y qué pretendían con esa neblina negra?

Supongo que eso sera lo primero que averiguen los profesores cuando lleguen aqui. Espero que no tarden mucho. No hay alguna manera de dar la alarma. Alguien sabe de algun hechizo sonoro de alarma o tiene algun fuego artificial de alguna tienda de magia. En el callejon Diagon vi que vendian.

Tom Riddle fue a contestar algo a Gary, pero en ese momento oyeron un ruido a su espalda y pudieron ver que se acercaban dos alumnos, acompañados por los profesores Slughorn y Ralkins. Llegaban a la carrera, con las varitas en ristre, pero se detuvieron en seco con los ojos como platos cuando descubrieron que los intrusos yacían inertes en el suelo.

- ¡Por... las barbas de...! -exclamó Slughorn, apoyándose en sus propias rodillas para recuperar el aliento después de la carrera que debía haberse dado-. ¡Ralph, estos... niños han detenido... a los intrusos... ellos solitos!

El enorme mostacho de Slughorn se torció en una sonrisa de incredulidad, mientras guardaba la varita y seguía respirando entrecortadamente.

- ¡Muy bien... Tom! ¡Menudo fichaje... hicimos el año pasado... contigo, muchacho!

El profesor Ralkins no parecía tan entusiasmado como el profesor Slughorn. Se acercó ceñudo a los dos hombres tendidos y los examinó cuidadosamente. Luego movió su varita y unas gruesas sogas aparecieron de la nada para inmovilizarles eficazmente.

- Basta de elogios, Horace -dijo muy serio-. Hay que encargarse de estos tipos, pero antes... ¿estáis todos bien, chicos?

Miró uno por uno a los alumnos presentes, con una expresión de preocupación en el rostro.

El chico contesta a mis compañeros de manera prepotente y grosera pero eso no quita sobre la razon que pueda tener sobre su intervencion. Es verdad que mucho hemos hecho nosotros pero sin él en el momento final, quizas alguno podriamos estar lamentandolo

No da tiempo a mucho mas porque aparecen los demas alumnos con los profesores y despues de apresar a los intrusos nos preguntan, recojo la mirada del profesor y le contesto

-Estamos todos bien profesor, pero ¿Sabe quien son ellos? ¿Tendran que ver con el preso que ha escapado de azkavan?-

No es que haya sido muy prudente con las preguntas pero es que por tratarnos como niños sin decirnos la verdad casi acabamos muertos asi que...

Gary sin responder a la pregunta sobre si estan bien decide contar lo que ha escuchado, ya que le parece importante.

Yo les escuche decir que estaban esperando a su jefe, que ahora que habian dado la noticia de su fuga, los aurores le perseguirian por todo Londres y por tanto este seria el sitio mas seguro y que al parecer esto que ha sucedido era una maniobra de distraccion para esconderse aqui.

Al oír la pregunta de Mathilda y la explicación de Gary, el profesor Ralkins y el profesor Slughorn se miraron preocupados. ¿Los infiltrados tenían un jefe? Estaba claro que no les gustaba nada aquél asunto.

- Profesor Slughorn, yo me llevaré a los alumnos al castillo. Usted, por favor, quédese a cargo de los prisioneros -pidió el profesor Ralkins-. Le enviaré al director Dippet cuanto antes para que pueda informarle. Él decidirá qué hacer.

Por toda respuesta, Horace Slughorn asintió con energía y volvió a sacar su varita. El profesor Ralkins hizo un gesto con el brazo a los muchachos y señaló el castillo.

- Bueno, vosotros venid conmigo. Creo que por hoy, se han acabado las clases...

Con la satisfaccion de algo bien hecho y la intriga por no saber bien de que va todo y quien es el jefe Gary sigue al profesor como les ha pedido. Pero antes pregunta a sus compañeros uno por uno si se encuentran bien. Y sonrie cuando comprueba que nadie esta herido.