Partida Rol por web

Estaba claro, aquello era magia sin duda, ese juego debia estar hecho por un mago realmente hábil y poderoso y por supuesto con mucho tiempo libre y mucha mala idea para hacer algo así. Gina abre los ojos y esta en la jungla de alguna forma había sido transportada a una jungla tal y como decía le juego:

¿Algún hechizo que hace que te transportes con polvos flus? Es la única explicación… uff me duele la cabeza, me da vueltas.

Es entonces que se da cuenta que tiene los dados en su mano y los observa unos momentos mientras piensa:

Has un 5 o un 8 sacar… claro, tengo que sacar 5 u 8 para salir de aquí… además tengo yo los datos… eso quiere decir, que no pueden seguir jugando… mierda, que raro es todo

Pensaba, pero entonces escucha unos gritos, al parecer alguien no había teindo tanta suerte como ella al caer y se había hecho daño, con precaución observa el lugar, no era la única uqe estaba allí, había mas gente. Con cuidado apunta con su varita a la zona justo debajo de ella y dice:

Spongify para después descender con cuidado a tierra junto a los demás chicos, mientras procurando no alzar demasiado la voz decir:

Shiii, guardar todo el silencio que podáis, ¿estás bien?... ¿William?

El chico de las rodillas le sonaba, de hecho, era de su curso, entonces mira al chico mas pequeño que estaba mirando y dice:

Quizás deberías estar mas atento a lo que hay alrededor mas que a lo que hacen ellos

William había sentido como sus piernas se quebraban, pero cuando uno llevaba seis cursos en Hogwarts aquello no resultaba para nada algo demasiado horrible. Así que, apenas unos minutos después, el león había logrado sanarse todos sus huesos y volvía a poder andar sin problema. Por suerte para él, no estaba solo en aquella jungla, y un chico también trató de ayudarle lanzando otro conjuro que lo dejó totalmente ileso. 

Cuando William miró a su alrededor, pudo comprobar que no estaba solo, otros cuatro alumnos y alumnas de Hogwarts se encontraban allí. Pero a pesar de sus ropas y vestimentas, ninguno se conocía de nada. Era como si jamás se hubiesen visto por los pasillos del castillo. 

William comprobó como sus piernas funcionaban perfectamente y fue entonces cuando tomó consciencia de que estaba rodeado de gente. Extrañamente, no le sonaba ninguno de ellos, pero contestó a la chica:

—Eeh, sí, sí. Ya estoy bien, gracias.—dijo con una amable sonrisa.

Entonces, como activado por un resorte, rebuscó en sus bolsillos hasta que sacó un cigarro al que, una vez encendido, dio una profunda calada, recostándose en el árbol con una actitud bastante relajada.

Tras un par de caladas, sintiéndose totalmente recuperado, miró a los demás:

—Bueno, como dices, soy William. Y todavía no tengo ni idea de cómo he llegado hasta aquí. ¿Quiénes sois vosotros? y... ¿Qué sitio es este? ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?

William se fijó entonces en el sitio donde estaba, intentando averiguar cuál era.

Gina descendió y observaba a los chicos, por fortuna parecía que habían sanado al chico herido el cual rápidamente saco un cigarro y empezó a fumar, con mala cara dice:

Gina Farrell y no se muy bien como hemos llegado… diría que… ¿no estaríais jugando a un juego hecho de madera o algo así no?

Pregunta a los chicos, llevaban uniformes de su colegio, sin embargo, no le resultaban familiares, incluso había uno con el uniforme de su casa al que no había visto nunca. Entonces abre la mano mostrando los dados y dice:

El juego que digo, usa estos dados

Comenta mientras se agacha y los deja correr haciendo una tirada, si lo que sospechaba era cierto quizás podría salir de allí o incluso si no tenia suerte los dados desaparecerían.

Gabor sonrió con satisfacción cuando el Gryffindor se sanó a si mismo de manera simultanea a él mismo. Como decía su padre, dos es siempre mejor que uno. 

El chico, tras dar las gracias, se encendió un cigarro, como si romperse uno las piernas tras caer de un árbol que apenas unos segundos antes no existía fuese lo más normal del mundo. Incluso para los cánones del mundo mágico, ahí había algo raro.

Iba a preguntarle al fumetas cuando una Slytherin, que se presentó como Gina, comenzó a parlotear.

(...) ¿no estaríais jugando a un juego hecho de madera o algo así no?

Si, exacto, un juego de madera... mmm, saqué un 8, y luego otro... ¡¡ESPERA, NO LOS LANCES!! - exclamó Gabor, tratando de detener lo que no se podía detener, el lanzamiento de dados. Fue como tratar de frenar un torrente de agua con las manos. Igual de difícil e igual de inútil. Gabor miró a la chica a los ojos, fíjamente, pero de manera fugaz, apartándolos mientras le dedicaba una sonrisa y se centró en los dados que parecían volar a cámara lenta.

Un seis y un cuatro. Diez.

El joven Ravenclaw soltó el aire que había aguantado esperando el resultado y, tras mirar con cierta aprehensión a ambos lados, susurró.

A mi me pasó igual. Me pareció leer en el juego antes de, mmm, antes de venir a esta realidad o como se quiera llamar, algo así como, en la jungla vas a estar hasta un 5 o un 8 sacar. Tenía los dados en la mano, al igual que tú, lancé y, bueno, ya ves, sigo aquí, sin dados. Y ahora supongo que los tuyos también se esfumarán. Por cierto, mmm, soy Gabor.

William no parecía tener mucha idea al respecto sobre el lugar donde se encontraba. Se tenía que tratar de una especie de selva, pero poco más. Los árboles, la vegetación y los sonidos indicaban que efectivamente algo tendría que ver. Pero desde luego que no reconocía nada más al respecto.

La chica de sexto de la casa de Slytherin lanzó unos dados que tenía agarrados. Todos reconocieron rápidamente que se trataban del juego de Jumanji, e instintivamente, cuando los vieron rodar esperaron que algún evento sucedería en aquel lugar en el que se encontraban. Pero nada más lejos de la realidad... 

Los dados rodaron por el suelo de la selva marcando un 4 y un 6 para después desvanecerse ante la atenta mirada de todos los que se encontraban. 

Cuando la chica lanzó los dados, William esperaba que algo sucediera, pero no.

—Bueno, está claro que el juego nos ha traído a este lugar, que yo desconozco del todo, y que sin dados tendremos que buscar alguna salida distinta. Gina, ¿Qué has visto desde el cielo? ¿Algún sitio al que podamos ir? ¿Una red de cableado muggle que podamos seguir o camino?

Sigma se encontraba molesta, y como consecuencia mantenía el semblante serio y los labios levemente apretados en un rictus rígido. Se acercó al grupo de lo que podía aventurar eran otros estudiantes,  a tenor de los uniformes y las conversaciones escuetas, mientras intentaba adecentar un poco su ropa rajada.

Lanzó una mirada desdeñosa acompañada de un chasquido de lengua mientras se quedaba con un trozo de manga en las manos.

Aún estaba pensando en su lamentable aspecto, cuando su compañera de curso Gina, lanzó los dados. Expectante, clavó sus ojos entrecerrados en ellos, pero los dados desaparecieron ante ellos , no sin antes mostrar un 4 y un 6.

Y... nada. No sucedió nada. Se cruzó de brazos, tanto por la contrariedad del momento como para no seguir viendo el estado en el que había quedado uno de sus conjuntos favoritos.

Hastiada ya de la situación, se sentó en el suelo de malas maneras mientras exhalaba toda su rabia contenida.

-¡Al cuerno! -exclamó,  mientras hundía su mano derecha en la hierba y empezaba a arrancar matojos.

Gabor miró a Gina esperando una respuesta a la pregunta planteada por el chico de pelo largo. Una cuestión bien planteada, sin duda, aunque complicada de resolver. Por lo que el joven Raveclaw pudo ver al "llegar" a la jungla, esta era de proporciones gigantescas, densa y oscura. 

No creo que haya ningún camino aparente, creo... pero deberíamos movernos, quedarnos quietos aquí sería, no se, contraproducente, no sabemos que nos puede estar acechando, y la noche llegará, con total certeza. Aquí en medio, seríamos carne de cañón.

Dijo las últimas palabras mirando fíjamente a la slytherin del pelo rosa que se dedicaba a arrancar hierba como si fuese un vulgar ñu.

Y Gabor, en un gesto teatral, se chupó el dedo y lo alzó, tratando de dilucidar la dirección del viento para elegir un camino.

Adam era el más joven del pequeño grupo que se había "reunido" en aquel extraño lugar. No por ello se sentía intimidado. Le gustaba explorar, aunque esta situación era totalmente nueva para él. Normalmente investigaba por sitios que estaba prohibido el paso, pero siempre en lugares conocidos.

Miró a todos los chicos y, a parte de la chica de Slytherin de pelo rosa que empezó el juego junto a él, no conocía a ninguno. Se presentó ante ellos. - Yo soy Adam. Soy de quinto de curso. Se sacudió la ropa y prosiguió. - Creo que he sido el primero en llegar aquí, pero vosotros habéis aparecido casi inmediatamente después. Sólo me hadado tiempo a bajar del árbol y andar hasta aquí.

Dio una vuelta sobre sí mismo, mirando alrededor, buscando algún camino. -No parece que haya ningún camino que lleve a alguna parte. Ni sabemos donde nos llevaría. Pero me uno a Gabor en la opinión de que hay que moverse.

Recordó que Gabor había llegado con dados, como Gina y se dirigió a ellos. Vosotros, ¿cómo hicistéis para traer los dados aquí? Yo llegué después de hacer la tirada y los dados se quedaron "al otro lado". Al parecer es la única forma de volver y si no tenemos dados que tirar, la cosa está muy fea.

Adam no era pesimista, en absoluto. Pero esta última frase le desanimó bastante.

Gina se queda durante unos segundos mirando los dados y donde habían estado, en su mente se formaba una idea:

He lanzado los dados y como no he sacado lo que me han dicho se han evaporado… quizás así el resto pueda seguir jugando… si dentro de un rato aparecen de nuevo los dados eso quiere decir que mi teoría es correcta y han seguido jugando… bien, esperemos que sea así.

Mira a los chicos que había allí, el primero de ellos le pregunta si había visto algo, ella niega y dice:

Selva por todas partes… no me extrañaría que ese juego nos haya metido en algún sitio o algo así. Y Gabor… si mi teoría es cierta, no servía de nada tener aquí los dados… y dentro de un rato puede ser que vuelvan a aparecer o que alguno de los que estamos aquí nos volvamos a transportar. Y sí, creo que lo mejor seria buscar un sitio seguro y bueno… por si acaso hacernos a la idea de que quizás estemos aquí cierto tiempo.

Fue justo cuando Adam le pregunto por los dados, ella le mira y dice:

Saqué dobles en la tirada, es decir, que tenia que volver a tirar… por eso pienso que cuando las otras tres chicas lancen me volverá a tocar a mí y volverán los dados. Pero a mi lo que mas me extraña es que... todos pareceis de Hogwards e incluso de mi casa y curso y no os conozco

Después mira lo que estaba haciendo la otra chica y niega con la cabeza y dice:

¿Has terminado?

Gabor se quedó pensando en lo que dijo Gina. «¡Por Isis! Tiene que ser eso» pensó el joven Ravenclaw.

Creo que es muy interesante eso que has dicho. Yo también saqué dobles para venir aquí, y por eso también tenía los dados. Si no hubiera lanzado, mis amigos no hubieran podido continuar la partida, así que tiene toda la lógica lo que dices - dijo Gabor a la Slytherin - lo que lamento es que no se me ocurriera a mi - añadió con una gran sonrisa, tratando de sobreponerse a la inquietud que poco a poco se iba adueñando de él.

Lo otro que comentó, en cambio, descolocó al escocés «¿sería posible? ¿Acaso habría varias realidades? ¿Como una especie de multiverso?» Lo cierto es que el chico no sabía que pensar.

Enarcó una ceja mientras lanzaba un resoplido de desdén hacia la chica.

-¿Por qué? ¿Es que tenías pensado montar un invernadero aquí?- replicó con fastidio-Para mí lo más lógico sería quedarnos justo aquí. Todos hemos aparecido en el mismo punto, en el caso de que otra persona aparezca, también lo hará aquí. Además, movernos sólo nos haría meternos en más peligros... Prefiero esperar a que los demás tiren y ver si sacan el número que me saca de aquí.

Dejó de arrancar la hierba mientras frotaba  las palmas entre ellas y se sacudía los pantalones retirando las briznas rotas. Lo más probable es que estuvieran en una jungla auténtica con alguna especie de traslador extraño o algún tipo de conjuro similar. Y ella no pensaba lanzarse de cabeza contra lo que podría ser una muerte segura. Lanzó una mirada inquisitiva a su alrededor analizando el terreno antes de mirar de nuevo al árbol donde había aparecido y añadir: -Es más, cuando la luz empiece a desaparecer prefiero volver a trepar al árbol y dormir ahí arriba.

La selva les rodeaba por todas partes. Pero un sol espléndido en lo alto del cielo les iluminaba a través de los frondosos árboles. Podían investigar lo alrededores o quedarse allí, pero si querían moverse, debían elegir una dirección primero...

Gina mira a Gabor y comenta:

Es la teoría que tengo… a lo mejor estoy equivocada, pero por lo que has contado y yo misma he visto no sería raro, además que no son hechizos difíciles de hacer.

Entonces mira a la chica del pelo bicolor y enmarca una ceja:

¿Y si no sale la tirada o aparece algo? Esto parece una selva y en la selva normalmente hay ciertos peligros como animales… y no creo que estemos en un sitio donde veamos las amenazas, además creo que seria prudente buscar alguna fuente de agua y comida por si acaso.

Mira a los demás unos momentos y después sonríe levemente de lado y dice:

Entonces, el resto que preferís hacer, ¿quedaros aquí y esperar a ver si os solucionan el problema o al menos intentar saber donde estamos? Porque claro… a lo mejor deciden no seguir jugando…

—¿No seguir jugando?—dijo William

No se le había ocurrido esa posibilidad. Pero sabía por experiencia que si un alumno desaparecía de Hogwarts (o varios, como era el caso) los profesores y el propio director se implicarían.

—A ver, esto es raro, y es posible que no sigan jugando, pero yo no me movería de aquí. Os aseguro que McGonagall nos buscará sin descanso en cuanto sepa que hemos desaparecido, aunque sea para quitarnos 10 puntos a cada uno—comentó riendo.

Si, MacGonagall nos buscará, eso está claro, siempre que sepa que hemos desaparecido. ¿Cuanto puede tardar en percatarse de ello? ¿Un día, dos? ¿Y en establecer una relación? ¿Y si nuestros compañeros no mencionan el juego? ¿Y si aun haciéndolo no puede cruzar a este lado voluntariamente? No... son demasiadas variables, demasiado... demasiado... no se... pueden pasar semanas.

Y esto, amigo mio - dije, dirigiéndome al gryffindor - sigue siendo una selva, como dice Gina, muy real, con todo lo que eso implica. Yo me voy.

Propongo buscar un lugar menos expuesto, poco alejado, y desde donde podamos observar como se, mmm, como se comporta esta jungla. Y como cualquier dirección es buena, vayamos al este, ¿alguien se viene?

Sin levantarse del suelo, espalda apoyada en el árbol, William replicó al chico de Ravenclaw.

—Vaaale, vale, no hace falta ser tan pesimista, oye—le dijo gesticulando con las manos— Pero si otra persona aparece aquí y nos hemos ido, va a estar más solo que la una, ¿no?—dio otra calada al cigarro, mientras pensaba la posibilidad—Joder, es que lo imagino y sería una putada. Si le pasa lo que a mí y no tiene varita o no sabe curarse, ¿se muere aquí solo? Venga, hombre, de Ravenclaw y pareces el viejo, tío. Sabes que no podemos dejar que eso pase.

Podemos jugar a este juego eternamente... ¿y si nos quedamos y finalmente nadie más viene? ¿Qué pasará al caer la noche? ¿Crees que podremos repeler todos los ataques que sin duda sufriremos?

Gabor comprendía la postura de William. Es más, podía decirse que la compartía. Pero en la situación en que se encontraban los jóvenes, no podían correr el riesgo de quedarse quietos. Y no era su propia idiosincracia la que hablaba. No era el carácter aventurero y curioso propio de los Ravenclaw. Era simple y llanamente, pragmatismo.

¿Y si nos dividimos en dos grupos? Uno podría ir a explorar los alrededores, sin alejarse demasiado, y dos de nosotros permanecemos aquí, por si aparece otro.