Partida Rol por web

Antes de que ninguno de los allí presentes fuera capaz de lanzar un conjuro, el hombre lobo golpeó a Timothy. y con su otro brazo golpeó a Terry en la otra dirección. Ambos fueron golpeados contra la pared sufriendo un dolor terrible en el pecho y quedándose por unos momentos sin respiración. Debían ser más rápidos al tomar decisiones o aquello les cobraría factura. 

Después Sam trató de lanzar uno de sus encantamientos pero la varita se negó a obedecerle y no sirvió de nada. Después, Emma y Vicent si que fueron capaces de lanzar sendos conjuros, pero el primero tan solo le dejó unos segundos aturdidos y el segundo solo lo petrificó durante un momento. Quizá aquello fuera suficiente para darles una oportunidad de huir. Pero de hacerlo tendrían que salir nadando pues el agua ya les cubría por el pecho.

-¡Rápido, hay que moverse! -le gritó Crabbe a sus compañeros Slytherin, quienes parecían estar más a salvo del hombre lobo, que se había dedicado a golpear a Terry y Timothy.

El grandullón apuntó con su varita al tablero de Jumanji y, no queriendo repetir la mala experiencia que ya tuvieron al dejarlo abandonado en el campo de quidditch, profirió las palabras de un hechizo:

-¡Accio tablero de Jumanji! -exclamó, forzando un tono grave.

El Slytherin aguardó un par de segundos a que el hechizo funcionase o no y, acto seguido, echó a nadar por el pasillo lo más rápido que se lo permitían sus rollizos brazos, buscando una forma de escapar del hombre lobo.

Tim estaba realmente asustado. Le escocía el zarpazo que aquel hombre lobo le había dado. Con el agua al cuello y viendo como sus compañeros podían moverse perfectamente e incluso como Vincent se había tirado ya al agua pensó que moriría allí. No tenía conocimiento de ningún hechizo para hacer frente al agua y a un hombre lobo a la vez. Para Tim estaban todo hecho. No dejaba de ser un niño que hacía tiempo que no recibía un abrazo. Sus lágrimas comenzaron a caer por aquel peludo rostro de gato. Sentía un cierto abandono por parte de sus compañeros al ver como el resto también iban a escapar siguiendo a Vincent. 

Comenzó a pensar maneras de escapar, que todas estaban siendo en vano. De repente pensó en su gata Lex, una simple gata para sus compañeros pero con un gran secreto. Recordó algo que no había recordado en ningún momento anterior, ni dentro de aquella selva. Tenía el cascabel de Lex. El cascabel de Lex no era nada menos que un traslador por si no encontraba Tim el camino de vuelta hacia la torre Ravenclaw. 

Sus lágrimas se cortaron de raíz, ya era hora de dejar de ser un pardillo. Terry estaba malherido también. Puesto que le había ayudado tanto porque sin él no hubiera podido sobrevivir a aquella selva no le dejó reaccionar. No iba a dejarlo ahí. Corrió como pudo hacia él mientras el hombre lobo lo observaba dispuesto a saltar encima de él y terminando el trabajo de una vez por todas. Cuando de repente estaba al lado de Terry el hombre lobo mordió su capa impidiendo que fuera hacia Terry.

-¡No! ¡Terry!- gritó Tim.

De repente Terry cogió el pañuelo del bolsillo interior de su túnica. Sus pensamientos estaban como en un embudo, estaba paralizado. ¿Le tiraba el traslador a Terry para que se salvara él? ¿Se iba él con el traslador? No iba a ser un niño asustado. Con la adrenalina dentro de su cuerpo y para salvar a sus compañeros con una mano empujando a aquel hombre lobo para que dejara de morderle la túnica lo agarró y con la otra sostuvo el cascabel de Lex que era el traslador hacia la torre Ravenclaw.

En un abrir y cerrar de ojos. Tanto Tim como el hombre lobo habían desaparecido.

Las cosas se precipitaban de tal modo que apenas daba tiempo a reaccionar.

Tim fue herido, y también Terry. Antes de que Sam pudiese actuar, Tim usó un traslador para desaparecer junto al hombre lobo.

-¡Tenía un traslador! ¡Increíble!-dijo con admiración, deseando que el valiente Tim pudiese librarse de nuestro enemigo como compañero de viaje.

Sam intentó ayudar a Terry, antes de comenzar a nadar.

-¿Necesitas ayuda para irnos? Nada si puedes, Terry. ¡Esto se va a inundar!

Terry se había quedado atontado ante la visión de un hombre-lobo y no pudo reaccionar a tiempo. El golpe le dolió, pero podía moverse y intentó nadar. Se quedo paralizado cuando se le acerco la primera vez y no pudo reaccionar la segunda, fue gracias a Tim que le salvo teletransportándose con la criatura lejos de allí. Lo vio irse justo en sus narices.

- Tim!!! -gritó mientras se llevaba al monstruo, no dijo nada hasta que pudo volver a ser el mismo- Nos ha salvado a todos..., aprovechemos el tiempo para salir de aquí y huir de la inundación. Que alguien rompa una ventana para deshacernos del agua, no se si podré nadar por el golpe.

A donde se habrá llevado el hombre-lobo Tim? Bueno por suerte ya no es nuestro problema.- pensó Terry intentando mantenerse a flote. Esperaba que eso fuera lo pero que les tenía preparado el juego y a partir de ahora estaría alerta siempre para reaccionar rápido.

Todo pasó delante de los ojos de Emma como una película. El hombre lobo estaba allí, cada vez había más agua, el hombre lobo atacó a dos de sus compañeros, más agua, un compañero teletransportó al hombre lobo fuera de allí, más agua, Cabbre cogió el tablero, más agua. Emma no reaccionó hasta que Tim dijo lo de salir de allí, romper una ventana o algo, algo que hiciera que ese agua saliera de allí.

-Si la puerta se abre hacia dentro no podremos salir, así que lo ideal sería que entre todos rompamos todas las ventanas posibles para que la habitación se vacíe y podamos abrir la puerta-dijo nadando hacia una de las ventanas mientras con los ojos buscaba algo con lo que poder romper el cristal de la ventana.

Para Emma este tipo de cosas, al igualq ue volar en escoba, se le daban bastante mal, era mucho más fácil hacer encantamientos que eso, así que sabía que debería poner todo de su parte para poder acercarse a la ventana y ayudarse a sí misma y a sus compañeros.

Vincent lanzó el conjuro accio para llevarse consigo el tablero y no tener que lamentarlo luego y después echó a nadar por el pasillo ignorando al resto de sus compañeros. 

Timothy se había dado un fuerte golpe en la cabeza y estaba alucinando sobre lo que estaba pasando. Pensaba que había logrado escapar de allí, pero se equivocaba, el niño gato se estaba ahogando y el hombre lobo había decidido que él iba a ser su primera víctima. Antes de que pudiera reaccionar, ya le había desgarrado el pecho y mordido el cuello. El agua que había en la sala se había teñido de sangre y el hombre lobo estaba aprovechando para devorar el cadáver de Timothy. Aquel había sido el primero en morir en ese infernal juego. Quizá si lograsen terminarlo, todo volvería a la normalidad y el pequeño Ravenclaw volvería a la vida. O tal vez no...

Emma, Sam y Terry sentía como el agua ya superaba sus cabeza y a punto estaba de llegar al techo. Si seguían así no iban a poder ni respirar. Quizá si rompían una ventana o si nadaban por el pasillo e iban escaleras arriba tuvieran una oportunidad. Al menos, el hombre lobo parecía estar entretenido entre devorando el cadáver de su compañero de juego y manteniéndose a flote en el agua, y eso les daba algo de tiempo para poder escapar de allí lo antes posible.

Haciendo caso omiso de lo que le había sucedido al Ravenclaw gatuno, Crabbe continuó nadando por el pasillo, tratando de alejarse todo lo posible del hombre lobo. Buscaba una escalera que pudiera llevarle a las plantas superiores del castillo de Hogwarts, que parecía estar hundiéndose a un ritmo acelerado.

-¡Chicos, busquemos unas escaleras para llegar a la Torre de Astronomía! -gritó a sus compañeros, con nerviosismo-. ¡Es el lugar más alto del castillo, allí podremos resistir la inundación!

A Terry ver a Tim morir le demostró lo inocentes que podían llegar a ser, un descuido y podían acompañar a a su compañero caído, pero se negaba a ser el siguiente. Si había que morir no sería ahora y mucho menos ahogado, priorizando su vida por encima de todo Terry nadó en la misma dirección que Crabbe con el objetivo de evitar ahogarse y huir del hombre lobo que se estaba dando un festín.

- Todos, rápido por aquí! -grito mientras el agua subía- Seguid al juego!

Emma se esforzó en nadar con todas sus fuerzas de camino al sitio que indicaba Terry. No podía creer lo que ese bicho le estaba haciendo a Tim y no pudo evitar sentirse sobrecogida.
Con dificultad intento seguir a sus compañeros.

Aunque le había parecido ver que Tim desaparecía con un traslador, finalmente no fue así.

Sam vio horrorizado cómo su cadáver alimentaba y entretenía a la bestia mientras ellos trataban de salvar su propia vida.

Nadar se hacía cada vez más agobiante y difícil, tragando agua cada vez que trataba de respirar, así que no habló pero intentó seguir a Crabbe en su idea.

Crabbe fue el primero en tomar la delantera. 

El agua solo procedía de la habitación en la que se encontraban en ese momento, pero se extendía más allá del pasillo. Por eso todos tuvieron que nadar en dirección a las escaleras cambiantes. Por fortuna, parecía que en el exterior de esa habitación el agua parecía tener que llenar con más cantidad el espacio que había allí.

Poco a poco todos fueron llegando a los pasillos de la planta superior. Habiendo dejado al hombre lobo atrás que estaba entretenido con lo que ya sería el cadáver de Timothy.

Empapados y agotados, pudieron descansar en el rellano. Pero aún podían apreciar como el agua iba subiendo cada peldaño de la escalera, mucho más lento que antes, pero tarde o temprano terminaría llegando también a esa planta. 

Además, el hombre lobo no había sido eliminado, y era muy poco probable que se ahogase, tarde o temprano les terminaría encontrando.

Lo más sorprendente de todo era, que después de varias horas jugando a aquel maléfico juego, no se habían encontrado con ningún alumno, ni tampoco ningún profesor. Era como si el colegio estuviera desierto.

-Que alguien me explique qué hacía el gato de Ravenclaw, porque no lo entiendo -fue lo primero que dijo Crabbe, con dureza, cuando vio que sus otros tres compañeros habían logrado escapar con vida-. Aunque, bueno, gracias a él hemos tenido una oportunidad. Por cierto, acabo de recordar una cosa que puede venirnos bien si volvemos a toparnos con el hombre lobo. Creo que a esos bichos les molesta mucho el hechizo Lumos lunae, o eso he oído.

Después, el matón tomó los dos dados y los arrojó sobre el tablero.

-Y ahora, sigue el juego -proclamó, tomando de nuevo su varita para enfrentarse al nuevo desafío al que iban a enfrentarse.

Emma tosió. Tosió. Y volvió a toser pues habái tragado bastante agua. Nadar nunca fue lo suyo y esto era una prueba de fuego para saber que si salía con vida de ésta, debería comenzar a practicar.

-No... no lo sé-dijo con la voz ahoga aún por la tos-. En un momento me pareció que había desaparecido, pero no, de repente estaban ahí y eso lobo. ¡Oh, Dios! No voy a poder olvidar nunca esa imagen- dijo mientras un escalofrío recorría su cuerpo.

"¿De verdad ha muerto? ¿DE verdad este juego puede matarnos?" pensó mientras observó como Crabbe tiraba los dados.

-¿Qué demonios pasará ahora?-dijo sin esperar verdadera respuesta.

Cansado de nadar y huir de los obstáculos que proporcionaba el juego Terry se desplomó en el suelo para recobrar el aliento. Mientras se recuperaba pudo ver de reojo como Crabbe tiraba los dados, no quería que volviese a salir algo que les hiciera correr o nadar, pues estaba empapado de tanto nadar y creía que no podría volver a dar un sprint. 

Como pudo se incorporó intentando prepararse para lo que saliese del juego. Observó a sus compañeros esperando poder lograrlo.

-Chicos hay que coordinarnos para lo que salga- dijo intentando parecer seguro de si mismo-.

-Sí, Terry. Mejor estar preparados para lo que venga.

Por enésima vez desde que aquella caja cobrase vida de ese modo tan extraño, Sam deseó que alguna casilla les fuese favorable, y quizás incluso les ayudase a salir de allí.

Sin que sirva de precedente, hasta extrañaba las clases escolares de Howgarts. Ya no parecían tan rutinarias como hasta entonces.

Cogió su varita, listo para lanzar conjuros si alguna cosa mala se atrevía a enfrentárseles de nuevo.

Sus mordeduras dan picores,

estornudos o sudores. 

Estas fueron las nuevas palabras que se proyectaron en el aire cuando Crabbe lanzó su dado. Las letras se transformaron a gran velocidad en unos horribles insectos que a su vez empezaron a tomar un enorme tamaño.

Cuatro enormes mosquitos con un terrible aguijón del tamaño de una gato echaron a volar entorno al tablero. Los insectos fijaron un objetivo y cada uno de ellos se lanzó contra uno de los alumnos.

Al menos esta vez estaban preparados para algo así, así que tan solo tendrían que rezar para que sus conjuros ofensivos o defensivos, fuesen lo suficientemente útiles para repelerlos. 

Crabbe respondió con un gruñido cuando vio aparecer a los mosquitos. Siempre le habían molestado las picaduras de los mosquitos en verano, por lo que ver aparecer a aquellos insectos de gran tamaño le causó una enorme repulsión.

-¡Acabemos con esto y tira los dados, pequeñajo! -le gritó a Lewis, de mala gana.

El grandullón apuntó con su varita al mosquito que se dirigía hacia él y pronunció las palabras de un nuevo hechizo, que esperaba que fuera lo suficientemente potente para mantener a esa criatura fuera de combate el tiempo suficiente.

-¡Desmaius! -exclamó, a voz en grito.

Emma estaba empapada. Temblaba y le castañeteaban los diente. Preparó su varita en el momento en que los dados comenzaron a rodar mientras sentía unas ganas enormes de llorar que no sabía de donde venían. Al fin y al cabo era su primer año en Hogwarts y todo esto era demasiado para ella.

Sin más preámbulos esos mosquitos, en principio de tamaño normal, empezaron a crecer hasta convertirse en otra bestia de la que desearían huir una vez más, pero no podían. Las ropas pesaban y estaban cansados, así que sin mucho ánimo, levantó su varita y con voz ahogada lanzó el único hechizo del que parecía acordarse hoy: "Petrificus Totalus". Aunque, si le había salido bien unas cuantas veces, ¿por qué no aprovechar que sabía lanzarlo sin complicación?

-Uaaaaaaaauuuhhhhhh -Sam seguía flipando con las cosas que ocurrían en el tablero. Ahora unos mosquitos se convertían en gigantescas amenazas.

Al menos el joven Slytherin había aprendido a actuar rápidamente, y lanzó un "Petríficus Totalus" a la vez que lo hacía Emma.

Era un conjuro que ya en el pasado le había ayudado, y sabía que podía ejecutarlo bien si tenía suerte.

Esos mosquitos tienen los vuelos contados-añadió a sus amigos, antes de tirar los dados del tablero nuevamente.