Partida Rol por web

_Emmm... Algo así. En realidad supe algo de él pero por otros. El otro día me junté con Henri y con Katie. Ellos son amigos de Ashton Hughes. ¿Recuerdas que su hermana estaba en la lista? También el primo de Henri. Quería alertarlos sobre eso. Y no te preocupes, no te nombré ni dije que haya sido yo, solo dije que me había llegado el rumor de que ellos estaban en una lista del Basilisco. Al parecer esa lista es de magos hijos de muggles que aún no han entrado al colegio. Parece ser que Spencer sospecha que los niños secuestrados no van a Azkaban, pero no me supieron decir cuál es su teoría. Y también parece que dentro de poco va a saber dónde se encuentra su primo, aunque no me quiso dar más detalles al respecto.

-Los chicos de Hufflepuff tenéis fama de respetuosos, así que no hay más trampas a parte de esa... aunque quizá ha hecho mal en dejarte pasar... - le sonríe como diciéndole que no es bueno, aunque sea mentira.

Se acerca a su cama, que parece bastante un campo de batalla, no como el de sus compañeras, y busca bajo ésta su surtido de objetos de broma. Tiene una caja de zapatos bastante interesante... está llena de todos los productos de broma que se puedan encontrar en el mercado.

-Me gasto parte de mi paga en recopilar estas cosas... sin que se enteren mis padres... ellos creen que soy buena, que mis hermanos no me han enseñado de estas cosas - dice mientras busca dentro... tras unos minutos, saca las pastillas vomitivas - ¡Aquí están!

-Bueno, parece que hay mucha gente en este colegio que fuera de la vista pública tiene pensamientos no muy...legales.

Sonrió.

-Lo tendré en cuenta mas adelante. Por ahora solo podemos continuar leyendo y preparandonos. Azkaban es el primer paso para todo, no puedo ir con los centauros sin nada que ofrecer aparte de mi bella presencia.

_Sí, ciertamente estoy sorprendida, no pensé que tanta gente estaría con estas cosas en la cabeza. Igual creo que podríamos ofrecer cosas a los centauros en cuanto lleguemos allí. Incluso habría que ver si confían en lo que podamos ofrecerles. Prefiero no pensar en eso ahora, ya lo haré cuando llegue el momento.

Hizo una pausa durante la cual estiró los músculos de las piernas.

_Creo que estoy lista para otro rato de lectura. Cuando tú quieras.

Los chicos Hufflepuf somos buena gente. Sino lo fuésemos el sombrero seleccionador nos había enviado inmediatamente a cualquiera de las otras casas sin dudarlo un segundo. - le sonríe. - Y supongo que si mis intenciones fuesen diferentes a acompañar a una encantadora señorita a su cuarto para recoger unas pastillas vomitivas las zarzas habían sido mucho más duras conmigo.

Luego mira su cama.- ¿Cómo consigues tenerla así?- le pregunta sorprendido mientras se sienta cómodamente en ella para esperar- Conociendo como son de perfeccionistas los elfos domésticos has debido causarles un par de paros cardiacos a los encargados de tu habitación. Hay que ser muy constante para conseguir que los elfos domésticos no se abalancen sobre tu cama cada vez que sales de la habitación para quitar hasta la más mínima arruga, tanto que es mucho más cómodo dejarles que hagan lo que quieran.

¡Guau!- El contenido de la caja de zapatos que había bajo la cama tenía todo el equipo que un buen bromista podía desear, bengalas incendiarias, caramelos longilargos, bombas fétidas, prácticamente de todo. La verdad es que Nora tenía buen gusto para la compra de material. Cuando por fín encuentra las pastillas que ha venido a buscar Henri le pregunta.- ¿Y ahora? ¿Nos decantaremos por la opción fácil y las mezclaremos durante la cena? ¿O prefieres la opción de los campeones y vamos a la cocina a mezclarlas directamente bajo las narices de los elfos domésticos? - le preguntó a la pelirroja aunque sabía cual de las dos opciones preferiría la guardiana.

Alana asintió y se acercó de nuevo a la puerta del cubículo, tras casi atragantarse con una grajea sabor carbón y toser un poco.

-Si, adelante...

Guardó bien la bolsa de golosinas y se preparó para un buen rato mas de lectura incómoda, pero necesaria.

-Cuando vieron que tenían que arreglar mi cama 5 veces al día, se dieron por vencidos y dejaron que la tuviese como quería... yo siempre gano, señor Hudson.

Tras esconder todo lo que tiene que esconder, se pone en pie y guarda las pastillas vomitivas en el uniforme para evitar que la culpen antes de hora. Hace como que piensa las dos posibilidades que le ha dado Henri, pero es lógico cual le gusta más y no es otra que la de entrar en la cocina y echar las partillas vomitivas directamente en la bebida y delante de los morros de los elfos.

-¿Tú que crees que sería mejor? ¿Hacerlo en la cena para que nos pillen todos o en la cocina evitando que nos vean los elfos? Vamos.

Coge a Henri de la mano y tira de él para salir de la habitación, cruzar el pasillo maldito de enredaderas lo más rápido posible y llegar a la Sala Común donde suelta su mano y pone la cara más inocente del mundo, que no creería nadie, por si hay alguien observando.

Me asombra su poder de convicción, señorita Evergreen. - Le dice asintiendo la cabeza, Henri sigue perplejo de que los elfos permitan que haya una cama arrugada en una de sus habitaciones, pero teniendo la prueba de ello, delante de sus narices no puede más que convencerse de que será verdad eso de que la pelirroja siempre consigue lo que quiere.

Salen corriendo de su cuarto y recorren el pasillo tan deprisa que las enredaderas prácticamente ni le tocan. O será que solo intentan detenerte cuando quieres entrar al cuarto de las chicas.

Cuando llegan a la sala común y ven que no hay nadie respira. Pone los ojos en blanco y se queda como pensando. Pues no sé. - se rasca la barbilla- Teniendo en cuenta que las bromas se hacen a lo grande o no se hacen, y que si vamos a la cocina todo el zumo que se sirva esta noche puede terminar con su ración de pastillas vomitivas la elección parece clara ¿No? - ahora es él quien la coge de la mano y la saca de la sala común en dirección a la cocina.

Se adentran en las cocinas y parece que los elfos están muy atareados porque solo les dedican una mirada de reproche y siguen a lo suyo. Parece que hay muchos alumnos que han descubierto la ubicación de ese lugar y se pasan por ahí a robar comida en horas indebidas. En el centro de las cocinas están las 4 mesas que corresponden a las cuatro Casas de Hogwarts y parece que ya está dispuesta la cubertería, pero de la bebida no hay ni rastro... seguramente porque aun es muy pronto para ponerla en las mesas pues podría calentarse y un zumo caliente no es muy decente.

Nora le hace un gesto de silencio a Henri y comienza a caminar hacia la despensa. Dentro hay toda la comida que podrían imaginar y más. Lo primero que hace Nora es cogerse unos cuantos bollos de chocolate, aprovechando que han venido a la broma no pueden perder la oportunidad de saquear el lugar, y luego busca lo barriles de zumo.

Tras unos minutos, los encuentran en la zona más fresca de la despensa y parece recién exprimido. Hay un recipiente de unos 10 litros por cada mesa, así que hay bastante para los casi 500 alumnos de la escuela y para los profesores. Nora guarda los dulces y saca las pastillas vomitivas para echar 3 en cada recipiente. Luego sale de ahí comiéndose uno de los bollos robados para que no sospechen.

Una vez fuera, sonríe.

-No te olvides de no beber zumo hoy.

Tenían que haberse cambiado los colores del traje como hicieron los ravenclaw, pero a Henri se le ocurrian siempre las ideas brillantes un poco tarde. De todas formas, entrar en las cocinas hace tiempo que ha dejado de ser una aventura, pues los elfos están tan metidos en su trabajo que parecen ignorar a los visitantes. Tanto que encontrar el zumo casi parece un juego de niños.

Una vez las pastillas dentro del zumo solo queda esperar a que ningún elfo doméstico se dedique a probar la comida antes de servirla y se de cuenta de la broma.

No es problema.Esta noche solo beberé agua.- Le contesta con una sonrisa una vez fuera de peligro.- Deberíamos volver a la sala común. Quedarnos en la puerta de la cocina es como ponernos un cartel luminoso apuntándonos.

Spencer, tras buscar a Henri por todo el maldito castillo, se encuentra con su amigo hablando con Nora, la chica pelirroja, por el pasillo de las cocinas, que tiene entendido que también lleva a la Sala Común de los Hufflepuff. Parecen bastante animados y charlan sobre carteles luminosos o algo así.

Ninguno de los dos repara en Spencer hasta que éste ya está casi encima.

Continúan leyendo el libro que ni siquiera a un amante del conocimiento le parecería lo más agradable de leer del mundo estando por debajo, incluso, de todo el temario impartido en Historia de la Magia desde hace 1000 años. Cuando ambas están a punto de darse por vencidas encuentran un fragmento bastante interesante.

En capítulos anteriores, se menta una forma de conseguir encontrar una ubicación oculta a través de lo que llamamos objetos vinculantes y que es más potente cuando se trata de una parte del propio individuo que se encuentre en ese lugar. Para conseguir encontrar el lugar indicado mediante ese vínculo se necesita realizar una especie de ritual cuyo componente prioritario es el objeto de la persona y la luz de la luna llena.

La Luna Llena se muestra presente en multitud de rituales arcanos y en la confección de las pociones más sofisticadas y elaboradas. En esta ocasión se necesitan los siguientes elementos...

El texto muestra una serie de elementos para una pócima que bien podría ser una poción localizadora un poco más elaborada que las que han estudiado. El libro continua explicando los pasos para confeccionarla y el tiempo de cocción y reposo.

Alana tenía una cara de tedio que parecía a punto de pasar a la inconciencia, pero heróicamente estaba intentando hacer acopio de su paciencia para el estudio y las lecturas pesadas. Sin embargo ya se había saturado hacía rato, y al terminar de leer esas palabras se alegró de su perseverancia, pero descartó por completo seguir leyendo nada mas del tomo. Abrió la puerta del cubículo, conteniendose a pura voluntad de gritar "¡LIBERTAD!"

-Bueno, eso es todo...-se moderó.

Madelain salió del cubículo tras Alana, con cara de pocos amigos. Era casi graciosa la sitaución. Ambas fastidiadas, hartas, e intentando controlarse.

_Deberíamos preparar esas pociones... otro día.

La aclaración en realidad estaba de más. Estaba segura de que Alana tampoco tenía ningún deseo de ponerse a preparar pociones después de eso, más considerando que aún no estaban listas las que habían preparado con anterioridad.

_Estoy pensando que tenemos pertentencias tanto del Basilisco como de mi padre. Si hacemos esto bien, podremos llegar a cualquiera de los dos, si es que no están en el mismo sitio.

El solo hecho de hablar después de haber guardado silencio tanto tiempo ya la había relajado un poco, pero aún así necesitó hacer unas maniobras para elongar sus brazos y piernas.

Henri estaba hablando con Nora bastante animadamente, riéndose como si les hubiesen contado el chiste más gracioso dle mundo. De repente, se da cuenta de que tiene a Spencer justo detrás.

Hola Spencer- dice girándose- ¿Qué tal ha ido la tarde? ¿Productiva? - El hufflepuf se moría de ganas por escuchar una respuesta afirmativa a su pregunta.

-Mucho, mucho...-respondo rápidamente por la excitación.- Veo que tu también estas haciendo algo...productivo.- Miro a Nora con una sonrisa, disfrutando ante la posibilidad de hacerles enrojecer.- El caso es que te traigo un regalo, algo con lo que no habías...soñado, aún. 

Le tiendo una bolsa, en su interior se encontraban los ingredientes que nos faltaban para preparar el Don del Oráculo.

- Disfrútalo, no lo compartas con nadie. - hago una pequeña reverencia para irme, dándole tiempo a hablar si lo desea. 

-Tiene lógica...si no necesitaramos consultar el libro mas veces a futuro, lo quemaría ahora mismo. Es una aberración de la naturaleza lo pesado que es, me sorprendería si fue escrito por manos humanas...

Suspiró profundamente.

-¿Que horas serán? Veré de conseguir los ingredientes lo mas pronto posible...aunque concuerdo, no hoy...

Sí, muy muy productivo. - contestó Henri sonriendo de nuevo. Cogió la bolsa y miró rápidamente su contenido- Gracias por el regalo Spencer. No sabes lo inmensamente feliz que me ha hecho- Contesta siguiendo la broma al Ravenclaw y ante su reverencia añade.- No te preocupes, solo hay para los tres socios fundadores.

Con estos ingredientes que faltaban y el resto de la poción ya a medio hacer, Henri suponía que podían tener la poción lista para probarla este sábado, lo que le hacía tremendamente feliz tal y como le había dicho a su amigo.- Nos vemos en la cena- Se despide para volver a centrar su atención en la pelirroja.

-Nos vemos en el comedor, aunque veo que tu ya estas comiendo por los ojos. No te empaches. - Me alejo divertido, con una risita. 

Me quedaba sólo una parte de mis preparativos. Subir a la lechucería y mandarle una carta a mi tío. Necesitaba que me mandase todas las varitas obsoletas, las que no habían encontrado dueño. Con eso, podríamos armar un ejercito donde solo había seres indefensos. 

_Deben ser cerca de las 5 de la tarde. No creo que hayamos estado aquí más de dos horas, como mucho. Aún tenemos tiempo antes de cenar. ¿Hay alguna otra cosa que quieras hacer?