Partida Rol por web

Miro hacia otro lado en cuanto empiezan las acusaciones. Llevaba ya todo el verano, o bueno, la parte tranquila de éste pensando en ella. Hacía mucho que la conocía y quizás ya era hora de empezar... bueno de pedirle... o quizás intentar... puede que fuera todo muy extraño. Ella no sentiría lo mismo por mí. Claro que con el baile... Podría invitarla como algo inocente. Era el momento perfecto para... bueno, para ver que pasaba.

En cualquier caso, en el momento que llevaba intentando evitar esa conversación ya había cambiado totalmente el ambiente. Spencer y Scarlet se nos habían unido, y ella se reía como si no hubiera mañana. Pero ella también había llegado muy nerviosa con el otro. ¿Qué estaba pasando aquí? Llevábamos apenas un día y ya había un triangulo amoroso montado? No podía ser verdad. Alex no se molestaría en esas cosas. Si ella no estaba interesada en él, pasaría del tema. O esa era la proyección que hacía hacia nosotros. 

- Hola a los dos. Si quieres te dejo el sitio, porque no sé si cabremos todos aún apretados... - le digo a la chica. Si hacía falta sentarse en el suelo tampoco iba a ser ella la que lo hiciera. Aún así al darme cuenta de que quizás esté interrumpiendo algo decido callarme mejor de nuevo y observar la escena.

- Vale- respondió a Scarlet guiñando el ojo derecho, el próximo a la ventana por razones de intimidad al tener medio rostro invisible para Henri y Ashton. Aquel "vale" era claramente en respuesta a no volver a lanzarle Riptusempra de repente, aunque estaba claro que el guiño era un signo de que mentía. Solía volver a hacerlo, aunque intentaba tener cuidado, y si le llegaba a molestar lógicamente pararía. Lo suyo era hacerlo en situaciones menos comprometidas y con menos audiencia- ¿La flor? Luego te lo explico- respondió ensanchando una sonrisa.

Y un nuevo guiño de ojo derecho. No, no era un tic.

Alex había organizado el espectáculo de las amapolas por algo. Parecía un circo, y lo era, de hecho, ese era su propósito principal, pero acababa de ocurrírsele un propósito secundario. Una forma de aprovechar aquel golpe de efecto. A su debido momento tendría una explicación, pero no podía desvelarlo todavía o carecería de sentido.

Y le presentó a Spencer... ¿Ollivander? Vaya, eso era una mala noticia. Para Spencer, claro.

- Encantado- dijo Alex tendiendo la mano y el brazo en línea recta, ligeramente inclinado hacia arriba, pues estaba sentado y no quería dificultarle las cosas al chico- Nos conocíamos de vista- añadió dirigiéndose no sólo a Spencer o a Scarlet, sino a todos los presentes. Era un dato importante. ¿Así que un Ollivander? Debía ser la versión en miniatura de Naomi.

En vista a que los demás chicos de "Huffle" no se habían presentado a Scarlet, Alex alzó las cejas mirando a Scarlet y pegó una suave cabezada a la izquierda señalando a los chicos de una forma más o menos disimulada, pero lógicamente, era un gesto descifrable para todos los presentes que estuviesen atentos. Y justo entonces saludó Ashton... menos mal.

Al presentarme Scarlet, levanto la mano y la agito en el aire, desganado, a modo de saludo. Cuando ella me sonríe no puedo evitar quedarme embelesado mirándola. 

-Eso es, nos conocemos de vista.- Comento distraído. No pensaba darle la mano, no me caía bien. En clase siempre era tan risueño que siempre me hacía pensar que era pura fachada e hipocresía. Ademas por el uso que le había dado a la magia, había dejado claro que no compartíamos el mismo punto de vista respecto a la misma. 

-Henri, ¿Que haces con esa flor ahí?-Era un tanto peculiar verles a todos con las florecitas por encima.-En fin, como sea, por lo que he hablado con Scarlet, todos tenemos intereses en común. Supongo que tarde o temprano podremos organizar una reunión de los aquí presentes.

Le encantaba cuando Alex le guiñaba, aunque indicaba que el chico volvería a lanzarle ese hechizo, le daba igual. Le salía una sonrisa involuntaria cada vez que el chico le dedicaba uno de sus guiños.

Scarlet "despertó" cuando se dio cuenta de que uno de los chicos de Hufflepluff le hablaba.

-No-no...gracias, es-estoy bien, de ve-verdad.-le sonrió tímidamente.

Las piernas habían dejado de temblarle, así que se colocó cerca de Alex, apoyada en la pared y le dijo en voz bajita a su amigo:

-Después espero que podamos hablar...-intentó sonreír.

-En fin, como sea, por lo que he hablado con Scarlet, todos tenemos intereses en común. Supongo que tarde o temprano podremos organizar una reunión de los aquí presentes.-dijo Spencer.

Vaya, que directo iba...pero Scarlet no se encontraba en condiciones para hablar de ello en esos momentos así que dijo:

-Si, po-por supuesto...Pe-pero mejor hablarlo cuando estemos en un lugar más co-cómodo, ¿no?-le sonrió a Spencer, intentando que a través de ese gesto pudiese entender su postura.

Se quedó mirándole, aún sonriendo, esperando su reacción...y también intentando saber si se encontraba bien.

Alex se revolvió, incómodo, en el asiento.

¿Reunión?

Se quedó callado, evaluando al chico. No hablaba casi de esos temas con sus amigos... ¿iba a hablarlo con desconocidos? Le faltaba el canto de un knut para disculparse e irse a visitar otro compartimento, y quizá otro vagón. ¿Y si a su hermana le había pasado algo?

Genial, se había puesto a la defensiva, y acababa de darse cuenta de ello. Ahora todo sería más de lo de siempre. Bueno, al menos Serpens no había hecho acto de presencia, y más le valía. En ese estado no se daba cuenta de la actitud de Scarlet, pero llegó a procesar la información necesaria.

Entendido.

Se hallaba en pleno protocolo de defensa. Era un paranoico... pero debía serlo. Era lo que le habían enseñado en casa, y lo que había aprendido. El mundo estaba lleno de confabuladores y de gente capaz de responder bajo coacción o la magia.

De esos temas hablaría con una Leona, una Serpiente y... sus allegados. Fin. Para meterle a hablar de eso con terceros habría que recurrir a uno de los segundos como enlace... previo aviso y aprobación. Bastante le costaba confiar en la gente para ese tipo de cosas... y como para no con la que estaba lloviendo sobre la faz del mundo mágico... y muggle, por el tema de los niños desaparecidos. A Alex realmente le preocupaba que toda su familia acabase como su tía.

De sólo recordarlo compuso una breve mueca de disgusto que podía confundirse con el asco. Su tía...

Echó el freno a ese tipo de emociones. Quizá Spencer y Scarlet no se refiriesen a aquel interés en común. Podía ser algo más mundano e intranscendental... ojalá. Intentó normalizarlo.

Se giró mínimamente y forzando una pequeña sonrisa le asintió a Scarlet lo justo y necesario. Entonces se acomodó también en su nueva pared, cerca de la ventana, y miró a los presentes. No podía ver bien a Scarlet y Logan, sentados enfrente, y bastantes perfiles del cuerpo de sus compañeros quedaban ocultos, pero no importaba, pues veía perfectamente la puerta.

- Hay varios muffiatos aquí- dijo Alex-, pero supongo que no será nada que no pueda decirse en público- mintió, más por confirmar que de verdad estaban planteándose hablar de eso. ¿Dónde estaba Christine para hacer de líder y juez cuando se la necesitaba?-. Aún así, si es algo... íntimo, mejor en otro sitio y con calma.

Escuchar, vale, hablar... depende.

Sonrió intentando aparentar cordialidad, si bien su corazón y su mente estaban muy lejos.

Su sonrisa iluminaba el pequeño compartimento en el que estamos hacinados. O al menos, a mis ojos es lo que ocurría cada vez que las esbozaba.

-Por supuesto, tienes razón Scarlet. Es solo que veo que aquí no entramos todos. Volveré a mi anterior compartimento hasta terminar el viaje. Dentro de dos o tres días, teniendo en cuenta que todos nos conocemos y compartimos algunas clases, podremos juntarnos. ¿Os parece bien a todos?

Mi anterior declaración había lanzado muchos secretos a la palestra, pero no era lo suficiente directa como para unir los puntos si no se conocían las historias personales de los presentes. De hecho aun sabiéndolo, yo era un extraño, no compartía su dolor. 

Nunca me había andado con sutilezas, los datos y la verdad no las suelen tener. Deje caer la pregunta de Alex en saco roto. Yo sabía en quien confiaba y porqué hacerlo. Le mire y parpadeo varías veces con incredulidad. No había sido capaz de leer entre líneas o se le daba muy bien hacerse el tonto. En ambos casos, recalcar que no se había comentado el tema con la pregunta, si alguien estaba poniendo el oído, solo había servido para dejar claro que había algo detrás de éste encuentro.

Spencer entró con una chica al compartimento y repentinamente reinó el caos. La gente empezó a moverse, la Griffynfor se marchó y la otra chica empezó a reír sin control. Henri no recordaba haberla visto nunca pero parecía una chica muy extraña.

¿Como ha dicho que se llama? Scar... algo... de que me suena ese nombre. Henri se mostró dubitativo unos instantes mientras un montón de cosas sucedían a su alrededor sin que les prestase atención. ¡Claro! ¡Eso es! Es el mismo nombre que Logan ha dicho antes. Henri miró a Alex para observar su reacción a la presencia de la muchacha y su respuesta fue un gesto extraño. Luego al escuchar a Ashton cayó en la cuenta de que la chica se les había presentado.

-Hola.-Dijo Henri añadiendo un gesto con la mano y una leve sonrisa. No parecía una chica de muchas palabras así que no consideró oportuno más. Después le dedicó su atención a Spencer.-Nos las ha dado Alex.-Dijo Henri señalando al susodicho. Pero sus palabras parecieron pasar desapercibidas, al parecer todos habían prestado atención a la parte del discurso de Spencer que él había ignorado y parecían algo tensos. -¿Estamos hablando de la copa de quidditch?-Preguntó Henri a Spencer. Se preguntó si entendería su mensaje, pero supuso que si, al fin y al cabo Spencer era el listo.

Era de esperar que Henri no lo fuese a pillar ni aunque se lo dieran mascado. Su pregunta me arranca una sonrisa. Había algo en su ignorancia que le hacía inocente. De una forma muy diferente a Scarlet le apreciaba con la misma intensidad, al fín y al cabo había sido mi primer amigo de Hogwarts, de hecho, el único.

-Exacto Henri. Scarlet y yo, habíamos calculado el tipo de encuentros que tendremos a lo largo del año, pero al parecer la aritmancia no se nos ha dado especialmente bien. ¿Vas a quedarte aquí? 

¿Y a mi por qué se me incluye en los cálculos?

- No soy un gran fan del Quidditch- replicó Alex siguiendo el juego de su compañero, creyendo que hablaban de la copa del mundo, que lo mismo ni se celebraba ese año-, pero mis amigos sí, y tema de conversación que les interese a ellos, me interesa a mñi- añadió-. Eso sí, probablemente no entienda mucho, ni siquiera me sé el nombre de todos los guardianes- Definitivamente Alex no estaba diseñado para relacionarse con desconocidos que se presentasen sin una tarjeta rosa o un pase VIP en la mano. Antes fue Serpens, luego Spencer, pero en unas horas podría ser cualquier otro. Pecaba de sobreprotector, y eso era más que sabido por todos. No era la primera vez que se quejaban de ese rasgo suyo.

Lo que estaba claro es que a Scarlet se le daría bien Aritmancia, así que... sí, algo había escondido, sin duda alguna.

- Entre todos sacaremos la máxima nota en aritmancia, seguro- dijo con calma intentando restarle importancia a algo tan "preocupante" en los TIMO.

Alex, dicho eso, se puso a sus asuntos. Sacó una jaula negra, para animales pequeños, de entre las maletas. Entonces se sentó otra vez y miró a través de los barrotes de aquella prisión. Sonrió con una sinceridad inusitada. Lo había sacado a propósito, pues aquellos ojos verdes como esmeraldas y ese pelaje negro volvería feliz al hombre más enojado del mundo.

Sotek, su pequeño felino, estaba ahí dentro. Por sus amigos era sabido que nunca había querido una lechuza, dejándole eso a su hermana pequeña, a la cual no dudaba en pedirle prestado el animalillo para hacer las veces de mensajera.

Salvo por el detalle de las cartas, el gato le parecía mucho mejor y más acorde a su forma de ser. Era un gato desconfiado que no dudaba en sacar las zarpas, pero como a casi todos los felinos le encantaba que le rascasen y le diesen afecto aquellos en quien confiaba. Y como todo, la confianza era una cuestión de tiempo.

Además... ¡que crueldad! ¡Ahí encerrado el pobre! Un gato debía estar libre, siempre. Lo menos que podía hacer era saludarle para que supiera que no se había olvidado de él. La telepatía e intuición del felino harían el resto.

Logan al ver entrar a mas gente, los mira a todos y luego de un rato, comienza a pararse.

- Mucho gusto Spencer, todos, me tengo que ir a encontrar a mi amigo Howard, cualquier cosa nos veremos en Hogwarts, de nuevo un gusto Spencer. Alex nos veremos en la sala comun cuando bajemos.

 Abre la puerta del compartimiento y luego les dedica una ultima sonrisa ante de perderse por el tren.

Logan comienza a buscar vagon a vagon a su amigo Howard, o si puede a Madelein, tenia que saber que le habia pasado y porque habia terminado su comunicacion con estos.

- Espero poder encontrar algun otro vagon sin muchas personas, 6 eran un disparate, no cabrian ni por todo el oro del mundo, ojala Alex se de cuenta de lo de Scarlet y yo pueda ver y decirle a Lissy lo del baile.

Logan se llevó dos dedos al cráneo, como un militar muggle, e hizo el gesto a modo de despedida, desplazando los dedos juntos con energía a través del aire. Era una forma como otra cualquiera de despedirse de un "camarada", y en aquel momento Alex estaba psicológicamente incapacitado para que otra actitud quedase natural.

Pero sonrió. La realidad era que él también había pensado en irse, pero no lo había hecho. ¿Para qué? Sabía que otro acabaría haciéndolo, estaba cómodo y... no quería irse todavía. No rodeado de sus amigos. Hacía demasiado tiempo que no les veía y necesitaba tenerlos cerca.

- Hasta luego, Logan, nos vemos en el torreón- le respondió. Lo cual le recordó nuevamente a su hermana. Tenía que hablar con ella, pues era un enlace más que apto para según que cosas.

Se apoyó en el sitio y esperó. Era de mala educación decirlo, pero no podía ponerse a hablar de cosas que realmente le interesaban, aunque no tenían ninguna importancia, si no estaba más a solas con su círculo. Aunque bueno, lo mismo daba, tenía su diario. Alex estaba acostumbrado a usar su papel más que a hablar las cosas con los demás. El papel no respondía.

Mientras tanto, se escuchó un bufido dentro de la jaula. Alex deslizó un par de dedos a través de la reja y acarició la cabeza del animalillo.

- Tranquilo- musitó-, no debe faltar mucho.

- Unas horas, lo habitual es llegar de noche, y ni siquiera ha pasado la señora de los dulces. En fin, veo que nadie tiene más preguntas, así que vuelvo a mi compartimento, que todos necesitamos cierto espacio.-Le dedico unos minutos de atención a mis amigos.- Nos vemos en la torre, Scarlet. Me han dicho que este año la gárgola pone preguntas realmente difíciles para conseguir entrar. Al parecer a petición de Naomi. Así que igual nos vemos en la entrada. Henri, hay algo que quiero probar contigo, cuando quieras te pasas por donde estabamos.

Dicho y hecho, me despido con otro gesto y me voy.

Cuando Scarlet va a despedirse, Spencer ya se había ido ¿Se habría enfadado? No parecía que Alex le agradase...y parecía que era recíproco.

¡Si ella ya tenía la cabeza hecha un lío, que ellos dos no se llevasen bien no lo hacía más fácil desde luego! ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? Odiaba no saber qué pensar o sentir. No era una chica indecisa, y cuando dudaba lo pasaba fatal, sobretodo cuando podía perjudicar a otras personas.

Aunque por otra parte...no sabía lo que sentía Alex...Tal vez, no le importase lo que había pasado o lo que sentía sobre ello...No sabía si la idea de que le diese igual le molestaba más que la de que le importase realmente...

No pudo contenerse y suspiró. Ojalá todo fuese más fácil.

Miró a Alex y a la jaula de Sotek, su gato. Sabía lo desconfiado que era el animal, cada año le costaba acostumbrarse a ella, aunque cada vez lo hacía más rápido, como si recordarse mejor quien era.

Scarlet se arrodilló hasta ponerse al nivel de la jaula que tenía Alex en el regazo y miró dentro. Era un gato realmente bonito.

-¿Por qué no lo su-sueltas un ra-rato? Mi-mientras esté en el compartimento...-levantó la cabeza para sonreír a su amigo.

-Yo también tenía ganas... mis tíos están pesaditos con los TIMOs y casi nos han tenido a mi prima y a mi esclavizadas con los libros.

Mira hacia el exterior.

-Como si el verano no fuese para disfrutar. ¡Ni un día a la playa, ni a la piscina! Y eso que he ido a su casa en la playa para disfrutar!! No se como mi prima los soporta todos los años... si lo se me quedo en casa.

De nuevo todo había muy rápido. Pero me había parecido entender que Spencer había estado hablando de mi vida con Scarlet y quería hacer un club de desgraciados o algo así. ¿Quién #$%& se había creído ese para contarle mi vida privada a la gente? Le contaba las cosas a Henri porque había confianza y bueno, sabía que no faltaría a esa confianza. Y al ser el otro su amigo había supuesto que también sería de fiar. 

Mejor que se andase con cuidado o le caería un buen batazo en la cabeza.

- Sabes que quiero ganar la copa tanto como cualquiera. - le digo a Henri. Esa metáfora cada vez era más forzada. - Pero dile a tu amigo que a la próxima que hable de nuestras estrategias con todo el que pille puede que se pase más de un mes sangrando por todos los orificios de su cuerpo.

Bueno, quizás no era el ejemplo de la finura. Pero es que seguía sin creerme aquello. No habían pasado ni cinco minutos desde que le había contado una confidencia a un amigo hasta que Spencer se había puesto a difundirlo por ahí. Y mi hermana no era ninguna clase de rumor gracioso que ir contando por los pasillos.

- Parece que al final estaremos cómodos. - mejor intento cambiar de tema. - Pues si no es invitar a nadie al baile, ¿qué grandes planes tenéis para este año? No me digáis estudiar o me deprimo.

Irazzi se encuentra con los dos despeinados aunque Alan lo está más que es quien ha sacado la cabeza por la ventana y el aire le ha peinado de forma graciosa el pelo. La otra chica tiene el pelo un poco despeinado pero es más por el aire que entra por la ventana que por haber sacado la cabeza.

Conforme salió por la puerta, Alex apoyó la cabeza contra el cristal de la ventana, exhausto.

¡Al fin!

Su actitud parecía mucho más relajada. Sus músculos estaban más sueltos, su pecho más bajo y su cara tenía una expresión más natural, menos rígida.

No le molestaba la gente orgullosa, pero sí la gente que en ese sentido era como él. Porque juntándose ambos acababan haciendo una montaña de un grano de arena a base de ponerle capas. Sólo faltaba la pelea, porque los gallos ya estaban. Y es que no se podía negar, Alex cuando se ponía tonto empezaba a cacarear con voz ronca, y por lo general o uno de los dos gallos abandonaba el combate o acababa mal. Por algo el chico tenía la fama que tenía. No buscaba problemas, pero no solía rehuirlos, si bien no haría estupideces, para muestra Serpens. Más valía de vez en cuando hacerse el sordo, ciego y mudo, aunque por desgracia no lo aplicase salvo en caso de necesidad.

Scarlet miró a Alex, y Alex miró a Scarlet. Lógicamente el chico bajó la cabeza y miró nuevamente el interior de aquel calabozo negro como la noche.

Ahí dentro se escondía el pequeño. Sumido en la oscuridad de aquel sitio, podían verse sus ojos verdes como esmeraldas pulidas y perfectas. Su cuerpo negro no podía verse en su totalidad, pues se fundía con el ambiente en penumbra que reinaba dentro de la jaula.

- ¡Meaw!

El gato bufó en el sitio, arañando la reja, cuando vio que le miraban. Sería un animal, pero no era tonto, y sabía que Alex le había mentido. Seguramente Spencer no lo había hecho con esa intención, pero le había dicho al animalejo lo que no quería escuchar. Y el pequeño, lógicamente, se había enfadado con su dueño.

Entonces Alex se dio cuenta de donde estaba exactamente Scarlet, arrodilla mirando dentro de la jaula, como él, y por tanto, arrodillada ante Alex, que estaba sentado. El chico tragó saliva y antes de darle demasiadas vueltas al asunto, dejó la jaula en el suelo, entre ambos, en vertical. Era lo mejor.

Ya iba siendo hora de sacarlo, sí, la chica tenía razón. Un gato necesitaba su espacio, y Sotek, más, que era todo un señorito. Así que Alex abrió la reja y metió las manos en el interior para sacar al animalejo.

Lógicamente, el pequeño se aferró a las manos del chaval, aunque le hizo un arañazo bajo la oquedal entre el pulgar y el índice. ¡Ahí le quedaría eso!

Y salió, pateando la celda, que quedó tumbada en el suelo. Trepó rápidamente por el brazo del chico hasta ponerse en su hombro. Una vez allí, oteó apoyando las patas traseras sobre el cráneo del chico. Parecía un rey sentado en su trono. ¡Y el trono era Alex! Habiese visto.

Era completamente negro, salvo por los bigotes, que eran blancos, y los ojos, verdes como el veneno de una serpiente e intensos como el fuego. Desde luego, la actitud del gato era la de un señor feudal que todo lo poseía. Se había posado sobre su dueño como si en realidad Alex fuese el animal de compañía, y observaba los alrededores como si todo aquello lo hubiese comprado con sus propios galeones y las cuatro personitas allí fuesen invitadas a su fiesta.

Miró uno a uno a todos los presentes. Bien, todas eran caras conocidas. Ashton, el amigo de Alex, Henri, el amigo de Alex, y Scarlet, la amiga de Alex. Bien. Pero, como siempre, había que evaluar que seguían siendo los de siempre. Aún se acordaba de aquel incidente. Alex dijo que era cosa de una poción mulnosequé, pero el no tenía ni ratón-idea de la magia líquida, esa que se servía en frascos y calderos. Además, solía oler regular. ¡Puarf!

Bufó, indicando que más valía no meterse con él y tuviesen cuidado. Dicho eso, saltó al suelo y le tendió la pata derecha delantera a Scarlet. Buen trato o garrazo como respuesta. Cuando acabase haría lo mismo con los chicos, que si bien no olían a mujer tampoco olían a serpiente.

Alex, mientras tanto, dedicó una fugaz mirada a Henri. ¿Qué tendría que hablar con Spencer?

Pero más importante aún, Ashton. ¡Al fin alguien que compartía sus emociones! Aunque no se molestaba en ocultarlas, bendita sinceridad.

- Sí, mucho más cómodos- dijo el chico, en parte por el espacio y en parte por estar a solas con sus allegados-. Yo, con todo el respeto- miró fugazmente a Scarlet a modo de disculpa-, te ayudaría con esa amenaza tuya si da motivos- Alex, haciendo amigos-. Yo, estudiar y hacer reír, lo de siempre. Lo siento, Ashton. Bueno, y cuidar de mi hermana.

A la pelirroja no la tocaba nadie. NADIE.