Partida Rol por web

Ahora sí que Henri no entendía nada, hacía apenas cuatro días que Chris le había pedido que tuviese cuidado con Spencer y y ahora pensaba que podía ser útil para la causa, aunque él nunca le había visto tomando notas sobre el comportamiento de los otros.

Olvidaros de los dispositivos muggles. Ni walkies, ni móviles, ni siquiera un reloj de pulsera. Nada funciona dentro del colegio- contestó a la pelirroja.

Escuchand las palabras de Alex no le gustarón lo más mínimo. Cierto era, que el comportamiento del Ravenclaw no había sido el correcto desde el inicio del curso, incluso a ojos del propio Henri, quien en más de una ocasión se había planteado si quería seguir manteniendo un amigo así, pero otra cosa muy diferente era escuchar como lo amenazaban aunque tuviesen motivos de sobra para hacerlo.

Por favor Alex, ya vale. - le pidió de corazón al Gryffindor - Todos sabemos como es Spencer. No hace falta repetirlo cada vez que surge la ocasión. - Oír por boca de otro de sus amigos lo que él mismo pensaba le dolía mucho y no deseaba continuar con eso.

¿Que necesitas de él?- le preguntó a Christine- Si se lo pedimos Scarlet o yo nos ayudará sin dudarlo, cuando está con nosotros es un buen tío. Aunque creo, igual que tú, que no hace falta que pase a formar parte de la orden, con él dentro tendríamos más discusiones que otra cosa.

Por cierto profesor-  le dice a Gordon- le siguió el jueves hasta nuestra reunión en la séptima planta, cree que usted y la profesora Shine traman algo. Tal vez debería tener más cuidado la próxima vez.

- No, si yo quiero parar- concedió el chico en tono cínico-, pero se pone a seguir a los nuestros hasta la sala donde nos reunimos y, claro- chasqueó la mandíbula, conteniéndose, a sabiendas de que era en aquel momento la persona a quien más quería agredir físicamente-, si no se puede reaccionar con él mi solución es evitar que pueda andar en determinadas horas- sonrió, casi divertido por aquella broma macabra.

Alexander no solía encontrar satisfacción o gusto alguno en la violencia más allá de su mera utilidad práctica y necesidad en determinadas ocasiones, y no era, con la gente normal, un chico agresivo en absoluto, pero Spencer tenía un don para ser anormal en el sentido peyorativo de la palabra y para despertar los instintos sadistas de cualquiera. Incluso del más inocente e inofensivo de los seres humanos. O eso pensaba Alex, que por ahora no había visto absolutamente nada en Spencer que valiese la pena salvar. Debía existir, u otros no le defenderían, pero a él nada de eso le había sido revelado. A sus ojos era sólo un chaval entrometido, desconsiderado, irrespetuoso, orgulloso y falto de educación en general.

- No es por nada, pero nos jugamos la vida- aseguró el joven, y no era para menos-, y que un pintamonas se ponga a airear nuestras actividades de más dudosa reputación...

Dejó la frase en el aire. No podía ser el único que tuviese un problema grave con eso.

- Yo no le saco como tema de conversación- se defendió, pues ciertamente, no era él el que metía la nariz aguileña en la vida privada de los demás-, pero es que cuando alguien lo saca es para decir algo inconveniente. Yo sólo aporto mi propio punto de vista.

Henri no quería recordar todas las veces que su amigo Spencer había sacado los pies del tiesto, pero lo hacía perfectamente, en el expreso, en clase de encantamientos, de pociones, en el comedor, el clase de cuidado de criaturas, en adivinación, en historia de la magia, en los pasillos, en transformaciones, en los jardines, vamos en todas partes. Tampoco quería recordar a cuantos de sus amigos había ofendido pues eran todos y a algunos como Ashton incluso varias veces.

No tenía sentido discutir con Alex, porque, por mucho que le doliese reconocerlo, la actitud de Spencer desde que comenzó el curso no tenía defensa alguna. Pero encerrada debajo de una capa de maldad que al mismisimo basilisco le hubiese gustado para si, Henri sabía que se escondía una buena persona. Si solo fuese él quien lo veía, tal vez, empezaría a pensar que estaba volviéndose loco, pero Scarlet también lo sabía.

No digo que no tengas razón Alex.- convino con el Gryffindor- No se trata de pedirle que guarde los secretos de la orden - Si ese fuese el caso el Hufflepuf tampoco estaría dispuesto a hacerlo, con lo de Ashton en clase de criaturas ya tuvo bastante y por nada del mundo quería volver a repetirlo.- Se trata de que Scarlet o yo le pidamos un favor, solo de eso. Nuestros secretos no va aireándolos por todo el colegio, no correremos riesgo alguno, estoy seguro.

Volvió a preguntarle a la pelirroja - Chris. ¿Qué es exactamente lo que la orden del Fenix necesita de Spencer Olivander?

Alexander asintió de forma mecánica varias veces, tensa como un muelle movido por la cinética. Cada vez cabeceos más pequeños, como un clásico "Sí" hecho fascículos para que en dosis hasta él se lo creyese.

- Sí, no me hace ninguna gracia- apuntó el chico con destilada sinceridad-, pero no he dicho nada sobre ese tema- y ciertamente, había hablado sobre Spencer en general y sobre prohibirle investigar a los suyos, no sobre no recurrir a él-. Mientras le usemos sin que averigüe nada de nosotros y nuestras actividades, bien- volvió a asentir-, aunque para ello hay que dejarle las cosas claras- suspiró-. Siendo tan- se mordió la lengua para no insultarle-... siendo como es, intentará dar por saco todo lo que quiera y más con ese tema. Y como ese tío entre en la sala donde nos reunimos le dejo hecho pudding.

Nadie salvo la orden le oiría gritar dentro de la sala de los menesteres. Así que más valía hacer las cosas bien con él.

Apuntado ello, Alex esperó a Chris.

Escucha la conversación mirando a uno y otro, pero parece que la cosa se complica con el tema de Spencer. Se pasa la mano por el cabello con un poco de frustración.

-Spencer piensa que muchas cosas que no son verdad, no es tan listo como cree. Por ejemplo, ¿en que momento me ha visto con la profesora Shine? Solo he hablado con ella alguna vez en la sala de profesores o en el Gran Comedor. Ni si quiera me interesa... y en cuanto a lo de seguirme... bueno, se cree con derecho. De hecho, creo que se cree demasiado especial... pero no debería decir esto, que soy vuestro profesor.

Se acerca más a los chicos y baja la voz.

-Lo que Chris quiere que le pidáis a ese chico es que vigile a Fiore... que se interese por lo que está haciendo, pero sin que él sepa que le estáis manipulando... al fin y al cabo es lo que el suele hacer con todos, pero nadie que nadie hace con él... ¿lo entendéis?

- Encuentro su forma de pensar muy simpatizante con la mía- apuntó Alex con una sonrisa, concediendo crédito-. No puedo hacer más que secundar sus palabras, caballero- y aún así, matizó-. Recalcando el hecho de que el plan salga bien, lo cual requiere cierto subterfugio, para mi desgracia.

No en vano, espiar a Fiore también era la idea de Alex, y hasta cierto punto, desde un punto de vista menos productivo pero más seguro. Que su alumno más odiado hiciese el trabajo sucio sin represalias le parecía una idea sencillamente deliciosa, deseable, y digna de llevarse a término.

Henri puso mala cara. Pedirle a su amigo que vigilara a Fiore era una cosa fácil y como no veía nada malo en ello, no le producía ningún dilema moral hacerlo, pero de lo que no estaba tan seguro era de poderlo conseguir sin que él supiera que lo estaban manipulando. A ojos del hufflepuf, Spencer Olivander era endiabladamente listo.

Creo que podré pedirselo. Pero no se me ocurre ninguna excusa para contarle que no levante inmediatamente las sospechas de Spencer. ¿Tenéis alguna idea vosotros ?- reconoció al fin mirando a los otros tres. Tal vez ellos tuviesen un plan ya en mente.

- Ninguno que no implique partirle la varita- se limitó a decir con una negación de la cabeza.

Alex podía llegar a ser terriblemente enrevesado y taimado cuando quería, si quería, y a lo largo de aquellos cuatro años de supervivencia pese a su actitud había quedado sobradamente demostrado. Sin embargo, con Spencer no tenía planes maestros. ¿La razón? Ese hombre mataba hasta la imaginación, pues en Alex la reducía sólo a un tipo de acciones.

Era como intentar luchar contra el Señor Tenenebroso. Otro intentaría apuñarle por la espalda mientras le daba la mano, pero allí, por su vínculo con él, a ninguno se le ocurría. Del mismo modo, Alex se veía incapaz de tratar con Spencer de ningún modo que no fuese agresivo, así que sencillamente, por ese camino, el chico no era excesivamente útil.

No podía intentar engañar dando la vuelta a alguien contra quien iba de frente.

Camina al lado de sus amigos mientras Henri les relata sus experiencias y opiniones. Mira al cielo, pensando en lo que debían de hacer, pero más en todo lo que podían hacer, ahora que estaban los tres juntos de nuevo.

- Creo que yo misma puedo aclarar eso, lo de la reunión... - le responde, antes de percatarse de lo que le cuenta. Se para de golpe, algo asombrada. Sonriendo, le mira, llena de curiosidad. - ¿De veras? ¿Quién es? Si me dices que quieres darnos una sorpresa, ¡te sacaré la verdad a pellizcos!

La verdad es que quiero daros una sorpresa.- Dice muy serio. Luego poco a poco una sonrisa se va dibujando poco a poco en su cara.- Es broma, si no quisiera contároslo no os habría dicho nada. Iré al baile con Nora Evergreen, es - guapa, inteligente, divertida ... - es muy maja ¿Sabéis?

Sigue caminando hacia los jardines. - Y ahora, una vez satisfecha tú curiosidad sin decesidad de haber recurrido a los pellizcos.- le dice a Katie sonriendo.- Aclaranos lo de la reunión. Por qué no sé a quien se le habrá ocurrido, pero Alex, Scarlet y Spencer en la misma sala no es una buena idea.

Sigue a sus compañeros mientras hablan. No le habían dado tiempo a desayunar entre el recibimiento y ahora el paseo, pero en cualquier caso no tenía hambre.

Escucha la conversación. Por un lado hablaban del baile (que claro, si habían pasado tres semanas, debía faltar poco para sucediera) y de la misma reunión que mencionaron antes, y todavía no sabía de qué iba aquello.

De momento decide quedarse en silencio. Ya felicitaría a Henri después, pero primero quería escuchar lo que dijera Katie sobre la reunión. Era muy interesante todo el tema de su cita para el baile, pero pocas cosas superaban una reunión con Alex, Scarlet y Spencer en la misma habitación.

Se sienta junto a ellos en algún lugar, para comentar todo lo que estaba ocurriendo en aquel lugar. Necesitaba poner en orden sus pensamientos antes de hacer nada, porque podría meter la pata. También debía asegurarse de que nadie había a su alrededor para no delatar información.

Suspira, y habla en susurros, pero aparentando normalidad.

- Hablamos sobre la inclusión de nuevos miembros, porque hay gente que está actuando de forma independiente. Pero no hacia proyectos pequeños, no... Están buscando la destrucción de la prisión del mundo mágico... De Azkaban... Es una locura, pero es un gran paso si realmente queremos hacer algo...

¿Destruir Azkaban? - Henri se quedó boquiabierto, aquello no podía ser. -¿Cómo piensan hacerlo? Se necesita un ejercito para pensar siquiera en acabar con los guardianes. Incluso con las tres nuevas adquisiciones- ¿Alana? ¿De verdad iban a poner su vida en manos de esa serpiente?- Henri prefirió no decir lo que pensaba de ella.

Contando los nuevos miembros de la orden ¿Cuantos somos nosotros? ¿Trece? ¿Catorce? Hacen falta muchos más magos para destruir Azkaban.

Mientras expresaba su inquietud con respecto al plan una idea fué formándose en su cabeza. Lentamente, como siempre, todas las frases que había ido escuchado y que aparentemente no tenían ningún sentido cuando las escuchaba comenzaron a juntarse, formando un significado.

Spencer.- dijo- Spencer tiene un plan.- Pero, ¿Por qué? Spencer nunca hace nada sin un motivo. Nada. ¿Que gana él con todo esto?- En ese momento cayó en la cuenta de que, en realidad, el ravenclaw no lo había ayudado para que pudiese ver si su primo estaba bien. Era Henri, quien durante casi todas las tardes de las tres últimas semanas le había ayudado a tener lista la poción que le permitiría entrar en Azkaban.

Si había algo que a Henri le molestasen más que los abusones era que lo tomasen por tonto. Tal vez lo fuera, pero que un amigo lo utilizase de la forma en que pensaba que Spencer le estaba utilizando era algo que enfurecía.

Disculparme, pero tengo que irme a estropear el plan de Spencer.- No pensaba dejar que su amigo iniciara una revuelta dentro de Azkaban. Mientras no estuviese seguro de que su primo y Kira no estaban dentro no lo permitiría, una revuelta en dentro de una cárcel era la forma más fácil para que los niños inocentes perdieran su vida en ella.-  Por lo menos hasta saber que sus planes no coinciden con los que yo me he imaginado.

Se levantó para irse.- Creo que al final si voy a subir a la reunión de la orden, aunque tardaré unos minutos.

Se levanta, alarmada por la reacción de Henri.

- Espera, espera... ¿Vas a fastidiarle los planes? ¿Por qué? - le pregunta, confusa. Mira a Ashton, que seguro que estaría incluso todavía más confuso. - Sé que es arriesgado, pero podemos ayudar en vez de complicar las cosas... La unión hace la fuerza, ¿no? Aunque claro, siempre es todo tan secretista, entre él, Scarlet y compañía...

¿Había metido la mata? ¿Qué había dicho? A lo mejor había dado a entender algo que no debía, pero no logra ver en qué había metido la pata. Se pone nerviosa, sin saber cómo actuar exactamente.

Henri ya se iba, pero se gira cuando le habla Katie, se da cuenta que entre los nervios y el enfado que siente por sentirse utilizado no se ha explicado.

El otro día me enteré de que Spencer había pedido a su tío que le enviara parte del stock de varitas que tiene en su tienda, en ese momento pensé como no fuese para regalar a todo el colegio con varitas de reserva no sabía para qué demonios las quería.

Por otro lado, llevo las últimas semanas mezclando los componentes de una poción para, según Spencer, poder estar con la persona que pienses antes de bebértela. La poción es verdaderamente dífícil, pero Spencer me ha dado unas instrucciones "acordes a mis capacidades", con dibujos explicativos y todo. En teoría solo hay tres dosis, Scarlet, Spencer y yo, aunque creo que sería posible sacar una cuarta.- Mira a Ashton.- Hasta hoy no sabía para que quería Spencer su dosis.

Pero si juntas un plan para destruir Azkaban, varitas suficientes para armar un ejército, la cantidad de magos encarcelados tras sus muros, y un modo de llegar hasta allí mientras estás cómodamente tumbado en tu cama me parece que el plan de Spencer está claro.

Sé que es un buen plan Katie. Uno muy bueno, uno que solo a Spencer se le puede ocurrir, pero tiene un problema. Yo tengo la llave para llegar a Azkaban y no pienso dársela.- Henri niega con la cabeza.- Por lo menos no hasta que esté seguro de que mi primo Hugo no está allí dentro o que ese no es su plan.

Si el plan de Spencer es crear un motín dentro de Azkaban con los niños secuestrados dentro no voy a permitirlo; no pondré sus vidas en peligro dejándolos en mitad del fuego cruzado del motín. Si, como me dijo el primer día de curso mi primo no está en Azkaban y puede demostrarlo, la poción será toda suya y mi varita ayudará en lo que sea para que esto no le vuelva a pasar a nadie, pero no antes.

Ashton se quedó boquiabierto con todo lo que le estaban contando. Quizás no se hubiera despertado al fin y al cabo, y aquello no era más que una continuación de su sueño.

- ¿Destruir Azkaban? Tú los has dicho, los guardianes son dementores... Incluso si pudiéramos vencerles, - que teniendo en cuenta que éramos estudiantes de magia y ni los mejores magos oscuros habían podido salir de allí era algo improbable cuanto menos, - seguro que más de uno acaba herido, si no algo peor. Si lo que queremos es sacar a gente de allí, debe de haber una manera mejor, en la que no arriesguemos la vida de cientos de niños, las nuestras, ni arriesguemos dejar en la calle a un montón de asesinos de verdad...

Debería haberse callado. Estaba claro que él estaba en contra de Spencer, y además no sabía casi nada del plan, ya que lo poco que sabía era lo que acababan de decir, pero como había dicho Henri su hermana y el primo de éste estaban en juego, y no sólo eso, cientos de niños más encarcelados injustamente también.

Justo en ese momento Henri y Katie perciben el calorcito en sus bolsillos que indica que han convocado a todo el mundo en la zona de reunión de la Orden. Quizá ya hayan acabado le hablar de todo lo que necesitan saber los nuevos componentes y ahora se necesite que todo el mundo esté para tratar temas importantes o simplemente para practicar hechizos de mano del Profesor Gordon.

Parece que la orden nos convoca. - Dice a los dos al notar el calor de la moneda en su bolsillo derecho. Henri deseaba haberse equivocado con el plan de Spencer. Deseaba de todo corazón quedar como un bobo paranoico y que ni siquiera la poción tuviera nada que ver con el plan de Spencer, pero tenía el triste presentimiento de que eso no iba a ser así.

Si el plan para destruir Azkaban no pone en peligro ni a Hugo ni a Kira ni a ningún otro niño de la lista, Spencer tendrá el don del Oráculo, si no puede despedirse de él. ¿Estáis conmigo? - les pregunta.

Era increíble lo mucho que podía llegar a moverse alguien. Y lo mucho que podía prescindir de su moral, de unos principios básicos, como el respeto, la igualdad... Con esa actitud, no eran muy diferentes de aquellos contra los que decían luchar.
Una extraña rabia comienza a crecer en su interior.

Rápidamente, mete la mano en el bolsillo, respondiendo al calor que siente en él. Los han convocado de nuevo. Mira a Ashton y a Henri.

- Creo que es lo correcto, lo que dices, Henri. No solo por aquellos a los que buscas, si no por toda la gente que puede arriesgarse y morir en el intento... No quiero que nadie más muera si no tiene que hacerlo. - le hace saber, retirando la mirada de sus amigos. - Ashton... ¿te unes?