Partida Rol por web

-No.- Respondo con calma y sinceridad.-Es algo a lo que no le puedes poner solución, y dejarte arrastrar por esas emociones negativas solo empeoraría las cosas. Estoy seguro de que tu padre no hubiese esperado de ti más que el dedicarle un pensamiento y que sigas adelante. 

Era tan dulce ver como asumía como propia la responsabilidad de algo de lo que no era culpable.

- Además, no te has olvidado de él. De hecho, tarde o temprano, encontraremos una solución.  

Me levanto y cojo una de las velas de la sala. La acerco a la chimenea y la prendo.

-Él no puede pedir el deseo que le corresponde, supongo que te toca a ti pensar en lo que él querría.

Me siento a su lado mientras sostengo el cirio. 

Scarlet sonríe y cierra los ojos pensando en lo que querría su padre en esos momentos... o lo que ha querido siempre: Dejar de huir y de esconderse. Sin embargo, pensó en que su padre, en el desgraciado caso de que no pudiera encontrarle... desearía que nadie pasase por lo mismo que él y su familia.

Cerró los ojos y mientras apagaba la vela de un soplido pensó en su deseo.

Un cambio radical en el mundo mágico. Que nadie tenga que volver a huir por ser quien es...

Tras apagar la vela, tardó unos momentos en volver a abrir los ojos, repitiendo el deseo en su cabeza una y otra vez.

-Ya está.-dijo al abrirlos y coincidir con los de Spencer. Esbozó una sonrisa y desvió la mirada tímidamente.

Le sonrío con calma. Ahora que estaba más tranquila parecía mejor.

-Ahora solo falta la parte más difícil del deseo. Tenemos que hacer que se cumpla. No esperarás que se vaya a cumplir por sí solo ¿Verdad?

Me levanto y dejo la vela a un lado. Lo importante era el gesto, ahora se sentía mejor consigo misma, y se le notaba.

-Claro que el problema está en que no me puedes decir tu deseo...Tendremos que establecer algún objetivo, e irlos cumpliendo hasta alcanzar la meta.

-Creo...que ya sé cu-cual es el pri-primer paso.-dice.-Es lo que en el gran co-comedor te dije que no po-podía decírte aún...-valga la redundancia...Qué elocuente eres, Scarlet.-¡Pe-pero en cuanto pueda, te lo di-diré! Te lo prometo.

Le sonrió, más animada que hacía unos momentos y se acercó a Spencer para darle un abrazo.

-Gracias, Spencer.-dijo cerca de su oído unos momentos después de abrazarlo. Estaba pensando en qué podría decirle como agradecimiento, pero un "gracias" le pareció lo más sencillo, sincero y natural. No hacían falta grandes discursos para demostrar gratitud.

La estrecho entre mis brazos, era agradable y cálida. También resulta reconfortante el agradecimiento de alguien en vez de un rencor generado por un despecho imaginario. 

-Cada vez me entran más ganas de saber qué es el secreto que Alex y tu os traéis entre manos.- Me río.

-Bueno, ¿Recuerdas lo que hablamos en el lago? Sobre que todo el mundo parecía tener segundas intenciones este año. Cada vez estoy más convencido de ello. Durante la clase de Runas Antiguas el prefecto Slytherin parecía interesado en conseguir alguna fórmula que le permitiese controlar el acceso a un lugar y Alana, solo se interesó en la conversación  sobre el poder de las Runas al hablar de la inmortalidad.  Cada una de las serpientes tiene una agenda propia.

-Lo bueno se hace e-esperar.-dice con naturalidad encogiéndose de hombros al separarse de él. Se contagia con su risa y acaba riendo ella también.

Luego escucha con atención lo que él le cuenta sobre los prefectos de Slytherin y se lleva una mano a la barbilla pensando sobre ello.

-A decir ve-verdad...Los vi a los dos sa-salir de la bi-biblioteca e-esta mañana, primero a Gabriel y justo de-después a Alana...-dijo haciendo memoria-Pero no creo que eso sea na-nada raro, o al menos no lo pe-pensé antes. No he tenido más tra-trato con ellos, así que no sé que po-podría decir sobre eso... Aparte de lo obvio: es mu-muy raro que pregunten a-algo así en clase... Algo se traen entre ma-manos.

Tomó nota de lo que Spencer le había contado...tal vez a Alex y a Christine les gustaría saber aquello.

-En fin, tampoco creo que debamos volvernos locos al respecto. Es mejor así, las víboras están distraídas y no molestan.

Vuelvo a mi posición original, pero esta vez si me apoyo en ella, con una sonrisa felina. Solo me faltaba ronronear de placer, y si no fuera porque pensaba que iba en contra de todas las normas de etiqueta y elegancia aprendidas, tal vez, lo hubiera hecho. Pero solo tal vez.

-Por ahora las cosas ya han cambiado respecto a otros años, seguro que van a mejor de ahora en adelante.

Paso a hablar con ella de los unicornios del establo que había estado acicalando esta tarde. Por eso había identificado el premio de la clase de Criaturas mágicas. 

-Nosotros ya tenemos la Félix, no hay que ser egoístas. Aunque lo cierto es que me gustaría saber como se hace la extracción sin hacerle daño al potro, puede que mañana se lo pregunte a Gordon. Por si quieres venir.

Scarlet siente un pequeño vuelco en el corazón cuando se apoya en su regazo, pero sonríe involuntariamente.

-¡Claro que qui-quiero ir!-dice alegre-Ma-mañana cuenta conmigo, siempre que al pro-profesor Gordon no le importe que va-vaya, claro...

Se preguntó como sería cuidar a esos unicornios, la idea de que ella pudiese ayudar hizo que ensanchase su sonrisa.

-Y...¿Cómo son?-pregunta curiosa-¿Có-cómo fue eso? ¿Qué hi-hicísteis?-se obliga a parar de preguntar, había veces que no sabía controlar su curiosidad.

Nunca había visto un unicornio frente a frente y nunca pensó que lo vería...mucho menos poder tocarlo; así que las respuestas de Spencer llamaban muchísimo su atención, sentía la curiosidad cosquilleándole en el estómago.

Le cuento todo lo que me enseño Gordon a los largo de las horas contestando a sus baterías de preguntas a gusto. Le describo cómo eran ya plateados porque tenían tres o cuatro años, cómo sus cuernos empezaban a despuntar, y cómo tendríamos que cuidarlos. 

-No es especialmente difícil, pero se te pega el olor a cuadra igual, igual.- Sonrío.- Merece la pena, los pobres están impedidos porque el subdirector mandó poner cepos por el Bosque prohibido. Mañana que no tenemos Astrología quiero escaparme a destruirlos. Hablando de eso... Deberíamos empezar a prepararnos.

Mientras Spencer hablaba, Scarlet sonreía y se dedicaba a acariciarle el pelo lentamente, apartando mechones de su cara  y jugueteando con otros entre sus dedos, maravillada por lo que le estaba contando, las ganas de ayudar a esas crías aumentaron, debía ser una experiencia inolvidable.

 Cuando el chico dijo que iría al bosque prohibido, sus caricias pararon y su sonrisa desaparecío, frunciendo el ceño. Tragó saliva para decir:

-Pe-pero el bosque prohibido es peligroso, Spencer...más aún de no-noche...y con esos ce-cepos...-solo pensar que le podía pasar algo hacía que el corazón le diera un vuelco y que se formase un nudo fuerte y doloroso en su estómago-...No quiero que va-vayas solo...-dijo en un murmullo, con preocupación. Retomó las caricias en su cabello y asintió con firmeza justo antes de decir:-Iré contigo.

Lo dijo firmemente, totalmente decidida, sería muy difícil convencerla de lo contrario.

Estiró los brazos por encima de la cabeza y arqueó un poco la espalda, desperezándose.

-Sí, será mejor ir pre-preparándose...-aunque preferiría mil veces quedarme aquí...

Había estado disfrutando del contacto, pero ciertamente el deber me llama. Bastante sorprendido por su reacción no puedo evitar mirarla con los ojos como platos mientras me calzo y pienso en lo que debería decirle.

-¿Tú a qué creías que me refería cuando hablaba de las escapadas con Henri? ¿A dar vueltas por el Castillo de noche? No es la primera vez, nunca nos alejamos como para perder de vista Hogwarts. No te preocupes, nunca nos adentramos demasiado. Pero si quieres venir tienes que prometerme que si hay alguna señal de peligro serás la primera en volver, y te aviso de que Henri es muy rápido corriendo.- Me río para quitarle hierro al asunto, pero es algo que me estaba tomando realmente en serio. Como bien había dicho, es peligroso.

De camino a allí, pensaba en como podía hablar de lo que Henri había dicho hacía un momento sin que se sintiese incómodo o herido por ella... Eso si no estaba enfadado.

Entra en la Sala Común con paso acelerado, y al sentir el calor de la sala, no puede evitar detenerse y suspirar aliviada, disfrutando de la calidez del ambiente.

Al entrar, busca a Spencer con la mirada.

De nada me iba a servir acostarme tan pronto, a si que me siento al llegar y echo la mano a alguno de los libros de lectura que suele haber desperdigados por la sala común. Cuando entra Scarlet, reparo en que estaba tan malhumorado que no había prestado atención ni tan siquiera a si me seguía. 

-Lo siento, sé que no te gustan las discusiones y parece que no hago más que arrastrarte de una para otra.

Dejo el libro que ni he abierto a un lado para prestarle mi plena atención.

Scarlet sonríe tímidamente y niega con la cabeza mientras se sienta a su lado.

-No te di-disculpes, supongo que la re-relaciones so-sociales también implican riesgos de di-discusión-se encoge de hombros y ríe, tanteando un poco como era el terreno.

Se pone algo más seria y le mira a los ojos.

-¿Estás bi-bien? ¿Quieres ha-hablar de e-eso?-le pregunta preocupada. Era cierto que pensaba que Henri tenía razón, pero también le importaba lo que Spencer pensase y sintiese.

-Si, estoy bien. Me sienta mal que Ashton tenga tan engañado a Henri, pero bueno, tampoco es algo con lo que vaya a tener que lidiar de ahora en adelante. -Bostezo.- Estoy terriblemente cansado. Voy a leer un poco antes de acostarme, pero si quieres charlar jugando al ajedrez explosivo me parece una buena opción.

No me apetecía lo mas mínimo, pero su compañía siempre era un alivio, y pasar un rato juntos podría compensar las inclemencias del día.

Scarlet sonríe y bosteza, contagiada por el de Spencer. Se tapa la boca con una mano mientras que con la otra se estira.

-Yo ta-también estoy cansada y creo que iré a do-dormir...Me a-apetece mucho ju-jugar contigo...-vuelve a bostezar-Pe-pero mañana jugamos, ¿va-vale? Te debo una pa-partida.-le dedica una sonrisa cansada.

Duda un momento antes de inclinarse y darle un abrazo, le estrecha un momento y se separa de él.

-Bu-buenas noches. Que de-descanses, Spencer.-vuelve a sonreírle.

Se levanta y tras despedirse con la mano, sube las escaleras hacia su habitación para dormir.

Extrañamente en todo el camino hacia la torre de Ravenclaw, Madelain no se cruzó con ningún fantasma ni nadie que pudiera indicarle dónde se encontraban ellos. Intentando ser optimista, ella pensó que eso era algo positivo porque si la Dama Gris no estaba rondando por el castillo, lo más probable era encontrarla en la torre. Por eso cuando llegó a la sala común la buscó con la vista y la llamó.

_Dama Gris, por favor ven. Siempre te has mostrado dispuesta a ayudar a los alumnos de Ravenclaw, y yo en este momento necesito tu ayuda.

La joven fantasma hace acto de presencia en la sala común de su casa. Mira a su alrededor y ve a Madelain que parece ser quien la ha llamado.

-Me llamabas?

Se acerca a ella flotando por el aire y se queda a unos pasos de la chica.

A pesar de que era lo que estaba esperando, Madelain no pudo evitar mostrar un gesto de sorpresa al ver a lo lejos aparecerse al fantasma. Ese gesto de sorpresa se fue convirtiendo en una sonrisa cada vez más grande a medida que el fantasma se acercaba.

_Gracias por acudir a mi llamado, Dama Gris. Tú siempre te has mostrado dispuesta a ayudar a los alumnos de tu casa, y yo nunca necesité ayuda tanto como ahora. Acompáñame por favor, para que hablemos a solas.

Madelain la llevó a la habitación, que a esa hora estaba vacía. Aparentemente todas las alumnas estaban o estudiando o simplemente disfrutando del sol de la tarde. Cerró la puerta pero de todos modos habló en voz baja.

_Dama Gris, necesito que por favor me cuentes cómo eran las cosas hace cien años, antes de que el director llegara al poder. Háblame también si puedes del anterior director y del niño que sobrevivió, y si hay alguien en este castillo que los haya conocido.

Sigue a Madelain hasta la habitación de las chicas y escucha su pregunta, aunque por el comportamiento de ésta ya sabe que no va a ser algo bueno y cuando la escucha se da cuenta que es verdad. La Dama Gris suspira por la pregunta... no le gusta hablar de esas cosas con sus alumnos, ni con ellos ni con nadie. Y para ser sinceros a nadie le gusta hablar de esos tiempos.

-Hace 100 años... bueno... no es un tema que debas tratar, pero ya que lo preguntas... en esa época hubo un gran enfrentamiento entre las fuerzas que defendían la libertad y las fuerzas oscuras... en el apogeo, cuando todos pensábamos que se acabaría el terror, fueron las fuerzas oscuras las que ganaron... todos sucumbieron... el castillo... el castillo se tiñó de sangre...

A pesar que el rostro de la Dama Gris siempre muestra tristeza, en esos momentos se ve más agravada por lo que está contando.

-En cuanto al director... supongo que te refieres a Dumbledore. Un gran hombre, sin duda... tuvo sus problemas de joven, pero supongo que eran los problemas de cualquier joven con ideas. No creo que haya nada en el castillo que sea suyo... y libros... supongo que en la sección prohibida si es que han guardado alguno.