Partida Rol por web

Volantazo para aquí, volantazo para allá, voy esquivando los coches que se me echan encima. Bueno, quizás sería más justo decir que son ellos los que me esquivan a mí, pero el resultado es el mismo.

Lo vamos a conseguir; el túnel está allí delante, a pocos metros. Entonces, suenan los disparos otra vez.

- ¡Mierda! ¡Misiles!

Trato de esquivarlos, casi por intuición.  Hago un cambio brusco de carril, justo al tomar una curva que no tiene ninguna visisbilidad. Sin tiempo para corregir la maniobra, me agarro fuertemente al volante esperando lo peor...

Entre discusión y discusión, había olvidado por instante que un helicóptero nos perseguía. Me aferraba al asiento y cerraba los ojos cada vez que Dan sobrepasaba un coche. Era un milagro que aún nada nos había sucedido.

Y nuevamente ese sonido, misiles, con objetivo de acabar nuestra vida. Llevo las manos hacia mis oídos, aquel ruido era insoportable, me atemorizaba mucho.

Mi cuerpo se ladea de forma brusca, haciéndome perder control absoluto de el, todo debido a la maniobra de Dan. No abriría mis ojos, no ahora que sabía que éste giro tendría un resultado poco grato.

Lo único que hago es gritar y mi familia ocupa mi mente. Sin duda, saldríamos mal o quizás no saldríamos con vida.

Los misiles impactan a un metro de vosotros haciendo dar varias vueltas de campana seguidas hasta parar boca abajo cerca de la entrada del tunel. Todos estais heridos por el impacto algunos mas que otros. Habeis salido del coche todos al dar tantas vueltas y habeis quedado esparcidos por la carretera no a mucha distancia unos con otros (por no poneros cinturón). Con la vista nublosa observais como el helicoptero desciende hasta el suelo y de este sale el hombre de siempre.

-Habeis perdido. Estaba claro. Solo yo conozco la formula de las celulas por lo que intentasteis huir o matarme. Puede que el gobierno descubra el antídoto pero ire creando mas y mas celulas y las venderé a mercado negro.  Fin del juego.

Se acerca lentamente a la primera que vé y se detiene junto a ella. De su bolsillo saca algo. Al pasar unas milesimas te das cuenta de que es una pistola. Abre la recamara para asegurarse de que hay una bala dentro...

Se había dado un golpe en la nuca que casi le había dejado inconsciente, pero hizo un esfuerzo por mantener los ojos abiertos. Había quedado tendída boca arriba, y de hecho sentía que se había roto un brazo o algo así. También debía haber daño o hemorragia interna, se sentía pesada y con el abdomen dolorido e hinchado. Contemplaba, aunque sin ver demasiado, las ocasionales y perezosas nubes que se desplazaban por el cielo, observando indiferentes aquello. Pero en este marco entró el hobre en su campo de visión, con el arma.

-Hola de nuevo... cabronazo... al parecer me...tienes mucho aprecio, ¿ah que si? -sonrió leve y despreciativamente, hablaba en un susurro ronco, entre los estertores que eran su respiración. Tenía tanto dolor, que cualquier demostración involuntaria de miedo quedó opacada, porque hasta temblar le costaba- Te dije que...ibas a terminar agujereado, estamos iguales...

Observó el arma que comprobaba y tragó saliva y sangre con dificultad.

-Siempre con mal gusto... ¡Cojonudo! -exclamó ligeramente mas alto- Tocará adelantarse al infierno...para contarte luego como es... Allá te vere, mamón...

Fin del camino, pensó resignada. El temor y la desesperación bullían incontrolablemente en su interior, pero ella mantenía esa expresión burlona.

No voy a darte el gusto de verme lloriquear o algo así.

Y allí estaba yo, tendida en la calle con un sin fin de golpes, huesos rotos y sangre cubriéndome. Me costaba respirar y no podía moverme, lo intentaba pero era inútil.

El sabor de sangre provocaría prontas arcadas y sabía que el dolor que provocarían sería más doloroso que todo aquello que sentía. Escucho voces, confusas y no comprendía que decían, sin duda, estaba aturdida por el impacto.

Siento como mis ojos se humedecen y mis labios tiemblan ligeramente, no deseaba morir, tenía muchas cosas por vivir, muchos planes y aún era muy jóven, todos erámos demasiado jóvenes y aquí estábamos, desamparados y tendidos en la calle por una situación absurda que aún no sabemos porqué estuvimos involucrados.

Miles de recuerdos invaden mi mente; mi familia y amigos, tantas cosas por decir y tantas cosas por compartir, era una pena y sabía que lamentarían mi muerte.

Me pesaban los ojos, quería cerrarlos pero si lo hacía creía que jamás los volvería a abrir y éste pensamiento hace que mi corazón de un vuelco, pero me sentía tan cansada y el dolor era cada vez más insoportable.

La ostia ha sido de órdago. Tirado en el suelo, entreveo la imagen borrosa del cabrón ese que se acerca a Luna con la pistola en la mano.

Andrúe ha aterrizado al lado mío; no sé en qué condiciones estará él, ni si aún tendrá la pistola, pero a mí sólo me quedan fuerzas para decirle, desesperadamente:

- Dis...pá...ra...le.

Una barra de acero salida del coche se allaba atravesando mis pulmones. No podía respirar bien. Escuché la voz de Dan muy lejana. Había llegado mi hora. Todo me había salido bien hasta el momento pero algo debía fallar. Miré a Dan. Mi boca ensangrentada le sonreía. Yo era el claro ejemplo de que porque seas el tio mas fuerte y rápidono vas a tener mas suerte. Al cabo de unos segundos entendí la acción que me ordenaba mi compañero Dan. Cojí la pistola a duras penas con mucho esfuerzo.

-Haz...lo.... tu.....

Lancé la pistola acercandosela lo mas posible a Dan. Mi vista se nublaba, era el final del camino. Me empezé a deslizar por el suelo ya que mis músculos no respondían. En ese momento el aire no lo sentía en la piel, ni el dolor, ni nada. Cerré los ojos...

Me arrastro por el suelo el metro que me separa de la pistola. La cojo, me pongo de rodillas y disparo sobre la imagen borrosa. Apenas me quedan fuerzas para sujetar el arma, y ésta se mueve terriblemente con el fogonazo y cae de mis manos.

Veo que la figura se vuelve al oir el ruido, o sea que no le he dado.

- ¡He sido yo, cabrón! , le grito tratando de ganar tiempo mientras busco el arma para disparar de nuevo.

Cuando va a apretar el gatillo ve a Dan disparar. Se acerca a el y le apunta a la cabeza. 

-Ahora si que has metido la pata. Hasta el fondo... Despídete.

Estiró la mano levemente en busca de algo contundente y encontró parte del destrozado auto, estaba bastante caliente y retorcida. La aferró haciendo una mueca y se sentó usandola de apoyo. No tenía ni fuerzas ni medios para pararse, pero hizo acopio de sus pocas energías para arrojar el fierro, que una vez no estuvo de soporte provocó que su espalda tocase el asfalto de nuevo.

Cerca no es suficiente...

Formuló mentalmente cuando vió la figaz imágen del triozo de metal pasar a un lado del hombre.

Las voces se escuchaban lejos y lentamente comienzo a abrir nuevamente los ojos. Intento ponerme en pie, pero me costaba, me dolía todo mi cuerpo, pero debía hacer algo por los demás.

Tras unos minutos, que parecieron horas, logro incorporarme y ponerme en pie. Sentía que caería nuevamente al suelo, pues mi cabeza me daba vueltas y el sabor cobrizo en mi boca, a sangre, provocaba nauseas.

El corazón me da un vuelco al ver aquella devastadora escena ¿Estarían muertos? al menos Dan no. Con paso lento y suspirando de dolor camino hacia él y me percato del arma, si tan solo pudiese tomarla y dispararle...

Conforme la figura se acerca a mí, voy distinguiendo mejor sus rasgos. La has cagado, Dan, pienso. Instintivamente me arrastro de espaldas por el suelo, tratando inútilmente de huir del peligro.

Ya lo tengo justo enfrente, apuntándome con su arma, cuando veo a Sophia que se mueve sigilosamente hacia el sitio donde se me cayó el arma, por la espalda del tío de Alen. Si tan solo pudiera distraerlo un poco más... Si pudiese hacerle hablar.

- Vale cabrón, fin de la partida, tú ganas... por ahora. En cuanto la policía y el propio ejército tengan noticia del revuelo que se está montando aquí, estás acabado. Es imposible que tengas dominados a todos los polis y soldados de la zona. -no me creo lo que digo; sé que es perfectamente posible, tal como están las cosas, que ese cabrón los tenga a todos bajo su poder. Pero sigo insistiendo, buscando que me dé una explicación.

¿No creerás realmente que te vas a salir con la tuya, no?

-Pues si, amigo mio. -baja el arma y te habla- Voy a salirme con la mia. De hecho he ganado.

Vuelve a apuntarte con el arma.

-Ahora si no hay mas preguntas...

Debía lograrlo, debía lograrlo, eran las palabras que cruzaban mi mente en aquel momento. Mi mirada cambiaba de Dan a la pistola, constantemente; sabía lo él estaba haciendo, distrayéndole para que yo aprovechara el momento; solo un poco más...

Mi vista comienza a nublarse y podía sentir como mis piernas comenzaban a flaquearse. No, no podía darme por vencida. Cerraba los ojos para intentar aclarar la vista, pero esto no ayudaba mucho.

La cabeza daba vueltas y el cuerpo lo sentía, ligero. Ahora no veía absolutamente nada, todo era negro ¿Donde estaban todos? un nuevo golpe lastima mi cuerpo. No había nada más que hacer.

El tiro de Sophia se escucha durante varios segundos... sin ningun resultado.El hombre ignora a Sophia por momentos.

-Se acabo...

Comienza a apretar el gatillo lentamente y a vosotros se os hizo eterno. Una vez realizado el tiro se hizo el silencio.

Cuando abris los ojos para comprobar que ha pasado, veis que Sophia está herida por la parte central del pecho. Cae al suelo del impacto de la bala.