Partida Rol por web

Sarita no abandonó su puesto de vigilancia a pesar del estado precario en el que parecían llegar Adelaide y Elnora. No podía dejar la vigilancia del grupo y menos estando tan cerca del castillo. Además ya había suficientes compañeros que podían comprobar el estado de las dos chicas

Me acerco preocupado a las dos chicas que acaban de aparecer. -¿Estáis bien? ¿Dónde está Valanthien? -pregunto al llegar a su lado.

Elnora se levantó apartando bruscamente a la gente que le ofrecía ayuda. Valanthien esta muerto, dejó que un insecto acabara con él.

A la espalda de la chica se podía ver parte del equipo que portaba anteriormente el aventurero, algo que Elnora no se molestó en ocultar, sin dar tiempo a más preguntas sacó un par de rollos de pergamino y comenzó a examinarlos.

El guerrero guardó silencio ante la noticia de la caida de un compañero, aunque no lo conocio muy bien no era grato que el grupo habiera sufrido una perdida. Sin embargo se repuso rapidamente. 

-"Bien, vallamos al castillo. Quizas hallá café caliente y panecillos esperandonos!"- Dijo sin mucho convicción. 

Os acercáis con cuidado, ya que ese castillo es el hogar de vuestro enemigo. Vuestros ojos trabajan como nunca, al igual que vuestros oídos. Os asustáis ante cualquier paso mal dado, cualquier rama rota e incluso los vientos que suenan extraños.

Llegáis a la puerta. Antes de estudiar qué podéis hacer para entrar, se abre con sigilo.

Como si el Señor del Castillo os estuviera esperando.

Allí, dando unos pasos, podéis ver el interior de la estancia de entrada

Es magnífica, aunque las sombras parecen tener vida propia y se ríen de vosotros.

Hay una puerta al final de esta sala y a cada lado del pasillo hay una puerta.

Sarita investigó la zona en busca de trampas y del mejor sitio para apostarse en caso de ataque o emboscada

Adelaïde se quedo mirando todo pasmada subida en su caballo sin saber que hacer.

El primer síntoma de que algo no va bien es el caballo de Adélaïde. Comienza a cocear y a relinchar como si se estuviera volviendo loco, desesperado por salir de ese lugar, estando a punto de derribar a su dueña.

El segundo son dos gritos. Al mirar a vuestro alrededor, Enya y Morgana han desaparecido, sin dejar aparentemente ningún tipo de rastro.

Y, el tercero, es una risa malvada que hace que vuestra piel se ponga de gallina retumbando por todos lados

Empiezas a buscar y encontras diferentes baldosas que activan trampas. Ante la desapareción de Enya y Morgana hay una especie de mecanismo que parece abrir las baldosas donde se encontraban ellas

El suelo se abrió a tus pies. Antes de poder reaccionar y agarrarte a ningún lado, empiezas a caer por lo que parece una especie de tunel.

Cuando desesperas porque parece no tener fin, caes al suelo. Miras a tu alrededor y ves a una habitación sin muebles alguno. Resto de criaturas muertas y rugiendo con ferocidad, te encuentras a un león.

Este león inmenso posee una corta melena y una piel moteada de color tostado, pero aquí termina el parecido con un animal normal. Esta criatura monstruosa tiene protuberancias óseas alrededor de sus ojos y hombros, con crestas espinosas que recorren toda la longitud de su espalda.

Adélaïde consiguió mantenerse en el caballo por el momento. Hizo un desesperado intento para calmarlo mientras le susurraba palabras al oido. ¡Enya!¡Morgana! - gritó Adelaide. - Sal y da la cara para que te la podamos partir señorito.

Morgana se lanza sobre el monstruoso leon, pero su apariencia la despista ahciendo falla el golpe.

El suelo está lleno de trampas, tened cuidado donde pisáis.

Todo se había vuelto un caos en un momento, además esa risa salida del mismo infierno le hacía pensar que el señor del castillo se disponía a jugar con ellos.

Sarita se acercó a uno de aquellos mecanismos e intentó inutilizarlo

Etelimas se cruzó de brazos a la espera de que la ladrona hiciera su parte del trabajo. Se acercó a Elnora.

-¿Os lo habéis pasado bien matando insectos? -le preguntó con media sonrisa- Espero que no lo suficiente, parece que esto será aún más divertido. -agregó mirando alrededor en vano.

Kalalo se sorprendio al ver como los habian emboscado tan facilmente, se suponia que eran un grupo muy capaz. 

Se agacho mientras tensaba una flecha en su arco y miraba a todos lados, buscando no solo a la dos compañeras desaparecidas, si no a su invisible enemigo.

Elnora no pareció reaccionar ante la desaparición de sus compañeras y la súbita situación de peligro, Etelimas se acercó con ganas de charla, parecía que al igual que ella no parecía importarle el peligro aparente en el que se encontraban. Creo que será más divertido cuando le arranque el corazón al señor del castillo.

-Si en verdad es un muerto viviente no creo que le importe, pero entiendo a qué te refieres. -dijo Etelimas sonriendo. Miró de nuevo alrededor- Voto por destruir todas las puertas desde aquí y ver qué pasa...

Apenas terminó de hablar y lanzó un encantamiento. Un rayo verdoso brotó de sus dedos disparado a la puerta de la izquierda.

Morgana se lanza a por el león, pero no le roza. Este despiste le aprovecha la criatura que, levantándose sobre sus patas traseras, intenta morder primero, pero no lo consigue. Sin embargo, el ataque de sus garras es devastador, provocando un gran daño a la mujer.

Adélaïde no consigue tranquilizar a su caballo que, asustado, sale corriendo hacia la salida, parándose a cierta distancia de la puerta, más o menos donde habíais caído al salir del laberinto del árbol.

Etelimas, sin ganas de esperar, lanza un rayo hacia la puerta de la izquierda... Pero no consigue derribarla. La puerta sigue en pie como si la hubieran intentado acuchillar con una daga

Escuchas un ligero "click" al toquetear una de los mecanismos. Parece que ha sido desactivado