Partida Rol por web

Sarita volvió a lanzar dos flechas a aquella planta demoníaca.

Elnora parecía estar disfrutando del espectáculo, los "heroes" estaban dándolo todo para pelear contra una insignificante planta, un poco grande, pero solo un vegetal, decidió apartar su atención de la pelea y estudiar los pergaminos que había adquirido minutos antes, cuando recorrió la caverna junto a la jinete y al muerto.

Etelimas se revolvió entre los zarcillos del rosal encantado. Aquella planta le estaba cortando en trocitos con sus enormes espinas, pero el forcejeo fue en vano.

Ahora su esperanza recaía en sus compañeros.

Entre todos, conseguís acabar con el rosal que estaba a punto de acabar con Etelimas. La planta emite un grito cuando su vida se escapa por el golpe de vuestras armas. Kalehid se acerca con velocidad hasta su hermano, poniéndole la mano en la frente, Etelimas nota como sus heridas empiezan a cicatrizar.

Uno es un pergamino de "Círculo mágico contra el bien" y el otro un pergamino de "Lentificar veneno"

Adelaide suspiró cansada tras la extraña batalla. Seguía sorprendida de que unos simples objetos de la casa casi logran vencerles, pero eso no hizo que su animo disminuyese. - Sigamos.

Había otra habitación con objetos, pero Sarita tenía seguro que ella no entraría. Ya lo había pasado bastante mal metida en aquel armario con las tres o cuatro manos de Kalalo recorriendo su cuerpo.

Se paró a registrar la habitación, donde ya habían derrotado a algunos de aquellos animados, en busca de algo de valor que compensara aquel mal trago.

Después siguió al grupo

El guerrero busco en la habitacion algo de valor o que le ayudara a decidir el camino. Al final decidio ir por el camino del jardin, total el rosal ya estaba "muerto". 

Elnora enrrolló los dos pergaminos que había sacado tras desentrañar los secretos que se escondían entre sus párrafos y se levantó, observó que el grupo había acabado con la planta y se disponía a seguir avanzando por el castillo, la bruja decidió seguirlos como había hecho hasta el momento y así tener más oportunidades para ver al señor del castillo, estaba decidida a descubrir cómo recuperar lo que le pertenecía por derecho propio, y unos cuantos muebles y plantas animadas no podrían detenerla.

Etelimas miró al grupo y soltó un "Gracias" seco, con el orgullo herido.

-¿Y ahora por dónde continuamos? -dijo mirando a su alrededor.

Sara y Kalalo no parecen encontrar nada, así que tomáis el camino del rosal, que es el que ha empezado a seguir Kalalo.

El jardín al que llegáis no es muy grande. Cabéis todos en él, pero nadie más. A la derecha, hay una puerta que está abierta. Si os asomáis, hay una gran sala desierta, iluminada por antorchas. Al final, hay una pequeña tarima. Sobre ella, un hombre encapuchado, esperándoos.

Quiero hablar con vosotros os llega una voz potente desde su posición.

-"Ha mierd$"- Dice Kalalo al ver al encapuchado y subido en una tarima. Mas por curiosidad que por valentia, se adelanta a los demás, pero indicando a modo militar para que hicieran dos filas de tres, una a cada lado de la habitación.  Con la espada en la mano derecha, Kalalo toma la primera antorcha que esta a su alcance y se sigue acercando.

-"Hey, mister, ¿podrias sacarte la capucha?. Mi madre me enseño a no hablar con extraños sin mirarlos a los ojos"- Dice gritando casi sin necesidad.