Partida Rol por web

Una vez te sientes a salvo, vuelves hacia atrás dando un rodeo. El ruido de la pelea te guía hacia dónde ir para saber qué es lo que está pasando y a la vez, enmascara el que pudieras hacer al moverte. En la oscuridad, te resulta fácil moverte sin ser visto. Consigues acercarte lo suficiente como para ver a varias sobras en la noche enzarzaros en una pelea. En una de esas sombras reconoces a Júpiter. Varios disparos suenan en la noche. 

Tenían a Júpiter superado en número. Por un lado eso le estremeció de terror. Por otro, imaginó que con la oscuridad las cosas estarían más o menos igualadas, ya que los tipos esos bien podían pegarse entre ellos en la confusión, y Júpiter tenía un arma. Una vez más se imponía la prudencia. Percy se acercó poco a poco, esperando su oportunidad: atacar a alguno de esos malnacidos siempre que estuviera seguro de que no era Júpiter, y con la ventaja de no haber sido percibido antes por él.

Verás, como Júpiter me vea va a pensar que soy otro maloso y me disparará a mi...

Mierda! Rick se revuelve con una punzada de dolor en la rodilla y ve venir a los zumbados con sus cuchillos apunta a la cabeza Rick, los interrogatorios por ouija. Una bala un muerto o de esta no sales... pega un grito de pelea Como en la guerra, eso acojona al más valiente AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH y aprieta el gatillo... Pero la bala sale muy desviada...

Asustado vuelve a disparar... Pero no es su mejor disparo...

¿Cuántas balas me quedan en el tambor? ¡Tres, tienen que ser tres! Me falta tiempo para disparar de nuevo.

Al ver a los demas encapuchados acercandose John decide seguir disparando...

Mierda estamos jodidos Harry dice por lo bajo... Luego aprieta martilla y aprieta el gatillo nuevamente...

Al escuchar el aullido de Rick piensa que alguno de sus amigos no pasara la noche...

Espero no ser yo...

Harry hace una mueca contrariado por la mala fortuna de John. Con un atacante tirado en el suelo decide encañonar al otro y hacer sendos disparos. 

-¡Mierda!-murmura-.

Los dos encapuchados heridos, al ver cercana la muerte hacen acopio de fuerzas e intentan adelantarse a su destino fatal atacándoos con sus cuchillos. 

Ambos fallan, pero veis que tres más se acercan para ayudar a sus compañeros. 

Tus dos perseguidores llegan hasta ti y, acorralándote contra la pared de la iglesia, te atacan con sus cuchillos, que no consiguen alcanzarte. 

Los dos encapuchados parecen confiados viendo que tus disparos no consiguen alcanzarlos y hacen más presión, obligándote a retroceder para mantenerlos a ralla, mientras siguen atacando con sus cuchillos. Ambos fallan en sus intentos, aunque uno pasa muy cerca. No sabes por cuanto tiempo podrás contenerlos. 

Te acercas con cuidado, amparado por las sombras hasta la posición de Jupiter. Ves que tu compañero sigue debatiéndose con aquellos dos encapuchados. Parece que está teniendo dificultades pero resiste aunque la presión de sus atacantes le obliga a retroceder hacia tu posición. 

Rick esquiva los cuchillos por los pelos y hace dos disparos rápidos, uno por encapuchado, medio apuntando a la cabeza... Total están tan cerca que es difícil fallar ahora... En la oscuridad es difícil decir donde han dado las balas, pero seguro que les ha acertado No, si todavía me salvo...

Se acercó a ese lío de sombras que había delante de sus narices. No podía muy bien distinguir qué era lápida, que un ramito de flores o qué un miembro caliente y vulnerable, pero igual adelantó rápido pero inexperto su bisturí. Luego se retiró, dispuesto a escudarse en cualquier pedrolo que le diera reparo tanto a ataques como a la vista del tipo al que había intentado ¿cortar? No estaba seguro de que no hubiera dado más que con tela de esos mantos o túnicas que llevaban.

Agazapado, preparado para esquivar, esperó la respuesta del tipo, rezando para que no le hubiera sentido.

Entre jadeos, logro articular:

-¡Auxilio! ¡Van a trincharme! ¿Harry, dónde estás?

Se debaten como panteras en la noche, no logro acertarles. Si al menos pusiera a uno fuera de combate… Siento la camisa pringosa y no es sudor, los labios de la herida que me han infligido son los ansioso de una prostituta de Nueva Orleans. ¿Es que ya no volveré a esa ciudad fantástica? ¿Será aquí, en este apestoso cementerio, donde concluya mi carrera? ¡No!

Aprieto los dientes y vuelve a disparar contra el más osado.

John dispara sin dudarlo al que se le viene encima... de los nervios la bala sale hacia cualquier lado...

Me cago en la puta... dice cuando intenta esquivar el cuchillo