Partida Rol por web

El cielo seguía tronando más la lluvia se resistía a aparecer, de vez en cuando los fogonazos de los rayos hacían acto de presencia desdibujando y convirtiendo el entorno en formas cada vez más grotescas. El enfrentamiento entre aquellos dos bandos que luchaban por el medallón estaba llegando a su punto más álgido.

La estrategia de abatir al sacerdote resultó ser la más acertada. Aunque ya no quedase si no el recuerdo, Robert aún se sentía entumecido por el horror del que había sido testigo. Fe de ello dio la bala que se perdió agujereando una de las numerosas lápidas que poblaban el lugar. 

Aquel fracaso no amilanó en absoluto a su compañero quién ignorando a los dos asesinos que tenía más cerca, disparó nuevamente apuntando al tercer sectario que acosaba a su compañera. La bala impactó en su espalda derribandolo al húmedo cesped, no parecía tener intención de moverse. Otro disparo resonó en la oscuridad, los truenos respondieron como eco.

Catherine sintió una alegría tremenda al sentir la vibración de la pala al hacer contacto con el sacerdote grotesco, pero su dicha se apagó al notar la daga en su brazo. -¡Hijo de puta! -profirió cuando percibió el daño. Sin embargo, Robert y Richard ya parecían estar en sus cabales, y Charles había resultado ser un excelente tirador. El sacerdote ya estaba muerto, y su atacante inconsciente. Todo parecía ir viento en popa. 

Con un gesto de cansancio, Catherine avanzó los pasos que le separaban de los hermanos Singh y Patel y alzó su pala para golpear a alguno de los dos. Sin embargo, el esfuerzo de levantar el pesado objeto hizo que un pinchazo de dolor le recorriera el brazo herido, por lo que perdió la concentración y el equilibrio, no llegando a acertar su objetivo.  

-¡Mierda!-. Maldijo Singh al tiempo que dedicaba una mirada a sus compañeros caídos. Hizo un amago de ataque pero se lo pensó mejor y echó a correr. No tardó en seguirle su compañero.

Atrás quedaban sus creencias, sus principios así como un puñado de sus compañeros caídos. Lo que el tiempo nunca borrará son los actos despreciables cometidos durante los últimos días.

Charles echa un rápido vistazo a los caídos. 

Charles se acercó a dos de los caídos, se agachó para comprobar sus constantes vitales más no sintió ningún pulso.

- Mierda

Sería por la adrenalina del momento, en cualquier otra situación nunca hubiese dado credibilidad a nada como eso, pero Charles se sentía decepcionado por no tener a mano un cuerpo para completar el ritual que describió su tío en el diario.

Enfurecido, intentó disparar a los dos hindúes que huían con la última bala que le quedaba en la recamara. 

Richard no siente desaliento por su fallo anterior. Su lejano entrenamiento militar guía su brazo. Charles parece encargarse de los caídos. Inspira profundamente y luego deja salir el aire lentamente mientras el dedo presiona el gatillo con suavidad.

Robert, se niega a que esos dos asesinos escapen. Así que dispara contra Patel su revolver.

Los malditos indios llevaban unos veinte metros recorridos cuando Charles resolvió disparar, no tardaron en secundarle sus compañeros.

BANG BANG BANG BANG BANG

La balacera era puro estruendo y provocó que uno de los dos cayese, su compañero se detuvo unos instantes pensando en auxiliar al caído más un instinto primario de conservación se sobrepuso a sus deseos más racionales. Desapareciendo entre las sombras del lugar.

Arriba en lo alto del cielo, las nubes seguían moviéndose formando una perfecta espiral, nada que ver con la aparente aleatoriedad de los fenómenos meteorológicos. Resultaba paradójico como tanto orden resultaba antinatural. En su centro el óculo oscuro había ido creciendo en tamaño hasta asemejarse al de un puño visto desde la tierra.

Al ver caer a uno de los dos Charles corrió para identificarle.

Singh o Patel. Cualquiera valdría... - el ritual seguía ocupando parte de su pensamiento. Si sería capaz de realizarlo y cómo reaccionarían sus compañeros ocupaba la parte restante.

Definitivamente, la visión del sacerdote había cambiado algo en él. 

Como un cazador que abate a su presa, todos fueron raudos a comprobar el resultado de su cacería, desconocían quién era como también desconocían si estaba vivo.

-Hmpfff… Aggghhh… ¡Mierda! –Gritó el cuerpo que se arrastraba luchando con todas sus fuerzas. Era Singh.

-Joder, no me creo que seáis capaces de hacerlo. Fredderick fue incapaz. Intentó abortarlo pero no quiso hacerlo. Sabéis no es fácil, quitar una vida quiero decir. –Tosió un par de veces, su lengua estaba totalmente enrojecida. –Eso te marca.

Singh miró al cuarteto a la vez, buscando su piedad. Se detuvo en cada uno de los rostros, mirando a sus ojos.

Richard le encañona con el rifle, mientras su cabeza no deja de bullir.

-¿Abortar? ¿Qué quieres decir? Llegamos antes de que pudierais hacer nada, maldito piojoso.

Catherine suelta la pala y echa a andar rápidamente tras Charles y Richard. La visión de ambos, armados y examinando al indio, era realmente escalofriante. Pero no más que lo que acababan de presenciar. Sin embargo, cuando el hombre empezó a hablar y a buscar sus ojos, la mujer tuvo que desviar la mirada. Efectivamente, no era fácil quitar una vida. 

-Esperad, ¿qué quiere decir con que vamos a hacerlo? -en ese momento, se sentía confusa. 

 Sabéis no es fácil, quitar una vida quiero decir.

Quitar una vida ha sido más fácil de lo que nunca habría pensado señor Singh. La suya será la cuarta. - el rictus serio de Charles no indicaba ningún atisbo de broma - Richard, Robert, desarmadle por favor.

Señores... ya les hablé del ritual que describió mi tío. Lo encontró Catherine en aquellas páginas sueltas del diario - Se metió la mano en el bolsillo interior de la chaqueta y sacó dos hojas arrugadas. Inmediatamente se la pasó a sus compañeros para que las leyesen. 

Para Destruir el Portal de Kali:
(La ceremonia) Se lleva a cabo al aire libre en el solsticio de verano, purifica el altar (cualquier objeto que haga de mesa servirá), dibuja un círculo alrededor del altar con el cuchillo para proteger a los celebrantes; ata a la víctima al altar; camina dentro del círculo, alrededor del altar, en sentido opuesto a las agujas del reloj durante nueve veces, todo el tiempo cantando:

¡Ia Ia Khali!

...
Después de eso, haz la ofrenda de sangre- según mis estudios, en un principio eran ofrecidos un centenar de sacrificios humanos, pero parece que solamente el primero es crítico. El procedimiento adecuado es estrangular a la víctima hasta que entre en un estado de inconsciencia y luego, usando el cuchillo con el que se ha dibujado el círculo, quitar el corazón pecho de la forma más sangrienta que sea posible. El amuleto es colocado en la boca del celebrante principal, quien luego arranca con los dientes un poco del corazón. Mientras el sacerdote mastica, los demás cantan:
Baka Karda Kali!
Gumas Udar Gatus!
Tupa Karda Kali!
Baka Karda Kali!
Luego el sacerdote escupe el amuleto al suelo y todos abandonan la ceremonia sin mirar hacia atrás.

- Como entenderán, en su momento me parecieron todo cuentos pero.... verme representado en aquel hombre - señala a su doble - y después la criatura en la que se convirtió el sacerdote.... No sé qué creer, pero me inclino a confiar en las palabras de mi tío. El solsticio de verano es hoy y afortunadamente tenemos a quién sacrificar. - terminó mirando a los ojos directamente a Singh. 

El rostro de Robert, era la viva imagen de la confusión. Los terribles acontecimientos y visiones, le habían dejado demasiado aturdido y disperso. Aun así, siguió las instrucciones de Charles y de forma automática, desarmo al sectario mientras Richard lo apuntaba con el rifle.

-¿ Que ...que es lo que vamos a hacer Charles? Dijo con un hilillo de voz y con un tono semiausente.

El rifle tiembla y al poco, una vez desarmado Singh, apunta al suelo. Richard mira a su amigo como si lo viera por primera vez.

-¿Qué estás diciendo, Charles? Vamos a llevar a este hombre a la policía por haber asesinado a tu tío, eso es lo que vamos a hacer.

Al escuchar a Richard Charles frunció el ceño disgustado. 

- ¿A la policía? ¿Con ese incompetente de Samson? ¿Y qué va a hacer? Seguro que no es capaz ni de relacionarles con el caso...

Charles cogió los papeles de las manos de sus compañeros e hizo un repaso. 

- Lo que tenemos que hacer es honrar la muerte de Freddy. Mi tío me mandó el diario y me siento responsable de su tarea incompleta. Suena a locura pero... ¿más locura que la metamorfosis que acabamos de presenciar?. Lo que tenemos que hacer es aprovechar esta noche y hacer el ritual tal y como lo describe aquí. Tenemos el momento, la víctima, el cuchillo... 

-Joder yo no quería… -El joven era presa de los nervios, estaba llorando al sentir su final inminente. -¿Creéis que la mitad creemos en esas cosas? ¿Creéis que nos gusta asesinar? Nadie cree hasta que les muestran la verdad. Por dios Khali se suponía que era una diosa más del panteón hinduista como Shiva. No algo real encarcelado más allá de las estrellas.

La sangre en su abdomen era abundante, Singh temblaba mientras insistía en mirar a todo el mundo.

-Incluso después de la iluminación tienen a nuestras familias secuestradas. Mi hijo Rashid, ellos le tienen. Lo hice por él. ¿Tienen un hijo? Seguro que alguno de vosotros tiene un hijo. –Seguía llorando mientras se agarraba a quien tenía más cerca.

Richard no puede dar crédito a lo que oye.

-Escucha, Charles, esta gente es maestra del engaño, así que no me extrañaría que todos esos efectos que hemos visto sean algún tipo de truco. No puedes estar hablando de continuar con esta locura, porque es seguirles el juego. Además...

Entonces el moribundo empieza a gimotear y a soltar balbuceos. Esto es patético, piensa mientras vuelve a encañonarlo.

- Alejate de mí, perro, y estate quieto!

Catherine cambiaba el peso de un pie al otro, moviendo la mirada de Charles a Singh. -Dios mío, Charles. Richard tiene razón -la mujer decidió en ese momento que, después de ver a los dos hombres tirados en el suelo, gritando cosas incoherentes, tenía la confianza suficiente como para tutearlos. -Entiendo que estés furioso con estos hombres por la muerte de tu tío, pero asesinarlo arrancándole el corazón es demasiado... bueno, demasiado. 

Por otra parte, la visión del hombre transformándose en el horrendo ser contra el que habían peleado no dejaba su cabeza ni por un segundo.