Partida Rol por web

Me metí con él claramente cuando falló el primer tiro, aunque con el segundo lo hizo realmente bien y casi tuve que aplaudirle, eso sí, cuando dejó caer la pelota le miré entrecerrando los ojos y negando con la cabeza, con los brazos en jarras.

- Eres un tramposo! Eso no vale!

De todas formas, yo pensaba probar y recogí la pelota del suelo.

- Voy a intentar ganar por méritos propios aunque... el masaje lo quiero igual! - Le saqué la lengua y le pedí mis otras dos pelotas al chico antes de ser yo la que lo intentara, aunque yo era lo suficientemente competitiva como para lanzar en serio las pelotas.

Lanzas las 3 pelotas, la primera parece que va fallar pero aunque le da de refilon consigue su objetivo, la segunda que lanzas va mucho mas directa y con fueza asique no tienes problemas con eso ya de por si podrias meterte con Anders pero tu no eres de las que deja caer la ultima pelota y la lanzas con todas tus fuerzas.

Puedes ver como parece ir claramente desviada pero de golpe se endereza sin poder explicar por que y da en el blanco.

El chico del puesto os mira con una sonrisa picara y os dice que podeis escoger el premio que querais.

- Te lo daria aunque fallaras todos los tiros - aunque dudaba mucho que ella pudiera fallar las 3 tiradas ella era mucho mejor en ese tipo de cosas que yo.

Tal y como me imaginaba cuando lanzo la primera bola dio en el blanco algo desviada pero acerto, con la segunda lo hizo incluso mejor, estaba claro que podria haberse dedicado a jugar al Béisbol si hubiera querido.

Yo le dedique un pequeño aplauso mientras miraba su ultimo tiro que por alguna razón salio completamente desviado, pero bueno aunque fallara uno de los tiros no importaba la idea era divertirse, pero algo paso la bola acerto ea como si a mita de camino e hubiera enderezado sola como por arte de magia.

Mire con interrogantes al tendero del puesto, en aquel lugar todos tenian poderes asique seguramente el abria tenido algo que ver en aquello, pero se portaba de forma amable y nos decia que eligieramos premio asique no seria yo quien se enfadase por que nos regalaran un peluche.

- Eh! - Dije cuando vi la bola que hacía aquella cosa rara, pero cuando miré al del puesto no quise decir nada, a fin de cuentas, no es que fuera algo de lo que hubiera que cabrearse, y menos si la cosa era que ganábamos nosotros.

Al insistir sobre que debía de elegir un muñeco miré al hombre y me reí.

- Ya que lo he ganado yo se lo tengo que regalar a mi novio... - Me parecía que ya habíamos quedado en que éramos una pareja y señalé a Anders. - ¿ Cual crees que le pega?

Le estaba diciendo al chico que eligiera uno para Anders porque era lo que habíamos hablado, pero sabía que se pondría rojo y que luego tendría que comérmelo a besos por el color de su cara.

Estaba a punto de echarme a reír a carcajadas tras decir aquello.

El chico del puesto te mira con una sonrisa maliciosa y agarra una gran rana y te la da, la rana tiene una corona cosida en la cabeza simulando la rana del cuento que se transforma en un principe con un beso.

Cuando escuche como ella decia en voz alta que yo era su pareja me puse rojo, era una de las primeras veces que la escuchaba llamarme su novio y la verdad es que saliendo de su boca sonaba genial.

Tampoco ayudo mucho a que yo estuviera rojo que el tipo del puesto pensara que el mejor peluche para mi era una rana de mas de un metro con una corona en la cabeza, no sabia que me queria insinuar con eso pero de seguro no era nada bueno.

- Se suponia que el peluche era para ti... -

Me eché a reír cuando el del puesto le eligió la rana, pero en realidad yo ya sabía que Anders era mi príncipe por lo que por mucho que le besara no habría hechizo que se rompiera, era más, como mucho me volvería un poco más adicta a sus besos.

- El peluche era para mí si lo ganabas tú así que lo justo es que esta preciosa y enorme rana sea para ti porque la he ganado yo...

Volví a reír y puse carilla de pena.

- Pero mírala qué guapa es... Croaaaa!! - No pude evitar hacer el tonto. Eso sí acercándole su nuevo peluche para que lo cogiera.  Era suyo.

Yo ya me cobraría mi masaje más tarde si se podía.

Mi tono de cara paso del ligermente colorado al rojo semaforo en cuestión de segundos, aunque ver a Emily tan contenta valia pasar toda la verguenza del mundo.

- Vale me quedare con la rana - 

Tome la rana con cuidado, aunque era de peluche asique no hacia demasiada falta que tuviera cuidado con ella, no podia imaginar siquiera donde guardariamos aquella cosa cuando siguieramos nuestro viaje, era casi mas grande que nuestras maletas, aunque eso si nos podria servir como almohada en caso de necesidad.

- Supongo que nos daras un beso a cada una - dije poniendo la cabeza de la rana enfoncando hacia ella.

- ¿ Y si la rana por cualquier cosa se convierte en un príncipe? Luego no voy a saber con quién quedarme, si con ella o contigo... - Me reí, porque había recorrido ese camino junto a Anders y quería seguir recorriendo el que fuera a su lado. Sí, yo tampoco sabía qué era exactamente lo que me daba este chico, pero me encantaba.

Me acerqué y primero le besé a él pero lo hice de manera larga y tendida, sin prisa alguna aunque también sin pausa, saboreando el momento y disfrutando de su cercanía.

Lógicamente, la rana no tuvo tanta suerte que el beso que la di fue pequeño y rápido.

- Creo que me gustan más tus besos... saben menos a moqueta...! - Dije bromeando pero volviendo a los labios de Anders, me había quedado con ganas de más.

Si el principe fuera lo suficientemente fuerte para protegerte le dejaria irse contigo, claro que eso no se lo dije ni se lo diria jamas por que ante todo lucharia por ella, vaya que si lucharia ya tendria que ser un principe fuerte para poder protegerla mejor que yo, pero si ella eligiera a otro siempre escogería su felicidad.

Y no pude pensar en nada mas antes de perderme entre sus besos, casi ni sostengo a la rana con aquel primer beso que me dejo fuera de si con los ojos cerrados y atontado, los abrir justo para poder mirar como le dio ese beso pequeño a la rana, por primera vez en mi vida sentia envidia de un peluche.

- Entonces yo me quedare con todos los besos, ademas no se transformo en Principe -

Eran esos momentos los que me hacían olvidarme un poco de todo y aunque no ayudarían a mucho en nuestra situación y sólo era como retrasar lo inevitable, era agradable poder jugar un rato, entretenernos y estar juntos como si fuéramos personas normales en un sitio normal, simplemente queriendo pasar un rato juntos.

- Ya me precía a mí que no ibas a oponer mucha resistencia... Ranito mío!

Me reí suavemente porque sin duda todo aquello había sido bastante gracioso y luego simplemente dije adiós con la mano al hombre del puesto, casi dándole las gracias por el buen momento que nos habría brindado.

Tras ello di la mano a Anders, comenzando a caminar hacia ninguna parte en concreto.

- ¿ Qué quieres que hagamos ahora?

- Mejor no dire realmente lo que quiero hacer - 

Intente seguramente muy mal y sin acierto alguno poner un poco de humor ser un poco mas como ella y dar aunque fuera un pequeño toque de risa y perversión suave, pero tenia claro que no era precisamente lo mio.

- que te parece si recorremos simplemente esto juntos -

Lo de la primera frase que me dijo a mí me soltó tremendamente bien, pero siendo el mismo chico tímido al que le costaban mucho muchísimas cosas me parecía que aquella frase no iba por dónde yo creía. Claro, le miré con extrañeza, porque si se la hubiera soltado yo estaba segura de que la entendería en el plan que era. Además que en ese tema, aún no se "soltaba " lo suficiente conmigo y eso, siendo Anders un tío, me preocupaba un poco pero bueno, no era momento ni lugar.

- Vale, pues vayamos a dar una vuelta los tres.

Con eso de los tres, contaba con la enormísima rana que ahora era nuestro tercer compañero en discordia, al menos, por tamaño, que la verdad era enormísima.

Aún no tenía ni idea de por qué alguien nos había dejado una brújula de aquellas para nada, pero ahora ya daba igual y tan sólo veía aquello de haber ido hasta allí como una pérdida de tiempo. Lo peor, era que Anders ya había visto que aquello era una estupidez y yo le había convencido para ir allí.

Tendi mi mano aunque no sin vacilar para que ella la cogiera, era estupido que aun me costara darle la mano despues de las veces que ya lo habia hecho y de todo lo pasado, pero aun asi sentia algo de verguenza cuando trataba de agarrar su mano como si esperara que ella rechazara la mia en cualquier momento.

- Pues vamos y asi de paso buscamos un sitio donde poder pasar la noche -

Me dio la mano y yo entrelacé mis dedos con los suyos pues a pesar de todas las veces que le decía cosas quizás, hasta algo empalagosas, sabía que a veces resultaba un poco independiente, pero quería que supiera que ahora haríamos todo aquello juntos, que todas las decisiones serían de ambos.

- Vayamos entonces ranito mío... - Le dije a modo de broma, pero ahora iba a tener que aguantarme las chanzas unos días, al menos, hasta que se le quitara la gracia al chiste en cuestión.

No sabía si íbamos a encontrar algún lugar en el que pudiéramos descansar o íbamos a tener que hacerlos sentados en el suelo apoyando la espalda en alguna parte, pero al menos, mientras estuviéramos juntos...

Les habia seguido durante un rato, siempre lejos no queria molestarle eran una pareja feliz y nunca hay que molestar a una pareja cuando estan juntos disfrutando el uno del otro, pero el tiempo se acababa y tenia que hablar con ellos, yo le habia dejado es brujula sobre la mesa esperando que el imbecil de mi hermano los aceptara pero estaba claro que si dependia de el jamas lograriamos sobrevivir en el mundo.

Me acerque a ellos de frente con una sonrisa la otra chica me habia pedido que les hiciera quedarse que les ayudara asique tenia una buena escusa para entablar la conversación sin que ninguno de los 2 pudiera sospechar nada.

- Buenas - dije cuando estaba a tan solo unos metros de distancia - Mi nombre es Samuel Sullivan si teneis un momento me gustaria hablar con vosotros -

Al final llevaba un rato entretenida y haciendo el tonto a cuenta de la rana, como si no me lo hubiera pasado tan bien en una temporada y ahora, me estuviera desquitando de golpe. Siempre había sido un poco seria, pero yo le echaba la culpa a eso de haberme tenido que sacar las castañas del fuego demasiado joven.

- Hola. - Dije reconociendo lo de " Sulli " que tantas veces había escuchado desde que estábamos allí, deduciendo que ese era el que había conocido Kate.

Miré un segundo a Anders, sin tener demasiado claro si quería hablar con ninguno de ellos, pero luego simplemente asentí. Al menos, escucharía lo que tuviera que decir.

No esperaba que aquel tipo nos asaltase asi y por supuesto la mirada de desconfianza era algo basico que no podia evitar, aunque tampoco es que me atraviera a mirarlo mucho de aquella forma por si acaso se molestaba, no era idiota aquella gente seguro que podria matarnos 400 veces antes de que yo siquiera pudiera decir nada.

- De... de acuerdo que querias -

Desde luego muy firme no es que pareciera.

Estaba claro la chica era el alma de esos 2 el miraba esquivandome y con algo de enfado ella no, tenia una mirada firme y sin miedo.

- En primer lugar queria disculparme por el comportamiento de mi hermano Kathe me conto que no os trato demasiado bien y que sobre todo no trato de ayudaros y eso es algo que no puedo aceptar en esta comunidad, aqui todos trabajamos para todos y nos ayudamos los unos a los otros en lo que sea, no importa que sea clavar un cartel o luchar contra un grupo de perseguidores -

Queria dejarles claro eso por que de lo contrario no se quedarian y necesitaba que se quedaran alli, los habia visto y el destino los guiaba hacia mi asi que tenia que tenerlo cerca.

Miré al hombre tras sus palabras y asentí, para luego buscar su brújula, la que llevaba encima y dársela. Era suya y quizás encontrara a alguien más que la necesitara.

- Verás, personalmente, no quiero quedarme donde no quieren que esté y mucho menos poner en peligro a nadie, así que como le he dicho a tu hermano, tras descansar esta noche nos iremos. No sé, me había imaginado que si me invitaban a un lugar no me iban a echar, o quizás, quisieran mostrarme algo, pero ya me he llevado una gran decepción hoy después de confiar ciegamente en que esto solucionaría algo.

Me había puesto seria, pero estaba diciendo lo que pensaba, sin duda.

- Si nos indicas, por favor, donde podemos descansar partiremos por la mañana.