Partida Rol por web

Me moví hacia el sofá sabiendo lo que pasaría en unos instantes y no me equivoque, enseguida empecé a sentir la vibración, empecé intentando aguatar normal, pero a medida que ella subía la intensidad me fue imposible, empecé a ponerme roja, me mordí el labio para no dar algún gemido, pero finalmente hasta eso fue inútil y alguno se me escapo.

Seguía casi como una estatua sentada allí sin saber muy bien que hacer o que decir, y mucho menos después de decirme aquello, vi como se movían las 2 una para ponerse justo enfrente y otra detrás de mi, sabia que no me harían daño, no eran esa clase de chicas, pero desde luego algo tramaban.

Gabrille me copio como si me abrazara y entonces vi como Esmeralda empezaba a ponerse roja, trate de apartar la mirada pero no podía, Gabrielle se aseguraba de ello, aquella situación era muy extraña, estaba mirando a una chica que parecía estar sufriendo un orgasmo delante de nosotras, hasta gemía, y tenia a Gabrielle detrás de mi acosándome – Para… por favor…- casi lo susurre mas que lo dije era una situación tan extraña

Y para rematar de golpe me di cuenta de que ella tenia sus manos sobre mis pechos, ni me había dado cuenta escuchándola susurrarme al odio de que estaba poniendo allí, asustado puse mis manos sobre las suyas lo cual fue un error absoluto por que solo conseguí que me los apretara aun mas.

-Déjate llevar.-

Mi susurro es tan tenue, que casi podría pasar por una voz en su cabeza, si no fuese por que nota el roce de mi aliento.

-Estás excitada, solo tienes que dejar de mentirte a ti misma...hazte libre.-

-Déjate llevar.-

Mis labios se posan justo bajo su oreja, suavemente, tentadoramente, y bajan poco a poco, mientras mis manos se mueven en pequeños círculos, apretando sus pechos, más por la presión de sus propias manos que por la mia.

-Disfruta.-

Hago coincidir el momento del orgasmo de Esmeralda con el momento en que mis labios y mis dientes aumentan levemente la presión en su cuello.

-Si quieres que pare, lo haré...pero no me mientas...no dudes...-

Una de mis manos se libera con suavidad, y desciende por su cuerpo, rumbo a su entrepierna.

Me dejo un poco llevar tal vez por el nerviosismo, o por que no se que hacer, me siento aterrada y estoy quieta casi paralizada, sencillamente la escucho y ni siquiera se lo que me dice, sus susurros son casi hipnóticos, desde luego ella tenia experiencia con aquello.

Los gemidos de esmeralda siguen llegando hasta mi y consiguen que incluso me sienta algo, excitada, pero no me gusta aquella situación, ¿o si me gusta?, no estoy segura, se que me siento como mínimo muy incomoda, en aquella sala esperando a que vengan a buscarme, con una chica que gime de placer y se toca el cuerpo, otra que no deja de susurrarme cosas mientras me toca a mi, me siento demasiado extraña.

Pero solo cuando sus manos bajan a mi entrepierna, solo en ese momento consigo decirle -Para... no ... no...no quie...ro- realmente no quería pero me veía incapaz de decirlos sin tartamudear y sin temblar, tenia que reconocer que si estaba algo excitada, pero ni siquiera sabia por que.

Mi mano continúa su descenso, acaricia su sexo sobre la ropa, muy levemente.

Mi otra mano, abandona su pecho y se enrreda en su pelo, la hace mirarme a los ojos.

-Una última vez, para asegurarme. ¿Quieres que pare?-

Mis labios están tan pegados a los suyos, que los rozan al hablar. Mi mirada es fija, profanda...perfecta para ahogarse en ella, prometen una tormenta de sensaciones.

Se que tengo que seguir y decirle que no, decirle que pare, pero después de mi inútil intento no se si lo lograría y menos después de como sigue, bajando por mi cuerpo hacia mi sexo y moviéndose, noto su boca completamente pegada a mi, nuevamente su forma de susurrar es casi hipnótica, ni siquiera se que hacer.

Intentar levantar la merada o apartar la cabeza o cualquier cosa, pero me todo con Esmeralda quien parece seguir igual de animaba y ya no se ni que hacer, ni que decir, intento poner mi mano sobre la que va hacia mi sexo, tratando de sujetársela- Para- otra vez parece mas un susurro que una verdadera queja, a ese ritmo no conseguiría que parase nunca.

-Todas las veces que te lo he preguntado, me has dicho lo mismo...pararé.-

Pero beso sus labios, dejándole el recuerdo de la suavidad de los mios, del tacto de mi lengua en la suya, el cosquilleo de mi aliento al respirar, sin apartar mi mirada de la suya. Solo unos intantes, sol oquiero imprimar ese recuerdo en ella...tentarla. Que ella venga a mi.

-Si cambias de opinión, o si simplemente quieres hablar de las sensaciones...cuando quieras.-

Le abro la puerta al futuro...a cuando se sienta preparada.

Me separo, dejo de tocarla, y apago las bragas de Esme.

-¿Has disfrutado pequeña perrita mia? Ladra un poco.- bromeo, sonriendo.

Espero haber plantado la semilla del deseo en ella...tal vez no vuelva a tener otra oportunidad de comermela...pero no la voy a violar, eso no.

Pues parece bien vivo...habla y eso, y tiene poderes y tal. Estamos con él.

- Claro que si- digo acercandome- Pero me estaba gustando veros, podias haber seguido, aunque fuera conmigo- le pongo morritos esperando ver que me dice.

Mas tensa de lo que estaba no pensaba que pudiera estarlo nunca, ni siquiera sabia que hacer, no conseguia articcular palabra y estaba casi paralizada, dios aquello era desesperante, y lo peor de todo, algunas veces hasta tenia la impreison de que me gustaba, me estaba volviendo loca, y para terminar de rematarlo cuando me beso, senti que me desmayaria, pensaba que no aguantaria mas aquello, estaba histerica, y ni siquiera sabia si estaba enfadada o que me ocurria.

Cuando se separo de mi en ese momento, senti como si todos los musculos de mi cuerpo se liberaran de una, supiera aliviada, no sabia ni que decir.

La cojo, sentandola sobre mi.

-Podríamos...aunque sería de mala educación...ella se sentirá incómoda...eres una zorrita malvada.-

Rio mordiendo su pecho sobre la ropa.

-Aunque es normal te he adiestrado yo....así que...por respeto a Maria, te voy a dejar que me beses todo lo que quieras...pero solo eso...-

Pero yo, no separo mis ojos de María. Como si le mandara un mensaje "Eres mía, aunque no lo sepas...ya te darás cuenta"

- Yo soy una niña buena- dije dejando que me moridera el pecho por encima de la ropa- Pero todas las niñas buenas tienen en su interior a una loba ardiente y deseosa de disfrutar- empeze a besarle el cuello a GG, dandole algun pequeño mordisco siempre poniendome de forma que Maria pudiera verlo todo claramente.

Como era de esperar ni despues de tocarme parecian dispuestas a derme algo de tregua, estaba claro que ellas eran seductoras experimentadas y estaban muy acostumbradas a lo que hacian pero yo me sentia muy incomoda y mas en aquel sitio, era una sala de espera o algo parecido, aquel hombre podria entrar en cualquier momento, o incluso cualquier otro.

aun asi miraba fijamente como Esmeralda besaba el cuello de gabrielle.

Empecé a besar a Esemralda...y...uff que besos...harían que un oso polar prefiriese pasearse por el Sahara a las tres de la tarde, tendría menos calor.

De vez en cuando, dejo a Esme volver a mi cuello, para mirar a Maria. La tercera vez que lo hago, mi labio inferior ha sido mordido con cierta fuerza por Esmeralda, por lo que paso mi lengua leeentamente, para alivarlo.

Con Esme sentada en mi pierna iquierda, solo tengo la mano derecha libre. La levanto y hago con el índice dos veces el gesto mundial de "ven aquí" y me doy unas pequeñas palmaditas en mi pierna izquierda. Sonrío con sensual picardía.

Por mas que lo intentaba no podia dejar de mirar la actuacion de las 2 chicas, la forma de besarse que tenian eran... sencillamente excitante, conseguian que me pusiera de una forma que ni habia visto nunca, pero aquel sitio, era horrible, ni siquiera sabia que hacer, empeze a temblar un poco, no estaba muy segura de que tenia que hacer.

Y cuando ella me hizo el gesto para que me acercara, ya ni siquiera sabia si queria o no hacerlo, pero desde luego sabia que alli no, por desgracia si me hubiera repetido eso mismo en cuaquiel otro sitio seguramente abrai caido en sus garra y yo misma no me abria resistido, desde luego podria haber jurado que su poder era el de seducir y no el de hablar con las maquinas- Aqui no... por favor- las miraba casi lastimosa deseando que pararan

Busco un mapa del edificio...algún lugar con cama...o al menos un baño amplio.

Paro a Esme, y me pongo en pie. Tendiendo la mano a Maria.

-De acuerdo, aquí no.-

Viejo verde...no deberías espiarnos en estos momentos.

Las guío hast auna de ella, y una vez dentro, ordeno a María:

-Bésame.-

La voy acorralando contra la cama, sonriendo.

No tenia ni idea de por que la había acompañado hasta alli, pero supongo que era la única forma de que dejara de hacer esas cosas en aquel sitio donde cualquier podria vernos, pero ahora no tenia escapatoria ni escusa y ni siquiera sabia lo que estaba haciendo.

- Yo…- no sabia que hacer y me tenia acorralada- no se si quiero esto- eso no la detendría y lo tenia muy claro.