Partida Rol por web

Iluminado por la última antorcha de Rognar*, el pasadizo no trae buenos recuerdos. Dejando que, una vez más, la elfa guíe los pasos por un camino seguro, no tardáis en rebasar las trampas que estuvieron a punto de terminar con la feliz existencia de Meiar. El pasadizo es igual de aburrido que los corredores que habéis dejado atrás. Una única puerta de madera con refuerzos aguarda al final del pasillo. No parece cerrada con llave.

Meiar avanza despacio por el pasillo atenta a nuevas trampas, sobvretodo una vez pasada la primera, hasta la puerta. Una vez ante ella la examina a fondo tanto para averiguar si oculta alguna trampa o algo insólito como la anterior

Es de un mundano que da hasta vergüenza.

Tenb mucho cuidado Meiar, no podemos arriesgarnos estamos bastante heridos.

Creo que no pasará nada al abrirla... de todos modos mejor comprobar una cosa. Acot seguido se acerca mucho a la puerta para intentar escuchar si hay ruidos al otro lado. Si no escucha nada, abrirá la puerta tras decirle a Rognar

Prepárate.. no escucho nada pero puede ser que haya alguien emboscado esperando por nosotros...

Voz 1 (grave, irritada)
...otra guarnición perdida, no me lo puedo creer, si era estrategia básica...

Voz 2 (grave, severa)
...llorando no se compensan las bajas.

Silencio

Sin mediar palabra, Meiar recula despacio llevándose con ella a Rognar hasta que están a una distancia prudente de la puerta para poder hablar. Aún así lo hace en voz baja en esa sala hay dos que están hablando... dicen algo acerca de haber perdido una guarnición y de estrategi básica..

Sí, se parecen bastante. Están algo distorsionadas por la puerta, pero podría ser.

No se si deberiamos entrar si son ellos, hemos visto ya a varios de ellos y si se enfadan no sabemos cuantos mas ahi aqui para atacarnos, debemos andar con cuidado.

vemos entonces el otro camino?.. aunque seguramente ellos sepan dónde podemos encontrar agua... pero no sé si nos lo dirán. son bastante feroces no crees, jefe?

Entremos pero con precaución e intentando parecer lo menos agresivos posible.Abrela poco a poco.

Le digo agarrando el mango de mi espada por si acaso.

mmmm quizás podríamos llamar a la puerta... comenta en voz baja con su tono inocente habitual mientras avanza lentamente por el pasillo hacia la puerta

Esto no es una casa para andemos con modales y ademas y si no son esos trasgos y son otros enemigos, habramos haxciendo el menos ruido posible y actuemos en consecuencia.

Me acerco a la puerta y la abro intentando hacer el menos ruido posible.

Conforme abres la puerta, reconoces el inconfundible ambiente de una posada, con su espeso hedor a carne asada y todo. Hay algunas brasas sobre un círculo blanco en el centro de la estancia, y el humo que aún desprenden desaparece mágicamente a mitad de recorrido hasta el techo. Hay ocho mesas rodeadas de taburetes. En el muro este, simplemente apoyado, sin ninguna sujección, hay un espejo grande con el marco de marfil labrado.

En la esquina nordeste se abre un pasillo.

En una de las mesas, los cuatro grandes trasgos a los que ya conocéis se concentran en una serie de figuritas sobre lo que parece un mapa de cuidado dibujo. A sus pies hay una manta llena de desperdicios. Cuando entráis, se vuelven hacia vosotros. Sus cimitarras están apoyadas en la mesa de al lado, fuera de su alcance. Sin embargo, antes visteis que llevaban espadas cortas al cinto, y probablemente sigan llevándolas.

Anda, que no tiene que haber salas en este maldito lugar, y al final todos acaban metiendo el hocico en esta.

¿No os dijimos que no queríamos molestias? ¿Qué estáis haciendo aquí?

El grantrasgo más alto deja de miraros y tira algo encima del mapa.

¡Dos cincos! ¡Avanzadilla!

Los otros tres giran la cabeza hacia el mapa, despojándoos de toda atención. Los dos que os han increpado se llevan las manos a la cabeza.

¡Basta! ¡Estoy seguro de que eso rompe el reglamento!