Partida Rol por web

Son las 10:00 de la noche hace buen tiempo y te encuentras en el comedor de tu hotel, hay musica de orquesta tocada por la gente que tu contrataste y en medio de la fiesta te encuentras tú, eres plenamente consciente de que la fiesta en si misma no te va aportar dinero pero cuando te ofrecieron que le organizaras la fiesta unos importante empresarios no lo dudaste pues viste la oportunidad de hacer nuevos contactos.

Con aspecto sereno, sonrío a todos los asistentes mientras me paseo por el local. De tanto en tanto, me detengo a intercambiar algunas palabras con conocidos o futuros clientes y les dedico mi atención para ver si están disfrutando de la fiesta y si los aperitivos están a su gusto. Veo grupos de hombres de negocios, gordos y con esmoquin, que fuman en puro y también a grupos de jóvenes diletantes de ambos sexos que se divierten disfrutando de su mutua compañía.

Avanzo un poco más y sonrío satisfecho.

-Te mueves por el comedor saludando a todo el mundo y haciendo el peloteo protocolario cuando entre la gente ves a toda una mujer elegante y bella la cual toma un pequeño sorbo del coctel y te lanza una mirada con una sonrisa como dando a entender que quiere hablar contigo. No parece que sea la típica mujer pija y consentida de papa mas bien parece una mujer que sabe lo que quiere    

Al ver la sonrisa de la mujer, se la devuelvo con un gesto estudiado. Mis devaneos con las mujeres me costaron mi matrimonio, y no fue un precio que no estuviera dispuesto a pagar. Avanzo hasta la mujer manteniendo el contacto visual, y cuando llego hasta ella hablo:

Disculpe mi atrevimiento señorita, pero la sangre italiana que corre por mis venas me impide resistirme a su sonrisa. Ya sabe que los italianos tenemos alma de artistas y somos incapaces de oponernos a admirar una belleza sin parangón como la de su rostro. La policromática combinación de sus labios carmesíes y sus maravillosos ojos me han atrapado como la luz a una polilla. - Le digo adulador mientras tomo su mano y me inclino reverente para posar dulcemente mis labios en el dorso de su mano - Soy el señor Rick Moretti, anfitrión de esta velada. ¿Con quién tengo el gusto de hablar?

-Te sonríe -Parece que tenemos algo en comun, yo tambien soy de origen italiano y te acerca la mano como para que se la beses -Me llamo Vanesa Camilleri, oy hablar sobre el Royal Emporium y no dudé en venir a la fiesta para verlo en persona

Por supuesto. Sea usted bienvenida, señorita Camilleri. Digame... ¿qué opina de mi pequeña máquina del tiempo? Espero que esté a la altura de sus expectativas... - Le digo galante

-La música suena y la gente baila al ritmo de música de los años veinte y Dice mientras sonríe -No podía estar mas que complacida. -Has sabido captar la esencia misma de los años veinte, me encanta y seguro que a la gente a la que represento estaría de acuerdo con migo -Seguidamente da un pequeño sorbo del cóctel que sostiene.

Por un momento estoy apunto de responder lo que tantas otras veces, pero al final, ahogo mi respuesta en un sorbo de champán que apenas deja relucir cansancio de repetir una y otra vez lo que mis labios no llegan a formar.

En lugar de mi habitual defensa, contesto con un tono apenas condescendiente. - Sí, captado su esencia.

Le dedico una sonrisa enigmática, doy un nuevo sorbo a la copa y cambio de tema sin mayor explicación.

¿La gente que representáis? Estoy convencido de que si hemos conseguido cautivarla a usted, sus representados no serían menos. Pero claro, para poder afirmarlo debería saber antes a quién nos referimos - Añado invitando a la mujer a completar la información.

-Vanesa toma un pequeño sorbo del coctel -Veras señor Rick no quería aburrirle con el trabajo pero bueno veras trabajo para una compañía que a seguido con interés la evolución de tu negocio y claro estarían interesados en invertir en el -¿Como lo ves? 

Señorita Camilleri, no pretendo ser descortés y le aseguro que escucharé con atención cualquier oferta que sus representados tengan a bien hacerme, pero, por favor, adviértales que el Royal Emporium Hotel se trata de un negocio fundado con la sangre y sudor de mi propia familia - y con ligera ayuda por parte de amigos cercanos - pienso para mi - y no tiene a la venta participaciones ni vacantes en la toma de decisiones. Consista en lo que consista la oferta de inversión, no podrá traducirse en acciones o control sobre este negocio.

Le digo con un tono serio y sólo ligeramente cortante.

Se acerca a ti y te dice al oido -¿Esta usted seguro de ello señor Moretti? -Mira a quien se esta acercándonos a nosotros seguro que le resulta familiar como poco jajaj

-Y ves como se acerca un hombre que te resulta terriblemente familiar -Hola señor Moretti encantado de conocerle es un placer sin duda conocer a la persona que sin duda a levantado este negocio con tanto esmero y constancia 

Mientras camino, la llegada del bueno de Al no me resulta extraordinaria. Estoy acostumbrado a verlo pasear por mi hotel e incluso mantengo con él unas frecuentes y agradables conversaciones, siempre que está de humor, claro.

Sin embargo, me resulta altamente desconcertante (y no consigo evitar que se refleje la sorpresa en mi rostro) cuando la señorita Camilleri hace una clara alusión a Capone. No es que no sepa que es perfectamente real, sino que estoy acostumbrado a que el resto de la gente no le vea ni sea capaz de interactuar con él - incluso ya casi me he acostumbrado a que me consideren un loco - y que la señorita sea capaz de verle me descoloca por completo.

Finalmente el señor Capone me dirige la palabra y tanto su voz como su selección de las palabras parece fingir que no nos conocemos de nada. Tardo un poco en reaccionar, pero tan solo unas milésimas de segundo. Cuando contesto, lo hago siguiendo el juego de Capone - te conozco lo suficiente como para saber que si actúas así es por algún motivo importante, tal vez no quieras que la chica sepa que nos conocemos ¿eh, viejo truhán?

A sus pies, señor Capone, sin duda me perdonará que le llame por su nombre, pero sabe bien que una cara tan influyente en la ciudad no puede pasar desapercibida. ¿Puedo pedir que le sirvan algo de beber?

-Se apoya el el brazo sobre tu hombro y te dice de manera amistosa -Veo que ya conoces a la señorita Vanesa jajajaj    a venido por recomendación mía -Le dirige la mirada a Vanesa sonriente -Sabes Vanesa. -Sin duda el señor Moretti es la viva imagen de su padre -Y ella responde riendo -Al-Capone Te susurra al oído -Hazme caso Rick no desaproveches la oportunidad de asociarte con esta chica, habla con ella por lo menos  

Bien sabe dios que nunca desoigo un consejo suyo, señor Capone. Si usted dice que esta mujer (porque mis ojos me aseguran que no es chica, sino toda una mujer), - Digo a modo de cumplido sin bajar la voz, de modo que Vanesa me oiga perfectamente - me conviene, yo solo puedo decirle: Señorita, cuando y donde usted quiera mantendremos esa agradable charla y escucharé gustoso sus ofertas.

-Bueno Rick te tengo que dejar... tengo que hablar con algunas personas, le dejo en buena compañía -Y en ese momento se aleja de ti, se gira un momento -Que pases buena noche -Se aleja un poco mas y se pone hablar con otras personas de manera cordial  

Parece ser, señorita Camilleri, que verdaderamente está bien situada y goza de amigos influyentes. Ha captado toda mi atención. - Deposito la copa que llevo en la mano en la bandeja que lleva consigo un camarero y me giro de nuevo a la mujer. - ¿Le parece si continuamos nuestra reunión en un lugar más... discreto?

-Desde luego vallamos a un lugar mas privado y allí hablaremos con mas detalle sobre nuestros asuntos y los hablaremos con mas calma  

Asiento con la cabeza y guío a mi invitada por las estancias privadas de personal.

Antes de salir de la salar intercepto a un camarero que encuentre de camino y le doy una orden susurrada que no pretendo que oiga a mi invitada - Encárguese de que lleven una botella de uno de nuestros mejores vinos de California a mi despacho. Y lleven también algunos canapés - La llevo hasta el ascensor privado - Por aquí, mi señora - y pulso el botón de la planta de mi despacho.

-El ascensor sube y llegas a tu despacho os ponéis cómodos y es cuando Vanesa te mira y te dice -Una pregunta si no es indiscreción -¿Desde cuando conoces al señor Capone?. Da la sensación como si os conocierais de toda la vida 

-Yo desde luego le conozco de hace mucho tiempo mucho mas de lo que te imaginas 

-Para luego ponerse mas cómodo en la silla