Partida Rol por web

El vástago se vuelve y te mira, lleva la boca llena de sangre, al igual que su ropas están manchadas, sin duda parecía que tenía un pequeño problema de control, cuando fue a dar dos pasos hacia ti el otro antiguo aprovecho para golpearlo, el chiquillo salió volando, el antiguo se volvió hacia ti.

- Deberías marcharte, estos trucos no funcionan en alguien como él. – Hizo una pequeña pausa para mirar al vástago y siguió hablando. – No podré mantenerlo mucho tiempo, y si caigo tu serás la siguiente, lo mejor será que huyas, hay que descubrir que pasa aquí.

La mujer escucho atenta, y durante unos segundos estuvo callada, meditando, al final parece que decidió responder.

- Creo que sí, podríamos intentar algo así, pero yo no sé de nuevas tecnologías, la verdad es que soy bastante nula, deberíamos buscar a alguien que sepa hacerlo bien y sepa ocultarlo bien, la persona con la que voy a hablar es muy paranoica, parece que con razón, espero que encontremos algo útil, no me gustaría que fallásemos y quedarme sin la información.

Alexander asintió con la cabeza, parece que no le importaba esperar mucho más, Marcelo sonrió e hizo una seña de que podías avanzar, te guio hasta las habitaciones más resguardadas y se detuvo.

- Aquí está el príncipe, te está esperando para charlar, yo os dejo, pasa cuando creas que es oportuno, aunque no te aconsejaría hacer esperar demasiado al príncipe. 

Bien - Digo mientras afirmo con la cabeza - Necesitamos a un experto. Conozco a una persona que nos puede proporcionar la última tecnología de la policía Italiana... Pero quizás deberíamos optar por alguien capaz de conseguirnos la mejor tecnología y al mejor profesional sin límites de legalidad...

En este caso también conozco a la persona apropiada. Pero deberle un favor a esta persona puede ser un mal negocio... o por lo menos arriesgado - Y yo ya le debo uno... Este sería el segundo - Pienso para mi misma - Pero la posibilidad de que Helena sea una hermana... - Tan solo permanezco indecisa unos segundos más antes de añadir.

Creo que debemos optar por la segunda persona a la que me refería. Por lo que dices, no podemos aceptar el riesgo de ser detectados... Necesitamos al mejor profesional.

Si nada más te retiene aquí, creo que deberíamos partir de inmediato para entrevistarnos con él. Puede costarle conseguir lo que necesitamos y no disponemos de mucho margen de tiempo... ¿Vamos?

El siguiente paso es visitar a Saul el setita. No es un plato de gusto, pero es la mejor baza.

Los ojos de la encantadora Anne se abrieron como platos. Si la situación era en realidad de tamaña gravedad, no podía quedarse cruzada de brazos. Comprendía lo que aquel Antiguo le decía, pero aquel aura...No, no podía dejarlo allí en apuros. Miró al vástago que había sido golpeado momentos antes mientras comenzaba a emitir un sonido agudo cada vez más intenso y molesto en su dirección.

Sigo a Marcelo mientras busco de reojo a Seydou, para tenerlo vigilado, cuando Mar celo me muestra la puerta tra la cual esta el principe inclino la cabeza en señal de agradecimiento.

-Gracias por tu hospitalidad, Marcelo.

Dicho esto me coloco bien la americana del traje y llamo a la puerta antes de entrar. Una vez he cruzado la puerta la cierro.

Entras a la habitación reservada, ahí te encuentras al príncipe, el cual se levanta y te ofrece la mano.

- Buenos días, Mi nombre es Pasquale, y como sabrás ya, soy el príncipe de esta ciudad. Por favor, siéntate y cuéntame tus motivos para llegar a esta ciudad, aunque creo que los conozco ya. – Hizo una breve pausa y después movió su mano para señalar a un joven que se encontraba detrás de él. – Este es mi chiquillo y guardaespaldas, esta como seguridad, pero si te molesta le diré que salga.

Cuando miras al joven de arriba abajo, te das cuenta que es un viejo conocido tuyo, Endre Ernö, al cual hacia bastante que no veías, este te sonríe al verte, aunque no hace nada más, ya sea porque está el príncipe o por que no sabe de tu reacción.

Estrecho la mano que el príncipe me ofrece:

Buenos días, señor Sereni. 

Me siento mientras hablo. No es necesario que se vaya su chiquillo, nos conocemos y no me importa que Endre se entere de porque estoy en Genova, ya que confío en él. Dirijo un saludo cortes con la cabeza a Endre Ernö mientras le devuelvo la sonrisa.

Después del saludo y la cortesía empiezan los negocios.

Bien, el motivo de mi estancia en Genova es descubrir porque están desapareciendo los miembros de la organización a la que pertenezco. 

Enviaste un mensaje a tu contacto, el decidiría cuando contestar, así era el en estos casos. Mientras esperabais realmente no había mucho que hacer, y la mujer parecía estar incomoda sin hablar y sin hacer nada, te miraba como esperando que le pudieses decir que se marchara o algo por el estilo.

Tu ataque no pareció hacerle mucho daño al vástago, parecía un daño tan leve que ni te presto atención, volvió a lanzarse sobre el otro antiguo y lo empezó a golpear, aunque esta vez no era como antes, esta vez acabo con la no vida del susodicho, era muy posible que si no desaparecieses tu fuesen el siguiente objetivo, no parecía un ser con el que fuese fácil de tratar.

El chiquillo del príncipe devolvió el saludo cortésmente. Después comenzaste a hablar de negocios lo que hizo sonreír al príncipe.

- Por fin un vástago que no se anda por las ramas, ni que cuenta medias verdades, pareces directo para ir al tema. Y cómo va la investigación, ¿tenéis algún sospechoso?

Y ahora a esperar... Háblame de ti. Cuéntame algo interesante. Aquí fuera solo hay carroñeros y aprendices de carroñero.

Digo haciendo un gesto señalando hacia la puerta que daba a la sala principal del Elíseo.

Quizás la mejor opción fuese marcharse de ahí, pero al menos tenía que tratar de conseguir una muestra de sangre de aquel vástago. Ella no podía, pero sabía que los magos tremere podrían quizás averiguar algo de aquel fenómeno. Era menester tratar de conseguir una pequeña cantidad. Si aquel antiguo había conseguido herirle, aunque fuese un rasguño, y lograba paralizarle, podría tomarla e irse de allí. Pocos eran los vástagos que podían resistirse a la intensidad de su mirada...tenía que intentarlo.

Sonrió ante las directas palabras del príncipe.

-Ya se imaginara que si tenemos sospechosos, en los primeros que hemos pensado como responsables de estos actos es en la organización de los giovani que actúa en esta ciudad, no nos gustara nada que así fuera, ya que teníamos una tregua con ellos para no interferir en los negocios unos de los otros, pero quien sabe, quizá ambicionan nuestro territorio, otra idea es que sea un cazavampiros, si esto fuera lo que esta detrás de las desapariciones me encargare de él para que no moleste mas. O quien sabe puede que sean agentes del Sabat que intentan hacerse con la ciudad.

Hago una pausa pensativo.

-Sea lo que sea no va ha ser fácil de descubrir, y me gustaría pedirle que me dejara tomarme ciertas libertades para que lleve mi tarea a buen termino.