Victoria seguía callada y atenta a cualquier cosa anómala que sucediera en aquella torre. Nunca había dejado de tener sus cinco sentidos alerta por lo que podría volver a pasar. A pesar de que luego nadie le hiciera ningún caso.
Motivo: Avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+3)=21
Asiento a Reithar con la cabeza. Lo hago con discreción pero con vehemencia, no tanto pensando en la felicidad de mi compañero como llevado por las ansias de resolver este enigma, con semejante desvergüenza, pero es más fuerte que yo. Por si acaso, mantendré un ojo sobre este retorcido de Landathus.
Motivo: Avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 8
Te das cuenta que, al igual que algunos sirvientes, al finalizar el desayuno Ladanthus ha salido del comedor aunque no parece un hecho importante.
Me levanto fingiendo estar indispuesta por el desayuno recibido y abandono la sala detrás de los sirvientes.
Carraspeé un poco y aclaré la garganta antes de darle un trago a un vaso de agua. Observé a Victoria marcharse en silencio. Me tiene algo preocupado, pero no es momento de pensar en eso. Miro de nuevo al anciano.
-Bien sabido es que su hija es hermosa. He mantenido alguna conversación con ella-comento tratando de ocultar el rubor que acude a mis mejillas con bochorno.
"Reithar, adelante" trato de animarme.
-Me gustaría solicitar... quisiera... bueno... la señorita es especial y... mis intenciones no son para nada malas... yo sólo quiero darle una vida feliz... darla lo que se merece y...-balbuceo sin coherencia y desorganizadamente-. Bueno, lo que quiero decir es... que me gustaría tomar a Liriandra como esposa.
"Ya está lo he dicho" pienso y callo esperando la reacción del anciano.
Sales del salon sin que nadie te preste demasiada atención pues estais dispensados. Sigues con la vista el amplio salón y ves que la puerta del que había sido vuestro cuarto esta abierta y un par de doncellas horrorizadas miran dentro de él.
Postea solo para el master
¿Como?-dijo el hombre algo mas enfadado- ¿pretendes, muchacho, desposar a mi hija? ¿Que os habeis creido? Venis aqui con ese aspecto de...de... circo ambulante...-parece que retoma un poco la compostura- ni siquiera sois un noble y... ¡y seguro que ni siquiera teneis una dote que ofrecer!
Sandri, aprieta el ritmo con la conversación. Que el resto poco puede hacer salvo mirar o interrumpir y no creo que quieran hacer eso.
Postead sin marcar a victoria.
-Bueno, no... no soy noble y, como ya he comentado, sólo busco su felicidad. No quiero dinero ni nada parecido. Sólo ver esa hermosa sonrisa y conseguir que sea a causa de mis conversaciones, de mis ocurrencias, ver el guiño dulce de sus ojos cuando sus labios se curvan formando esos pequeños hoyuelos casi inapreciables en su hermosa piel. No, no tengo dote, ni dinero y no ofrezco nada material. No quiero sus riquezas, sólo que sus ojos me miren y vean lo que soy y darle lo que se merece, algo que vale más que montones de riquezas. Sólo momentos, risas, palabras. Sólo darle lo que se merece señor. Tal vez parezcamos un circo ambulante, tal vez no seamos nobles, ni siquiera tengamos dinero. Pero somos buenos señor, somos buena gente y, en ningún momento pensé en encontrar alguien tan especial como Liriandra. No soy noble, no soy rico, ni siquiera humano, pero estoy dispuesto a darla todo lo que me pida y esté en mi mano-digo casi de corrillo esperando ver explotar al anciano mago.
El hombre se quedó unos segundos pensativo. Su hija, detrás de él parecía conmovida por tus palabras, desde luego el elfo le había causado una buena impresión.
El anciano carraspeó y negó con la cabeza:
-Parece que tus intenciones son buenas, pero no puedo entregar la mano de mi hija a cualquiera que pase por aqui. ¿Sabes cuantos nobles y principes han venido a pedir su mano? Todos se marcharon sin excepción pero parece que a ella...-dijo dubitativo mientras la observaba de reojo- No, no y no, tendrás que convencerme de que eres digno de casarte con ella.
En aquel momento ves salir de la habitación a Ladanthus con cara de enfado y se dirige hacia el comedor, justo en tu dirección, con amplios pasos. Le acompaña su mastín y un par de guardias malencarados.
-Dígame como hacerlo, señor. Estoy dispuesto a hacer lo que haga falta-comento decidido mientras cruzo mis ojos con la bella muchacha y trato de nuevo de ver qué se dibuja en la cara de mis compañeros.
Gog escuchaba con el entrecejo fruncido la conversación. EL bigote parecía moverse debido a algún tipo de murmullo inaudible que hacían sus labios. Parecía refunfuñar con cada palabra que oía.
Tenía los brazos cruzados sobre el pecho, y sus dedos enguantados repiqueteaban nerviosos sobre la pesada cota de malla que portaba. Parecía que en cualquier momento tuviera que saltar e interrumpir la conversación. Aun con todo, era evidente que el guerrero enano se estaba conteniendo.
Disculpad, qué hacíais en nuestros aposentos, señor. ¿Ha pasado algo?
Master: Cuidado con los destinatarios ><
Ladanthus la miró con enfado.
-¿Que qué ha pasado?-dijo señalando con la vista lo que llevaba en una mano. Era un ave ensangrentada- ¡deberíais explicármelo vos a mi! El mago debe saberlo-dijo enfurecido tratando de pasar al salón.
¿Yo? No sé de que me está usted hablando. La verdad.
Ladanthus avanzó a grandes zancadas y uno de los guardias abrió la puerta del salón.
Ya da igual pero... los destinatarioooos ><
La puerta del salón se abrió de golpe. Por ella entró un Ladanthus enfadado que avanzaba a grandes zancadas escoltado por dos guardias y su mastín. Fuera, en el marco de la puerta estaba Victoria que parecía haber quedado con la palabra en la boca. Ladanthus avanzó hacia situarse al lado, entre Reithar y el mago y le mostró a este lo que llevaba en la mano. Era un ave de color blanco, muerta, que aún goteaba sangre.
--->Sigue
Mirad, Delthis, lo que han hecho estos malnacidos. He encontrado al cuervo en un charco de sangre en su propio cuarto-dijo mostrando el cuervo ante ellos- no se que pretendeis hacer pero no os permitiré que les hagais daño ni a él ni a su hija. ¡Guardias!
Los soldados no tardaron en apuntar con sus armas al grupo. Y otros dos mas aparecieron por la puerta empujando a Victoria para que entrase en la sala.
--->Sigue
Por que...-dijo el mago en un hilo de voz, hablando para si mismo- Cassandra por que... ¡Detenedlos! Elfo, dime, ¿Por que habeis hecho esto? ¿Pretendes secuestrar a mi hija y matarme para no tener que pagar una dote, verdad? No lo permitiré. ¡Desarmadlos!-gritó haciendo que los soldados avanzasen mas aún hacia vosotros.
La hija del mago miraba estupefacta la escena sin atreverse a dar un paso.
Ale, postead a gusto
Yo, Reithar. Quien me conozca sabe lo que significa para mi la muerte de algun ser, ya sea animal, humano, planta. Cualquier ser vivo merece la vida aunque sea ese cuervo albino que delató a Artin. Mi cara muestra lo consternado que me siento.
-Ya le dije, mi señor que no quiero sus riquezas, no quiero dinero. No lo tengo, es evidente-digo mostrando mis ropas andrajosas-. Pero si quisiera raptar a su hija mi señor, no habría declarado mis sanas intenciones de darle la vida que ella se merece. Más, comprendo sus dudas. No sé qué ha podido ocurrir con su cuervo y siento la perdida del pequeño animal. Mi naturaleza está unida a ellos, jamás le haría daño a un ser vivo, jamás-digo claramente afligido mientras mi mano se pierde dentro del pelaje de mi compañero Wolf.
La bondad de Reithar no da para más, ingenioso lo que se dice ingenioso no es el pobre... DECIR ALGO ALGUNO QUE NOS LINCHAN!!!!!