Partida Rol por web

Roger espera en su mesa, bebiendo su cerveza mientras aguarda a que Zed y Jerome hagan acto de presencia, esperando que siguieran su invitación, cuando ve a alguien que le llama la atención.

Al otro lado del lugar, en una mesa un tanto apartada y escondida, Roger puede ver a una cara familiar, al tipo que había ido esa mañana a la casa de su cuñada, el nuevo compañero de Adam, el tal Raymon. Esta solo, bebiendo una cerveza, y mirando también hacia la barra, aunque es imposible que es lo que ve exactamente. No parece notar la presencia de Roger, o al menos eso aparenta.

A Roger le resulta llamativo que tal “encuentro” se de en aquel lugar a aquella hora, con tal coincidencia. Ademas, su actitud resalta un poco, es un tanto tensa como para estar ahí simplemente tomando un trago después del trabajo...

Ted se limpia la gota que volvía a caerle de la nariz, y se pone en marcha tras su hermano, con su andar calmado. Antes de internarse en el oscuro callejón mira sin embargo a derecha e izquierda, rápidamente, para comprobar si alguien los pudiera haber visto meterse en el lugar.

En ese día, su corazón se había adentrado por multitud de tenebrosos callejones, pero ahora estaba sumiéndose a cada paso en uno más oscuro que nunca, sentimientos de venganza, odio y desprecio bullían dentro de él. Tenía verdaderas ganas de hacerle pagar con creces a esos tipos por lo que le habían hecho a Terry y, conforme caminaba, recordaba cómo había terminado sus días, la imagen del video se le había quedado grabada a fuego en la retina. Pero nada de esto dejaba aflorar al exterior, si no fuera por la mirada diabólica e insana que se le había formado, casi indistinguible en la oscuridad reinante. Por fin se acercaba el momento.

Se para junto a su hermano, observando durante un instante su alrededor, intentando ver dónde podían aguardar agazapados a que Roger llegara con los dos tipejos. Una corriente helada atraviesa de repente el callejón, mientras Ted saca la barra metálica que tenía escondida dentro de su chaqueta y se la tiende sin brusquedad a Barry.

Ambos se adentran en aquel callejón oscuro, dejando atrás el automóvil, sin ser vistos por nadie. No hay un alma en la calle, nadie salvo por Ted y Barry.

El lugar esta tranquilo. Hay un contenedor de basura y algunas luces que iluminan débilmente el otro extremo del callejón, el cual da a la calle que pasa por la parte trasera del “Green Room”. Unos graffitis adornan las paredes de ladrillos, cubiertos por algunos avisos viejos y amarillentos.

Algunos cartones, cajas y papeles se encuentran regados por el lugar, alrededor del contenedor y sobre el suelo del callejón, el cual esta humano, lleno de charcos provocados por la nieve que se derrite en aquel sitio, sin llegar a juntarse, mientras unos copos, cada vez mas numerosos, siguen cayendo desde el cielo.

Todo esta tranquilo y silencioso, tan solo una música, en forma de murmullo, llega desde detrás de la puerta trasera del “Green Room”, una puerta metálica y algo oxidada en la cual se puede ver la inscripción de “no pasar” en un cartel medio torcido.

Aun no hay ninguna señal de Roger, ni de los sujetos a los cuales fue a buscar.

Barry coge la barra que le tiende su hermano pequeño, durante unos segundos no dice nada. Parece que si hablase, se echaría a perder el factor sorpresa que tenían pensado usar para dar una lección a aquellos asesinos.

No mires para la puerta, si no al salir parecerá que los estamos esperando. Gírate hacia mí. Y cuando escuchemos que se abre la puerta, si es que salen por ahí, haz gestos cortos delante de mí. Así dará la impresión de que estamos trapicheando con algo. Y  saldrán afuera sin que les parezcamos una amenaza.

Luego, vuelve a mirar la puerta que da al club. Esta claro se están poniendo nerviosos. El mismo esta perdiendo la calma y empiezan a pasar ideas nefastas por su cabeza. Ideas que tiene que mantener fuera de su mente si quiere que todo esto salga bien.

Luego de estar observando un rato, y de que nada de aquello llamara la atención de Roger, quien casi termina su cerveza, este ve como los dos tipos a los que busca salen de una esquina y se van hacia la mesa de Roger.

Son grandes,tipos atléticos, con todo el aspecto de matones, aunque traten de disimularlo con su ropa, hasta su forma de andar los delata.

Los dos tipos caminan hacia la mesa de Roger y se paran frente a él, aunque ninguno toma asiento, se quedan de pie frente a Roger mirándolo con cara de pocos amigos.

-¿Que buscas? - dice Zed, a quien lo delata su tatuaje que asoma por su cuello. Tiene voz grave, y no parece de esos tipos a los que les sea fácil lugar un par de palabras. Tampoco parece que le llegaran a pagar alguna vez por ello...

-¿Y quien eres? - pregunta rápidamente Jerome, el afroamericano, parado detrás de Zed, vistiendo una elegante chaqueta de cuello y mirando a Roger un tanto mas nervioso que Zed.

Mientras eso sucede, Roger puede ver como Raymond, el compañero de Adam, ahora mira hacia la mesa de Roger. Sin embargo cuando se da cuenta de que lo están observando se pone de pie, deja un billete bajo su trago a medio consumir, y sale rápidamente del lugar, como si no quisiera que le hayan visto ahí, especialmente Roger.

Los minutos pasan mientras Barry y Ted esperan en aquel callejón oscuro, enfriándose las manos, mientras Roger aun permanece dentro y no da ninguna señal todavía.

Nada se oye ahí fuera, todo esta muerto, tan solo se puede oír el movimiento de los hermanos de Roger en aquel callejón, frotando sus manos para no congelarse en aquella noche de invierno, mientras la nieve sigue cayendo.

Es entonces cuando un sonido les llama la atención. Un sonido que llega desde uno de los extremos, aquel que lleva al frente del Bar, y por el cual Ted y Barry entraron al callejón.

Escuchan un portazo y unos pasos que se acercan rápidamente. Ven una sombre en la entrada al callejón, una sombra que se acerca mas y mas...

Entonces ven a una cara familiar asomar por el callejón. Ven al sujeto que habían visto en el funeral, el tipo que acompañaba a Adam, su nuevo compañero, Raymond. Pasa por el frente del callejón, caminando a paso apurado, con las manos en el bolsillo y mirando hacia atrás, mientras se aleja del Bar.

No repara en Ted y Barry en ningún momento, tan solo mira hacia atrás una vez antes de alejarse de ahí rápidamente, sin prestar mas atención, perdiéndose nuevamente de vista, mientras Ted y Barry aun oyen los pasos alejarse.

Los minutos de espera se le estaban haciendo verdaderamente interminables a Ted. El frío había calado ya del todo en sus huesos, y ahora cada vez más le calaba también en su interior la idea de que algo hubiera ido distinto a lo planeado y Roger pudiera tener algún tipo de problemas...  Pero no, había que confiar, las cosas no se iban a torcer...

En eso estaba, cuando ve salir del bar, desde su posición, al compañero negro de Adam. Ted gira el rostro poco a poco, mirando a su hermano con el ceño fruncido, incrédulo, para volver a fijarse de nuevo inmediatamente en el hombre. No podía ser casualidad, la policía tenía que estar tras la misma pista de Zed y Jerome, y eso sí les podía llevar a complicaciones... Pero él por lo menos no se iba a echar atrás, no después de haber llegado tan lejos y estando tan cerca obtener ese pedacito de venganza, estaba tan al alcance de sus manos que no lo iba a dejar ahora, justo ahora... Además, parecía que Raymond fuera a irse ya, no había por qué preocuparse, no tenía por qué haber visto a Roger...  Y Adam... ¿estaría dentro? No, había que tranquilizarse, quizás su compañero haya venido extraoficialmente sin nadie más, o incluso que fuera una increible coincidencia el que se encontrara justo en ese mismo bar...

No hay por qué preocuparse, Roger sabe manejarse, va a salir bien, va a salir todo bien... -se tranquiliza para sí mismo, observando aún el lugar por donde había desaparecido el policía.

Barry ve lo mismo que Ted, el compañero del policía. Estaba claro que no era una casualidad. Pero Barry tenía sus sospechas. Les habían dicho que no había ninguna pista a seguir. Y sin embargo aquel negro estaba en el bar adecuado.

No era una casualidad. De repente algo se movió dentro de el. No sabia que era, pero tenia claro que aquel negro les iba a traer problemas. Y empezó a alimentar su paranoia con esa idea.

Y si el poli negro trabajaba para el mismo que ordeno la muerte de su hermano. No era descabellado. Los tipos con dinero siempre untaban a los polis para mantenerlos alejados de sus asuntos.

Y si los tipos del bar eran sus asuntos, aquel poli podía estar haciendo algo más que alejarse. Quizás fuera un recadero de un mafioso o algún político. No podía estar seguro.

No le gustaba aquel poli, ahora mismo no le gustaban los polis fueran de donde fueran. Habían permitido que su hermano muriera, y no hacían nada para solucionarlo.

Sintió la necesidad de salir tras el, de seguirlo, de averiguar a donde iba, y con quien se veía. Pero no podía irse, tenía que estar allí para cuando Roger saliera. Tarde o temprano se enteraría de que pasaba con aquel hombrecito negro que decía ser un agente de la lay.

No dijo nada mas, su silencio era una pesada losa, y sumado al frío hacia que aquella sensación fuera realmente tensa.

- Me llamo Roger. - se presenta dejando el botellin sobre la mesa y cruzando los dedos de una mano con los de la otra - Y os busco a vosotros. - explica con una media sonrisa - Tengo unos amigos, Jimmy y Saul, que os conocen, cuando les pedí un contacto que pudiese venderme armas; - baja el tono conforme habla - me dijeron que acudiese a vosotros. - señala a Zed - Necesito un par de pipas de 9mm y una escopeta del .12; - continua en un susurro - pago bien y en efectivo. - continua explicando mientras observa al poli irse.

Ambos tipos se miran entre ellos tras las palabras de Roger, como si debatieran con la mirada que contestar. No se relajan en ningún momento, mantienen la misma posición que adoptan al llegar, de pie frente a Roger, y con aire prepotente.

Siguen así en silencio unos segundos hasta que finalmente Zed da un paso delante y se inclina hacia donde Roger.

- Pues, veamos – dice, mirando a Roger a los ojos – creo que a dos calles de aquí hay una tienda de caza, ahí seguro consigues algo – dice mientras dibuja una sonrisa torcida, mirando a Roger. Es claro que se esta burlando de él.

Mientras tanto Jerome espera atrás, sin poder evitar dibujar una sonrisa al escuchar las palabras de Zed, como si festejara las palabras de este.

Frunce el ceño molesto y antes de que este pueda reaccionar, lo agarra de la pechera y lo sienta frente a él.

- ¿Te estas cachondeando de mi? - le pregunta con voz grave y firme - Necesito que esten limpias, idiota... - sentencia soltando la solapa de su chaqueta - Olvidalo, es evidente que no sois mas que dos peleles, no como Jimmy me dijo. - termina levantandose y caminando hacia la puerta del callejón.

Los pasos de Raymond, el compañero de Adam, se alejan en la noche hasta desaparecer, volviendo a dejar todo en silencio, un silencio que se vuelve a interrumpir rápidamente.

La puerta trasera del bar se abre bruscamente, dejando salir el murmullo y la música del interior. A través de la puerta sale Roger, solo, caminando tranquilamente.

La puerta se cierra detrás de él, volviendo a dejar lejano aquel murmullo que se oye desde dentro. Ahora se encuentran los tres parados en aquel oscuro y silencioso callejón.

Roger puede ver una mueca de odio que se dibuja en el rostro de Zed mientras le dice aquellas palabras. Ve como una vena se marca en su frente y como en ceño se le frunce. Parece que quiere saltarle al cuello y molerlo a golpes... pero sin embargo no lo hace. Tal vez por que en realidad tiene miedo, o por que no quiere armar escándalo ahí... o tal vez por que Jerome, anticipándose a su compañero, lo toma de la manga, en un gesto que da a entender que quiere calmarlo y evitar que arme jaleo en el lugar.

Como fuera, Roger se pone de pie y abandona el lugar mientras Zed y Jerome le siguen con la mirada, el primero aun con aquella mirada de Odio.

La puerta trasera del bar se abre bruscamente, dejando salir el murmullo y la música del interior, los cuales siguen a Roger mientras sale, quedando nuevamente atrás y tapados una vez vuelve a cerrar la puerta detrás de él.

Fuera el frío es horrible. Ya se había acostumbrado a estar ahí dentro, y al salir el aire gélido y unos copos de nieve que aun caen le golpean en el rostro.

Frente a él están Ted y Barry, esperando a novedades, y frotándose las manos para no congelarse los dedos...

Ted se queda mirando extrañado a Roger, que acaba de aparecer a pocos metros por la puerta trasera del Green Room... solo. Estaba ahí, frente a ellos dos ¿le habían echado del local?

Su cara era serena, y espera inmóvil junto a Barry, sin decir palabra, aguardando que les dijera algo de lo que había pasado... 

Cuando noto que se abría la puerta del local Barry contuvo la respiración. Vio a su hermano salir y durante unos segundos su cabeza se volvió loca pensando que todo el plan había salido mal.

Pero su sentido común le indico que posiblemente habría quedado en verse con los tipos fuera, y que estos saldrían un minuto después. Así que se relajo un poco. Además si Roger quería explicarles algo lo haría, sino, todo seguiría como habían planeado.

Apretó las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta con fuerza, tanta que se hizo un poco de daño, pero gracias a ello hizo correr la sangre por ellas. Necesitaría tener bien el tacto de las manos para agarrar la palanca.

Miraba de hito en hito a su hermano y a la puerta, esperando que esta se abriera, o que su hermano les hiciera algún gesto. El tiempo se había vuelto mucho mas lento de lo que esperaban en aquella situación.