Partida Rol por web

Ted, desde su breve intervención había quedado de nuevo en silencio, parado tras Barry con los brazos cruzados. Su hermano los tenía bien puestos y él se estaba dando cuenta de que si querían de verdad sobrepasar todo esto le tenían que seguir echando cojones. Tras unos segundos allí parado, luego de que Barry cerrara la puerta y se retirara a la cocina, Roger rompe el silencio incómodo que se había producido. Pero sus palabras no agradan al que era el hermano pequeño.

-No, ni de coña Roger, ni de coña, no la jodas -se apresura a responder poniendo una mano  en la puerta e interponiéndose ante él para evitar que saliera-  Estamos los tres juntos en esto y juntos vamos a seguir -dice sin perder la calma- ¿De qué sirve que te entregues?¿Qué coño ganamos? Igual de la bofia no es de lo único que tenemos que preocuparnos ahora, y sólo podemos hacer esto juntos si queremos tener éxito... Terry hubiera querido que estuvieramos juntos, lo sé, lo sabes, hagámoslo de verdad por él joder, por una puta vez...

Barry levanto la cabeza y miro a sus hermanos. Estaban en el filo de una navaja, y dependía de ellos de qué lado caer. Si a la sartén o a las brasas. Pero tenía claro lo que no tenían que hacer.

Roger, no te engañes. Si la poli tuviera pruebas, que es lo que hace falta para entrar aquí tirando la puerta abajo, no se hubieran marchado. Eso de que están deseando pescarnos es para presionarnos, para ver si nos sacaba algo. No saben nada. Solo te vieron en un sitio en el que estuvieron los tipos, circunstancial.

Que demuestren si quieren que tu estuviste allí, y que sabias que esos tipos habían matado a tu hermano.

Dejo que el silencio se hiciera otra vez, tomo un trago de su café caliente y cerró los ojos. Para nuevamente exponer lo que se le pasaba por la cabeza.

La poli no tiene pruebas, solo temen que les jodamos algún tema. Adam quiere medrar en ese negocio. Y el si sabe quién es el tipo al que nos estamos enfrentando. Y quiere cazarlo él. Por eso esta tan gilipollas. En cuanto a la investigación que puedan hacer sobre los tipos de anoche. Va a dar lo mismo, a la poli esa gente no le interesa, no van a investigar. Y no nos pueden ir a joder, porque no tenemos nada que les interese excepto....

Hace un cambio en la modulación de la voz, como intentando encontrar la respuesta a algo.

Notasteis, que lo único que quería Adam, era saber lo que averiguamos sobre el tipo que ordeno la muerte de nuestro hermano. Todo lo demás era para presionar, para meternos miedo. Quiere saber si hemos averiguado algo. Y debe de pensar que esos imbéciles nos dijeron algo que valió la pena.

Abre los ojos rápidamente, y los deja abiertos, muy abiertos.

La única manera que tenemos ahora de averiguar algo, es que Adam nos cuente lo que sabe, así que tenemos que colaborar con él. Pero a nuestra manera.

Esta mañana nos vamos a mover a la fábrica, y vamos a indagar. Todo lo que podamos. De camino para allá, Roger vas a llamar a Adam. Le vas a decir, que hiciste un puñado de preguntas por ahí, sin decir en ningún momento de a quién, y le dices la verdad, que un tipo con dinero había ordenado que mataran a Terry, que estamos investigando, pero que no sabemos a quién nos enfrentamos.

Se lo dirás tú, porque conmigo va a estar muy caliente, y no atenderá a razones. Tienes que parecer flexible, y parecer intimidado. Así el se ira de la lengua. Pero antes de decir nada, que te asegure que solo te oye él. Si piensa que le vamos a dar un ascenso, querrá escucharte.

Barry parecía tener claro lo que hacer. Parecía que tenían un plan. Así que explico lo que creía.

La poli en todo momento había sabido quien se había cargado a Terry. Tenían los videos, pero necesitaban relacionar a aquellos capullos que ahora están fritos con el tipo que mueve la pasta. Y puede que ahora nunca lo consigan. Si los convencemos de que podemos hacerles el trabajo sucio pasaran dos cosas, que nos dejaran ver de frente al tipo que le quito la vida a nuestro hermano, y que luego se lavaran las manos. Eso tenemos que tenerlo claro.

El había tomado su decisión. Sabía que prefería enfrentarse a lo que fuera, si sabía que el tipo que había ordenado la muerte de su hermano, estaba en el talego, o estaba muerto, fuera quien fuera. Y ahora entendía que tenían una oportunidad. No podía perderla.

Tras las palabras de Barry todos se quedan meditando en silencio unos segundos, pensando en que decir o hacer, pues se encuentran en una encrucijada y el siguiente paso a dar es el mas critico que han dado hasta el momento.

Solo se puede oír a las agujas del reloj de la cocina, colgado sobre el refrigerador, mientras los tres miran al suelo pensando en que hacer a continuación, analizando las opciones, sintiendo el aroma del café que tiene Barry entre sus manos y todavía casi no a tocado, dejando que se enfríe.

Es en ese momento cuando un sonido les hace sobresaltar. Escuchan un golpe seco, el sonido que hace un vidrio al romperse y dejar caer sus torsos al suelo. Un sonido difícil de describir, pero fácil de identificar. El sonido viene del frente, de la sale que hay en la parte de adelante, por donde se entra a la casa

Antes de que Barry y Ted vuelven la cabeza hacia la puerta de la cocina, la cual da al pasillo, y por donde llega aquel estruendo tan repentino, les parece ver algo por la puerta de la cocina que da al callejón trasero de la casa. Por un momento creen ver pasar una sombra o algo parecido, aunque pasa muy rápido y apenas alcanzan a verla por el rabillo del ojo antes de que desaparezca, ademas de que el sonido que llega del frente termina llamándoles mas la atención.

Vosotros por delante, yo voy detrás.

Barry se puso hecho una fiera. No podía creerse que le estuvieran tirando piedras en su propia casa, era una de esas cosas que un hombre hecho y derecho no puede aguantar. Pero sus dos hermanos podían quedarse fácilmente con cualquiera. A él le interesaban los oídos astutos que tenían más interés en escuchar lo que hablaban.

Corrió por la cocina, y abrió la puerta de una patada. Salió hacia el exterior como un jabato descontrolado, como un huracán dentro de una bañera. Todo lo que se le ponía por delante acababa irremediablemente en el suelo. Su bicicleta, unos patines colgados.

Aun debía de hervirle la sangre mucho, mucho más, y aquella historia aun no había acabado.

Barry aparentaba tener de nuevo las ideas muy claras. Por su parte, Ted no quería ni estaba para pensar si lo que proponía su hermano era lo mejor o no, simplemente era un plan. No parecía mala idea y con eso ya le bastaba, pues al menos tenían algo con qué seguir. A su manera, no a la de los policías, no a la de Adam. Sin embargo, las palabras del policía, fuera o no de farol, le habían dejado sobretodo intranquilo a Ted ¿Y si de verdad fueran a por ellos esos tipos, y aparecieran por allí en cualquier momento para "patearles el culo"?

De repente, un sonido de rotura de cristales en la fachada delantera llama la atención de los tres. Lo que faltaba para rematar la mañanita...

Barry les indica a los demás acercarse a comprobar la zona de entrada, y no tarda en salir por la cocina pegando una patada a la puerta, hecho una completa furia, como un toro embravecido. Al menor de los hermanos le había parecido que algo o alguien se había movido también por esa parte de detrás de la casa; quizás fuera la paranoia del momento, pero si Barry había salido de forma tan decidida por ahí, quizás pudiera haber visto algo también. Enseguida, Ted se dirige resuelto a ver de qué se trataban los cristales rotos, esperando ver sin duda alguna ventana hecha añicos y teniendo en mente la posible amenaza. Por eso, al entrar a la sala de estar echa un rápido vistazo a la habitación, antes de disponerse a acercarse a la puerta de entrada para intentar localizar al culpable.

En un momento los tres salen al pasillo fuera de la cocina, tras escuchar aquellos ruidos, pero rápidamente se separan. Barry da media vuelta y vuelve a meterse en la cocina, tan agitado como había salido de ella, mientras Ted y Roger caminan de nuevo hacia la sala, al frente, para ver de que diablos se trata ese ruido.

Barry entra a la cocina hecho una furia, ahora solo, atravesando la sala a grandes trancos, haciendo crujir el suelo de madera bajo sus pies. Sin dar rodeos, completamente decidido, abre la puerta de la cocina que da al exterior sin muchas sutilezas, dispuesto ver que es lo que hay del otro lado, aunque lo que hay finalmente no es algo muy agradable de ver.

Al abrir la puerta bruscamente, una corriente de aire frío golpea con fuerza a Barry en la cara, sin embargo eso no es suficiente como para no prestar atención en lo que hay frente a él. Un tipo, encapuchado, vestido de negro, un pandillero cualquiera, con la cara cubierta, y que lleva una recortada entre manos, una recortada que apunta a Barry, quien asoma justo frente a él, bajo el marco de la puerta que da de la cocina al callejón trasero de la casa. Aquel maldito lo estaba esperando, y ahora no parece tener intenciones de mediar palabras antes de jalar el gatillo.

Mientras Barry vuelve a entrar a la cocina, hecho una furia, Roger y Ted van, casi a trote, hacia el frente. Pueden ver que una de las ventanas que hay a un lado de la puerta de entrada, la ventana del lado izquierdo, tiene un agujero de tamaño considerable. Bajo ella el suelo esta lleno de vidrios, y unos metros mas atrás, casi sobre el sillón, pueden ver un ladrillo.

- Hijos de puta – dice Roger mientras se acerca a donde esta el ladrillo, se agacha sin muchas ganas, y lo toma - ¿De que mierda va todo esto? ¿Acaso quieren asustarnos o que? - dice mientras mira el ladrillo de pie en medio de la sala.

Mientras tanto, Ted se acerca a la puerta y la abre un poco para tratar de ver quien fue el jodido que les juega una esa “broma” tan temprano, aunque lo que se encuentra fuera de la casa es mas de lo que desea ver.

Frente a la casa, justo en el medio de la calle, hay una camioneta, una 4x4 bastante moderna, cuya marca Ted no puede llegar a ver, completamente negra, y con los vidrios tintados. Pero eso no es lo que llama la atención a Ted, no, lo que llama la atención son los dos tipos que hay frente a la casa, a medio camino de la puerta y la camioneta, dos tipos vestidos como pandilleros de barrio, pero con las caras cubiertas por las capuchas de sus camperas. Ambos llevan armas automáticas en la mano, MAC-10, y en el mismo momento en el cual Ted asoma la cabeza hacia fuera se puede oír como cortan el cartucho y apuntan a la casa, y por lo que parece no están dispuestos a demorarse mucho tiempo ahi. Ted puede ver todo aquello con claridad desde la puerta entreabierta de su casa, mientras Roger permanece ajeno a la situación.

Barry reacciona por instinto. Un arma apuntando a su pecho, solo puede significar una cosa. Muerte. Y la suya precisamente. Así que sin que su cuerpo pueda llegar a asimilar lo que está viendo, se pone en movimiento.

Había frenado en seco tras salir como un toro de la cocina, la puerta aun no se había cerrado otra vez, así que pego un bote hacia adentro, mientras cogía cualquier cosa que tuviera a mano.

No sabía muy bien lo que había asido, pero con el hombro puesto en la puerta, lanzo algo hacia afuera. Ni en el Angulo, ni en la dirección adecuados para causar daños al hombre del arma, pero si para que notase que estaba preparado.

Parapetado tras el marco de la puerta, que ahora descansaba sobre uno de sus pies, impidiendo que esta se cerrase, respiraba profundamente a grandes bocanadas, intentando conseguir que alguna idea de supervivencia llegara a su cabeza.

Sin embargo, en el calor del momento, no se le ocurrió nada más que hacer. Así que permaneció quieto, esperando ver aparecer el cañón del arma, en la seguridad de su hogar, y poder cazar en combate cuerpo a cuerpo al tipo que estaba fuera.

Al entreabrir la puerta y encontrarse con semejante panorama se le hiela la sangre a Ted.

-¡Ostia puta! -exclama viendo claramente qué intenciones tenían esos hijos de perra, estos no habían venido a charlar como Adam. Pega un portazo sin pensarlo,  dándose  media vuelta, y se dirige dando zancadas en dirección a los sillones, encorvándose con las manos por encima de la cabeza mientras intenta encontrar rápidamente algo parecido a un parapeto.

- ¡AGACHA LA CABEZA ROGER! Mierdamierdamierdamierda

Barry sale bruscamente de la cocina para encontrar con aquella imagen, con aquel encapuchado apuntándole justo al pecho con su recortada, inmóvil y sereno, como un cazador a su presa. Barry entonces hace lo único que se le ocurre hacer en aquella fracción de segundo antes de que el tirador jale del gatillo, saltar de nuevo dentro de la casa, lo mas rápido posible, esperando tener mejores reflejos que aquel encapuchado.

Barry salta hacia dentro, golpeando la puerta de la cocina con la espalda mientras trata de entrar y quedar fuera del alcance del arma de aquel encapuchado. Sin embargo este ya le estaba esperando, y Barry tan solo llega a despegar un poco los pies del suelo cuando escucha un estruendo ensordecedor frente a él.

Al principio no puede sentir otra cosa mas que el estruendo que rebota en sus oídos, cosa que lo aturde un poco. Pero al caer con fuerza sobre el suelo de la cocina, entre la mesa de desayuno y la estufa, viendo como la puerta vuelve a cerrarse detrás de él, comienza a sentir un ardor cada vez mas fuerte en la zona izquierda del abdomen, como si alguien acabara de tirarle un montón de brazas ahí, y estas ardieran con fuerza cada vez mas y mas. Al tocar con su mano la zona, y acompañar el movimiento de esta con la mirada, puede comprobar que aquel encapuchado le dio. La palma de la mano se tiñe con la sangre que sale de los orificios hechos por los perdigones de la escopeta. No pierde demasiada sangre, pero el dolor es insoportable. Aun así, sabe que de no haber reaccionado rápido posiblemente ahora estaría muerto. La herida es dolorosa, pero vivirá.

Mientras esta tendido en el suelo, soportando aquel dolor y mirando su herida, cae en la cuenta de un sonido que oye de fondo, un sonido constante pero que rápidamente puede identificar. Escucha disparos, y no muy lejos, como si vinieran al otro lado de la calle, sobre el frente de la casa. Los disparos se suceden uno detrás de otro, rápidos, como un murmullo de fondo. Y entre aquel murmullo le parece escuchar las voces de sus hermanos, aunque no puede oír que dicen exactamente, solo oye las voces que vienen del frente de la casa y que se pierden con el sonido incesante de aquellos disparos.

Pero antes de que Barry pueda hacer otra cosa, aun maldiciendo por el dolor, la puerta trasera de la cocina se abre bruscamente, de una patada, y a través de ella entra, tranquilamente, aquel pandillero encapuchado, cargando su recortada, con completa tranquilidad. Se toma su tiempo y camina hacia donde esta tendido Barry, con una mano en la herida y buscando algo con lo que defenderse, aunque eso sea difícil. El encapuchado se para a una distancia prudente, y lentamente levanta el arma, apuntando a Barry, quien aun se mueve en el suelo, sin encontrar salida a su situación. De fondo aun se escucha el incesante tiroteo, pero aun entre todo aquel barullo, Barry escucha el sonido del gatillo de la recortada de su atacante, un ligero “click” que hace al apoyar el dedo sobre él. Barry no puede hacer otra cosa mas que mirar el cañón y esperar el tiro de gracia, aquel momento se hace eterno, hasta que finalmente un estruendo le hace sobresaltar y cerrar los ojos...

...En ese momento todo se calma. El tiroteo de fondo súbitamente se calla. No se escuchan mas disparos, no mas gritos. Por un momento parece oírse el sonido de un automóvil alejándose a toda prisa, pero aquel sonido es confuso. Todo se reduce al silencio muy rápidamente...

Y es entonces cuando Barry abre los ojos y ve al matón tendido en el suelo, con el arma aun en sus manos, tendido sobre un charco de sangre. Barry escucha unos pasos, e inmediatamente ve que por la puerta entra una cara familiar, Adam, con su arma reglamentaria en manos, aun humeando.

Adam entra con cuidado, mira el cuerpo y luego se acerca a donde esta tendido Barry.

- Mierda – dice mientras se agacha a su lado y mira la herida, aun sin soltar el arma – no te preocupes, estarás bien - dice tras una breve inspección, antes de volverse a mirar el cuerpo del matón - ¡Despejado! - grita en voz alta, aunque sin mirar a nadie, e inmediatamente recibe respuesta del otro lado de la casa, del frente. Otra voz grita exactamente lo mismo, mientras Adam guarda el arma en su funda y termina de examinar el cuerpo del matón. A lo lejos comienza a escucharse el sonido de varias sirenas.

Tanto Ted como Roger se tiran inmediatamente al suelo, tras los sillones, entre insultos y los disparos de las armas automáticas que hacen estallar en pedazos los vidrios del frente de la casa. El lugar se vuelve un infierno. Ambos tirados en el suelo, con las manos sobre la cabeza, oyendo como los disparos dan contra el frente de la casa, rompen los vidrios, e incluso algunas balas atraviesan las paredes de madera del frente y entran a la casa, dando contra los cuadros de las paredes o cualquier otra cosa que haya a su paso.

Todo aquello continua durante largos segundos, los cuales se hacen eternos. Los matones que disparan desde fuera parecen decididos a enviar un mensaje, pues siguen disparando desde el exterior, pero nadie entra. Entre tanta confusión, por un momento les parece escuchar otro disparo, mas fuerte y grave, de otro calibre, y que llega desde otra dirección, desde atrás, desde la cocina, en donde se encuentra Barry, pero es difícil saber con certeza que es lo que escuchan en medio de todo aquello, y mas difícil aun es tratar de hacer algo, pues mientras están ahí tirados escuchando todo aquello las balas entran a la casa sin rumbo fijo.

Tras aquel disparo que llega desde el fondo de la cocina escuchan varios mas, de armas de otro calibre, por lo que se hacen fáciles de diferenciar. Es difícil saber exactamente desde donde vienen, pues los escuchan tanto detrás como delante de la casa, ademas de que aun todo es muy confuso como para orientarse.

Los disparos de las distintas armas se suceden durante varios segundos mas, ya ahora en el frente de la casa. No hay mas balas que entran por las ventanas ni dan contra el frente, el tiroteo parece darse fuera, al menos durante unos segundos, hasta que se escucha el sonido de los neumáticos de un vehículo producidos al resbalar contra el suelo húmedo por la nieve, para luego alejarse a todo gas del lugar.

Tras todo aquello el lugar vuelve a estar en silencio, al menos no se escuchan mas disparos. Cuando apenas esta levantando un poco la cabeza, despegándose del suelo, escuchan unos pasos que se acercan rápidamente tras la puerta de en frente, la cual se abre de par en par y de manera brusca, haciéndoles sobresaltar.

Por la puerta ven entrar a una cara familiar, se trata del compañero de Adam, aquel tipo tan callado que siempre estaba a su lado, aunque se les hace difícil recordar su nombre.

El tipo entra con el arma en mano y apuntando la frente, aunque cuando ve a ambos tratando de levantarse la baja inmediatamente. Escuchan que una voz grita desde la cocina – ¡Despejado!

- ¡Despejado! - grita, respondiendo, mientras guarda el arma en la funda y da un paso al frente, mirando a ambos - ¿Están bien? ¿Algún herido? - les pregunta, mientras de fondo se oye el sonido de varias sirenas, a lo lejos, y que se acercan mas y mas al lugar.

La casa se había vuelto de repente un infierno. Recostado detrás de uno de los sillones con las manos protegiendo su cabeza, Ted cierra los ojos con fuerza, intentando de alguna forma esperar a que todo cesara. Pero el ruido ensordecedor del tiroteo seguía. Disparos que procedían de todos lados, cada vez más y más cristales rotos, algunos vidrios incluso habían llegado al costado de su pierna. El corazón le bombeaba a mil por hora...

Mira al techo, intentando serenarse, cuando de repente, una bala atraviesa el sillón en donde estaba agazapado, pasando a pocos centímetros de su cabeza, y termina incrustada en la pared de enfrente, como tantas otras. La pared estaba ya marcada con muchas muescas de bala, pero Ted queda mirando sin embargo el pequeño agujero en la tela, esa había pasado verdaderamente cerca. Ahora no se atrevía a moverse lo más mínimo. Los brazos, agarrotados, sujetos como podía con fuerza en el sillón tras el que estaba recostado.

Cuando por fin el estruendo del exterior parece calmarse, Ted sigue todavía unos segundos acurrucado. Al fin, se levanta poco a poco con prudencia. A su alrededor se había casi silenciado todo pero, de repente, la puerta se abre de golpe provocándole un nuevo sobresalto.

Pone sus palmas por delante en un acto reflejo. -Dios...- dice, respirando un poco aliviado al ver que era la policía quien entraba a la casa y no los tipos con aspecto de pandilleros. Mientras intenta calmarse pasa una mano por su frente y pelo, todavía incrédulo, soltando algo de tensión. Luego de girar la cabeza hacia la cocina, al escuchar también a quienes habían entrado por la parte trasera, mira a Raymond con los ojos completamente abiertos.

-¿Qué-qué-qué mierdas ha sido esto? ¿Qué coño ha sido esto?

-pregunta desorientado mientras comprueba que no ha recibido de verdad ninguna bala y su hermano Roger tampoco. Su hermano... ¿Qué habría pasado con Barry? ¿Donde estaba?

-¿Barry?¿BARRY? -grita para intentar hacerse oír fuera de la casa. Mientras, se fija desde donde estaba en la puerta de entrada, por si podía vislumbrar algo del resultado del tiroteo...

¡Serás cabron, nos has usado de señuelo!

La mirada de Barry pasaba del odio a la repulsa, y alguna otra cosa más que no sabía identificar. Se apretaba la herida, como si aquel gesto fuera a impedir que la sangre manara de su cuerpo como en una fuente.

Dejo caer su cabeza hacia atrás, y sintió el suelo frio de la cocina. Cerró los ojos y los apretó fuerte. Cada respiración, era una bocanada de dolor que le subía por el espinazo y se le quedaba anclada en la cabeza.

Gracias.

Dijo la palabra de manera seca, sin florituras, sin mucha fuerza. Pero aun así se noto sincera. Quería darle las gracias a Adam por salvarle el culo, pero también quería arrancarle la cabeza, por no haberles protegido, por no haber protegido a Terry.
Estaba dolido, dolido con el mundo, pues se había llevado a su adorador hermano. El único bueno, si era sincero consigo mismo.

Y de alguna manera, Adam era culpable de todo. Por no haberlo impedido, por no hacer nada, o por ser un puto poli cabron. Pero no podía culparle por todo, sabía que él era responsable de sus actos, de sus palabras, de sus ideas. Sus hermanos y el estaban de mierda hasta el cuello. Había matado a un hombre, casi sin pestañear.

El dolor le recordó que el aun estaba vivo, pero no muy sano. Se lo tenía merecido, pues quien a hierro mata, a hierro muere.

Volvió a abrir los ojos e intento incorporarse lentamente, aun con una mano sujetando con fuerza la herida. No logro conseguir la verticalidad, pero al menos se incorporo hasta quedarse medio sentado.

Sé que me avisaste de que esto podía pasar, pero no me imagine que vinieran directamente a la casa, hoy mismos. No sé contra quien peleo, y eso es culpa tuya, porque sabes que no dejaremos de buscar al tipo de ordeno la muerte de Terry, y sabes, que nada nos parara, ni la muerte ni la cárcel, lo sabes, porque eres uno de los nuestros, por mucho traje y pistola de madero que uses.

Le hizo un gesto para que lo ayudara a levantarse, Adam y el tenían muchas historias juntos, muchas, dentro y fuera de la cancha de baloncesto. Unas eran de amigos, otras de enemigos, casi todas tenían que ver con faldas. Aun así, Barry respetaba a Adam, había salido de la mierda, se merecía lo mejor. Pero al mismo tiempo, el saber que ya había salido del hoyo, le hacía más daño que verlo chutarse por las esquinas. Porque significaba que ya no necesitaba a sus colegas para nada.