Partida Rol por web

tras haber seguido al gato hasta la estancia, habia tenido tiempo de pensaar en las palabra que esa tal cristie habia pronunciado rato atras....

Yo al menos no he renegado de mi origen, y ¿tu Cris?, habia muchos hijos perdidos en un mundo de humanidad y aqui estaba claro que no iba a ser un picnic de esos que los humanos disfrutan...

Habia permanecido oculta mucho tiempo en cloacas , y estas se habian convertido en mi hogar un lugar para mi seguro, donde disfrutaba de la compañia de mis criaturas.

No se quien eres "Mimi" pero no me agrada estar aqui, aunque espero que sea para lo que sea terminemos pronto.

No tenia mucha intencion de querer conocer al resto, pero me temia que seria algo inevitable... aunque hare lo posible para que fuese el menor tiempo posible... no estaba acostumbrada al contacto y au menos a esta clase de compañia...

Hizo una mueca al escuchar las primeras palabras de la mujer.

Señora Michelle, usted ya deberia saber que ante todo hay que conservar la buena educacion. comento con tranquilidad Aun en las circustancias que estamos y los seres que somos...

Luego guardo silencio y espero a que respondiera las preguntas que le habian hecho.

Gael dió un paso mas allá, primero preocupándose por su salud, y después mirando directamente a los ojos de aquella mujer. Esgrimió las palabras como quien blande una bella espada, gentil y educadamente.

-Querida mimi, disculpa mi atrevimiento pero he de decir que esto - Giró en redondo para observar la habitación, mientras abría un poco los brazos -Es un poco exagerado para nosotros, a mi entender.

Luego volvió a su compostura normal, mientras trataba de adivinar lo que se encontraba tras sus ojos.

-Seguro que tienes una historia que contarnos, y estoy aquí para escucharla y tomar buena nota de ella. Pero en vista de tu salud, mejor no te fuerzes demasiado. Despacio, cuéntanos porqué el caprichoso tiempo ha decidido colocarnos en este lugar, en tu presencia, en este mismo instante, si es menester.

Escuché a la mujer - Un placer Mimi. Soy Eva y este Asfalot - dije señalando al tigre - ¿Qué puede contarnos sobre nuestro cometido aquí?

Al girarse la anciana y presentarse, bajó la ballesta dejando de apuntarle.
Permaneció seria con la mirada sobre Mimi esperando a que respondiese alguna de las preguntas que entre varios le habían formulado.

En primera línea me quedo mirando a la anciana. Realmente me da igual que diga que la podemos llamar "Mimi", la llamaré como quiera.

Miré con cara de asombro como Mark me ofrecía un pañuelo y dije:

Vaya... pensé que era Cristie aquella que estaría privada de la vista... Acerqué mi propio pañuelo y me limpie el resto de sangre de mi boca.

Quinientos ochenta y tres años, me han hecho estar precabida para todo, un pañuelo es algo infimo Señor Mark... al menos no limpiaría la mancha que esta apunto de producirse...

Aligero un poco mi rostro esbozando una cara afable y digo: Como bien decís... no hacen falta presentaciones, pues día tras día, he revivido vuestra llegada, día tras día he escuchado como este edificio cae ante el paso del tiempo... Algunos días fue Minos quien os hizo llegar hasta aquí como hoy...

Otras veces, fue incluso vuestro propio instinto el que os trajo hasta aquí, pero al llegar... todo se hacía humo, y volvía despertar sola.

Pero hoy por desgracia, no ha vuelto a ser a sí... las grietas de la puerta del averno, muestran que nada es como ayer... El sello que guarda nuestro mundo ha perdido fuerza poco a poco, y hoy... parece ser el día en el que se cumpla la profecía donde el infierno llegue hasta nuestro mundo, las puertas estan por abrirse... y nadie excepto vosotros puede volver a reforjar el sello.

En vuestras almas se esconde el valor y la fuerza necesarias para ello, además de cada uno de los grilletes a cerrar para que esa puerta siga donde está... coff cofff.

La tos volvía a callar su vieja voz, mientras tomaba aire, miró al resto esperando que hasta ahora comprendieran lo que sucedería después.

La joven aprieta con más fuerza su bastón cuando escucha aquella voz anciana nombrarla. ¿A qué se estaba refiriendo? 

Al menos había otra cosa a la que sí podía responder, y en un susurro responde a Escoria, ubicando aproximadamente la dirección en la que debía encontrarse.

Renegar del propio origen implicaría renegar de mi misma. No está entre mis planes.

Entonces dirigió su atención nuevamente hacia donde había escuchado a la anciana y da un paso adelante. 

¿El sello? ¿La puerta del infierno? Son solo viejas leyendas. 

Sea más clara ¿Porqué ese sello habría de debilitarse?

Escucho atentamente las palabras de la mujer. Por fin empiezo a obtener respuestas. Saber al fin que no me he equivocado todo este tiempo al pensar que estaba predestinado a realizar grandes azañas hace que me excite de emoción. Muchos han sido los que me han dicho que deje de perseguir un sueño, una ilusión, y que me dedique a algo de provecho. Pero yo solo les dedicaba una mirada de desprecio y seguía en mi incansable búsqueda de mi destino. Ahora por fin ha quedado demostrado que no me equivocaba.

-Yo la creo. Qué es lo que tenemos que hacer exactamente?-pregunto algo brusco a la mujer. La verdad es que no pretendo ser rudo, pero estaba muy impaciente por empezar. Había estado esperando toda la vida para este momento y ahora que lo tenía delante no podía calmarme.

Escuché las palabras y quedé sorprendida. Me despegué lentamente de la pared y abrí mi boca tras largo rato sin decir nada.

-¿Y qué pasará si se abren esas puertas? ¿Por qué hemos de impedirlo?

  -Nuestros nombres no tienen relevancia en estos momentos, lo que importa son nuestras esencias aquí reunidas- dice Diarmuid fuerte y claro, tomando la palabra por primera vez.

  Prosigue diciendo -Usted- refiriendose al ser que los estaba esperando -dice que el juez de los muertos, quién decide a que lugar del infierno debe ir el alma ante su presencia, nos hizo llegar hasta aquí; o que por lo menos es una posibilidades del impredecible futuro que era hasta ahora- continúa mirando desafiante a todos los presentes -A los escépticos que no creen ninguna de estas cosas, supongo que se habrán dado cuenta que este planeta no fué creado para nosotros, ya que después de todo Caín no fue el primero en habitar en este mundo- continúa desafiante ante todos, buscando en las miradas a los escépticos -la raza humana ya ha llegado al límite, son solo un puñado- y levanta su mano derecha en forma de puño y la abre -que como esta mano esta vacía-.

   Hace una breve pausa y posa su mirada en Michelle Braxton -Todos nosotros- gesticula señalando a todos -estamos aquí por alguna razón; pero esa razón no es más que una excusa del tiempo para estar en este preciso lugar ahora. El mundo ya no posee equilibrio, el mundo posee cosas que no son terrenales al mismo- continúa con esta predicción del final -Es por eso que ahora el infierno se hace presente, esta ya no es La Tierra, El Planeta Azul, Hogar, como quieran llamarlo, esto ahora se ha convertido en las puertas del Infierno-

  -Ahora la verdad esta en nosotros; ¿qué es lo que queremos?, ¿qué el mundo siga como esta? y se convierta en otra cosa a la que conocemos ahora, o ¿detener esta transformación? y posiblemente volver a forjar la historia- finaliza Diarmuid en tono solemne. Mira nuevamente a la anfitriona del lugar Quizás en alguno de los futuros que hayas visto te he ayudado, pero al final la decisión no es mía, es de todos los presentes. Este mundo será otro anexo del infierno, o intentarán hacer algo al respecto.. ¿qué es lo que has visto guardiana del tiempo?.

-Por lo que me dijeron, un cancer mucho mayor que nosotros espera tras las puertas.-Contesto a la niña eve amiga de las cabras.

Suspiro, negó con la cabeza gacha y golpeo un par de veces el suelo con el pie nervioso.
-Vaya la grano señora, eso ya lo sabemos. Para estar tanto tiempo sola y esperando parece que le cuesta hablar, teniendo en cuenta que nos estaba esperando.-Helmuth valor no era exactamente una persona paciente.

Medité un segundo en lo que nos decía la anciana. Después de todo, parecía que era nuestra aliada. O al menos nos pedía ayuda, y con razón. Si las puertas del Infierno se abrían, algo mucho peor que los semidemonios se desencadenaría sobre la tierra, y no creo que nos tengan mucho más afecto que a los humanos.

Abrí la boca por primera vez. -¿Cuánto tiempo tenemos?- Mi voz grave se escuchó en la habitación. Ya se había preguntado el cómo y el qué, pero teniamos que saber cuándo pasará esto. El tiempo podía ser un enemigo o un amigo, dependiendo de esa respuesta.

Un mundo sumido en las desgracias de infierno, un mundo donde el demonio reinaría porque así era la profecía, esa era la razón por la que estaban ahí, la razón por la que las cartas que su Nana tiraba no decían nada más, o quizás si decían, pero ella no le contaba. Oh Nana... su pechó volvió a doler, era tanto el sufrimiento sentido toda su vida, y que marcaba su propio cuerpo que ahora se manifestaba de una violenta... Había rencor en su corazón, claro que lo había, había sido abandonada tantas veces, maltratadas por las marcas en su cuerpo, y la debilidad que siempre mostraba pero limpiar el mundo de las desgracias era una posibilidad, además, ella misma era parte de la podredumbre del mundo, era parte de ello, pero nacida de un acto de amor..¿puede haber mayor contradicción que ella?

Los demás hablaban, pero uno de los presentes exponía la idea de una manera clara, ¿por qué hacer algo? ¿de que serviría?,  Mimi misma había dicho que era una profecía que debía cumplirse, ¿podrían realmente darle más tiempo a ese mundo donde el demonio reina desde antes que las puertas se abran?. Sus ojos verdes se cerraron un segundo, su mente buscaba alguna lógica, ¿y Dios? ¿existía un Dios?.

- una oportunidad...- murmuró la chica - por una oportunidad  estamos acá - avanzó de nuevo, buscando la mirada blanquizca de la  mujer que tanto los había esperado, su corazón estaba marcado, tanto o más como su piel, conocía la maldad del mundo, el daño que podían ocasionar los humanos, pero ahora, pensar que esas puertas pueden abrirse y terminar con los justos... con Nana... - Mimi, ¿y los justos no serán salvados? - se atrevió a preguntar, había gente que iba al orfanato y les llevaba regalos, había gente que incluso ayudó en sus tratamientos, ¿debían pagar todos por el rencor que sentía contra la vida? - ¿y una oportunidad para ellos? - porque no negaba la verdad de las palabras de su hermano, una forma de crear una nueva historia, pero ¿a que precio?

Si los justos serían salvados... menudas tonterías hay que escuchar. ¿Un semidemonio preocupándose de justos? ¿De ser un héroe?

Lanzo un leve gruñido que deja clara mi disconformidad, me extraña incluso que gente como Azhariel se interesen en cumplir los designios de esa anciana.

-Mami - Digo con un claro tono burlón tratando de dar a entender que el apodo de "Mimi" no es más que un intento de reblandecer nuestros corazones, corazones demoníacos que no deberían tener espacio libre para esas tonterías. - Es un poco casualidad que justo nosotros seamos los que podemos hacer eso, ¿no? - Dejo escapar una leve y corta risa - Pamplinas.

Presto atencion a la mujer. No podia si no emocionarse un poco con lo que estaba sucediendo, esta era una posibilidad como tantas otras de probarse contra alguien, solo que esta vez era un adeversario que venia del infierno. Si hubiera sido mas joven, en estos momento estaria saltando de alegria por esta oportunidad. Pero como no lo era debia seguir calmado mirando la expresion de los demas mientras escucho las preguntas de los que se atreven a hablar.

Por lo que veo y escucho sera un trabajo complicado el que nos pides. comento volviendo su mirada a mimi. Hay algo que quieras transmitirnos o otorgarnos para nuestra mision de gran importancia? pregunto porque no se creia que solo estuviera para explicarles lo que podria llegar a pasar.

Las palabras de la anciana hizo que los presentes mostraran reacciones rudas, algunas de ellas en demasía, otras ansiosos del saber el qué, cómo y sobre todo el porqué. 

Me limité a observar a cada uno de ellos...un leve movimiento de negación ante algunos y curiosidad por aquellos que se mostraban receptivos.

¿Será verdadero su interés en ayudar?.....- pensé para mí-.

Estaba como mucho de los presentes, recabando información e intentando encontrar en algún hueco olvidado de mi mente  aquel nombre:

Mimi

En un su rostro se rompe un sonrisa que se funde con la tristeza, de saber que al final ellos han llegado.

Mira con sus ojos blanquecinos al fondo y dice cansada: Si... al menos queda una oportunidad.

Acoje a Cristie con sus manos para guiarla mientras, el resto la seguís hasta el centro de la estancia.

Aunque vosotros avanzabais, todos vuestros animales quedaban atrás, como sabedores de su posición, rodeando el foro de aquella habitación circular, incluso las sanguijuelas de Escoría, y el Enjambre de Mark, abandonaron sus escondrijos para esperar.

Tras aquella mesa, un semiforo circular de marmol blanco nacarado era vigilado por un grupo de columnas, y alumbrado por la luz del día, mediante una abertura en la parte del techo que dejaba que el propio sol en perpendicular dejara su huella en el lugar.

Al fondo, una pared, parecía guardar unas puerta aún sin abrir... quizas la puerta del averno, que aquella anciana parecía mencionar.

Una vez en el centro de aquel lugar os miro y señalo en suelo que había bajo vuestros pies: Muchos son los años, que mi familia a intentado guardar esta puerta, alimentada con nuestra propia alma... pero ya nisiquiera ese precio es bien recibido por aquellos que intentan dorracar nuestra estirpe.

Intentando responder a vuestras preguntas dice: Nadie ni nada, se salvara de su odio una vez lleguen a este lugar, seremos un lugar más... desprovisto de cualquier tesoro que quieran poseer, desprovistos de escudo que su poder pueda esquivar.

Levanta una manga de su camisa y deja ver un brazo lleno de cicatrices, que alineadas una contra otra, dejan a vuestro asombro una vida de ofrecimiento y pesar.

La piel de su brazo ahora a vuestro ojos parece quebradiza... como si de grietas en la propia roca pareciese.

Como siguiendo un ritual ya adormecido por la continuidad mira al sol, y dice: Es la hora... es la última vez.

Busca entre sus ropas y saca un afilado armazón de abanico que tan solo guarda de este la forma, y el filo. Lo empuña con fuerza y corta antes de que nadie pueda hacer nada la piel de su brazo una vez más. Su rostro parece indolente a la herida pero a vuestras espaldas, aquel gato parece seguir sufriendo el dolor de su dueña, y tras un maullido lastimero, Minos se apresura a ir junto a su ama, y tras envolverse en humo asciende hasta su brazo y lame su herida, queriendo sanarla, mientras ella aprieta con fuerza, dejando que un pequeño hilo de sangre manche aquel mármol blanco.

A diferencia de mancharse , el blanco suelo parece beber esa sangre con gusto, queriendo incluso palpitar tras absorber el rojo de la sangre sin dejar huella de su paso.

Os mira, esta vez, con algo de dolor y dice: En vuestras almas se encierran los sentimientos capaces de volver a cerrar la puerta que esta a punto de abrirse. Pero la historia, que no leyenda habla, de un grupo dispuesto a romper vuestra unión, un grupo dispuesto a dejar abiertas esas puertas sin considerar cual será el destino de todo aquellos que un día conocisteís como hogar.

Mira a Sandor y dice: No es cuestión de tiempo, sino de habilidad, si aquellos que no permitiran la apertura de las puertas siguen en pie, tras el intento de que todo vuelva a su lugar... habremos ganado una nueva oportunidad.

Pero si en cambio sois traicionados y las puertas se llegaran a abrir... coff cofff. La tos volvió a romper sus palabras alimentando nuevamente al sediento suelo. Pero ni ella sabía lo que podía ocurrir.

Sola empieza a deambular por aquel lugar, como queriendo recordarlo por última vez: Una vez dentro, descubrireís que no existe legado alguno, sino tan solo rango o disposición... Todo puede estar unido, o nada encontrarse enlazado.

Podeís ser tentado o agasajados... pero siempre seríes vosotros quien tome la última decisión.

Un golpe de tos parece volver a asaltarle pero esta vez, aguanta el envite con sobervia tragando su propia sangre, evitando que aquel lángido suelo vuelva a beber otra vez.

Las fuerzas parecen flaquearle y cae sobre sus propios pies... Algunos intentais ayudarla, pero ella evita vuestras manos. Se apoya en el filo del escritorio y apoya su cuerpo sobre él.

Si teneis algo más que preguntar... aquí estaré... al menos antes de que caiga la noche....

Intenté ayudarla cuando flaqueó, mi cabeza intentaba asimilar todo aquello que la anciana nos acababa de desvelar.

Miré al resto, no sabía que decir, que preguntar y ni siquiera que pensar de todo eso. Lo único que tenía claro es que no íbamos a volver a salir de aquel lugar y si finalmente lo hacíamos nuestro mundo ya no sería el mismo....

Nybras se mantiene apoyada en la columna, sintiéndose ajena a la situación mientras escucha la extraña historia de la anciana. 

Una expresión de escepticismo empieza a dibujarse en su rostro. Ella nunca ha ocultado ni negado lo que es y no termina de comprender por qué debería ser algo malo que se abrieran esas supuestas puertas. Quizá el destino de la humanidad, si es que existe algo así, consiste en ser aplastados por los demonios que salgan de ellas. Pero los aquí reunidos no son humanos, son los descendientes de los que se encuentran al otro lado de las puertas. ¿Qué habría de malo en permitir que sus antepasados las traspasaran?

Pasea su mirada por los que rodean a la mujer que se ha presentado como Michelle, sorprendiéndose de que tantos de ellos acepten sus palabras sin más, como una promesa de gloria, y le cuesta contener un bufido, pero lo hace. Todavía parece haber mucho que observar antes de tomar partido, y quizá haya una buena explicación para este deseo de proteger a la humanidad.