Partida Rol por web

Nybras y Nyx alzan de nuevo la mirada hacia un punto cercano, entre las brumas que rodean el lugar. La joven se incorpora, seguida de la pantera, de un diván de cuero negro, con remates en rojo. 

Frente al mueble, un sofá a juego, en el que está sentado Mark, entre ellos, un sillón, también a juego, orientado hacia el centro, donde descansa una pequeña mesa de madera oscura. Sobre ella, un tablero de ajedrez, con ambos ejércitos dispersos por él. Las piezas, de mármol blanco y negro también tienen detalles en rojo.

- Discúlpame un momento. - Le dice al hombre, antes de echar a andar hacia el lugar donde las nubes terminan de dar forma a Domino.

La joven camina despacio hacia la recién llegada, entre la niebla que se arremolina a su alrededor. - Bienvenida. - Dice sencillamente, en un tono neutro, quizá un poco seco. - Únete a nosotros. Estábamos jugando una partida. - Con un suave ademán señala el sillón que está libre, ofreciéndoselo a la muchacha, y se da la vuelta para guiarla hasta allí. 

Nybras observa el tablero al pasar y luego a Mark, mientras se recuesta de nuevo en el diván con un movimiento tan flexible como el de la pantera, que se tumba a su lado, sin quitarle ojo de encima a Domino.

- Si necesitas algo, puedes pedírmelo. - Dice la joven haciendo un leve ademán hacia los muebles, dando a entender que dará forma al lugar de otra manera si es necesario.

¿Donde estoy? fue lo único que atino a decir la joven aunque ya sospechaba internamente donde se encontraba.

Nybras exhala un suspiro. - Estás muerta. - Dice sencillamente. Después hace una pausa, dejando que su nueva realidad cale en la muchacha. 

- En cuanto al dónde... Creo que este lugar es parte de mi mente, pues puedo darle forma a mi gusto. Como ves, puedo encontrarme aquí con los que habéis muerto y comunicarme con ellos. ¿Tienes algo que quieras decirme?

¿Qué debería decirte en muerte que no hayan creído en vida? – pregunto la chica mirando a la que hablaba sin dudas en la voz.

Nybras se encoge de hombros. - No sé. Podrías querer confesar, tus crímenes o tus cómplices, aunque no creo que lo hagas. - La joven posa su mano sobre el cuello de la pantera, que no quita ojo de la recién llegada, acariciándola suavemente. - No te voy a mentir. Por ahora no tengo intención de transmitir vuestros mensajes al otro lado, pero quizá más adelante lo haga. De todas formas, si no quieres hablar, no tienes por qué hacerlo. Puedes hacer lo que quieras, siéntete como en casa.

¿Mis crímenes?, ¿acaso sigues pensando que soy culpable?, ¿tú has devuelto a la vida a Verona? – acoto con curiosidad.

Nybras alza una ceja, clavando su mirada felina en Domino. - Si no creyese que eres culpable, ¿crees que habría colaborado en tu ajusticiamiento? Cuanto más hablabas, más me convencías de que lo eres. Y no. Yo no he devuelto a la vida a nadie. Pero estoy segura de que te habría gustado saber quién lo hizo para poder acabar con él.

Entonces de nada servirá lo que diga o calle - concluyo Domino levantando las cejas mientras hablaba -, que sigan cayendo los inocentes.

- Como gustes. - Responde Nybras con tranquilidad. - No estoy aquí para discutir. Aunque permíteme que te señale que es bastante interesante ver cómo has perdido toda tu timidez tan rápido como apareció.

Después, aparta su mirada de la joven para posarla en Mark. - ¿Ensimismado con nuestra visitante? - Le pregunta, con tono divertido. - ¿No vas a saludarla?

Nybras deja vagar su mirada hacia un punto indefinido, por detrás del hombro de Mark, al que tiene enfrente. Tras unos segundos, se gira hacia Domino para hablar con voz neutra.

- Acaban de confirmar tu culpabilidad. - Después posa sus ojos sobre el tablero, esperando el siguiente movimiento del hombre.

Alfil de Reina a D2.

Enuncia con sencillez, ejecutando el movimiento sobre el tablero. Sólo entonces alza la tez para fijarse en Domino y dedicarle una amable sonrisa.

Disculpa, bienvenida seas. Estaba... Centrado, en la partida. Hagamos lo que hagamos, o digamos lo que digamos, servirá de poco, así que sencillamente disfrutemos del momento. Aún no está todo dicho... Aunque al parecer, como era de esperar, dijeron que eres culpable. Pero... Oh, lo mismo dijeron de mí. Y dirán de cualquiera que no sea uno de ellos. Así a ojo, eso les debería de dar un margen de cinco o seis días de maniobra... Contando con que en alguna ocasión digan la verdad para despistar. Será demasiado tarde para entonces, supongo.

Sin más, vuelve a fijarse en el tablero, como si éste captase toda su atención sin dudar. Sólo de reojo observa a Nybras.

Hay que reconocer que su belleza es para ensimimarse.

Reconoce, sin pudor alguno.

- Peón a D4. - Nybras anuncia su movimiento mientras alarga la mano para colocar la pieza en el escaque nombrado. Después analiza a Domino al escuchar las últimas palabras de Mark.

- Sí, es mona. Pero no es mi tipo... - Bromea con una risa suave mientras se acomoda recostada en el diván y mira hacia arriba, dejando su mirada volar hacia un punto indefinido. - En esta ocasión la mente de al menos dos personas ha sido controlada en las votaciones. Ha habido algunas cosas raras aparte de eso, la ciega se ha votado a sí misma, por ejemplo. Valfar discute con Nekhbet y no ha sucedido mucho más. Las discusiones absurdas de siempre, pero con los ánimos un poco más calientes, nada más. 

Su mirada se centra de nuevo y estira el brazo para acariciar la cabeza de Nyx, que sigue sin dejar de mirar a Domino, en una postura que, a pesar de parecer relajada, indica que no tardaría ni un segundo en saltar si lo desease.

Domino no se ha movido de su lugar.
No ha atinado a buscar donde sentarse, no ha gesticulado en respuesta a las palabras dichas respecto a ella.
Sus ojos claros y tranquilos miran sin mirar hacia algún punto distante.
Y la expresión resultante se asemeja a la de alguien que está escuchando algo con atención.

Tras un rato en silencio, Nybras se estira un poco, desperezándose lentamente. Nyx ha mantenido la mirada sobre la recién llegada, pero poco a poco se ha ido relajando ante su inactividad. 

La joven se gira hacia los que empieza a considerar de alguna manera como sus invitados y se dirige a ellos. - Salvo un par que tienen dudas, la mayoría se ha mostrado de acuerdo con la culpabilidad de Domino. Incluso algunos que no la votaron lo han hecho. Jacob es prácticamente el único que duda de la culpabilidad de Mark y muchos nos preguntamos por qué. Escoria está muy enfadada porque le cambiaron el voto. Y hay algo curioso. La gema de Domino por ahora no ha estallado, ni se ha dibujado nada en su tumba, también nos preguntamos la razón de eso.

Peón de Rey por Peón de Reina, a D4.

Enuncia sencillamente.

Quizá no esté muerta realmente. O quizá tenga otra oportunidad.

Comenta con tranquilidad. Entonces desvía su mirada hacia el vacío.

Supongo que será el único que pensará que los traidores debemos de ser los mayores idiotas de la faz de la tierra por... dejarnos atrapar tan pronto. O por renunciar por confiar en alguien a quien hemos intentado matar. Por perdonar la vida de alguien que dice que puede unir sus mentes a las de otros... individuos. Y, según mis estudios al menos, eso es una habilidad claramente... vil. No le acuso, ojo, símplemente teorizo. En cualquier caso, es posible... Que maten a alguien con quien él esté relacionado. Así sólo hay que acusarle un poco... Y el resto lo hará la inercia.

Sus ojos miran en los de Nybras. Y luego en los de Nyx.

También puede ser que sólo la mía haya explotado... Por ser débil.

- Dama por peón, a D4. - Dice Nybras, apartando el peón que acaba de colocar Mark en esa casilla y dejándolo a un lado al poner su reina allí.

Después escucha las palabras de Mark con expresión neutra, casi tan indescifrable como la de Nyx, la cual también observa al hombre mientras habla.

- Quizá no esté muerta, ¿quién sabe? Aunque entonces no sé qué hace su consciencia en este lugar. - Nybras mira con curiosidad entonces al hombre. - Yo también puedo unir mi mente a las de otros. Por eso estás aquí, por eso podemos jugar una partida y charlar, o incluso admirar la belleza de las visitantes que recibimos. ¿Consideras que hay vileza en mi habilidad o en mí? En cualquier caso, me parece más probable que sea un asesino o un simpatizante, en todo caso, uno de los vuestros. Aunque eso ya lo sabremos pronto, supongo.

La joven vuelve a acomodarse, apoyando el codo en el reposabrazos y la cabeza sobre la mano, con la cabeza de Nyx posada indolentemente en su muslo.

- La gema de Verona también explotó. Por ahora la rara es la nueva, no tú. Aunque tanto la tuya como la otra tardaron un poco, quizá sólo debemos esperar.

Alfil de Rey a F3.

Enuncia tranquilamente.

Veremos, el tiempo quizá determine una u otra opción... O quizá la propia Domino nos lo quiera explicar.

Sus ojos se entrecierran ante el argumento de ella, no obstante, asiente lentamente.

Hablé según mis conocimientos. Claramente no conocía tus habilidades. Ahora bien: ¿Qué posibilidad hay de que exista otro don similar entre nosotros, y que tampoco sea vil? Personalmente, creo que pocas. Y sí, ciertamente estoy disfrutando. Dime... ¿Tienes algo de beber? ¿Un whisky quizá?

Pregunta, con algo de esperanza de poder tomar algo mientras aguarda su momento.

- No parece muy dispuesta a explicarnos nada. - Responde Nybras mirando de reojo a la joven. - Alfil por Caballo en C3. - Dice a continuación, mientras aparta el caballo blanco del tablero para colocar su alfil en esa posición.

- Estando entre hijos de Melkhnar pienso que un don así no debería extrañarnos. Probablemente haya más gente con poderes parecidos, independientemente de sus intenciones. Al igual que tampoco creo que una habilidad pueda ser vil o no serlo. Todo depende de quién la use y para qué, ¿no es así? Cualquier capacidad puede ser usada para el bien o para el mal. La decisión es de cada uno. También yo podría usar la mía para mostraros en este lugar un infierno aterrador en el que torturaros. Eso no convertiría mi habilidad en malvada, sería yo la que habría decidido serlo.

Después del discurso, la joven cierra sus ojos durante un instante y un jirón de bruma se enrosca alrededor del brazo de Mark, formando un vaso ancho en su mano, de cristal fino y con un pequeño relieve en rojo en la base, lleno con un líquido ambarino y un par de hielos de buen tamaño. - Espero que esté a tu gusto. - Finaliza, abriéndolos de nuevo y dibujando una media sonrisa divertida.

De nuevo la mirada de Nybras se desvía, perdiéndose en las brumas que Mark tiene a su espalda. Tras unos instantes parpadea y enfoca de nuevo su vista en el hombre, ya que es el único que parece interesado por lo que sucede fuera de allí.

- La gema de Domino ya ha estallado y otro sello se ha dibujado en una lápida. Las discusiones se han apaciguado un poco. Ahora la gente está intentando averiguar cuánta gente puede alterar la voluntad de otros a la hora de votar y de qué bando están. Helmuth ha rebuscado entre las posesiones de la anciana, pero no ha encontrado nada útil. Y poco más ha sucedido.

Alfil de Rey por Peón en C6. Jaque.

Sonríe tras su movimiento, efectuado con suavidad. Entonces mira a sus ojos y se pierde en el ambarino líquido que le brinda ella. Consigue hacer que sonría suavemente y lo guía lentamente hacia sus labios. Tras el primer trago, vuelve a alejarlo de sí mismo.

Espléndido. Gracias. ¿Ya estalló? Está bien... Entonces supongo que deberá de ponerse cómoda.

Se sienta bien en el sofá y se echa hacia un lado.

¿Deseas sentarte en mi vera, Domino? Pasaremos, probablemente, bastante tiempo aquí.

Pregunta a Domino, con la mayor de las cortesías. Ciertamente no es común estar con dos mujeres tan hermosas, y eso es algo que no está dispuesto a desaprovechar.