Partida Rol por web

Y no hace falta que te agaches, que lo toques, o que lo huelas o pruebes para saber a ciencia cierta lo que es ese polvo...

Un polvo negro...

Y con esa textura...

Solo puede ser una cosa...

Polvora.

Miro el supertrineo y niego con la cabeza, sencillamente es demasiado pesado para mi -mejor que otro coja el agua purificada, yo ya llevo bastante-

Cuando Sarah se levanta y deja el cuerpo de Tabitha lo examino yo durante un par de minutos, cuando acabo me levanto y niego con la cabeza -que gran pérdida, habría sido una valiosa aliada y ni siquiera sabemos como la han matado o que hacer para evitar nuevos asesinatos así-

Cuando al poco llegamos al recodo donde hay dos hombres tengo bastante claro que va a ser mejor matarlos, o son bandidos o peor, del enclave, de modo que saco la pistola laser y me prepara esperando una orden de Sarah. -Tal vez si capturaramos uno vivo podríamos interrogarle-

Al ver que nadie recoge el agua limpia, la cojo yo, para no dejarla allí. A nosotros nos va a ser más útil que a la pobre supermutante, me quito brevemente el viejo sombrero de paja para recitar una rápida oración por su alma y después sigo a los demás al interior de la cueva.

Al entrar, lo primero que noto es que está iluminada, lo que es una señal inequívoca de que la cueva está habitada de una forma permanente, o al menos regular. Mientras avanzamos me agacho para examinar el suelo, hay algo en el que me trae viejos recuerdos, de cuando era más joven y había muchas minas activas a lo largo del Yermo.

Mientras esto agachado oigo las voces, y me pongo tenso, los actuales ocupantes de la cueva están cerca, y no se como se tomarán nuestra visita no anunciada.

Apoyo el mando de mi viejo pico en el suelo, y agarrándome a la cabeza me levanto lenta y trabajosamente, mientras los huesos de mi espalda van crujiendo por el esfuerzo. Una vez de pie miro a Sarah y señalo hacia el origen del sonido, para a continuación señalar mi pico, la pistola de la doctora Li y a Red. Después señalo a Sarah y a su arma y hago un gesto con la mano, con la palma extendida, y haciendo un movimiento de arriba abajo varias veces, para indicarle calma.

Después de acerco a Red y sacando la pistola láser que encontré en Little Camplight se la ofrezco mientras la señalo y levanto el dedo índice, después hago el gesto de disparar con la mano, y vuelvo a levantar el dedo índice, para indicar que sólo puede hacer un disparo.

Finalmente me vuelvo a girar hacia Sarah y levanto una ceja de forma interrogativa esperando a que tome su decisión.

Sarah se puso rápidamente en acción. Al ver que la doctora y ahora Red, gracias a Pete, tenían también un arma a distancia, les indicó con la mano que la respaldaran. Posó su nueva adquisición a sus pies, con mucho cuidado ya que en esta situación veía mas útil el viejo rifle.

Disparemos los tres a la vez - les susurró - Si alguno escapa, podría alertar a los otros. No sabemos hasta que punto podrían ser contrabandistas o no, pero todo apunta a que si y después de lo que le ha pasado a Tabitha, no pienso arriesgarme - y sin pensarselo dos veces, dobló el recodo y disparó, contando con que Red y la doctora la imitarían.

"que triste la vida en el yermo, matar o morir, en fin..." mas vale actuar con decisión o volverá a haber algún muerto entre nosotros, así que salgo tras Sarah y disparo al otro enemigo

Y la pistola laser vuelve a atascarse -!!Dios, debe estar maldita o algo así¡¡-

¡Las armas de la Doctora y de Sarah están encasquilladas!

Aunque Red logra disparar la pistola que le había pasado Pete, e impacta sobre uno de los enemigos que tenía allí delante, haciéndole un agujero en el hombro. Al parecer, las servoarmaduras no están en las mejores condiciones. Sin embargo, esto hace que los dos enemigos se den cuenta de lo sucedido y dándose la vuelta, disparan una ráfaga cada uno contra los supervivientes.

Sus rifles láser apuntan con cuidado y disparan con una presición extrema. El primer disparo impacta en la pierna de Red haciéndole un bonito agujero en ella, traspasándola de lado a lado, mientras que el siguiente, agujerea el hombro izquierdo de la Doctora con presición quirúrgica. Acto seguido, ambos hombres se colocan detrás de la mesa, parapetados.

El asalto sorpresa ha sido algo digno de una comedia... pero por lo menos, los cuatro están vivos para volver a atacar...

Al ver como las armas de Sarah y de la Doctora Li se encasquillan y no pueden disparar y que Red es herido por la respuesta de los hombres que están en la cueva, dejo escapar un ligero suspiro y me lanzo al ataque con mi pico.

"una herida limpia, cauterizada y sin tocar hueso" el diagnostico clínico me ayuda a superar el dolor propio de la herida mientras me aparto como puedo de la linea de tiro forcejeando con la maldita pistola para desencasquillarla

"vamos, vamos, vamos, funciona maldita"

NOCHE 5

La noche comenzó a caer en el Yermo, mientras nuestros amigos continuaban el combate.

Pete se lanza sobre uno de ellos con su pico preparado y atiza sobre uno de ellos, haciéndole un buen agujero en su armadura... pero de repente algo detrás de la oreja le dijo que se mueva hacía un lado. Era algo así como un sexto sentido o más bien el zumbido que comenzó a sentir que hizo que a todos se le erizaran los pelos de la nuca.

Y tras el zumbido, una luz cegadora.

Cuando la luz pasó, pudistéis ver a Sarah con una sonrisa, y con sus pelos todos erizados. De su nuevo juguete sólo salía un hilillo de humo.

Os girastéis para ver a los enemigos, y allí sólo había dos montículos de ceniza. No había mesa, no había nada. Sólo un círculo oscuro en el suelo...

Y más adelante, otra puerta de metal.

¿Que coño...? Digo mientras me giro hacia Sarah. Chiquilla, ten más cuidado con eso, nos puede matar a todos.

Me giro hacia Red y pregunto: ¿Estás bien, jovencito?

Después avanzo hacia la puerta metálica para escuchar a ver que si se oye algo al otro lado.

Desde luego la potencia de esa arma es... impresionante, y me quedo corta -si, mas vale manejar eso con cuidado, creo que se diseño como un arma anti tanque o similar-

Doy un trago a una de mis botellas de agua purificada, la herida en el hombro no parece tan importante ahora de modo que voy donde Red y examino su herida

-tranquilo, será un momento- saco los medicamentos de mi botiquín y atiendo lo mejor posible a Red

Tosiendo desde el suelo se retorció por el dolor que sufría debido al agujero de su pierna. Aquel tiro le había hecho verdadero daño y de nuevo, como cuando El Rey le había atacado en la Ciudadela. Agarrándose la pierna se estiró gritando levemente, apretando los dientes para no armar un escándalo.

- ¡¡Joder!! - exclamó de dolor mientras la doctora se acercaba a su pierna. - Gracias, gracias... -

Parecía delirar un poco por el dolor, murmurando cosas inconexas por lo bajini mientras su piel se perlaba de sudor frío.

¿Estáis todos bien? Y tranquilo, Pete, se usar estas "cosas" muy bien. Este arma no podía estar en mejores manos - Sarah parecía realmente orgullosa por su gesta. Dedicó unos minutos a desencasquillar su otra arma y después aferró la Tesla-Beaton para continuar.

Doctora ¿Son graves las heridas de Red? ¿Estás bien, muchacho? En cuanto se encuentre mejor, debemos continuar, no es seguro permanecer quietos mucho tiempo. Debemos atravesar esa puerta.

¿Oyes algo, Pete? - preguntó, susurrando.

A Pete le zumbaba el oído... y se metió el dedo índice en él para desatascarlo y cuando se lo quitó, ya podía escuchar bastante bien... tan bien que no sólo él, sino Sarah, la Doctora y Red escucharon lo que parecían ser pasos de varias personas que entraban por la puerta de la Cueva. Todos prepararon las armas pero de repente, cuando esos pasos doblan el recodo, pudistéis ver de quién y quienes se trataban...

¡Era Tabitha!

Bueno, eso parecía, ya que en el pecho pudistéis ver una gran cicatriz en forma circular completamente cicatrizada...

Junto a ella, el Elder McNamara y el Paladín Cross, que acababan de llegar junto a vosotros.

Cuando veo de nuevo a Tabitha me quedo mirando hacia ella con cara de sorpresa y una ceja enarcada.

Después veo al joven Cross, con el que me ya me había encontrado en el pasado y sin soltar el viejo pico levanto una mano para saludarlo, después, continúo escuchando detrás de la puerta, por si se oye algo.