Partida Rol por web

-Ya veo el que es mas rápido es quien sobrevive. Ya.-Pateo una piedra cercana al ver que no tuvo opción de hacerse con ninguna de las provisiones. Y al ver como se marchaban, el como no, quería ser menos, si esa cosas explota adiós a ser el lider de las serpientes. Mejor pirarse cuanto antes. ¿Pero a donde? El era "recientemente" nuevo en el mundo exterior.

-Esto es una mierda... siempre con decisiones.

- Oh. Veo que habéis decidido quedaros por aquí. - Dijo Simms con una sonrisa. - Me presento, soy el Sheriff de Megatón y mi nombre es Lucas Simms. Encantado de conoceros. -

El Sheriff le dió la mano a cada uno con una sonrisa.

- ¿Habéis venido a dar una mano? ¿O simplemente a disfrutar de la hospitalidad de Megaton? Si queréis ayudar, siempre podemos encontrar algo que hacer por una recompensa... claro... de momento... - Señaló la bomba con la mano. - Tenemos a esa señora bomba en el medio de la ciudad. ¿Nadie sabrá como desactivarla, no? -

Joder, ¡que resaca! ¿Pero que cojones me ha dado ese capullo de Moriarty?

Con su permiso, Sheriff, tengo que hacerle una cara nueva a ese maldito vendedor de veneno...

Cuando el hombre de gafas me habla simplemente asiento, y aprovecho para guardarme los restos de comida en el bolso. Doy un paso atrás, y de nuevo vuelvo a mantenerme un poco alejada del resto, aprovechando que todos están ocupados en su afán por marcharse del lugar. Cruzo los brazos sobre el pecho, y me froto los antebrazos con cierto nerviosismo mientras a medida que todos se van, mis tacones son lo único auddible en el eco de la nave que poco a poco ha quedado casi vacía. Fue entonces cuando un hombre nuevo apareció, presentándose como el sheriff de Megatón. 

_ Encantada Sheriff... mi nombre es Cereza... y me temo que... en lo que se refiere a bombas no puedo ayudarle... _ comento con una semisonrisa, sujetándome un mechón de cabello tras la oreja intentando disimular mi nerviosismo por la situación.

Entonces oigo otra voz, de alguien que no había reparado en su presencia hasta el momento y me giro alzando una ceja al ver al hombre acercarse con cara de pocos amigos.

-Qué pasa sheriff- dije mirando hacia la bomba que señalaba -Mucho me temo que los explosivos me dan alergia... En realidad lo que quería era hacerle unas preguntas- Me acerqué un poco mas a él -Busco a dos amigos, llevan desaparecidos dos semanas, me preocupa, no es propio de ellos, llevan una estética parecida a la mia, ¿no habran pasado por aquí?- le pregunté cruzándome de brazos.

- Si señor, creo que han pasado por aquí hace unas semanas. Los vi irse hacia el norte junto con una Caravana hace casi ocho días. - Dijo el Sheriff. - Y con respecto a la bomba, no es sencillo desactivarla, lo sé, pero tengo aquí unas herramientas que hemos recuperado de un bunker abandonado al oeste, y que servirán para desactivarla. Y os recuerdo que la recompensa será cuantiosa si lo lográis. -

-¡Bien! Ooou yeah...- rockanroleando girando sobre mi mismo -¿Y hacia donde salieron esas caravanas? Quizá haya un registro de transporte o algo parecido, no?- le pregunté al sheriff ignorando su comentario sobre las herramientas de la bomba, esperaba que me ayudara por cortesía... si tenía que manipular la bomba para conseguir la información igual me marchaba con las manos vacías.

Palmeo un par de veces con curiosidad al ver las herramientas del Sheriff. Sonrío cogiendo lo que el hombre de color les ofrecía y se recolocó las gafas para ver un poco mejor. Realmente no tenía un verdadero problema de visión pero un día se cercioró de que le quedaban muy bien.

- Yo creo que podría encargarme de ello, señor Simms. Si me permite... - digo estirándome y cogiendo todo lo necesario para ir hasta la bomba. Buscó durante unos segundos la plaquita que con un destornillador revelaba la zona del detonador nuclear. Lanzando un suspiro e ignorando que hubiera gente mirando a su alrededor, empezó a quitar el armazón del detonador y observó los cables que lo componían.

Pasó un par de minutos así hasta que agarró sus alicates y comenzó a operar sobre el dispositivo. Cambió algún cable de sitio, empalmó un par aquí y allá y con un poco de estaño estañó un par de sitios en la placa base del detonador. Al terminar suspiró y cerró la tapa, dándole una palmada a la bomba. - ¡Creo que ya está! - Red se acercó al Sheriff y le dió una palmada en el hombro a él también - El detonador está desactivado, pero claro, la carga sigue ahí y eso no hay manera humana de arreglarlo. Sin embargo es imposible que el cacharro explote salvo que... bueno, salvo que tiren otra bomba aquí. -

Soltó una carcajada como si aquello fuese lo más gracioso del mundo, apoyando los brazos en la cintura con satisfacción.

- Oh, si, creo que se fueron en dirección... ¡wooooooooooooooooooooooah! - Exclamó el Sheriff cuando vió lo que Red acababa de realizar. - ¡Has desactivado la bomba! ¡Lo has hecho! ¿Lo has hecho no? ¡Si! -

Lucas se acercó a la bomba y la miró con detenimiento.

- ¡Está desactivada! ¡Aleluya! -

Y en ese momento, dos personas salieron corriendo hacia vosotros. Eran de la Iglesia del Átomo, los cuales veneraban a la Bomba y ahora, que ya es imposible que estalle, van a por vosotros por ser hijos del demonio. O por lo menos eso es lo que vienen gritando mientras enarbolan palos con pinchos en las puntas...

¡Van a por vosotros!

Red atiza a uno de los hombres que venían corriendo en la cabeza, y este cae sobre la bomba, abriéndose el cráneo por la mitad. El hombre cae muerto al suelo mientras que el otro continúa corriendo hacia los demás con la clara intención de partirles en dos con su arma.

Si.

Los palos también pueden decapitar.

Noche 1

Megaton

Tras realizar el pequeño trabajito que les habían encomendado, los supervivientes regresaron junto con el Supervisor. El hombre parecía bastante contento y además, pudistéis ver que la mesa estaba preparada. Había comida para todos, y también agua para beber, por lo que hoy no ibáis a pasar nada de hambre e ibáis a llenar el estómago.

En su mano, tenía la recompensa que todos estabáis esperando. Un muñecote azul, con la cabeza muy grande, que al parecer, tenía alguna especie de valor. Se lo cedió a Red, ya que fue el que desactivó la bomba, mientras tanto, a los demás, les ofreció una botella de agua limpia a cada uno.

El mayor colocó el monigote en la mesa, y tras dar la orden, todos os pusistéis a comer. Al parecer, las reparaciones de la puerta han dado sus frutos, ya que esta noche, nadie ha entrado a atacaros.

El Sheriff os miró y sonrió.

- No podemos daros más que estas botellas y este muñeco que no sé ni para que sirve, pero podéis quedaros en Megatón todo el tiempo que sea necesario. -

Red sonrió agradecido por la comida que el Sheriff le brindaba y bebió y comió todo lo que pudo para saciarse por completo. El regalo que había recibido había suscitado la curiosidad en él y se lo guardó con cautela deseando descubrir qué valor tenía el cacharro.

- Yo me quedaré aquí al menos esta noche. Mañana por la mañana abandonaré la ciudad y veré a donde voy. - digo con una sonrisa mientras terminó de comer, limpiándose las manos. Miró a los otros tres con curiosidad. - ¿Y vosotros?

No recordaba la última vez que había comido sentado a una mesa, es mas, no recordaba la última vez que había comido algo elaborado. 

-Pues yo todavía no tengo claro del todo mi dirección-respondí a Red -Si el sheriff tuviera la amabilidad de terminar la conversación que iniciamos antes, quizás me alegre el día-  miré al hombre inquisitivo -¿recuerda? ,mis dos amigos, me dijo que marcharon en una caravana en dirección a...- esperaba que pudiera recordarlo, asi no continuaría vagando dando palos de ciego.

- Hacía el Norte, fueron hacia el norte, Señor Rey. - Dijo el Sheriff con una sonrisa.

Nadie se ha movido de este lugar esta noche.

Y como ahora está todo tranquilo, podéis charlar sobre vuestros siguientes pasos.

Repeinadito, -Dije refiriendome a El Rey- Si vas a salir ahí fuera tal vez necesites escolta. Si las chapas son suficientes, patearé culos en tu nombre, y con suerte podré reinvertirlas en esa nena de ahí. Te gustaría, ¿Verdad, encanto?

Señalando al sheriff -Eso es lo que quería oir, antes de partir, un destino que seguir... yeeeeaaaH waoo!- con unos meneos de cabeza, sonriente terminé dando un golpe con la mano en la mesa -Habrá que añadir un buen estribillo, pero creo  puedo hacer un tema con esto... ¡claro que puedo!- miré al hombre que me habló -Tsss, no te enamores tan rápido del Rey, amigo- le dije guiñándole un ojo -la compañía siempre es bienvenida cuando hay que salir al yermo, asi podremos rocknrollear juntos- asintiendo con la cabeza. 

Me había mantenido callada hasta el momento. La situación tampoco estaba como para hacerse notar y por el momento había preferido observar como iban y venían... La presencia del sheriff tampoco me gustaba demasiado. Sin embargo, tenía claro que quedándome apoltronada en aquel estercolero tampoco iba a conseguir nada. Entonces escuché a los dos hombres hablar mientras permanecía cruzada de brazos con la espalda apoyada en la pared, mirándome las uñas. Al oír la alusión del grandullón hacia mi persona esbocé una sonrisa de medio lado, observándolos a ambos con una ceja alzada y apartándome un mechón de cabello del rostro con descaro..

_ Quizás entre los dos lleguéis a juntar la mitad de lo que vale mi compañía para que os acompañé... _ repliqué con picardía, separándome de la pared por fin y acercándome a ellos balanceando con suavidad las caderas. _ ... Sin embargo, no me gusta viajar sola... podría no ser mala idea después de todo grandullón _ añadí guiñándole un ojo a Jericho, siguiendo con un dedo juguetón la línea que delimitaba su bíceps derecho.  

- Bueeeeeeeeeno. - se estiró con un bostezo antes de volver a posar los brazos en la mesa - Yo no sé muy bien qué haré todavía, pero si vais a ir todos en piña a algún sitio y no os importa quizás os acompañe. Al fin y al cabo nunca es buena idea ir solo por el Yermo... no es que ahora mismo tenga chapas encima para pagarle a nadie pero vamos, no es lo que me preocupa, si las encuentro podremos compartir o algo así. -

Encogiéndose de hombros bebió un poco más de lo que el sheriff les había ofrecido y se dió por satisfecho aquella noche. No tardaría mucho en caer rendido, no era mucho de pelear y zurrarle la badana al otro tipo le había dado una especie de agujetas en el brazo.