Partida Rol por web

Miró al Duende extrañado. - ¿Puede decirnos, Duende Verde, qué Lores Sith cambiamos de opinión respecto a Sid?

- Menos mal que Scar no es del reino de los felinos, porque odiaría darle la razón, pero me parece que la tiene, y hecho de menos una replica decente por parte de Hades.

-Mama: Me alegra verte pero el tiempo se acaba, parece que Pepe esta nervioso y no nos hemos puesto de acuerdo para quien votar queridos amigos de fechorías.-Comento Mama Apandadora.

-118-818: Entonces que, el Ken esta vivo y acuso al grupo de Edgar.-Pregunto uno apoyado en otro mas bajo.

-919-991: Pero ha dicho que no han sido ellos.-Discurro el que estaba siendo usado como apoyo.

-Mama: Niños... Pero eso no quiere decir que no sean culpables, por lo que la lógica nos dice, que son mas de un grupo o los asesinos no estaban unicamente en ese grupo, cosa lógica por otra parte.-Fue elocuente con sus palabras.

-118-818: Vale, vale... ¿Entonces podemos seguir votando al de antes?- Volvió a hablar el primero.

-112-212: Claro idiota, ¡Como segamos divagando esto lo ganan los buenos! A por el asesino de gatitos.-Concluyo el mas alejado que parecía venir del water, pues arrastraba papel en la zapatilla.

Coincidencia, no duendecillo no - digo dirigiendome ironicamente a Rumplestilskin -al contrario que algunos otros por aquí, si hago una amenaza, la cumplo, eso no me hace un mentiroso, solo más honesto que la mayoría, al menos yo no escondo mis intenciones

Si no soy yo quien inicia las votaciones no lo hace nadie... Pensó para sí mismo e intentó encontrar a alguien que pareciese culpable, o, mejor dicho, inocente, pues eran los de corazón puro los culpables. Alzó la voz y miró a Rumple. - Bien, Rumplenstinski, ¿cuál de los presentes diría que fue su asesino?

---Mi querido Tyranus, pensaba que usted me entenderia a la primera siendo un politico, como ya dije ante la amenaza de Lotso no me queda duda, no vi al asesino pero casi me jugaria la mano a que fue nuestro adorable amenazador osezno...

Edgar mira a la mama de los golfos

- Creo que ha quedado claro quien de aquí se dedica a matar a otros, aun así, yo sigo con que Hades no está haciendo bien sus funciones, y a él va mi voto.

Dijo mirando al osito de peluche rosita que decía "hola, amigos" si se le apretaba...

Scar miró a los presentes y suspiró agotado. Tenia la sensación de que iba a ser sacrificado.

-La vida no es justa... ¿Verdad?.- dijo sarcástico.- No se a quién votar... a si que votaré a uno de mis compañeros de mesa porque me ha acusado y pondría mis garras en el fuego que huele a héroe ahí...-

Edgar mira a Scar duditativo, pero callado.

El Duende casi se ríe al oír la pregunta de Lord Tyrannus.

-Pues usted mismo ayer le dijo a Sid antes del término de votaciones- puso voz grave, imitándolo- "Si bien creo que me precipité al acusarte, pequeño, ruego que me disculpes, pues parece evidente que no has matado a Lotso."

Terminó y volvió a usar su voz.

-Y luego le votaste. Si era evidente que no lo mató y tú le acusaste de hacerlo antes de que el oso resucitara, ¿por qué no cambiaste tu voto junto con la retirada de acusación? Eso es lo que me lleva a pensar mal de los lores Sith. No sé si todos o algunos de ellos son "buenos" pero es evidente que si hay al menos uno, lo cubren y no les importa votar a otro del que ni siquiera sospechan.

-Otra ves NoooOOoo!!! -se tapa la cara con el ala tras mirar a Maléfica, compungido. 

Además de ella, había muerto también Ken y el duende de las consonantes, aunque a ellos apenas les conocía. Iago da vueltas sobre el hombro de Jafar escuchando a los presentes y sus opiniones.

-Esto se pone muy pero que muy feo! -dice negando con la cabeza mostrando disgusto-. Sí! Eso es sierto! Ken ha sido muy valiente -mira al muñeco ahora asintiendo con la cabeza y mirándole con admiración- él hablaba en serio pero, Plinski* creo que hiso esa lista por reírse, ¿o no, gran maligno? -pregunta a Jafar.

Pete frotó sus grandes manos con guantes blancos mientras se levantaba y se dirigía a por la urna. La sostuvo con sus manos y se la restregó por la cara a todos los presentes para que los rezagados (casi todos) depositaran allí sus últimos votos. Después de que lo hicieran, Pete depositó el contenido de la urna en su pequeño altar de piedra. Fue cogiéndolos uno por uno y desdoblándolos a la vez que tomaba nota en su enorme pergamino que arrastraba por el suelo. Cuando terminó tosió repetidas veces para aclarar su voz y pronunció:

Amigos míos y asquerosos y rateros héroes que os podáis encontrar en nuestro castillo. La mayoría a hablado y el condenado que será ajusticiado será el señor EDGAR.- Hizo una breve pausa en la que miró con una mirada amenazante a Edgar y después se volvió hacia los guardias.- Guardias, darles de comer a los cocodrilos. Pero antes...antes bañad al señor Edgar en leche y encadenadlo junto a los gatos. Sufrirá, os aseguró que sufrirá.- Los gritos que produjo Edgar mientras los gatos lo lamían eran insufribles e incomparables. Luego, cuando lo echaron a los cocodrilos, los gritos volvieron pero más suaves. Los cocodrilos tiñeron el agua de rojo.- Espero que hayamos acertado con el señor Edgar. Ahora ya pueden comenzar la cena.

Ken miró horrorizado la escena, y aunque hubiera preferido taparse los ojos, y no mirar, debía de hacerlo. Pues había sido él mismo quien lo había señalado como uno de esos héroes que quieren liquidar a los que realmente hacían vivas las historias.

Contempló el vacío hueco que había dejado Edgar, y miró a los presentes. Pestañeó, y tragó saliva con dificultad.

—El Duende Verde tiene razón— dijo Ken con una voz algo dubitativa, aunque quería sonar firme, retomando un tema que se había dejado a medias—. Los votos sobre Sid, y el supuesto cambio que algunos dijeron, y no hicieron al final— acusó con toda la razón, ya que los votos eran públicos, y todos pudieron ver la mentira. Mentira. Estaban mintiendo, y nadie decía nada—. ¿Qué le llevó a soltar aquel embuste, Lord Sith?— preguntó Ken, paseando por la sala, deslizando sus pies con esos esquíes invisibles—. ¿Por qué se dijo que se iba a cambiar el voto, y después no se hizo? 

Tengan cuidado señores Hiiiiiihihihihi, porque la noche es oscura, y alberga horrores.

Madame Mim se cubrió los hombros con su manto y colocándose frente a una silla- ¡ Alakazam !

La estiró y acolchó transformándola en un modesto catre sobre el que tumbarse, la cabecera otrora respaldo de la silla, se alzaba por encima de sus posibilidades de forma exagerada y la bruja se acurrucó entre mantas de hiedra venenosa cuyos vapores la envolvían

Mire a Ken y le dije: -ken, tenemos que protegerte, visto lo visto tu eres al que mas van a intentar matar, los heroes deben morir!!
Mirandole fijamente a la cara,le toque el hombro con preocupación y intentando no asustarle, le di un abrazo.
Me acerqué a Madam Mim y le dije:
- Tenemos que hablar
Despues fui a mi mesa y me senté, no quedamos casi nadie..
no va a quedar nadie

Volvió a mirar a Ken y, con más cansancio que rabia, le preguntó. - ¿Qué Lord Sith afirmó que iba a cambiar su voto, Ken?

La noche estaba apunto de terminar, y las cosas seguían sin estar muy claras, solo tenía claro una cosa, tenía unas ganas de coger a esa campanilla y Peter Pan y hacerles pagar todo esto, seguro que estaban detrás de todo lo que estaba sucediendo aquí, esta vez no me contendría con ellos, si no fuera por ese cocodrilo.... ¡Qué feliz sería!

-Confiaré por ahora en Ken, aunque su poca articulación deja mucho que desear.

El muñeco de Mattel hizo con su boca una “o” grande, y abrió mucho los ojos. Pestañeó varias veces. Recordaba la conversación, recordaba el que alguien dijera que, efectivamente, no era Sid el culpable de haber matado a Lotso.

—Tú mismo dijiste que te habías precipitado a la hora de acusar a Sid— dijo Ken, señalándolo—. Eso daba a entender que cambiaba el voto. Y no lo hizo. Y no decir que cambiabas el voto, y disculparte ante Sid, y mantener el voto contra él, es muy sospechoso— arrugó su perfecto ceño, sin que saliera ninguna arruga—. No intentes tergiversar las cosas, Lord Tyranus, dijiste que lo votabas, te disculpaste ante él, pero mantuviste tu decisión inicial— bufó por la nariz, algo enfadado—. Te reíste de él en su cara, disculpándote, y lo condenaste… entre otros, claro.  

- Aplicaos vos sus palabras muñeco... disculparse no implica cambiar de parecer ni de voto ni de nada. Dejad de tergiversar la realidad en vuestro favor - interviene apoyando a Dooku -