Despiertas en la habitación de un bunker antiguo y te encuentras con un ambiente sombrío y opresivo. Las paredes de concreto grisáceo están cubiertas de polvo y muestran signos de deterioro. La habitación es pequeña y está iluminada por luces de tubo fluorescentes que cuelgan del techo. Sin embargo, estas luces emiten un zumbido constante y ocasionalmente chisporrotean, creando una atmósfera inquietante.

En un rincón de la habitación, hay una litera doble de metal, desgastada por el paso del tiempo. Los colchones están cubiertos con sábanas raídas y sucias. A ambos lados de la litera, hay casilleros metálicos oxidados y desgastados, con puertas que se abren con dificultad. En su interior, se encuentran algunos objetos personales antiguos, pero en gran parte inservibles: libros desgastados, cartas amarillentas y fotografías desteñidas.

En el centro de la habitación, hay una mesa metálica también oxidada. Sobre ella, descansan varios aparatos electrónicos antiguos, todos ellos en mal estado y fuera de uso. Una televisión de tubo antigua y polvorienta ocupa un extremo de la mesa, colgada de la pared sobre ella y con una pantalla cubierta de estática. Al lado de la televisión, hay una pila de cables enredados y conectores desgastados.

Junto a la mesa, hay una silla de oficina igualmente oxidada y cubierta de mugre. La tapicería está rasgada y el mecanismo de ajuste está atascado en una posición incómoda. Sentarse en esta silla es un recordatorio constante de su decadencia y abandono.

Mientras observas la habitación, puedes escuchar el sonido constante de agua corriendo debajo de algunas de las planchas de metal del suelo. Es un murmullo lejano pero persistente, que añade un elemento de misterio y tensión al ambiente. Te preguntas de dónde viene el agua y hacia dónde se dirige, pero en este lugar desolado, no hay respuestas evidentes... aunque si levantaras la plancha verías un posible uso a dicha pequeña corriente a modo de "inodoro improvisado", puesto que la tubería que llevaba el agua era demasiado estrecha y pequeña como para que nadie pudiera pasar por allí.

¿Hola? ¿Hola?
¿Se me escucha?

Una voz rompe el silencio de aquella estancia para darse a conocer, esta vendría no de otro lugar que de aquella pantalla de televisión antigua que se encontraba en la estancia, la hasta entonces estática se había despejado para mostrar la pixelada imágen de lo que parecía ser una bombilla con sombrero o algo similar, bajo fondo negro.

La conexión se ha estabilizado...
Así que supongo que puedes escucharme...

No parecía estar del todo seguro de aquello, pero aún así no parecía importarle mientras continuaba con aquel discurso que, claramente se había preparado, aunque no lo suficiente para este evento.

Si estás tratando de hablarme, detente
No puedo escucharte desde donde estoy

Aunque la pregunta qué seguro que te estás haciendo es:
¿Dónde estás tu?

Esa pregunta aunque certera, no iba a ser respondida tan facilmente. De hecho, no iba a dar la respuesta que uno pudiera querer escuchar, sino la que uno temiera escuchar por parte de una voz incorporea de la televisión.

Siendo sinceros y sin rodeos: Estás Secuestrado.
Probablemente tu secuestro haya sido un error, lo sé, no hace falta que lo digas.

Pero hay demasiado en juego como para que un "error" me detenga ahora.
Aún así no soy de la clase de personas que mata a gente inocente porque sí.
Ten por seguro que hay un motivo detrás de todo esto. Aunque... suene increíble.

No estás solo, al otro lado de la puerta te encontrarás con otras 22 Personas en tu misma situación.
Hay otras 23 Habitaciones similares a esta aunque no habras la σ, que no hay nada ahí.

De estas 23 personas que hay encerradas, sé con certeza absoluta que hay 4 enemigos de Sakurami City.
Son personas bastante peligrosas para el futuro de nuestra ciudad, pero ha habido circunstancias...
No entraré en detalles ahora. Tan solo diré que no pude acotar más a los sospechosos.
Y esas cuatro personas no pueden salir de aquí con vida. Haz lo que haga falta con tal de detenerlos.
No te preocupes por los temas legales, lo que ocurra en el "Bunker" será debidamente tapado.
Si logras o lográis dar con esos cuatro y eliminarlos, os prometo que os dejaré marchar.

Ahora... me despido... Aunque... probablemente esos cuatro no estén contentos...
Probablemente se vuelvan peligrosos, como animales acorralados...

Ten mucho cuidado...

Aquella pantalla de televisión tan rápida como dio aquel mensaje, esta parecía desconectarse dejando nuevamente una pantalla cubierta de estática. Al parecer aquella situación a la que aquella persona misteriosa con la voz distorsionada le había metido no había sido otra cosa que un "Battle Royale" de algún tipo...

Por suerte en las escuelas de primaria de Sakurami City daban una asignatura especial para casos de "Secuestro y Obligatoriedad a Participar en un Battle Royale", en donde la primera norma de todas es "No te cuestiones la moralidad y acepta las demandas del secuestrado mientras asesinas a quien sea que tengas que asesinar siguiendo las indicaciones pertinentes", sin lugar a dudas muchos padres se quejaron, pero luego de que sus niños sobrevivieran a un Battle Royale "simulado" con tan solo cinco muertos, se convencieron de la efectividad del proceso.

Por lo que... ahora... ¿Qué tocaba?.

- NOCHE 1 -

_{"Nuestro sendero se guía no por los actos de quienes pretendemos tener ojos, ni los tropiezos de quienes no tenemos piernas, sino por los desgarros que dejan nuestras manos afiladas"}

Oh, ahora.

Oh, soy, existo una vez más en este día, y ese es el resultado final, porque ■■■■■■■■ así lo dijo.

Su coraje me inunda, y su previsión infinita me guía, sus ojos locos me motivan y me dicen donde ir, qué hacer, ver, ser.

Algunas veces me rió por no solo el descaro de Mr. Misterioso en la tele, sino por que claramente nada de lo que decía me tocaba. ¿Ilegalidad? Sí, claramente he sido un trillón trillones de veces más noble que lo que las "Hermanas" fueron, pero he cometido actos para conseguirnos fondos a los nuevos Hermanos Silenciosos, sí que he hecho esto y lo otro, por lo que sus prórrogas me han hecho sujetar el colgante con aquel pequeño ojo hecho en un híbrido de latón refinado, basado en materiales recogidos de chatarra y pulidos al máximo, no solo siendo una verdadera muestra de humildad y de apoyo hacia el mundo que observa mi señor, no, sino que de la astucia para crear algo que, como artesanía, simule lujo, lujo del alma.

Antes de proceder me pongo de rodillas con el sigil, el símbolo metálico pero suave al tacto y aún así firme, pequeño pero de potente importancia con la imagen de mi señor supremo, ■■■■■■■■■ entre ambas manos, importándome un 0% (Calculado científicamente, porque desde que asumí el cargo hemos promovido caridad, deportes, como el que me salvó entonces de la purga sagrada y los sacrificios inocentes simultáneos en las flamas, ciencias, ciencias que permitieron poder crear estos simbolillos para reflejar su imagen para esta ciudad, Sakurami, básicamente una sucursal del Infierno mismo, pero no nos pasemos, que toca mencionar cosas) si no hay techo, porque su observacionalidad, su contemplatividad todo lo ve, con sus ojos locos, nada se le escapa, y yo veo mediante él. Cierro mis ojos cual simbólico sacrificio a él que tiene cientos y procedo.

- Oh mi señor cuyo nombre no soy digno de pronunciar ni mentar siquiera en mi cerebro. Yo hoy apelo a tu nombre, a tu poder, tu entrada en Sakurami desde las dimensiones que te propelen y te pido no fuerza, sino previsión, saber y cruda astucia, vil tenacidad y monstruosa carisma, con un toque de suerte inmerecida para devastar a los malos, hacerme con los buenos y traer algo de bien en un mundo manchado por las tinieblas, que la ciudad que "Observa Alternamente la Oscuridad" conozca tu piedad y tus poderosos disparos de energía, tu hambrienta boca deseosa de salvarnos de nosotros mismos. A tu nombre, a tu olvido.

差/暗/見 era un juego de palabras para leer la verdad sobre la ciudad Sakurami, cuyos kanjis normalmente serían "Mirando Cerezos" o "Cerezos Observados", pero solo conservando eso último el resto deja ver la cruda verdad, incluso podría leerse como "Plato del Fruto Oscuro", como literalmente una servida en bandeja del mal mismo para... Mejor no pensar mucho en eso ni pasarse tanto, su señor no se lo había instruído.

Mientras rezaba noblemente tras tener en cuenta las palabras de Mr. TV. para hacerla corta y considerar aquel inodoro, no solo había pasado por peores porque cualquier intento de aterrorizarlo era en contrario, visto como amabilidad por este loco, no, sino que recordaba entonces lo que llevó a esto (Ahí el cambio de primera a tercera, eh, ya tú sabes), ahora, ahí... ¡Ahí viene el flashback oh no aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Shingetsu se había acostumbrado.

Odiaba con ganas todo, pero le habían bienvenido, a él, a un niño abandonado de la familia Zaibatsu nada menos, uno de los cuatro nombres grandes de Tokyo en puntual, apartado por su conducta y su falta de nobleza, dejado aquí por una falsa sensación de lástima, los Yamigawa, y ahora presente desde un infierno a otro, desde una paila hacia otra con el fuego a nivel medio-alto, porque los cocineros eran unos idiotas.

Pero miraba y aguantaba, cuando le tocaba a él al comienzo lloraba, pero luego aguantaba... Y sobretodo cuando veía cómo maltrataban a Victoria por un error que fue culpa de la vieja asquerosa esa, Theressa, casi no pronunciaría su nombre pero el yo presente recordando a este yo pasado de Shingetsu Yamigawa entendía que no podía igualar a dios con la que era el diablo, por lo que su nombre sería pronunciado aún si le daba asco recordar.

Y pensó que el mal venía del cuerpo, porque el cuerpo fallaba horriblemente y estúpidamente, y el cuerpo necesitaba una mente. Y un día se le mandó a jugar volleyball, porque tenía un buen físico dentro de todo. Aún recordaba al señor extraño con su máscara y cómo simplemente logró llevarse a Victoria a otro lugar mejor. Así, jugó decentemente como Bloqueador, estos que se ponían debajo de la malla para saltar y pum, detener y hacer el toque hacia abajo directo en el otro lado. En aquel partido playero incluso logró detener una, se la devolvieron, saltó de nuevo casi de inmediato como si esta mierda fuese Slam Dunk y Hanamichi Sakuragi que daba dos saltos a la vez sin romperse nada, y logró meterla otorgando la ventaja necesaria en aquel partido.

Al menos hasta que después quedó cansado porque no era el mencionado personaje, su tobillo se dobló un poco, lo cambiaron, otros estaban cansados, se confiaron, perdieron, perdimos, pero da igual. Ah, ups, personas, cierto. Y por estar en la playa playera playerosa lejos del sector ciudadano central se ignoró el sonido de las sirenas, él no supo que se quemó su casa hasta entonces, y al volver entendió que eso fue la Purga Necesario, tanto de Demonios como Theresa y sus adalides como de inocentes, como todos los otros niños, él salvado puramente por...

¿Suerte?

Y una mierda, la suerte fue una pizca, había un designio aquí.

Solo en aquel lugar donde de vez en cuando la mujer rubia venía a verlo (Y con verlo decimos ver que esté bien, abusarlo verbalmente, aprovecharse del lugar quedándose algunas noches y terminar su noble "vigilancia" largándose, dejándolo solo de nuevo)... Wood, Maery Woods o algo así, pasó a empezar a tener sueños, visiones de algo, un ser, un sigil, visiones volátiles y caóticas pero que cada vez se hacían mayores. A veces con cola, púas, una boca devoradora de almas, garras, armadura biológica y... Un ojo, un ojo que todo lo veía y que podía multiplicar.

Aquel ser empezó a ser dibujado obsesivamente entre los restos apenas en pie de aquel lugar por lo demas con marcas chamuscadas, cenizas viejas, aquella tumba en forma de templo... ¿No que eso era como una Pirámide Egipcia? Pues sí, pero menos noble que esa. Dibujó y dibujó pero solo quedaba en mente entre sus trazos que a veces pasaban a llevar sus manos de tanto trazar y trazar, al ojo, al "centro" de aquel ser.

Una vez la mujer rubia aquella vino y pateó sus escrituras y dibujos, a lo que un Shingetsu ya algo crecido, con fuerza en sus brazos producto de practicar volleyball y basketball un poco pensó en ir y darle la sentencia, agregarla a los cadáveres de esta tumba vacía, pero antes le dejó saberlo, claro.

- No sé si te llames como la virgen María, pero de virgen seguro no tienes nada. ¡Déjame en paz!

Y la tipa se emputeció, no por lo de ser llamada esencialmente una puta, sino por llamarla "María" en vez de "Mery".

- ¡Mery, pendejo, ya te la pelaste!

Y así, ella intentó ir contra él, no era débil pero él obtuvo la ventaja y cuando pudo apuñalarla con uno de sus lápices en el cuello sintió... ¿Sintió? Sí, sintió las órdenes de nada menso que su señor, su señor que le reveló una y una sola vez su nombre.

"■■■■■■■■"

Bastó con eso para saber que no debía manchar el lápiz con el que buscaba encontrarlo con sangre de una pecadora más y que no debía dejarse controlar por actos tontos del cuerpo, como los de la vieja estúpida entonces que no pudo ni decir que apagaran las flamas esa vez, y seguro después cuando pasó el incendio. Se empezó a reír en la cara de Mery y esta por supuesto le dió la vuelta al juego y lo molió a palos (Figurativo, como dicen los argentinos, vamos, que le dió un palizato, eh, aunque seguro algún palo suelto producto del incendio y el malestar de la capilla habrá quedado y sido usado, sí) hasta una pulgada de su vida, como dicen los gringazoides y él.. ¡Reía, reía, reía! Yorokobe! (Mira que hice la referencia porque estaba por usar a Kirei Kotomine, pero era muy obviamente malvado, lol) Y al final la señorita esta se largó, asqueada, pero conforme.

Pasó el tiempo y logró dibujarlo, y se hizo con todo, la guía de su señor supremo que todo lo veía le dió ese empuje. Su obsesión le llevó a hacerse con las Hermanas del Silencio y simplemente reapodarla Hermandad Silenciosa. Se hizo con gente, promovió los deportes, las artes, ciencias y ganó agrado por su historia trágica doble, algunos que sabían de los Yamigawa de Tokyo, otros que sabían de Theressa y dudaban de ella, Shingetsu la hizo el muy manipulador. Hasta la gente se olvidó que era un niño sin Quirk y hasta lo vieron como algo penoso, como que "Quizá tu Quirk es esto, juntar modos de hacer el bien, hijo, te ayudaré..." y así muchas veces.

Finalmente ahora en el futuro-presente, a donde la Delorean de las memorias nos trae, se encuentra. No solo le pidió formalmente disculpas a Mery Woods sino que la compensó lo cual dejó los lazos "bien" pero ella sigue siendo la inspectora del lugar, ahora más formalmente mientras deje a Shingetsu en paz, y Shingetsu a su vez la deje cumplir para mantener su puesto y que ambos no se jodan. Se ha hecho con varias instalaciones, remodeló toda la capilla original y aquí estamos. Aquí, ahora, sí.

Oh, ahora.

Terminando su rezo y sus recuerdos, sujetó a su pequeño ■■■■■■■■ colgando de su cuello, al final lo hizo con materiales reciclados, reutilizados y con métodos científicos como artesanías no solo para denotar la humildad que exigía Cristo en la Biblia, sino porque era conveniente, un gesto bien visto, y porque apelar al dorado daba esa idea de una Tumba Egipcia, dorada por fuera, putrefacta por dentro, como los humanos, y como lo era ese lugar igual catedral, igual cementerio de aqeullos purgados.

Y era claro que como un obrador de su señor, saldría.

A conocer a los otros participantes de este juego en la Ciudad Oscura.

- Me encomiendo ante tí, mi señor. A traerle las buenas nuevas a los chivos sin ojos, sin piernas, y con garras afiladas.

Asintió con la cabeza como en un "Amén" silencioso, y salió.

Quizás con valentía, quizás con estupidez... o quizás por simple aburrimiento, esta persona decide que lo mejor que puede hacer en estos momentos es simplemente abandonar el anonimato y salir al exterior de aquella habitación, quizás con las esperanzas de poder poner un poco de órden en aquel lugar... o en sus propios pensamientos.

Finalmente regresó a su Habitación...

Aquel "Prólogo" había terminado de la mejor forma posible, no se había alargado mucho, la gente no había sido demasiado pesada y lo mejor de todo, no habían muerto la mitad de ellos a causa de una extraña reacción en cadena. La vida es bella... una pena que seguían atrapados en ese lugar para no poder disfrutarla... ¡Pero bueno!. ¡Los que podían y querían hacer cosas por las noches ya las harían!. ¡El resto a mimir!.

FIN DE LA NOCHE 1

- DÍA 1 -

Con el aviso de aquella pantalla, aunque simplemente fuera un pitido molesto; aquella persona secuestrada finalmente se despertaría, algo malhumorada debido a que había pasado la noche en un lugar hostil, sucio y probablemente plagado de bichos; aunque eso no era lo importante, sino el ligero dolor de estómago por no haber comido nada... ¿Habría comida en la cocina?. Quizás salir era un riesgo, pero quedarse era una sentencia a morir de hambre... Por lo que, sin más remedio abandonó la sala, ya volvería a ella... o no...

Algo le afligía. Al pensar en la muerte de su compañera sombría, Midousuji y el modo en que ocurrió, como un... Un... ¡Maldita sea, lo tenía en la punta de su cerebro arrugado! Soltó aire y respiró, no debía improperiar desmedidamente, pero su nuca ardía con esos sentimientos, esos lejanos susurros que ardían mientras pasaban las horas, las provocaciones, las falsas alarmas, todo esto en que fue metido a propósito, claramente con intención de usurpar o dañar a los Hermanos Silenciosos.

- Moviéndome como un mero peón, ¿eh? Mi señor, dame fuerzas y tu previsión.

Sujetó su ícono, el central, el suyo, y sintió el flujo del foco.

Y sintió las ideas extrañas.

Pero las anuló... Por ahora.

Tras terminar su meditación se alzó y empezó a escribir una nota.

Algo así:

Mi estimada, en estos tiempos de dificultad empatizo con usted y con la jugarreta vil que le han hecho.

Permítame asistirla, pertenezco a un grupo que desea hacer el bien en Sakurami, no, en el mundo.

Acepte este presente por mi parte como un gesto de buena fé, fuerza y previsión para el futuro.

Agradecido.

Se tentó de poner "S", quizá terminaría haciéndolo por acto reflejo para que ella supiese. 

Aquel acto sería hecho a futuro desde hoy, en la noche, para la mujer conocida como Lena Nanami.

Un paso pero en un largo viaje, y esperanza ante la oscuridad de la turbiedad.

"Tus océanos me guían, todopoderoso"

Salió entonces, a lo que sería o ya era, a veces no importaba.

Solo importaba la distorsión.

Se había logrado superar aquel día no falto de emociones intensas, pero los días que aún quedaban por delante, e incluso aún peor las noches, parecían hacerse largas y eternas; nada que con un buen sueño reparador no solucionara... aunque, teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba... Quizás fuera buena idea hacer algo a partir de ahora, si es que podía hacer algo para mejorar su situación, claro está.

- NOCHE 2 -

El inicio de la Noche implicaba muchos peligros pero a su vez muchas oportunidades, y tan solo aquellas personas habilidosas, con recursos o con algún don particular que fueran lo sufiicentmente valientes o estúpidos harían algo aprovechando la nocturnidad y alevosía. ¿Qué es lo que pasaría esta vez?.

Siniestro.

Todo era siniestro y oscuro y en su mente se arremolinaba el odio y la psicosis. Muy como incluso el gran maestro Siddharta recordó el odio en su momento durante su inagotable e interminable camino hacia la iluminación, el cielo plagado de sombras que osaban envolverle y hasta devorarle. Todos estos pecadores necesitaban una dosis de salvación, y Shingetsu Yamigawa con todo lo que había logrado pretendía darla, suficiente.

Porque él mismo era su propio bando.

Tomó aire y meditó, su símbolo en mano, e incluso el símbolo cristiano que ocultaba debajo. Tomó aire, exhaló. Pensó en sus orígenes y el remolino volvió. Fuese este estado alterado negativo o la calma que obtuvo desde el sufrimiento Samsárico es que por fin aparecerían, desde su nuca, pero a su vez desde... Otros lugares.

Ahí estaban, él sentado en el costado de su cama y ambos frente a él, ambas figuras que lo atormentaban.

Mensajeros, sin embargo eran.

Ambos, jovenes, menores que él, adolescentes, como mucho adultos jovenes, uno más macizo, el otro más delgado, uno con el pelo liso en una pequeña coleta, el otro con cabello corto. No eran apenas siluetas de menos que humo, fibra fina y delgada de la esencia mental, el Akashas que recorría el cosmos, ideas, pero aún así... Perceptibles.

- Ustedes...

Shingetsu declaró y habló el que estaba a su izquierda.

- Oh bueno, veo que te la han hecho, Shingetsu-sama. -Parecía un cabrón burlesco, odioso, de hecho era decentemente... Bajo, de poca estatura a pesar de todo. Shingetsu parpadeó, su acento era inglés aunque parecía pronunciar el japonés local casi a la perfección. Tenía cierto estilo en su retorción.- ¿Y ahora qué? ¿Sabes? Yo estaba en tu mismo puesto, pero distinto, incluso conocí a un i-...

No logró continuar porque el otro tosió, su cabello era desordenado pero como ya dicho, corto, y era macizo sin excederse, contrastando con el otro no solo en estatura sino en conducta como se notaría ahora.

- Así es, mi puesto era, supondría, el que tiene la persona que mató a tu compañera de cabellos verdes, no recuerdo su número, no soy especialmente hábil con las mentalidades. -Tono serio y una voz firme si bien pacífica para quién parecía alguien, precisamente, de potencia, dígase. Shingetsu atendió. Parecía un sujeto despreocupado pero considerado y su japonés sonaba local, natural, era más de austeridad en estilo.- Pero en mi juego todo estaba...

- ¡Ah, ya!

Reclamó el de la izquierda al de la derecha y Shingetsu notó rasgos, el hablador serpentino tenía un ojo no solo rasgado, sino que completamente aniquilado posiblemente por un puñalazo potente y eventual salida, o eso representaba su etérea forma. Por otra parte el hombre serio parecía cubrir sus ojos constantemente, casi como una necesidad.

- Seré puntual, Shingetsu-dono. A usted se la están jugando, me sucedió, constantemente, y no solo por fuera,no...

- ¡...Sino por dentro, eh! ¡Que me pasó la que te hizo la chica guapa de kimono, mujerón!

El joven bajo y tuerto soltó un chiflido que Shingetsu encontró... No diría nauseabundo pero molesto, absoluta nulidad de elegancia. Se notó que el hombre de las coberturas en sus ojos, cruzado de brazos, con su suspiro parecía concordar.

- Cuando intenté algo me la devolvieron feísimo, más o menos. ¿Qué harás, "Padre"?

- ...No te puedo decir en quién confiar y no, yo... Fallé cuando quise proteger a quien quería. -Parecía estar sujetado una chaqueta que tenía pero no llevaba, como un recordatorio.- Usted deberá elegir.

Por un lado el tuerto con las manos tras la nuca sonreía, aún con todo y pudiendo (O mejor dicho no pudiendo del todo) imaginarse su destino, semejantemente, el joven de la chaqueta y las coberturas oculares parecía tener marcas de enfermedad y asfixia si bien las llevaba como si fuesen nada, aún pareciendo ser su marca mortal. Shingetsu ante estos extraños emisarios, mensajeros en la niebla, sintió... Coraje, coraje entre el miedo. ¡Miedo sin forma!

- ¡Me rehúso a perder!

Se alzó, sujetando sus símbolos, que colgaron, la Cruz donde Cristo fue colgado y el Ojo de...

- ¡Por mi señor, elegiré a los míos y venceré, por O-...!

Paró, no era digno de decir su nombre. Ambos espectros en su frente sonrieron, rieron casi.

- No sé si puedas vencer, honestamente, en donde yo perdí pareciendo ganar. Pero quisiera verte hacerlo, comparto tu odio por el mal.

- Protege a los tuyos, tómalos y sé una muralla.

Abrió sus ojos de plano. Claramente estaba delirante pero sentía camaradería con estos seres. Mensajeros de la distorsión.

- Seré mi propio bando. Y elegiré a los míos. -Pensó en la que le hizo Yuugiri y la que le hicieron a Sofía, semejantemente. Maldijo pero a su vez buscó la calma, quizá la halló.- No aceptaré derrota, iré hacia adelante.

Ambos asintieron. Shingetsu les miró como pretendiendo pedir consejo o mención más.

- No confíes en los que se protegen detrás de otros, con todo respeto aquí al señor... Bueno, yo no tengo nombre, llámame 'Zero'.

- Supondré que 'Guardián' me va bien. Duda de la gente con gorras estúpidas. Aún si concuerden con...

Pausó, suspiró, ahora él hablaba de sobra. Shingetsu agradeció con una sonrisa y empezó a caminar parándose y pasando entre la niebla de ambos, pero entonces al suceder eso un tercero, este sí sombrío del todo le miró. Tal, era más alto que los anteriores, de hecho exactamente de su estatura y... Su silueta.

- Tú, Shingetsu. No eres digno de pronunciarle. ¡No cometas errores! ¡No...!

Shingetsu aplastó la cara de esa sombra que imitaba su forma, la falsedad de la forma. Su Señor venía a su mente mientras empujaba al impostor, pasándolo a llevar.

- No me comandarás hoy, ¡no lo harás!

Pero el impostor oscuro río.

- Fallarás. Tal como fallaste en salvar a Victoria, tal como fallaste en todo, inútil... ¡Así mismo eres indigno de...!

- ¡¡¡¡SILENCIO!!!!

Pegó un grito que pudo, quizá, escucharse a distancia, o no. Si había espías, como decía la víbora de Yuugiri, entonces seguro sabrían, se preguntó qué pensarían de su charla consigo mismo y su renovación de contrato espiritual. Tomó aire y se miró, sí, él era su propio primer devoto a Su Señor, por supuesto.

Así, comenzó a trabajar con lo que pudo. Manualidades que aprendió y formuló en los años de soledad tras el incendio y eventualmente cuando comenzó la expansión de la Hermandad Silenciosa, hasta crear una especie de, de uno u otro modo (¡Usa tu imaginación!) aleatorizador, para elegir nombres. Con ello, declaró, no, dejaría que la distorsión del azar decidiera y prepararía sin embargo sus garras fieras que raspaban las mentiras y la luz misma con su voluntad fija.

Primero creó un juego para dividir a los que se salvarían, solo cuatro, tres, dos y uno, simple.

Y así, salieron de entre cuatro sujetos, de quienes atendieron su palabara o actuaron con gestos de amor.

Últimamente la exigencia habló y la amorosodiad de la jovencita abrazante no fue suficiente. Agregada a la pila ahora...

Serían elegidos doce, primero el número de la muerte, y ahora el de las hebillas del reloj mismo. Sería la hora.

No apreciaba esto pero así sería. Primero, se prepararía para dejar una invitació, una carta.

Y luego, iría con una especie de guante cubierto con garras de filo que usaría para...

Para lo que se sabía, para tomar su camino por su mano, pecador en busca de luz.

Aquel primer día no había terminado de la mejor forma posible, aunque no se había alargado mucho, la gente empezaba a caer en la paranoia y lo peor de todo, habían muerto más de los que deberían morir en los estándares de los "Battle Royale" que enseñaban en las escuelas de Sakurami City; si la cosa seguía así... era más probable que todos terminaran muertos o peor aún, teniendo que pagar impuestos... Pero bueno, eso ya lo pensaría mañana... ¡Los que podían y querían hacer cosas por las noches ya las harían!. ¡El resto a mimir!.

FIN DE LA NOCHE 2

- DÍA 2 -

Con el aviso de aquella pantalla, aunque simplemente fuera un pitido molesto; aquella persona secuestrada finalmente se despertaría, algo malhumorada debido a que había pasado la noche en un lugar hostil, sucio y probablemente plagado de bichos; aunque eso no era lo importante, sino el ligero dolor de estómago por no haber comido nada... ¿Habría comida en la cocina?. Quizás salir era un riesgo, pero quedarse era una sentencia a morir de hambre... Por lo que, sin más remedio abandonó la sala, ya volvería a ella... o no...

- NOCHE 3 -

El inicio de la Noche implicaba muchos peligros pero a su vez muchas oportunidades, y tan solo aquellas personas habilidosas, con recursos o con algún don particular que fueran lo sufiicentmente valientes o estúpidos harían algo aprovechando la nocturnidad y alevosía. ¿Qué es lo que pasaría esta vez?.

Shingetsu contempló el lugar, esperando a la Hermana Lena.

- Adelante, Hermana.

Bajo las reglas de este lugar es que solo Lena podría entrar en particular así que no esperaba a nadie más... A menos que hubiese una sorpresa. ¿Tendría un destino semejante al de la cachorra, ahora en las manos del Señor, aquel que trasciende toda memoria y asimila el olvido por encima del dolor y la desesperación? Sonrió, estaría listo para dar tregua si es que el asesino u asesinos querían soltar sus furias o crueldades en él. Sujetando con una mano su signo, habló.

- Asuma que esto soy yo hablando solo...

Le dijo a Lena, por si estaba ahí, podría perfectamente no haber llegado aún y todavía estar en su propia habitación.

- Tengo claro que hubo gato... Conejo encerrado. Aquel modo en que la joven hermana Sofía murió no pudo ser sino obra del mal mismo, una distorsión vil y cruda, incluso si pretendiendo refinación. Pero es imposible descartar a la joven que saldría. Hay engaños claramene, gente con nombres extraños y que no conocemos, hay algo más.

Tomó aire, si hablaba solo o si Lena estaba ahí escuchándolo era otra cosa.

Pero no importaba, porque confiaba en Nanami, eso pretendía demostrarla con dejarla venir a su aposento.

- Aquí estaré, habitaré en la casa del señor y pasaré por encima de los engaños.

Todo era sospechoso, que la coneja justo matara al tipo TV (No el más odioso, el otro, el que no se escondía remotamente) y justo sacara ese extraño audio. Pensó en las palabras de la hermana Yuugiri, tenían mucho sentido, había un juego de puertas y de números, con todos estos nombres y demás sueltos. Alguien estaba jugándola y seguía sin confiar en el tipo de la TV, el que seguía creyéndose amo de todo esto, que seguramente le compró esto al tal Bolivar Trask.

- ...Y seguramente asociado con All For One.

No agradaba de pensar en eso, porque aún siendo el villano más poderoso de todos, sabidamente, él había mostrado compasión con su hermana entonces en la juventud y su constante sufrimiento, la salvó. Pero quería pensar que esto era obra de terceros y un mero negocio para la... ¿Liga de Villanos? Así se llamaba, creía.

Todo era distorsión en su mente y las muertes, la culpa, el cántico que aquel joven dijo, todo, lo mareaba.

Pero se mantenía calmo.

- Ahí por calmos senderos el Señor me guía, su gentil mano me toma con cuidado, su luz marca el camino y entre las sombras me lleva hacia mejores mundos.

Pausó, tomó aire.

Si Lena había oído eso, esperaba que entrara y le sonreiría, como siempre.

Si no estaba acá todavía, podría echar un vistazo afuera.

A no ser que Lena Nanami fuera invisible, esta no parecía encontrarse en el lugar, probablemente producto al hecho de no haber aceptado la invitación a tiempo en su momento; aunque lo más probable es que para la próxima noche esta pudiera unírsele, si es que ambos llegaban con vida, claro está.