Partida Rol por web

Juniro Jin fue el último en entrar en la fábrica, tanto es así que casi se le cierran las puertas dejándolo fuera.

No obstante, esta forma tan insípida de narración le hubiera resultado a un hipotético narrador de las acciones de Juniro más insuficiente que un caldo de pollo sin pollo ni caldo. Por este motivo, dicho hipotético narrador habría aprovechado esta oportunidad para hacer una narración distinta, con mayor tensión y en la que aprovechase para describir la personalidad inconscientemente feliz de Juniro Jin.

Quizás ese hipotético narrador habría escrito algo parecido a:

Todos los niños, adolescentes problemáticos, adultos disfuncionales y adultos con bigotes falsos pretendiendo ser niños comenzaron una carrera hacia la fábrica dejando atrás a Juniro, quien con gestos parsimoniosos se arrodillo para recoger su mochila y volver a ponérsela en los hombros.

La carrera encabezada por un extraño no-niño con un no-bigote montado sobre la grupa de una extraña niña con cuerpo de Hulk y piernas de Arale les llevó a todos a atravesar las puertas de la verja que delimitada la finca y el pobre Juniro Jin aún se encontraba ajustando las correas de su mochila.

Llegaron todos a la puerta principal de la fábrica y la verja comenzó a cerrarse cuando Jin por fin comenzó a caminar con paso calmado y, a juzgar por su despreocupada sonrisa, sin parecer consciente de que si la verja llegaba a cerrarse con él fuera, ni todos los tickets dorados le darían de nuevo acceso.

Algunos se giraron para observar como el chico avanzaba lentamente y la puerta se cerraba inexorable. Alguno incluso comenzó a sudar cuando, a escasos pasos de la puerta y a escasos centímetros de esta cerrarse, Juniro se agachó para atarse los cordones de uno de sus zapatos que se había inoportunamente desabrochado.

La puerta continuó cerrándose sin esperar por él a una velocidad lenta pero imparable mientras el crujir de sus goznes añadía tensión a la escena en la que aquel pobre huérfano seguía felizmente ajeno a la realidad. 

Por suerte, el huérfano terminó de atarse el zapato y se levantó.

Por desgracia, se volvió a agachar a ajustarse el otro zapato.

Por suerte, la verja pareció atascarse en su movimiento y dejó de cerrarse unos instantes.

Por desgracia, esos instantes fueron muy breves y en seguida continuó su camino haciendo saltar por los aires una piedrecita que había intentado bloquearla. Piedrecita que golpeó en la cabeza a un instagramer de renombre.

Por suerte, el niño se levantó definitivamente y reanudó su marcha.

Por desgracia, seguía moviéndose con el paso alegre y despreocupado de quien sale al campo en domingo.

Por suerte, la puerta estaba a punto de cerrarse. No. Espera. Eso no era por suerte. Era por desgracia.

Por suerte o por desgracia, finalmente la puerta de la verja se cerró justo al mismo tiempo que el niño terminaba de dar su último paso dentro de la finca y, por tanto, las puertas golpearon la mochila y el niño quedó dentro. Muchos descubrieron en ese momento que habían estado conteniendo la respiración. 

Una vez dentro, con la misma alegría y despreocupación, Juniro Jin firmó el papel de la pared sin siquiera molestarse a leerlo mientras comentaba.

Esto va a ser genial. Me encanta tener tantos nuevos amigos. Y más aún ver que todos nos llevamos tan bien.

No quedaba claro a qué mundo de fantasía estaba refiriéndose el chaval porque costaba creer que se refiriese a esa panda disfuncional de inadaptados que se peleaban entre ellos a la menor excusa.

Entonces Willy Womkat empezó a cantar y le arrancó un pelo de la cabeza a Juniro Jin, pero otro huérfano cuyo nombre se parecía a algo que contuviese Jin quiso apropiarse de la experiencia, así que Juniro simplemente sonrió con despreocupación y dejó que su nuevo mejor amigo número 05 interpretase aquello como algo propio.

También vio que sus nuevos mejores amigos número 09 y número 21 empezaban a juntarse por iniciativa de este último y, desde luego, lo interpretó como un gesto bienintencionado de amistad. Igual que cuando luego su nuevo mejor amigo número 19 imprecó a este último.

¡Que lugar tan feliz!

Expresó ridiculamente

-Ah, si quieres ser ese tipo de policía entonces guay, esos están bien.-

Cerise asintió con energía. Aunque la primera impresión que le había dado Yasuko no era del todo buena, ahora le caía mejor. ¡Decía que sería una poli guay! O al menos, algo así.

—Cerise Sakurai, tengo quince años y medio, ¡encantada!— esbozó una brillante sonrisa, de esas que ciegan por su optimismo e imposible cuidado dental.

Se presentaron mientras seguían al señor Womkat al interior de la fábrica, ¡el tan ansiado momento había llegado! Pero antes tenían que firmar en una especie de mural, cosa que no le importó en absoluto. Seguramente sería para dejar constancia de que habían sido los primeros en pasar por allí.

Cuando la fábrica se abrió ante ellos, apareció un escenario que superaba con creces las expectativas de cualquier sueño infantil similar. Aunque su impulso era curiosear el lugar, siguió a Womkat, siguiendo con la cabeza el ritmo de la canción y balanceándose de vez en cuando. ¡El tipo tenía marcha!

Tras la puesta en escena, ¡tuvieron vía libre para comer todo lo que quisieran! Iba directa a por las nubecitas cuando vio que Maurice se acercaba a ellas.

Aunque estaba dispuesta a echar al peludo extraño que le ponía los pelos de punta, no parecía que a Yasuko le importara su presencia, por lo que no hizo nada. Sin embargo, el que sí que apareció fue Katsumoto. —No hay quién te entienda— suspiró y alzó la cabeza para que el grandullón notara su presencia. —O te metes con la gente o l proteges, eres un rarito.

Quede sumamente sorprendido por el lugar una vez entramos por las puertas, incluso puse atención a la canción y no interrumpí para escucharla toda como al parecer era debido, en cuanto al contrato trate de leer hasta donde lo logre junto con otros compañeros, no me agradaba mucho la idea de firmar algo que no entendía completamente, pero pues al ser requisito y tuve que hacerlo, ya dentro trataba de comportarme, pero ese río de chocolate pedía ser probado.
-Señor Womkat, ¿podemos comenzar a degustar el río de chocolate?
comente tratando de ser amable como en el orfanato me habían enseñado, recuerdo muy bien que dijeron que un huérfano educado puede ser adoptado.
 

¿Qué si tengo dinero? Claro que si chati, y también tengo tierras... Dijo a Yasuko Tone antes de apartar la vista y dirigirla hacia el hipermusculado niño cebolla.

¿El superman este es tu guardaespaldas? Pero antes de que nadie pudiera contestar siguió interpelando al barbudo.

No te pareces a Henry Cavill pero me puedes dar todo lo que quieras amor... Por cierto, ¿Cuántos años tienes? joputa, por lo menos tienes treinta. Se giró hacia los demás para añadir:

¿Es que nadie va a pedirle el DNI? @FBI @Policia aquí un pederasta.....

¿Qué es un Oompa Loompa? le preguntaron. "¡Los hombrecillos que trabajan en la fábrica! Todos tienen el mismo... uhm... quirk. Que les permite trabajar incluso en el río de chocolate sin contaminarlo. _{No es exactamente así, pero así es más fácil de explicar y entender.}" Luego le preguntaron al señor 'Womat' (al menos no era Wombat) si podían comer los dulces. Creyó haber dado ya permiso pero no tuvo problema en darlo otra vez. "Adelante." asintió. "Sólo no os comáis entre vosotros, ni a los Oompa Loompas." y también le preguntaron por el río de chocolate. "¡Ah, el río de chocolate, cierto! Aseguráos de no tocarlo directamente. Podéis utilizar por ejemplo las tazitas de flor, como esta que llevo yo, que también son comestibles. Las que crecen bordeando el río no tienen néctar, así podréis usarlas para recoger el chocolate y poder probarlo todo lo que queráis."

¡Yay! ¿Habéis oído lo que dijo el señor Womat? ¡Podemos comer lo que queramos! Así que podemos probar las cosas.

Empecé a dar saltitos de alegría mientras los miraba a los dos chicos, luego me agache a por 3 flores que parecían de caramelo y le di una a cada uno y me quedé la tercera mientras la admiraba antes de comérmela.

¡Ua! Esta buenísima, nunca había comido algo tan rico.

Mire a todos los demás que también seguían hablando cuando algo capto mi atención.

¿Es que nadie va a pedirle el DNI? @FBI @Policia aquí un pederasta.....

Me asuste un poco por lo dicho ya que parecía malo, me pegue mas a Usagui mientras preguntaba al aire.

¿Que es un pederoastio? Creo que lo he dicho mal...

¿Ves al chico grandote este? Dijo señalando claramente con el dedo a Katsumoto Yemon. Él es un pederoastio, se les reconoce fácilmente por la barba perfilada, los músculos grandes e inflados y el pene pequeño...

Cuando acabó la frase miró a Hana Ai. Antes de que me preguntes lo que es un pene... Eso te lo explicará más adelante Wii-Liam Womkat en el cuarto oscuro de la fábrica... Pausa de unos segundos para suspirar.

Y dicho ya de paso, cuando salgas de la fábrica, tendrás que hacer un retrato robot ante la policía y decir con un muñeco dónde te tocaron los hombres malos... Pero eso es luego y ahora es ahora. 

¡Divirtámonos comiendo chuches con seguramente algunos adictivos que nos pudran los dientes!

Después de esta visita los dentistas cotizarán en bolsa sus ganancias.

Mire a la criatura rara mientras me explicaba mientras miraba a mis compañeros en busca de ¿Saber si era verdad? No sabía muy bien que decir después de eso, tenía muchas dudas pero bueno dijo que luego womat me lo explicara, aún así lo mire sonriendo.

vale, creo que lo entiendo un poco. Gracias por la explicación esperaré a que el señor womat me lo explique más tarde, aunque sé que es lo que tienen los niños. Mire al señor que estaba un poco al tanto de todos. señor womat ¿Luego me explicara entonces lo que dijo el monstruo ese sobre pederoastio y lo demás en ese cuarto? ¿Pero puede ser con la luz encendida? Tengo miedo a la oscuridad. 

¡Espera! El señor policía de allí. Señala a mamoru. ¡¿Nos dará pinturas y muñecos también?! Yay!! Gracias señor.

Después de eso cogí una seta de chocolate que había. 

No voy a comer tanto, pero están muy buenas igual no puedo comer más después de esto así que aprovecharé.

El niño encubierto se escondió detrás de una seta de caramelo cuando alguien le llamó, realmente no le interesaba estar en el foco de atención en estos momentos tan cruciales, a él solo le importaba pasar lo más desapercibido posible, pero en vez de que los niños estuvieran haciendo sus cosas, decidieron meterle a él en medio de todo ello.

-¡Que no soy un policía!. ¡Soy un detecti... -Casi se le escapa, por suerte se llevo las manos a la boca rapidamente para callarse, por desgracia en las manos había polvos pica-pica que se echó a la cara sin querer- ¡¡¡AAAAAAAAAAAH!!! ¡MIS OJOS! ¡MIS OJOOOOS!.

-¿Onpa Lompas se pueden comer? -De la respuesta que le diera el hombre del sombrero de no-caramelo solamente se quedo con eso antes de dar otro sorbo al chocolate que había recogido del rio con su gorra, antes incluso que supiera de plantas tazas o cosas así.

Entrar a la fábrica de dulces y ver las maravillas que allí se escondían fue pura fantasía para Miu Todoke, quién no podía dejar de mirar a todos lados asombrada, descubriendo en cada ubicación diferentes y exquisitos majares que ni en sus mejores sueños podría haber imaginado. Sus cinco sentidos se activaron al instante en cuanto cruzaron aquellas enormes puertas, y es que no tardó en percibir el delicioso aroma del chocolate caliente del río fluyendo por sus fosas nasales y el murmullo de la corriente avanzando inexorable de inicio a fin. Observó el atractivo colorido de las infinitas golosinas esparcidas por doquier; desde piruletas de color rojizo brillante, bastones de nata con rayas de tonalidades pastel, ya fuesen anaranjadas, verdes, amarillas,... setas con relieves y formas acentuadas, de los que se podía sacar nata y merengue de sus esporas... frutas colgando de los árboles con delicioso néctar de distintos sabores. Esponjosas nubes suaves y blanditas al tacto, casi como aterciopeladas... Increíble y extremadamente difícil de creer. ¿A caso se había quedado dormida y estaba soñando de pie?

Efectuado la firma del consentimiento escrito que Willy Womkat les instó a rellenar, y con el permiso verbal del hombre de que podía moverse libremente por aquel paraíso, la joven Miu no tardó en probar tantos dulces y majares entraban en su campo de visión. A veces un solo bocado, en otras dándose el privilegio de degustar el pastelillo hasta el final por no poderse resistir, lo cierto fue que al poco incluso empezó a temer que podría terminar con una fortísima indigestión. ¿No se estarían pasando de la raya la mayoría de los presentes?

- Dios mío... Esto es un sueño hecho realidad... - afirmó complacida, limpiándose la nata de la cara con el envés de las manos, aún a sabiendas de que si la hubiesen visto realizar aquel gesto en el austero convento que de bien pequeña la había acogido, recibiría una buena azotaina en las nalgas - Perdón, señor Womkat. Me ha sido difícil contener mis ganas de degustar todo lo que alcanzaba mi vista... ¿El ticket dorado que le hemos entregado cubre todos los gastos, cierto?

A su lado, un rechoncho niño realizó un comentario que le sacó una buena carcajada. ¿Qué si los Oompa Loompa se podían comer? ¿No había más que suficiente con aquel jardín de ensueño, rebosante de los más exquisitos manjares? 

- No creo que sea buena idea comerse a los trabajadores que se encargan de mantener y cuidar este lugar, aún cuando fuese posible comérnoslos. ¿No crees? - le expresó con una sonrisa, haciéndole entender algo que quizá no habría meditado.

Bostece tan pronto se entro en la fabrica mirando maravillado el mundo colorido que se encontraba en su interior -¿De nuevo estoy aquí?, pero estoy limpio mi trabajador social lo dijo- Confundido cerrando los ojos, dejando que mi nariz perciba los dulces aromas que se mezclaban con el aire, solté un suspiro de entusiasmo -No estoy alucinando, esta es una verdadera fabrica de dulces, ese Ticket no era una farsa, no puedo contener mi alegría- Unas cuantas lagrimas cayeron por las mejillas, me quede en silencio volteando a ver a los demás señalando al primero que se pasara en frente mío sea quien fuera incluso si era una de las plantas del lugar -Ahora lo recuerdo, tu me amenazaste de golpearme, eres uno de esos Onpa Lompa, esos que hacen cuentas falsas en las redes sociales... No, espera, esos son los unicornios- Golpeaba los bolsillos de mi pantalón había pedido mi cigarro quizás ya había fumado, tambaleante di unos pasos en dirección al Detective Niño encubierto sin dejar de verlo ni un solo momento, siguiéndolo con la mirada -¿Tu que me miras?.

De repente mi postura se relajó tanto que hasta la espalda la tenía curvada hacia adelante, con una sonrisa boba y los ojos entrecerrados, rollo "oso perezoso". Como si la Yonki de pelo verde o la otra delgaducha me hubiesen dado algo suyo en vez de comerme la  fruta caramelizada aquélla tan buena. -HMMMMmmmmmmm... - expresé, una mezcla entre murmuro de estar medio-dormido y del gusto el azúcar en mi boca. En un tono bastante bajo de lo normal, dije algunas palabras claras -como me calma...el azúcar... Siempre compro vuestros dulces cuando...me quiero... relajar... - no sabía si era por efecto contrario al subidón de azúcar, o por el abuso que había hecho de aquellos dulces a lo largo de mi solitaria infancia en el orfanato, pero los dulces me dejaban zombificado. - hacia tiempo...que no...me comía uno... me hacía....falta. Lastima que me dure... sólo unas ... horas.... - finalicé, con un gran bostezo.

Entonces fui arrastrando los pies, con los brazos colgando, caminando por el jardín comestible mientras los demás se ponían las botas y experimentaban con la extraña flora que había por todas partes. Buscaba lentamente alrededor - Oompa.... Loompa...?... donde están...esos ooompa...loompa?..- 

Usagi miro a Maurice con bastante mala cara, no le hacia especial gracia que le dijera esas cosas a la inocente niña, ni parecía hacerle especial gracia las bromas sobre la pederastia.

-No le hagas caso al bicho ese, y por si acaso, tampoco te acerques mucho a el, no me extrañaria que no fuera un poco lo que pregona.

Miro al niño metiendo la gorra en el rio e hizo una mueca.

-Mmmm, si, aquí la etiqueta brilla por su ausencia.

Dijo suspirando mientras cogía una fruta de un árbol, y comiéndola con delicadeza.

_{-Solo 3 normas ha dado, y el niño ese ya ha roto una y se plantea romper otra.}

Murmuro entre dientes mientras se deleitaba con el dulzor de aquel fruto fantástico.

Con tono monótono, el señor Womkat advirtió a los presentes: "No hagan caso de lo que diga Maurice Perv, ni aprendan nada de él. Es una mala influencia." 

-¿Onpa Lompas se pueden comer? -

Ante la pregunta el señor Womkat abrió mucho los ojos horrorizado. "¡No! ¡No! ¡Nonono! ¡No pueden comerse! ¡Las personas no se comen! ¡Y los Oompa Loompa tampoco se comen!" afortunadamente Miu Todoke explicó un poco, aunque fuera por motivos prácticos obviando los éticos, por qué no se podía uno comer a los Oompa Loompas. Le preguntó si les cobrarían. ¡Claro que no! "¡Todo es gratis! Aún si no termináis heredando la fábrica, no se os cobrará nada de lo que comáis aquí." explicó alegremente, alegría que se le borró al ver cómo el niño mojaba su gorra en el río de chocolate. "¡Santo cielo!" exclamó acercándosele. "¡Eso estaba en contacto con tu pelo grasiento y en sudor de tu frente! Mejor usa esto." le ofreció una tacita de néctar de las flores que crecían alrededor. Luego cogió una probeta con la que succionó un poco de chocolate del río, y a continuación la metió en un analizador marca Poppu. Suspiró aliviado: "Menos mal, no parece haber habido contaminación sorprendentemente, tu gorra estaba limpia... o el tiempo de exposición ha sido tan corto que no se ha notado... Por favor, no vuelvas a hacer eso. Utiliza las tazas." le puso otra tacita en la mano.

Luego se fue al policía encubierto niño nacido de madre muerta que estaba todavía gritando porque le había caído polvo picapica en los ojos. Le agarró de los hombros para guiarle a una fuente (de agua) y que se pudiera limpiar. Ay, adorable, si hasta era como si estuviera cuidando de un niño de verdad, en vez de un adulto disfrazado de niño.

¿Mala influencia yo? Jamás me había sentido tan ultrajado señor... Me llamo Maurice Perv heredero de varios imperios desde Blockbuster hasta Gamestop... Sepa usted que no toleraré ninguna falta de respeto más. Puede que sea huérfano, puede que sea rarito, incluso comunista... 

¡Pero de gay no tengo nada!

Le llamó la curiosidad ese último comentario del monstruito salido. - ¿Y cómo estás tan seguro? ¿Acaso hay un test? - si decía que sí, Jinso no iba a dudar en hacerlo ¡seguro que era divertido!

Usagi afirmo con la cabeza al escuchar al señor Womkat, estaba completamente con lo que decía sobre la mala influencia que podía ser el tal Maurice. Y desde luego, vigilaría que no se acercase a la mas pequeñas, no fuese que sus sospechas sobre sus gustos fuesen verídicos y les hiciera algo raro a las pequeñas.

Cogió un par de frutas de los arboles y le tendió una a Michiko y otra a Hana.

-Haced caso al señor Womkat, ese hombre es muy mala influencia.

Les dijo con una gran sonrisa.

El peludo ese comenzaba a cabrearme, por fortuna la intervención de Usagi y posterior de el Sr. Womkat sacaron el foco, pues ya comenzaba a arremangarme para darle un par de puñetazos al bicho estúpido ese.

No sé que pretendes con tu maldita actitud, pero apuesto que te gusta que te golpeen, así que no te daré el gusto. No vales la pena y espero que acabes cabreando al señor Womkat y este te termine expulsando por pervertido

Le espeto al tipo y finalmente contesto lo que dijo Cerise.

Me meto con los idiotas que no tienen respeto y se las van de soberbios, ya he tenido suficiente de estás mierdas como para saber que un buen puñetazo en la boca basta para que dejen de darse aires. 

Kusuri habría firmado sin problema alguno ese contrato tan enredado, sin siquiera hacer el más mínimo intento por leerlo, o por darse el tiempo de firmar con algo más que una "X" que podría haber puesto cualquier persona en su lugar. Ella estaba... En otra cosa, por así decirlo, maravillada con el mundo que tenía en frente de sí misma incluso desde antes de haber visto ese inmenso jardín conformado por chocolate, gomitas y caramelos. 

De hecho... Este no le resultó especialmente llamativo y, apenas tuvo la oportunidad de entrar a ver la gran sorpresa que el dueño de la fábrica les había preparado por tantos años, no perdió el tiempo en buscar una piedra (o lo más similar a una piedra que hubiese), tomar asiento sobre esta y cerrar los ojos para respirar y disfrutar del momento. Un lugar maravilloso, las risas de los niños, la sorpresa... Y por supuesto el canto de Womkat, el cual por terrible que fuese lo aguantó sin rechistar e incluso movió la cabeza de un lado a otro como si siguiese la melodía. Todo mientras se arrancaba un poco de cabello que lentamente convertiría en otro porrillo para fumar.

Se mantuvo bastante enajenada del resto, al menos hasta que por fin Womkat se calló y al cabo de vaaarios segundos por fin su mirada se dirigiría hacia ese agresivo muchacho de pelo blanco, a quien extendería ese cigarrillo que acababa de armar.

-Caaalma, caaalma.... La vida es mucho más disfrutable con paz... Relájate, respiiiiira... Ven, ven...- Daría unas palmaditas a su lado, para después encender su cigarrillo (el cual desprendería el olor característico de la marihuana) y darle una fumada. -Es medicinal. Cuando tienes la cabeza pesada, solo un poco y... Fssh... Tooodo queda atrás.-